Alfredo Veiravé
32 Poemas
De: Puntos luminosos (1970)
01. PUNTOS LUMINOSOS
Podrías creer que el arte es como un espejo
sobre la superficie del pulgar que gira
pequeño entre ideogramas luminosos
pero los gatos
sentados entre las piernas de las hermosas
modelos te contradicen.
Ellos son un tema general abstractos como las abejas
en la lluvia como las catástrofes submarinas
el cabello de Odiseo sobre la arena
enumeraciones que no alcanzan jamás la concentración:
esa sabiduría visual de transformarnos
en puntos luminosos
dispersos dolores en la punta del pulmón
que nada tiene que ver con la concentración de la historia.
02. MI CASA ES UNA PARTE DEL UNIVERSO
Los que la vieron dicen que la tierra
es una esfera en el espacio, un planeta
más bien pequeño
del tamaño del dedo pulgar de los astronautas.
Yo no lo dudo porque he visto las fotografías
y porque ahora estoy a casi medio planeta de mi casa.
Lo mejor de todo esto es que en ese pulgar
también mi casa es una parte del universo.
Cómo no serlo si en el patio del fondo
hay un filodendro de gigantes hojas y también gusanos bajo
la tierra
aptos para la pesca, y ahora que me acuerdo
el olor de los helechos contra la pared
la cara de Delfina o Federico entre los árboles
y aquel canario que se nos voló de noche.
03. RAINY TAXI
Llueve sobre las mujeres solitarias
cometas de plantas hechizadas
vienen corriendo entre los
gigantes gemidos
delirios fúnebres
bocas pintadas en forma de corazón
y al mismo tiempo
no sé por qué —alegres, empapadas—
con un paraguas negro
y unos guantes deliciosamente muertos las manos adentro
sus uñas violetas sus espaldas comidas por los caracoles.
¿Desde qué antiguo esplendor viene este taxi
bajo la lluvia
en la desnudez de las dos mujeres solitarias?
Podría decir que van para un museo
si no fuera que naufragan constantemente en los círculos
[del Dante.
De: El Imperio Milenario (1973)
04. POEMA
Claudia Cardinale ave de grandes plumajes y sus pechos
como torres me despierta temprano
se pasea por el hueco que dejamos los dos entre medio
y pone en la vitrola discos de Gardel o Joan Baez
me lee —es un decir— los últimos poemas ya borracho
alucinatorio Dylan Thomas A propósito escribe mal su
apellido y de
pronto un golpe de amigos lejanos me sube por las
[piernas
pido un mate y la veo pasearse desnuda entre
los huecos del tango
“las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo,
[¿viste?”
y me digo con alegría hoy no iría para nada al empleo
si no estuviera realmente
piantao piantao como ella me dice pero Claudia Cardinale
[me
consuela me
arregla el pelo con ternura italiana
me cuenta con sus dedos larguísimos y sus uñas violetas
las seis o siete arrugas horizontales de
la frente (casa de los gusanos en la morera
templo del dios del trópico
escritura de puertas cerradas
el lugar donde los pensamientos eróticos se
[sientan
en cuclillas mariposa que imagina rápidamente
[el golfo estrecho
de Magallanes de tu cintura la magia
[de esos pantalones
ajustados)
después se mete en el pecho
(departamento horizontal en pleno campo con
vistas
a las
vacaciones anuales a los días sin nada y sin nadie
la máquina del mundo que pusiste a andar adentro
de mí, gramaticalmente correcto)
y me dice con tranquilidad no exenta de ironía
(la inocencia como estado ahistórico)
que no tengo la obligación de escribir poesía de
[compromiso
o canciones de protesta que
nuestro amor es puro
y que nada nos salvará
cuando ella se haya ido cuando yo detenga los dedos
[sobre
los broches de su corpiño Inútilmente me dejo arrastrar
por las dudas y después me siento a escribirle este poema
que le dirá “buen día Claudia” “tomemos juntos el
desayuno” No sé por qué la historia contemporánea
[de América
Latina no consigna estos detalles feroces
pero lo que sé
muy bien es que Claudia y yo nos amamos como dos
[buzos
bajo el mar como dos caracoles bajo la playa
como dos turistas en Venecia como dos espinas de la
corona
de Cristo en un relicario como dos
sombras revolucionarias de espaldas en la tierra.
