Roberto Obregón


Poemas Escogidos





De: Poemas para comenzar la vida (1961)


TRES CANTOS PARA LA PRINCESA MUERTA

Los pájaros no cantan. El hormigo duerme: Todo está silencio. Silencios.


I

La princesa duerme
su sueño de marimba.

Sus ojos guardan
un manojito de luceros,
y sus labios pálidos
-cubiertos de luna-
dos notas de hormigo.

Su cuerpo duerme
sueño de volcanes desnudos
tendidos a lo largo,
en la intimidad del lago.

Sus piernas de cedro
tiemblan bajo las ondas;
sus dedos ansiosos de tierra
salen a la playa,
y su pelo con fe de musgo
se enreda en las rocas.

-Un cenzontle llora
del otro lado del río.
¡Ay!, un canto triste se escucha
sobre las teclas del agua...

La princesa duerme
su sueño de marimba.

II

Ixquic tenía el andar tranquilo
como el correr de las aguas claras.
Sus ojos eran el perpetuo otoño
desmenuzado en alondras.
En su vientre de jade
no estaba esculpido el deseo,
y su corazón estaba limpio
de ensueños.
Pero mil teponaxtles vibraron
su pecho en la montaña
y el hermano viento desfiló su queja
sobre los altos pinos.
Ixmucané escribió la ley
para que Ixquic amara en silencio
como ave sin canto.
Con amor ausente de rosas
y llanto de estrellas,
rocío,
lágrima perpetua de la noche.
Ixquic abrió su corazón silvestre
para sembrarlo de besos calcinados;
para que en su cuerpo de barro
nacieran frutos
y de su sangre salieran dioses.
Cumplió y la muerte se la llevó
en su canto de redención y gloria.

III

¡Ay!, Ixquic está desnuda
como tecla huérfana de notas,
allá, en el fondo, temblando
cada vez que el viento pasa;
allá, en el fondo, metálica
como si estuviese muerta.

¡Ay!, los pájaros del bosque
vienen con alas de noviembre
a copiar de la princesa
su sonrisa de cristal.
-Un cenzontle llora
del otro lado del lago.

¡Ay!, los sauces derraman
su llanto silvestre
porque la princesa duerme
sin que en sus ojos despunte el alba,
porque la princesa duerme
su eterno sueño de marimba.




De: El aprendiz de profeta (1965)



EL APRENDIZ DE PROFETA

La profecía es otro oficio
que debemos aprender nuevamente.

1

       Mis manos,
mis pies
a los grandes sueños
habéis encadenado.
Mi corazón, mi sangre
he plantado con tu queja,
mis ojos
llenos de visiones
mis manos,
llenas de guijarros.
Mis manos,
mis pies,
a los grande sueños
habéis encadenado
habéis encadenado...


2

         A la campiña se va,
si a uno le amanece doliendo
el hombre y su historia;
cuando él ya ha muerto
y no ha vuelto a nacer,
se va cuando todos
tienen atada la lengua
y se niegan a cantar.
Hay que apoyarse
en los muros de la noche
y el sueño de las campanas.
Despertaremos la ciudad,
la levantaremos,
educaremos sus ojos a la luz.


3

         El viento medra,
bajo los árboles mojados.
Salid al patio,
mirad
mirad:
he metido
mi mano en la charca.
He ahí que ella
os mostraba una profundidad
reflejando
la altura de la estrella.
¿Para esto el largo oficio de la lluvia?
¿El paciente esmerilar, en búsquedas
de una luz intrínseca, en nuestro metal?
Dejadme,
dejadme abrir un pozo
al pie de las grandes montañas.

Sentaos a esperar
sobre el anciano tronco de vuestro pasado,
que yo os traeré de beber en mis manos.


4

        Miradlos. Se han pasado el tiempo
creciendo sobre la ceniza
de sus propios incendios.
Arrancad sus vestiduras y máscaras
Si son aquellos ofrecedores de mercadería
en las impostoras ferias
de nuestra historia,
envolviendo la fruta engusanada
u ocultando el puñal
bajo relumbrante lenguaje fariseo.
Miradlos,
miradlos pastar en la ceniza
de nuestros esqueletos antiguos.

