Beatriz VillacaƱas

Beatriz VillacaƱas

20 Poemas




De: La gravedad y la manzana, AntologĆ­a (2011)



TRAYECTORIA


En principio fue el grito,
aunque el llanto
se oyera adelantado.

Grito,
hecho emblema por siempre
del contacto mƔs virgen del aire en nuestra carne.


TRABAJOS FORZOSOS

He dibujado pƔjaros-manzana
y he entrenado a mis huesos
en las palabras nuevas.
He moldeado a un dios entre mis manos
y he sudado en la forja de las armas sagradas.
ExcavƩ la raƭz de la unidad perdida.
BusquƩ un dƭa sin vƭspera
y el cauce primigenio donde los cuerpos toman forma y muerte.
BebĆ­ la fruta huracanada del deseo
y bendije mi sed condenada a ser sed por tanto tiempo.
AprendĆ­ a naufragar
en el planeta mĆ­nimo
de una gota de sal, de cualquier lƔgrima.

Lo hice sin remedio:

para llevar mejor la soledad
a este lado del corazĆ³n y de los versos.




TRAMPA

La pregunta se quedĆ³ atrapada
como una mariposa en una mano,
que quizƔs no es una mano
porque
¿quiĆ©n sabe si la mano
es una mariposa que sueƱa que tiene cinco dedos
o solamente
una trampa de carne para atrapar preguntas?
Pero la duda vuela mƔs deprisa.


MANIFIESTO REVOLUCIONARIO

Devolver a las palabras
la verdad que alguna vez tuvieron.
Caiga
quien
caiga.


MANIFIESTO POƉTICO

Devolver a las palabras
la verdad que alguna vez tuvieron.
Caiga
quien
caiga.


MONƓLOGO DE FRANKENSTEIN

Solo,
como mi nombre, que es la nada.
Solo, innombrado y caĆ­do de tu mano en este cuerpo,
padre, tu nombre ahora es el mĆ­o,
aunque no lo queramos,
aunque ninguno de los dos
presintiera el abismo de los hielos.

Digo "padre": ¿A quĆ© dios me dirijo?
¿A quĆ© silencio?

Solo,
como el horror perfecto de estar solo.
Soy el monstruo absoluto,
el misterio final y el del origen,
el misterio del fuego,
el misterio de ser y de pensarse.

Solo,
trago mi propia voz como agujero negro,
deshecho en gravedad
allĆ­ donde la FĆ­sica se aterra.
Todo es de noche hoy, pero no hay hoy.
Tampoco hay todo.

Y sigo aquĆ­.
Y no puedo morirme,
yo soy el monstruo:
la raĆ­z escondida de la vida.
Y soy nadie.


EL ESLABƓN MƁS FUERTE

El muerto permanece:
estĆ” atado a nosotros
por la interrogaciĆ³n mĆ”s infinita.


NOVELA BREVE

Girando hacia estribor
desde la proa
vi a dos hombres nadando
sabiendo que se ahogaban.
Se miraron
y en su mirada se dijeron todo.
No podĆ­an salvarse el uno al otro
ni tampoco a sĆ­ mismos:
la lucidez fue suya
y ellos del destino.


FROM HEART TO MOUTH

No podemos escapar de la metƔfora
y nada es en sentido literal,
si digo "corazĆ³n" ¿quĆ© estoy diciendo?
el centro de las cosas,
sustancia,
vientre frutal,
y este corazĆ³n dentro
que me impulsa a saltar
sin saber si es subida o si es caĆ­da
mi prĆ³ximo destino.


GƉNERO LITERARIO

No importa
cĆ³mo llamĆ©is al cuento,
comedlo como un fruto,
y la manzana siempre nueva del ser y su secreto
serĆ” alimento vivo de todas las historias
y de todos los hombres
y de un solo camino.


LA MANO

Mido la transparencia exacta de las venas
y acerco la mano al silencio de los versos y la noche.
Estoy aquĆ­, la mano mĆ­a vuela
y se hace huracƔn y engendra pƔjaros.

Mido el perfecto impulso de los dedos,
con el bosque y la savia que lo habita.
Escribo.
La mano alcanza el borde de la luz,
se mueve como el dios,
como animal de furia,
es toda corazĆ³n y toda idea.
Abofetea a la mortalidad
y se recrea
con el dolor bellĆ­simo
del contacto de la piel y la palabra.


MEDIUM

Escribir, crear mundo,
Ć­nfimo el escritor,
tan invisible,
subversivo
como mota de polvo dando origen y forma
a teorĆ­a del caos.


EN UN MOMENTO DADO

En un momento dado,
cuando sucede, de verdad, la vida,
empecƩ a convivir con el abismo
y ya no tuve miedo.
En un momento dado
me hice pƔjaro.

Las grullas me siguieron
y formaron la uve con su vuelo,
la de mi nombre y todas las victorias,
y hacia su vƩrtice fueron las palabras de todos los lenguajes.

En un momento dado
entrĆ³ la eternidad
y se hizo mĆ­a.


RUEGO

Que la mortalidad se rinda
y se haga dulce
al chocar con el labio y con la lƔgrima.


