El Hombre y Su Sueño * En algún punto de la ciudad, de esta ciudad demasiado grande para que dos seres que se amen se encuentren si se han perdido de vista alguna vez, un hombre de mi edad vela, mientras todos duermen. Su vigilia no tiene nada de común con la vigilia a la que nos condena la súbita desaparición de nuestra amada, la angustia que precede a un día de decisiones irrevocables o la persistencia de un pensamiento que se resiste a tomar forma. No es tampoco el efecto de una digestión trabajosa, ni del desorde…
Las mujeres deseadas y los ideales, ay, se alcanzan. Adolfo Bioy Casares Gané. Gané la totalidad del pozo en el repechaje final. Todos los jueves, durante un año, había venido respondiendo sobre Vida y obra de James Joyce. Gané y cumplí mi sueño dorado. Mi sueño dorado consistía en abandonar a mi familia, escaparme a Irlanda, comprarme un castillo, leer el Ulises sentado junto al fuego, tener dos perros irlandeses para que me lamiesen las botas mientras leía, emborracharme una vez por mes en la taberna, agarrarme a trompada…
16 Poemas De enriKetta luissi B I S E L A mis dos amantes balbuceo al oído surquen la mar de mercurio sicoterapeutas con ojos tequileros y manuales mágicos aguardan para curarlas del amor que me profesan. Transformo sus circuitos neuronales por estraza. Extraigo de sus pleuras mis fibras exquisitas. Refiero estrías y caligrafía muerta en mi deteriorado Amazonas. Las conmino a hacerse de un camello o un vibrador como mascota y recalco la importancia de ropa térmica bajo las pijamas en las noches de frío. …
Cuando el capitán Ireneo Morris y el doctor Carlos Alberto Servian, médico homeópata, desaparecieron, un 20 de diciembre, de Buenos Aires, los diarios apenas comentaron el hecho. Se dijo que había gente engañada, gente complicada y que una comisión estaba investigando; se dijo también que el escaso radio de acción del aeroplano utilizado por los fugitivos permitía afirmar que éstos no habían ido muy lejos. Yo recibí en esos días una encomienda; contenía: tres volúmenes in quarto (las obras completas del comunista Luis Augusto Bla…
UN NIÑO ESPÍA A EMILY DICKINSON EN SU JARDÍN Que la mirara un pájaro —hostilmente, por supuesto, ¿qué hacía allí, la intrusa?—, no era extraño, de modo que su frente apenas se alteró, e indiferente siguió sus ademanes de reclusa. Ni un pájaro, ni un hombre (ella, en ese caso, lo sabría) la están espiando. Un niño es quién la espía Un niño —la inocencia—, ése es su nombre. Estaba en su jardín, arrodillada sobre una capa roja. La mirada curiosa la seguía entre las flores. ¿Por qué el niño guardó, de los…
De: Mitad de la Vida (1983) ENTRADA AL SUEÑO Se siente caer y una zarpa lentísima, un desorden de la memoria oscila del rojo al negro, del blanco a la sombra que da el blanco. Agotados los ojos de la vigilia el corazón cede el paso, y otro jardín de hojas desmañadas busca nuevos caminos de terror o gloria, otro mundo donde arder. LUZ NATAL ¿Y aquel lugar, tan bello entonces, aquél seguro refugio del mundo? Horizonte de lomas, piedra gris y sendero de pérgolas, olor de los jazmines. Luego los rostros familiares, la…
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