5

         ¿Qué hace Bolívar,
en el trasfondo de nuestra historia?
Que vengan
a decir otra vez su profecía;
a decirles a nuestros pueblos
LIBERTAOS ANTES DE VEINTE AÑOS
Y yo os pediré:
Abrid,
abrid
puertas y puertas y puertas y puertas...
Corretead,
corretead al mercader
que se pasea en la acera de enfrente,
porque en los sótanos
de su adulación
vive calculando
el peso de tu carne.


6

        Buscaré vuestra sombra
en los basureros
la limpiaré
y coseré
a los cuatro costados.
De la voz que se pierde
he plantado mi canción,
de esta canción
he de plantar tu espíritu.
De la semilla que arrojes
un huerto plantaré
y a él te allegarás
para llenar tu corazón.
Mientras tanto,
podéis reír,
reír,
reír...
Mis manos,
mis pies,
a los grandes sueños
habéis encadenado.

7

        Asomad a vuestros ojos,
oiréis correr el agua
bajo este muro de guijarros.
Sostiénese el árbol
de profundas raíces,
continúa el viajero
que repasa los caminos,
y crece
y crece
sólo el que retorna a la fuente.
Removed,
removed los rescoldos
de acampados inmemoriales,
que tal es el secreto
de las grandes fogatas.


8

        ...Mis manos,
mis pies,
a los grandes sueños
habéis encadenado.
No quiero el calor
de vuestro fuego,
no quiero el agua
de vuestras tinajas.
Quiero sólo un lugar
para mi canción.
Nadie hablará del futuro,
sino de la oscuridad
que nos duele en los ojos.
Tal es el secreto
de los amaneceres.


9


        Llorad conmigo,
por los que no han muerto.
Llorad,
llorad,
llorad, vosotros,
los muertos de oscuridad.
Que Jeremías
se pudra en el silencio,
que se vaya con su llanto
a la parte trasera del alma.
Yo, a pesar de la holganza
en el mundo de las alcantarillas,
a pesar de la alegría, abundancia,
lloro,
lloro
por los que están vivos.
Yo
lloro, lloro, lloro, lloro...
con mi sol
a las orillas del pantano.


10


        Aprended
a ser profetas
sin hablar del futuro.
¿No pertenecen
los sueños al presente?
Os enseñaré el oficio.
Removed los basureros,
hurguemos el fuego,
abramos, violemos tumbas,
escarbemos en la ciénaga
del pensamiento humano;
escuchemos los grandes silencios;
encontraremos nuestro hallazgo:
al pastor de sí mismo.
Descansad, sentaos
junto a las brasas apagadas.
Yo os traeré agua en mis manos,
... mis manos,
mis pies,
a los grandes sueños
habéis encadenado.



De: El Fuego Perdido (1966)




LAS INSCRIPCIONES 


esta señal de la aurora
la traían en su corazón
POPOL VUH II, CAP. VI

I

No podemos encender la hoguera
Mojado está el bosque
            podridos están los troncos
No podemos quebrar los colmillos del frío
Arrancar
Y recobrar nuestros huesos entumecidos
En la humedad del agua
           nos ha tocado prender la hoguera
En la oscuridad de la noche
           nosotros somos la región más espesa
A oscuras sesionamos bajo la helada
Y conferenciamos sobre nuestro qué hacer
De cómo allí los muertos continúan
jugando un gran papel en la guerra
De qué manera se escogen entre todos
Quiénes llevarán a la espalda el mayor peso
en los ratos
de agudo peligro
Acérquense los del fuego
              los enamorados de la vida
Nos calentaremos con estos nuestros corazones
Hechos leña bajo este rudo temporal
Pero contentos
 
 
II

(paréntesis para hablar de mi poesía)