05. NADA SE PIERDE TODO SE TRANSFORMA
Deja que se vayan igual volverán
cabalgando en otros caballos más briosos
las riendas hay que dejarlas sueltas
no las tires hacia atrás hacia tu pecho
y verás que vuelven
(los paladares los tigres los fetos
el ocio y los engranajes)
Si escoges un huevo de perdiz
tendrás el rumor del vuelo
Si pierdes la costumbre del agua
adquirirás de pronto la humedad
Si esperas
podrás ocupar un sitio de tu preferencia
Si corriges
más vale quemar los papeles.
06. POEMA LEVEMENTE DESCRIPTIVO
Me limitaré a describir el polvo por las calles
que emerge soplado por el viento norte en una
desobediencia pertinaz
de sapos muertos en el sol
y esta pregunta
municipal
¿nos tapará la polvareda
con sus edificios sacramentales
este mediodía
en el pueblo?
Espiemos desde las
ventanillas de las casas que se fugan
seamos hábiles en el trance de poner
el viento en sus dominios
el calor en los bolsillos de los disidentes
y
desde luego
aprendamos a leernos en la sequedad de
esta geografía
en donde permanecemos
hasta alcanzar cierto grado de locura
los informes meteorológicos anuncian grandes
[lluvias
en el Chaco
pero las tribus nos arrojan sus granos de arena
sobre los ojos
ni alegres ni tristes estamos en el claustro
codiciando el desperfecto de la máquina solar sentados en
el calor.
07. EXPLOSIVOS
Estoy cargado como un cañón a bordo un viejo y
[herrumbrado
armatoste que de pronto se pone unas mariposas en
las orejas
un tatuaje en los brazos o
un beso que me dejaron en el estómago
sin para qué que tuvo su porqué de
gris y de llovizna
cuando remamos en el mar de los corales
y un marinero se ponía la mano a manera de visera
y oteaba “el proceloso”
el ruido que hacían las mariposas
no sé pero me cuido muy bien de prender la mecha
por ahora los delfines nos siguieron durante
varios días recorriéndonos las bocas
los peces voladores fueron amables
contertulios desde el fondo de sus
ojos miré el largo cuerpo de Ayesha
que no llegaba que no llegaba
nomás, “los corazones no dejaban casi respirar”
mientras, pienso que pronto tendré que empezar a
dibujar un nuevo mapa del universo y también el
Diccionario
La temperatura del cuerpo es normal
la humedad ambiente alcanza 100 grados
el cigarrillo se consume en el cenicero o en los bronquios
el papel donde revuelvo este disparo
es de color azul como mi camisa
(meticulosamente desabotonada)
y aquí en el Chaco llueve desde hace varios días.
De: Historia natural (1980)
08. APOLOGÍA DE LA BALLENA
Una ballena en el Chaco es un hecho insólito
un escándalo de la temperatura del planeta
una desviación del comportamiento de las especies
un signo perdido en capas geológicas sólo comparables
con las arañas del Corán.
No obstante yo la he visto: enorme en la humedad de
[los helechos
con esa condición efímera de las grandes costillas
[ancestrales
capaces de soportar la altura de tus largas piernas
enfundadas en un jean o de tus cabellos
llenos de sal marina.
De pie dentro de la ballena te vuelves imponente
y en un intento de renovación vivimos la era del
Paleolítico
sin preocuparnos por el arte de las cavernas o los
[deshielos
o de la inocente sorpresa de Jonás,
exactamente 7 años A. C.
09. RADAR EN LA TORMENTA
Y alguna vez, no siempre, guiado por el radar
el poema aterriza en la pista, a ciegas,
(entre relámpagos)
carretea bajo la lluvia, y al detener sus turbinas,
descienden
de él, pasajeros aliviados de la muerte: las palabras.
10. MONOS EN EL PARQUE ÁVALOS
No estuvieron en San Juan de Puerto Rico bañándose
en el mar de las fosforescencias
no recorrieron el Museo del Espacio de Washington
con amigos inteligentes y jamás cometerán
el pecado de soberbia.
En cambio
desde los árboles del Parque Ávalos se mueven
con una experiencia singular
gritan saltan
se despulgan tiernamente sobre los turistas
y así mueren sabiamente al margen de la historia.
