Lloviznaba empecinadamente en la ciudad de Salta. Yo habÃa escuchado historias de tigres. Tigres de la Malasia. Tigres de papel. El tigre dientes de sable. El blanco de la Siberia. Los proverbiales tigres de la China, de rayas negras y amarillas. Y porqué no recordar también a los tigres de Mompracem, de Emilio Salgari, que no eran propiamente tigres, sino piratas. Pero nunca habÃa escuchado la historia de un tigre como éste, desafortunadamente aburguesado. En la ciudad la tarde habÃa sido propiamente de perros. La llovizna se empeci…
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