VEN


Hay una desnudez
que se mueve al compƔs de los misterios.
Existe una negrura con luz propia.
Hay un cosmos secreto que cabe en una noche.
EspƩrame,
descubrirƔs mis ojos
cuando el cuerpo se ajuste a la sustancia
y la vida a la idea de sĆ­ misma.

Hay una desnudez
que se ajusta a la piel de los enigmas
y es caricia perfecta.

Pasa y cierra la puerta:
soƱaremos a dĆŗo.


MIRAR ES UN DECIR


MirƔndome te encuentro,
felino de amorosa dentellada,
porque me habitas dentro
y estƔs en mi mirada
como una sed de ti reciƩn creada.

Dichosa desmesura,
seamos la pasiĆ³n y su destino,
la risa que mƔs dura
en medio del camino
jugando a la ternura a lo divino.

MirƔndome te encuentro,
todo el mirar y todo a mi servicio,
y en tu secreto entro,
con amoroso vicio,
con el fervor ingenuo de un novicio.

Digamos con los ojos,
digamos con la voz de la caricia,
transformemos despojos
en juvenil delicia,
novicio tĆŗ, mi amor, y yo novicia.


AQUEL TIEMPO EN QUE EL COLOR ERA UN INSTINTO

Tiempo de venerar el aullido del lobo,
la mĆ­stica lunar, el disparate,
y oĆ­r, venas adentro,
el fluir de la sangre y de las lƔgrimas.

De beber el misterio
y no pensarlo mƔs,
comerlo cual manzana.
Con el reto amoroso:
convertir el abismo
en estado de gracia.

Siempre nuevas batallas
de amor con la belleza.
Fecunda colisiĆ³n del cuerpo con el verso.

Un tiempo de epopeya,
de mirar a los dioses cara a cara.

Ha de venir, con infinitas luces,
porque el tiempo
es un abrazo curvo, interminable,
es un siempre que juega al escondite
como juega la noche con el dĆ­a.


CEREAL


Como pan oloroso
estoy hecha de harina
y fermenta, inclemente, en mĆ­, cada palabra.


COMO FAUNA ABISAL

Somos montaƱa y sima,
un pez que da sus bocanadas
en la caliente arena del abrazo.


PLATO DE CERTEZAS


Vivir es un aprendizaje de refugios.

La duda es un cuenco divinamente fisurado.

El amor siempre puede con nuestras definiciones.

La mĆŗsica es lo mĆ”s parecido a la justicia.

Cada descubrimiento alimenta un enigma nuevo.

El tiempo es lo que no nos deja aprehender la eternidad.

La PoesĆ­a es un arma de seducciĆ³n voraz.

El sueƱo verdadero no se contamina por lo posible o por lo probable.

El humor es hijo de la lucidez de saberse dƩbil.

Mientras la vida acosa, fructifica.

SabidurĆ­a es llegar a un acuerdo con la propia angustia.

Tanto mƔs lejos cuanto mƔs profundo.

El corazĆ³n actĆŗa cada vez que se incendia.







BEATRIZ VILLACAƑAS. NaciĆ³ en Toledo, es  doctora en filologĆ­a y profesora de literatura inglesa e irlandesa en la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro correspondiente de la  Real Academia de Bellas Artes y Ciencias HistĆ³ricas de Toledo. ViviĆ³ en Irlanda y Gran BretaƱa, donde fue profesora de espaƱol. En su dĆ­a, perteneciĆ³ a la plantilla de crĆ­ticos literarios de la revista Nueva Estafeta. Sus libros de poesĆ­a: Jazz (La CoruƱa, 1991), Allegra Byron (Toledo, 1993), El silencio estĆ” lleno de nombres, Premio Internacional Ciudad de Toledo (1996), DublĆ­n, Premio Primera Bienal Internacional Eugenio de Nora (LeĆ³n, 2001), El Ɓngel y la FĆ­sica (Madrid, 2005), La gravedad y la manzana (Madrid, 2011). Como ensayista, en su haber figuran libros como Los Personajes Femeninos en las Novelas de Thomas Hardy (Madrid 1991), La PoesĆ­a de Juan Antonio VillacaƱas: Argumento de una BiografĆ­a, (Toledo, 2003) y Literatura Irlandesa (Madrid, 2007), entre otros. Es autora de la introducciĆ³n y traducciĆ³n al inglĆ©s, junto con Michael Smith, de  Juan Antonio VillacaƱas: Selected Poems, ediciĆ³n bilingĆ¼e espaƱol-inglĆ©s, Shearsman Books (Reino Unido, 2009). Como narradora ha publicado cuentos en las colecciones Cuentos para Segovia, Cuentos para Murcia y Cuentos para Toledo. Figura en diferentes antologĆ­as nacionales e internacionales y pueden asimismo encontrarse poemas suyos en numerosas revistas de literatura, entre ellas: Cuadernos del MatemĆ”tico, Barcarola, Ɓlora, la Bien Cercada, Nayagua, BuxĆ­a,   La Sombra del Membrillo, Hermes, Piedra del Molino (EspaƱa), Proa (Argentina) y Norte (MĆ©jico).