11. HORMIGAS
Delicadamente transportan grandes piedras para
las pirámides de los faraones
apenas se tocan desde lejos
con las antenas versátiles
tristemente ignoran el sentimiento de los
amantes separados en los aeropuertos
y tampoco nada sintieron dentro del hormiguero
cuando la noticia de la muerte de Chaplin
recorrió el mundo en su silla de ruedas.
Según los especialistas de ciencias naturales
toda esa soledad de las hormigas no se siente
simplemente
porque no se acoplan porque sus huevos
son fórmulas del anonimato,
y porque de la lluvia sólo sienten sustancias líquidas
no sus nostalgias y eso
les impide silbar un viejo bolero de Armando Manzanero.
12. ESPECIES VEGETALES
La palmera pindó es una envidiable introvertida
como un ejecutante de jazz que improvisa sus temas bajo
[el vuelo
de los loros,
el jacaranda en cambio es un árbol femenino
sin inhibiciones y más bien con un orgullo legítimo por
[su belleza;
el palo borracho aún pálido y anémico por el
[problema de sus
glándulas
jamás puede disimular ese complejo de su apariencia
[que lo hace
desconfiar de todas las conversaciones en las cuales cree
oír alusiones a sus formas.
Solamente el gomero, suave y refinado, silencioso y
[seguro de sí mismo
cultiva el arte de la percepción frente a los más severos
[críticos
y con buenos modales en las fiestas mundanas
sonríe para adentro sabiéndose dueño de un secreto
[poderoso.
13. RETRATO DE FILODENDRO
Si Monet pintó varias veces una parva de heno
en el mismo día para demostrar que la luz cambia el
[color de las parvas,
por qué yo no voy a escribir otro poema al filodendro
[de mi casa
si siempre los amigos que llegan lo entrevistan
y le toman fotografías y él crece orgulloso contra la
pared igual que una vedette del cine mudo
porque el orgullo es objeto de la vanidad y eso se le nota
en los días de lluvia cuando desdeña las gotas pequeñas
y sólo deja caer sobre sus hojas art nouveau o de medusa
[verde,
las gotas grandes y las más sonoras, ah, hijo, le reprocho
con Hipócrates:
la vida es corta, el arte largo, la ocasión fugitiva,
la experiencia falaz, el juicio dificultoso…
y él me sonríe y me cuenta que otra planta que no me
[quiere
nombrar lo ama tiernamente en el jardín de las
[penumbras.
Además, agrega, la felicidad consiste en saber disfrutar
lo que no se tiene, y no sé por qué enredos vegetales
[manifiesta
ahora un poco serio: “por eso yo no me mezclo en
[rencillas de palacio
De: La Máquina del mundo (1977)
14. POEMA CON COLOR LOCAL
Pintan a tu aldea y serás universal.
Tolstoi (citado de oído)
Vivo en el Chaco en la ciudad de Resistencia y conozco
el quebracho, el algodonal y el viento norte
en las siestas del verano
sus templos sacramentales y las lluvias interminables
no obstante eso ojeo la enciclopedia que en fascículos
llega a los quioscos
y leo sobre “La infancia de la humanidad”
“La estructura de las máquinas”
Soy de la primera generación de Tarzán y el
Tit-Bits fui Sobrino del Capitán y ahijado de Fantomas
y no veré seguramente
la colonización del planeta Marte
no obstante eso miro los lapachos florecidos
con cierta nostalgia becqueriana.
15. QUÉ ES POESÍA ME PREGUNTAS MIENTRAS
CLAVAS EN MIS OJOS TU PUPILA AZUL
Un delirio naufragante de las memorias recuperadas
en un galeón perdido en el mar de los Sargazos
es decir
la calle de los Muertos bajo el escándalo del sol
en Teotihuacán
(y los bichitos del jardín)
La respuesta de los abismos en el asma de Marcel
los trabajos de oficina de Franz Kafka
la despedida de Cruz y Fierro en el desierto
(las asociaciones interminables)
y tú.
16. TAMBIÉN LA POESÍA ES DESACUERDO CON EL MUNDO
Puede haber un cuervo
en el subterráneo imperio de las sombras:
sin comparaciones obligadas él rechaza la palabra
"conocimiento"
como una prueba paciente de las fórmulas.
