Una mirada fantástica
a "Chupasangre" (*)
de Juan Felipe Toruño
Mara L. García
Brigham Young University
a "Chupasangre" (*)
de Juan Felipe Toruño
Mara L. García
Brigham Young University
Juan Felipe Toruño (1898-1980), está considerado entre los grandes autores que ha producido Nicaragua. Su trayectoria es muy amplia, y nos ha dejado un gran legado literario para los críticos de la literatura hispanoaméricana y universal. Antonio Gamero en el poema "Poesía a Toruño" escrito en 1968, destaca la labor del autor nicaragüense: "Escritor grave y fecundo/ De inspiración explendente,/ Es conocido en el mundo/ Como profeta o vidente."
Su obra es muy prolífica y ha destacado en diferentes géneros literarios: poesía, narrativa y ensayo. Además ha escrito crónicas y estudios críticos. Entre sus libros de cuentos sobresale la colección De dos tierras (1947) a la cual pertenece su cuento "Chupasangre", que es materia de este análisis.1
En "Chupasangre" Juan Felipe Toruño presenta a los personajes: Jim Branchs y All Rester, dos fugitivos que escapan de las autoridades estadounidenses. Los prófugos son perseguidos por matar al padre del primero y tío del segundo. Ambos, ayudados por un guía zambo, se internan cada vez más en las montañas para despistar a sus perseguidores. De sorpresa en sorpresa, los perseguidos se van adentrando en un espacio donde suceden acontecimientos inexplicables para el lector y para los fugitivos. A medida que se van internando en la selva, el peligro aumenta y lo insólito llega a formar parte del viaje. Después de muchas peripecias que parecen una fusión de realidad y ficción, la Loma Bruja se transforma para los fugitivos y el zambo en el Campo Santo que chupa sus vidas. Al final, el Chupasangre con sus poderes narcóticos protege sus dominios, y ante el asombro del lector cobra nuevas vidas y se queda, amo y señor de la Loma Bruja.
En una nota al final del cuento, se menciona que Toruño permaneció en estas regiones que se recrean en el cuento. Él tuvo la oportunidad de ser testigo de algunos sucesos que se narran en la historia, en lo que atañe a la montaña segoviana y zona mosca de Nicaragua, en el litoral del Atlántico. Es frecuente escuchar entre los indios selváticos historias y sucesos increíbles y misteriosos que ocurren en la selva hispanoamericana.
Toruño toma el referente extratextual como escenario de "Chupasangre." El autor, fusiona la realidad y la ficción para entregarnos una obra llena de suspenso, donde lo inexplicable se da en un escenario real. El propósito de este trabajo es mantener el fondo realista pero, al mismo tiempo, mostrar que Toruño se vale de la imaginación y lo fantástico con la intención de invitar al lector para que entre en el mundo maravilloso y misterioso de la selva. Él expone los peligros que se encuentran en este espacio inculto e intrincado cuando el hombre no lo respeta. El autor nos presenta una selva justiciera y bravía que impone sus normas y castiga al que quebranta sus leyes.
Antes de hacer un análisis de este cuento, es importante presentar algunos estudios sobre lo fantástico, para poder entender mejor el trasfondo de "Chupasangre" y el objetivo del autor al crear esta obra. Ana María Morales en su estudio "Las fronteras de lo fantástico" anota:
En la literatura fantástica entramos en un espacio inquietante, puesto que ésta tiene como función causar duda ante los acontecimientos extraños que se experimentan. Según la óptica de Pampo O. Arán: ": Lo conocido y lo desconocido coexisten. En lo fantástico se borran los límites de los estados temporales del sueño y la vigilia y hasta los límites de los sujetos y objetos."3 El cuento "Chupasangre" cumple con las condiciones estipuladas por los críticos de lo fantástico. Es notorio que el texto está preñado de lo infrecuente, lo cual aumenta la incertidumbre y la vacilación del lector y de los personajes. Tzvetan Todorov en su libro La literatura fantástica escribe:
Según la óptica de Todorov, lo fantástico es la duda o la vacilación que experimenta el individuo frente a los acontecimientos aparentemente sobrenaturales. En el "Chupasangre" el lector no es el único que se extraña ante los sucesos que están viviendo Jim y All. Los protagonistas también experimentan inquietud y no quieren dar credibilidad a lo que les está ocurriendo: "All y Jim no creían en brujerías; más la loma les estaba sujetando ya [. . . ] Indagaron el porqué del temor y el guía afirmó que el diablo, que allí vivía, cargaba con los que se aventuraban a ascender"(49).