De mí alguien ha dicho que mi verso
es exquisito
Que lo diga Pedro Saad h. que estaba presente.
Deliciosa, decían, la metáfora, rítmica la
                                             corriente
del subsuelo.
Complejo el pensamiento urdido.
Y yo, qué pienso?…
No sé. Posiblemente tengan razón.
Creo -es nada más un creer-
que de mi poesía bien podría hacerse
el arco
con que una gacela traza la mañana.
La pulpa de unos labios, deshechos en silencio,
en la oscuridad.
Ojo de agua
en la garganta agrietada de una pradera.
Llamarada para fundir cadenas, consumir cepos.
Por los menos, señores, yo me he esmerado en
                                                    hacer una red
para la vida.
Claro, claro. A pesar de todo lo bueno que
                                                  hay en ella
no sería extraño que al convertir mi poesía
en puente (puente por el que pase el alma de
                                                     mi pueblo)
nada habría de raro
que debajo estuviera defecando algún cristiano.


RESURRECCIÓN

Cristo se fue desprendiendo del madero
quedóse con los clavos con las espinas
retoñando ya en las manos y en la frente
volcía robustecido de crímenes y leyendas
milagros y amenazas de destrucción y advenimiento
Allí mismo nos sentamos a jugar a los dados
yo apuesto a la vida pronunció serenamente
y yo por qué no voy a apostar a la vida respondí
(sonreí malquiciosamente si le llevaba ventaja)
Yo tiré AFIRMASTE ser el camino la verdad y la vida
Mas indicastevía irreal no contando la crueldad
mas en el primer encontrón pusiste la otra mejilla
aunque en ciertas cosas claro poseías la razón
y para rematar a tus amigos preferiste la muerte
cada quien reconoce su lugar y le señalé la cruz
juguemos entonces apostemos la eterna moneda
antes de descender y precipitarme en el gólgota
cara me apresuré y él no tuvo más que decir CRUZ
y el hacha de un abismo nos separó a los dos
Él halló en una orilla y yo desde aquí clamoreaba
YO MISMO ESCOGÍ ESTE MUNDO Y AGUANTARÉ
NADIE ME MANDÓ YO SOLITO COMO CUALQUIER CRISTIANO
El viento solamente el viento allá en el fondo
arrancaba tierra a los pies de la alegoría
ya no quiero saber nada nada nada me alejaba
con el dolor y los sueños de barro del hombre
y la historia toda del que se llame Juan o María
En pasando tres días al disiparse la bruma
la cruz surgió desnuda así como antes del símbolo
fresca y olorosa a árbol derramando sombra
se le durmió Adán a la cabeza informó la prensa
y a teletipo difundieron el rumor entre la muchedumbre
En menos de lo que canta un gallo
en los amplios dominios de Jehová
en plenas narices le reventó un foco guerrillero
comandado por el hijo de un carpintero.


De: La flauta de Ágata (1968)


UNCIÓN

Reduciré mi palabra
a una gota de agua,
la depositaré en la hoja
humedecida de tu lengua,
en tu sabroso paladar.
Y enmudeceré, contento.


PROLONGACIÓN DE LA NOCHE

No me niegues que a veces,
al despertar,
quisieras refugiarte nuevamente
debajo de mis manos,
quedarte quietecita, apenas
respirando,
convertida en la misma huella
de la noche.



De: Poesía de barro: el libro de las interrogaciones, 1962-1966 (1973)



MEDITACIÓN

Escucha el aroma del jasmín, Olga.
Qué se me hace
Que la tierra está pensando en ti.


                                                                                                       


¿Qué haremos para ser invocados,
                                                                                                        para ser recordados sobre la tierra?

                                                                                                                                        Popol Vuh 1,2                                                

                         

DOS POEMAS
                                                                                                          


I


Domingo lluvioso
de lluvia de sueño
y muy viejas aldabas.

En el oscuro zaguán
dormita un mendigo
y en la caballeriza,
persistente, un grillo
burila en el silencio.

Inmóvil, con la mejilla
sobre el frío cemento,
esperé y esperé
que a la puerta llamaran.

Mas tarde la luna alumbró
el anca de las yeguas,
iluminando un escarabajo
ahogado en el patio.