No sé tampoco por qué insistimos en perseguirla
con signos cuneiformes
o si somos acaso perseguidos por ella como un mar de adentro
en las despedidas de Odiseo
o someternos. Al fin y al cabo
no somos antenas de la raza (pararrayos celestes) sino
una poca cosa falsificadora
suave en los instrumentos
corolarios innecesarios
doctores de la vanidad personal
incompatibles con el mundo.
De: Radar en la tormenta (1985)
17. YA NO HAY LUGAR PARA LA FRIVOLIDAD
Todos poseen un límite; las lecturas en el jardín
absorben el deseo de las plantas húmedas y el mundo visionario
había allí únicamente con algunos seres animados de ojos abiertos y profundos.
(Entre los helechos y los tiernos animales inocentes el espacio pasa
como un equilibrista que abre su sombrilla para no caer en el vacío.) Hay
diferentes formas de fracaso cuando el trapecista joven sufre el miedo
en las cárceles de la pesadilla,
aunque en el fondo sabe que los victimarios y los torturadores
se juntan en el infierno de la historia, y que las hojas caen sobre ellos
para convertirlos en tierra deleznable. Por eso canta ahora y mira
solamente hacia adelante/ no dará explicaciones de la vida: el cuerpo sabe
esquivar los dardos venenosos del rencor, quizás, una forma cerrada del amor
que no fue correspondido. A veces los límites se abren y comienza el vuelo;
entonces, ya no hay espacio para las frivolidades como saben
los que vuelven de la guerra, o del errático exilio (del poema).
18. SERPIENTES VENENOSAS
José Jolís S.J. nos habla de las serpientes venenosas
y de los cascabeles (tintinean en los platillos de oro de las bailarinas
de las cortes florentinas, danzas de salones barrocos)
nos describe su color / rojo /
(búfalos de Altamira cuando uno puede ver las
oscuras cavernas paleolíticas de la mujer amada)
y cómo esas víboras de ojos fosforescentes alumbran de noche
el paso de los indígenas perdidos en la selva de sus pesadillas,
y aunque Plinio dudaría más o menos escéptico o envidioso
Jolís describe una grande del tamaño de un buey o de
un gomero de la India
sobre el cual durmieron con el Cacique Tellogotí de la Nación Giapitallagá
y el Cacique Aglaiquí de la Nación Toba.
Durante varios siglos se creyó que todo era una mentira
una exageración de los chronistas
hasta que en 1970 dos astronautas que regresaron del espacio
habían crecido 4 centímetros y medio de estatura.
19. HISTORIA CLÍNICA CON DATOS VERDADEROS Y PROSAICOS
No hagas poemas con problemas personales.
Drummond de Andrade
Hace años me hicieron un personal injerto de tibia
en la columna (Mal de Pott), y luego me extrajeron un riñón
(órgano que no es fácil de colocar en un poema)
hace poco
me pusieron un marlex en el cuerpo:
ya parezco el Vizconde Demediado de Calvino.
Pero esa razón, quizás, él resucita y ama más la vida
y el sol del jardín rejuvenece y tranquilo
y feliz como el destino sereno de las plantas,
yo pienso a mis amigos, a la enferma Katherine, y se llena
de energías vitales subterráneas y abro al azar
por ejemplo
las cartas de Herman Hesse o los versos de Ortiz.
Y todo lo que saludablemente leo o invento o confundo
en el Chaco o Nueva York (perdonen los lectores
la experiencia) son discursos simulados
de la imagen / "Puesto que estos misterios nos rebasan
finjamos ser sus organizadores" (¿y por qué no agregar que la poesía
es una abreviada forma personal de la ansiedad?)
Yo bebo en consecuencia a grandes sorbos en la copa transparente
que me sirve la vida, en el rosado vino
(médico-científico) del amor natural.
20. REPORTAJES SOBRE LA REALIDAD
Al ver caer las flores rosadas del lapacho sobre las
[imágenes
de este árbol que anuncia en sus cielos la actividad de la
mirada sentimental, el elogio simple de un espectáculo
[que
no es sintáctico, cualquier novelista diría que ellas (las
[flores)
son personajes delicados, seres emergentes de voces que
[descubren
la realidad de los objetos, en este caso hermosos para la
[escritura
de las estaciones del año, el recuerdo guardado en el
[pecho de sus criaturas
inventadas. El poeta que transgrede los géneros literarios
cerraría los ojos y en sus frases respondería con otros
[resultados
a la ansiedad de sus lecturas compartidas en un reportaje
circular: ¿qué es lo que veo, qué es lo que quiero ver,
[qué es lo que
no puedo ver de estas flores del lapacho sobre
la alfombra rosada de la vereda, que aquí se ha formado
[hoy como
una metáfora de la vida o de la muerte?
La idea simple de una alfombra tejida de rosadas flores
[volátiles
es una antimonia de la realidad, una respuesta posible al
[cuestionario,
una metáfora de la imaginación o de la inteligencia,
[quizás,
simplemente, un homenaje al amor distante de quien las
[mira:
—El significado de un poema sólo puede ser otro poema,
[pero ¿cómo
diferencia usted a la poesía de estas flores del lapacho?
—Es muy simple, porque el poema tiene el aspecto
[geométrico
de la poesía.
—¿Y cómo la reconoce?
—A primera vista, por el sonido mental de ese momento,
[y además
porque la poesía nos enriquece la realidad, como el
[lapacho.
21. ESCUELA O MOVIMIENTO AL CUAL PERTENECE
Pertenezco a la escuela o movimiento denominado
[“Repentismo”,
inventado por mí que por supuesto en este instante
no soy Huidobro ni menos aquel francés ladrón de fuego,
sino argentinamente (simplemente) un poeta repentista:
una especie de ebrio momentáneo que después corrige
[sus (alcoholes)
—lo que está entre paréntesis se puede intercambiar
y las comillas indican otro texto:
“la energía verbal de un hombre rechazado
por tus hermosas piernas de gata complicada”
un acuático camalote de la especie
en una gran laguna del Gran Chaco
que sinceramente les advierte:
no tiren sobre el agua ni una hoja del infierno
porque las ondas concéntricas son capaces de inventar
[un Paraíso, y ya verán
de pronto en esas selvas Roussonianas las razones por
[las cuales
la pareja es arrojada del Edén; así lo menos,
para no explicar ahora
a cuáles modos en el uso de las hojas pertenecen
los vestidos desnudos de ella y él, o el rapidísimo festín
de las imágenes que inventamos ahora en este cine.
Perplejos y abismáticos
espectros que la vida borra con el codo. Sí, yo también
[entre ellas
pertenezco
solamente al movimiento de las hojas.
22. LA ÚLTIMA CENA O EL JUEGO DE LO POSIBLE
Yo cumplo un luminoso y secreto destino,
lejos, en un país solar joven y extraño.
Raúl Gustavo Aguirre
Aquella noche fue:
(cómo diría)
inolvidablemente dócil a los afectos
porque nadie habló de la circulación de los planetas.
Y la situación al terminar otro año
era simplemente común a cualquier reunión de poetas
que han crecido juntos
según las condiciones de la época.
Conversaciones
en los espacios del departamento
(también se habló de algunos premios
que favorecían a las circunstancias, no a la poesía)
lejanías
que nos trasladaban hacia otros tiempos/oscuridades
y también risas de la amistad
que cuando es así nos dice todo
sin preguntar desde afuera
¿quiénes son éstos?
Espejos,
organismos emotivos, borrosas fronteras de un país
[político.
Todos sentiríamos quizás
el goce de esta certidumbre ¿no es acaso una forma
[privilegiada
de la edad no tener que explicar a los demás quiénes
[somos?
Por supuesto, había copas de vino blanco, una de pie
entre los libros, otras con las
piernas cruzadas, inocentemente desprevenidas
entre los giros de la luz a la deriva, y al no sentarnos
a una mesa, picábamos como pájaros esto y aquello,
dando vueltas a la llave
de las anécdotas o de la inteligencia vital del poema no
[escrito.
La alegría
quizás fue la culpable, o la invención del porvenir
la situación desventajosa porque sin que nadie lo
[advirtiera
¿cómo podría habérsenos ocurrido?
ella también estaba en esa cena,
mirando entre el juego de lo posible esas cabezas
—algunas medio calvas, otras canosas, más bien
experimentadas— y entre la fusión
de las palabras de la reunión que se iba terminando
(cuando algunos amigos se despidieron con un beso de
[hombre
como se hace en la ciudad, porque uno nunca sabe si se
[volverá
a encontrar), ella, la oscura y desdeñada,
eligió a uno de nosotros y dijo,
con su dedo largo: éste.