Se habían ido todos,
mas nadie me llamó.

El añoso olvido
y la yerba
y las grietas,
tenaces asieron la puerta.
Oxidose la llave
y el caño del agua.

Se fueron.  Todos partieron
y yo también agarré camino
con el viejo caserón
en mi corazón de niño.


II


Terminó de llover.   La luna salpica
de charcas los solitarios caminos.
En los zanjones el agua susurra
con su vieja tersura de sombras.

De entre la bruma se erigen
los altos volcanes azules,
ya cubriendo una estrella
agazapados entre la niebla,

ya proyectando sus conos
sobre bosques y valles,
ríos, sembrados y plazas
durmiendo muy tristes y solas.

Al fondo del corredor silencioso
del caño el agua se vierte a la pila
y de cipreses se impregna la casa
y de jazmines y príncipes negros.

La adormitada voz de la lluvia
suena en el insomne recinto materno,
allí apagaron los ojos la llama sin sueño
en la oscuridad de la ausencia de un hijo.







ROBERTO OBREGÓN MORALES, Poeta, ensayista y traductor de poesía rusa, nacido  el 13 de noviembre de 1940, en San Antonio Suchitepéquez, Mazatenango. Obtiene el título de maestro y posteriormente estudia Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de San Carlos. En 1961, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad Patricio Lumumba, de Moscú, en donde siguió cursos de filosofía; de  esa etapa, logró un doctorado en 1967. Viaja por varios países de Europa asistiendo a foros de escritores y congresos. En 1968 regresa a Guatemala donde participa en el movimiento revolucionario.  Entre 1968 y julio de 1970, anima el grupo de poetas guatemaltecos «Nuevo Signo», ofrece recitales y escribe en los periódicos de la capital. La intensa actividad literaria de Roberto Obregón es consecuente con el compromiso social y revolucionario, fue militante de la Juventud Patriótica del Trabajo JPT, del Partido Guatemalteco del Trabajo PGT y del Movimiento revolucionario 13 de noviembre. El 28 de marzo de 1970, Roberto Obregón viaja a San Salvador, invitado por los poetas del grupo "Piedra y Siglo" fundado por el salvadoreño Roberto Armijo, al volver a Guatemala el 6 de julio, es capturado por agentes del gobierno guatemalteco en el puesto fronterizo de Las Chinamas, desde entonces nunca se ha vuelto a saber de él. La denuncia sobre la detención ilegal de Obregón fue hecha por la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU, que integró una comisión investigadora con los dirigentes estudiantiles Víctor Hugo Hernández, Manuel Cordero Quezada, Jorge Morales Taracena y Factor Méndez Doninelli en calidad de Asesor jurídico de la organización estudiantil. Presentaron recursos de exhibición personal en ambos países que fueron infructuosos, viajaron repetidas veces a la frontera El Salvador-Guatemala y con el respaldo de la Asociación General de Estudiantes Universitarios de El Salvador AGEUS y su Asesor jurídico Tomás Guerra, tuvieron entrevistas con funcionarios de la Presidencia, los Ministros de la Defensa y Gobernación, Director de Migración, Jefe y delegados en las oficinas de la frontera. Todas las gestiones fueron inútiles. Según testigos presenciales, Roberto Obregón fue detenido del lado guatemalteco antes de ser anotada su entrada, es decir, desapareció en el tramo de pocos metros que separan ambas fronteras. Roberto Obregón jamás apareció, pese al esfuerzo de sus amigos, sus compañeros y sus padres por encontrarlo. El presidente Manuel Arana Osorio acababa de tomar posesión de su cargo. Ha publicado:  Códices (en ruso); 2 poemas: homenaje al primero de mayo (1961);  Poemas para comenzar la vida y poesía de la ausencia (1961); El aprendiz de profeta (1965); La flauta de ágata (1969); El fuego perdido 1966-1968 (1969);  Poesía de barro: el libro de las interrogaciones 1962-1966 (1973); Recuento de poesía (1995); El adiós y el retorno (1999).