Creo que lo hizo delicadamente para que
nuestras mujeres no se dieran cuenta. Cosa rara
porque ellas siempre saben antes que nosotros,
aunque sea en sueños.
El cuerpo del poema en cambio, el organismo del
[poema,
la acomodación del poema en cambio, seguramente
sintió un roce que ninguno de nosotros advirtió.
El poema sabe más que nosotros de la vida
y percibe antes que nosotros el dedo de la muerte.
23. DESCENSO A LOS INFIERNOS DANTESCOS
Cuando Beatrice se bajó de sus coturnos griegos
de sus frívolos zapatos con plataforma
y quedó balanceándose a la altura de mis hombros
vi sin las trampas de las modas femeninas
por qué razón Virgilio se quema en los infiernos
24. LOS LAPACHOS HAN VUELTO A FLORECER
Los lapachos han vuelto a florecer en este mes de agosto
como si fueran el eje de la historia, y la explosión de
sus flores rosadas un movimiento circular de suaves
[rotaciones
¿qué
piensan dentro de sus ramas (aparentemente
imperturbables) sobre
lo que pasó este otoño en los mares del sur bajo un
manto
[de
neblinas?
Pero de pronto los lapachos florecieron y luego dejaron
[caer
sus flores en el sueño de esa llovizna sin noticias,
y los albatros quedaron sepultados en las Islas.
Y los padres nos quedamos mirando en el aeropuerto
cómo nuestros hijos subían a los aviones de transporte
con armas y cascos y mochilas y fuertes
borceguíes para el frío del sur abajo del planeta que se
iba cantando la marcha de San Lorenzo pero a él no lo
[podíamos distinguir
cuál era desde la terraza porque
ya no era nuestro hijo sino un soldado que iba hacia la
[guerra
y a mí se me cruzaron todas las palabras
rotas
tartamudas
y todavía siento que en aquella madrugada
cuando los aviones se perdieron en el cielo a las seis de la
[mañana
supe que ya podía escribir rabiosamente
la palabra cibilización con be larga, por lo menos.
Y como si nada hubiera ocurrido, en agosto los lapachos
[han vuelto a florecer
sobre nuestros corazones con armas de papel “igual que
[sobrevivientes
que vuelven de la guerra”.
De: Laboratorio Central (1991)
25. ARTE POÉTICA COMO CIENCIA DE LA NATURALEZA
Yo, Bertolt Brecht, vengo de los montes negros...
César Vallejo ha muerto, le pegaban/ todos sin
que él les haga nada...
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas...
No sé cuál de los dos escribe esta página
Las ciencias etimológicamente nacen del saber
y se dividen en teóricas, prácticas y poéticas
Las poéticas son ensoñaciones cósmicas
Bachelard dice de sus fenomenologías
que las imágenes son novedades
o sea, abren un futuro en el lenguaje
y,
una de las últimas verdades desde la
Poética de Aristóteles,
que el mundo real es comido
por el mundo imaginario.
Así en el futuro se denominará
Ciencias Naturales
a todo texto que sea un invento geométrico
de la nueva vida de los hombres.
¿Y el método?
No podrá exigírselo a quienes hayan comido del fruto
del inconsciente.
De esa manera, querido lector, estos poemas son
incursiones
Robinsoncruceanas
el viaje en el mar por la ruta azarosa de Moby Dick,
por las selvas del texto que contiene la codicia de
Hernán Cortés ante los tesoros del oro,
en suma
una expedición encabezada por un cazador de
especies exóticas
que le han sido encargadas para un museo de las
mutaciones,
para un circo de animales naturales en el laboratorio
de la imaginación
con algunas ciencias y cartas personales.
26. EL MUDO O LA INVASIÓN DE LOS PERSAS
Cuando recupere el habla voy a escribir un ancho
poema
sobre los Persas que invadieron el continente de tu
cuerpo
soplando, así empezó la cosa, tu flequillo para que se
abriera y dejara tus ojos
en una posición fetal antes de que huyeras por las
hondas campiñas
verdes, en un caballo donde montabas
exquisitamente.
Sólo me ocuparé entonces
de la risa que te provocaba en esos momentos el juego
de la silla entre las piernas
mientras yo desde el suelo, bajo los sicomoros del
momento, disparaba
mis flechas contra tu corazón metido como un
músculo elástico debajo de la camisa.
El espacio del poema
será ancho pero no ajeno a la fiel servidumbre que
una mujer
mundial merece según las reglas de la objetividad
o del deseo como fuerza positiva de los tajamares
que adornan la
polémica sobre el color local;
será inconcluso porque creo que el poeta cuando
rompe su mudez
escribe como Orfeo de esas sombras del Hades que se
mueven entre
la neblina, sobre el campo de golf o en el
aeropuerto.
Y Eurídice
arrastra la mortaja de los infiernos
que cubre su sexo dormido "como un capullo en el
atardecer"
con una complejidad que nace de los arcos
y las flechas persas del subconsciente.
Mudez, tartamudeo, registro de las angustias de una
conversación
que nadie escucha, la poesía.
Conocimiento desbocado y loco, como un
galope tendido hasta que el caballo se cansa y al
rodar
arroja al jinete como una perdiz muerta de cuyo pico
surge
el último silbido.
27. POEMA DEL DOMINGO
Hacía tiempo mucho tiempo que no escribía un poema
el día
domingo
como si los poemas tuvieran un solo día de descanso
como si la poesía fuera un sonido hebdomadario de
las vértebras
o de ese imaginario real que ahora anda fantasmal
entre
las plantas del último día de la semana.
¿Y todo por qué? Respondo a tu pregunta
joven profeta:
porque esta mañana me puse a leer los poemas de
un griego contemporáneo
y he advertido que estos descendientes del
Peloponeso
jamás se han olvidado de sus dioses, de la guerra de
Troya,
o de la muerte de Aquiles.
Y extrañamente, cronológicamente a-histórico, he
pensado en
los tesoros y en la riqueza de nuestro pasado remoto
de nuestra
edad de piedra o de la mítica Edad Media;
que tenemos en nuestros genes argentinos unos
seres mitad reales mitad autoinventados de tiempo
actual,
casi sin pasado y sin maquillaje.
Y en traducción directa del griego o en simple versión
francesa
alguien nos lee en una voluminosa antología de poetas
del mundo.
latino, y pregunta, como ahora tú:
¿por qué escribes un poema el día domingo?
Y responderé con sentimientos del exilio, quizá,
porque hoy es un buen
día para recordar el río local que nada tiene para
ofrecer
o vender en el extranjero, sino es solamente, la
versátil claridad de sus aguas,
que fluyen heracliteanamente como todo río de aldea o
de
pueblo, y en el cual nunca se hundieron los caballos
de Troya, no cantado por homéricos ni tirios,
sino por otros poetas mayores que vivieron y
murieron
en este mismo siglo, y que ahora están en el
cementerio de
Gualeguay
flotando por estos domingos de poesía
y de preguntas que, algún día,
otros poetas contestarán sin mirar el dibujo
que hacen sus letras entintadas de
signos ideográficos; despojos de la operación
que se llama el inconsciente colectivo: esa suma de
arenas blancas
de la costa-que se mueven al compás de un día
domingo,
con el ritmo de un movimiento de aguas que corren
naturalmente
hacia la curva del molino,
hacia este milagro del mediodía, en este fugaz instante
en que los dioses griegos me han permitido hablar
por otra boca.
28. AVISO A LOS NAVEGANTES
Escribe el poema y déjalo dormir entre los otros
colócalo en el freezer, de costado para que no ocupe
mucho
lugar en la heladera como aconsejaba Catulo;
después de un tiempo, una mañana cuando te levantes
con electricidad en los cabellos y sientas que él
te llama con una voz que se oye en la cabeza
y que es la de otro poeta más querido que tú,
vuelve a leerlo como si fuera ajeno
y sabrás si vale la pena corregirlo o romperlo,
o tocarlo para saber si aún está vivo.
No dejes que interfieran los otros escritos bajo
otras circunstancias psicoanalíticas de lo real, lo
simbólico o lo imaginario,
y sabrás qué cosas dice de aquello que no está
escrito.
Entonces si ese espacio vacío está lleno
sálvalo de la destrucción y engendra una fuerte
convicción sin pensar
en otra cosa que no sea el ritmo sagrado de los
planetas.
29. PALABRA CAZADA AL VUELO
No he sido nunca un cazador de perdices porque la
muerte de
un animal pequeño me sacude como el viento del
campo a los pastos extraños,
pero soy cazador de la palabra en vuelo, lo cual
constituye una estética desdeñada por Valéry entre
otros.
¿De dónde viene esta cetrería sin halcones?
Debe ser, supongo, una fuerza que sale de la propia
voz callada
que comienza a hablar dentro de uno, en cualquier
momento;
el lujo de la bandada que cruza el cielo en una
tarde espectacular,
cuando el papel en blanco nos mueve los dedos,
articulados
en una mano que golpea las teclas.
Quizá la poesía no esté allí, sino en los entresueños
cuando
despiertos, miramos con los ojos cerrados
una ceniza que se llama tiempo, quizá la mentalidad
del oído que oye murmullos entre los muertos.
Por eso nada habrá cuando me haya caído en la
sombra
ya que todo es instantáneo, súbito,
y los poemas inéditos se han roto para siempre.
Como poeta repentista asumo estas obligaciones y
también esos defectos.
Quede para otra ocasión la posibilidad de que la vejez
dicte en otras personas el murmullo de una flor de
coral
que asoma debajo de las aguas.
30. LA LLOVIZNA DE RACO EN TUCUMÁN
Antes de enviarte la carta-poema, ensayo estas
atribuladas
palabras convertidas en un tejido de lloviznas en las
tenues
alturas de Raco, un domingo de éstos que el planeta
risa tiene de la vida;
un viaje que empezó como todos por el poema y
terminó
voluntariamente al costado de la piscina del invierno
donde los sapos engendraban silenciosos
sus extraños huevos en cadena
y estaban en contacto bajo el agua,
quizá porque la flor de los cerezos
les contagiaba una energía muda,
eficaz para que la temperatura
del agua, sirviera de
apoyo al sapo (macho) subido a la sapa (hembra)
en una relación interminable
como el ladrido del perro. Una siesta tucumana
donde yo soñé con tus poemas y la puerta de la otra
dimensión se abrió
una vez más,
el jazmín del amigo muerto que ahora florecerá
en la tierra
de los vivos, de los sapos
silenciosos, del universo
que gira entre otras galaxias.
Sólo nos faltó aquel grillo que hacía en tu poesía
que la pareja dormida fuera
un trío de enamorados.
Antes de enviarte la carta prometida ensayo este
lenguaje de signos
y símbolos y animales
donde se unen los extraterrestres rusos
los contaminados del espacio
los recuerdos de un amor perdido para siempre.
31. CALÍMACO (I)
Como en los epigramas de Calímaco dejo esta breve frase
entre los dientes del gato: no me lloréis
y buscadme en el jardín en tardes como ésta
cuando
el verano está quieto como un felino embalsamado entre las hojas.
Yo fui y yo soy lo que pude mientras viví en la tierra.
Ustedes saben que esta urna funeraria guarda cenizas
de recuerdos felices y de palabras felices
que me hicieron volar fuera del espacio en otro tiempo
que volverá
cuando los extraterrestres desciendan otra vez sobre Machu Picchu.
32. CALÍMACO (II)
Como en los epigramas de Calímaco dejo esta breve frase
entre los dientes de la antigüedad: buscadme en el
jardín
de las sombras
y como consuelo pensad que yo atravesé al fin el túnel
y lo supe todo mientras llegaba a la luz del otro lado.
ALFREDO VEIRAVÉ, Poeta, ensayista, crítico literario y profesor universitario en la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos). Nació en Gualeguay (provincia de Entre Ríos) en 1928. En 1957 se radicó en la ciudad de Resistencia (provincia de Chaco). Autor de importantes y numerosos ensayos sobre escritores latinoamericanos. Obtuvo importantes premios: Faja de Honor de la SADE (1955); Premio Leopoldo Lugones de la SADE y el Premio Regional de Literatura del Fondo Nacional de las Artes (1960 y 63). En 1982 recibió el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía. La Academia Argentina de Letras lo designó Académico en la clase correspondiente, con residencia en el Chaco. Sus poemas fueron traducidos al inglés y al portugués. Obras poéticas: El alba, el río y tu presencia (1951); Después del alba, el ángel (1955); El ángel y las redes (1960), Destrucciones y un jardín de la memoria (1965); Puntos luminosos (1970); El imperio milenario (1973); La máquina del mundo (1977); Historia natural (1980); Radar en la tormenta (1985); Laboratorio central (1990). Falleció en Resistencia (provincia de Chaco, Argentina) en 1991.