Pensamos que el miedo del guía es el producto de sus supersticiones y que sus comentarios son el resultado de ello. Por otro lado, nos llama la atención las reacciones del guía quien empezó a temblar y a delirar. El zambo se resite a continuar el viaje, pero es obligado a seguir a pesar de la resistencia que puso. Los fugitivos y el lector se sorprenden ante lo desconocido y el suspenso se mantiene hasta la culminación del relato. Toruño recrea el paisaje y la naturaleza animal y vegetal como portadores de una fuerza arrolladora, quedando el ser humano insignificante ante este poder.
El ambiente selvático juega un papel importante en "Chupasangre" La naturaleza se proyecta caótica y los árboles se muestran amenazantes. El autor describe el espacio intrincado de la selva y lo transforma en un lugar donde se suscitan acontecimientos increíbles para All, Jim y el lector. El único que parece percibir y esperar los peligros es el guía. El zambo advierte que en la Loma Bruja habita el demonio y vaticina que los que se atreven a subir no bajan. Los fugitivos no le hacen caso y el lector lo toma por supersticioso y alude sus reacciones extrañas a las alucinaciones. "Al amanecer la fiebre había cedido en el zambo, pero no podía levantarse[. . . ] Señalaba visiones que veía sólo él y con terror en el semblante y en los ojos deseaba alejarse de ahí, aunque lo mataran" (50).
En este ámbito están sucediendo eventos insólitos que torturan a los personajes. El territorio se transforma en un lugar de suplicio para los fugitivos y éste los ataca contantemente: "Ese zancudo, de largas patas, overo, culo amarillo y con aguijón que traspasa una frazada, es uno de los tesoros de la selva que hiere, envenena, enloquece y mata a quiénes se atreven a hurgarle sus bolsillos" (43). Cada nuevo encuentro con los animales o las plantas es una nueva aventura y, a medida que se van adentrando más, el peligro aumenta y la tierra se vuelve más inhóspita: "Un chirrido seco les anunció la presencia de una clase de monos tecolotes, no agresivos. Al caminar por aquel nuevo aspecto de la jungla, las zarzas, como lenguas del demonio, parecían alargarse para martirizarlos" (45). Los comentarios del narrador corroboran los peligros que tienen que enfrentar los protagonistas: "La vida para ellos era un montón verde y malhechor con una maleza fatal" (45). La descripción de la maleza ayuda para entender el destino aciago de los protagonistas. El lector advierte que algo malo va a ocurrir ya que la suerte de los personajes está fijado por un destino funesto. En el cuento el autor muestra los peligros de la selva y la venganza de los que la usurpan. El lector, además de ser testigo de los acontecimientos increíbles que tienen que enfrentar los fugitivos, también experimenta el horror ante cada suceso extraño. Mervin Roman Capeles agrega que un texto se clasifica como fantástico:
Si se causa ambivalencia y duda en el lector, si lo insólito irrumpe en un mundo real y conocido [. . . ] si el lector queda trastornado o con sorpresa porque la explicación del acto insólito se debate entre una explicación normal y otra sobrenatural, si la ambigüedad perdura durante y/o después de la lectura del texto, y si los personajes y/o el lector del texto reaccionan de forma asombrada ante lo insólito planteado.5
El peligro es constante y llega a formar parte del trayecto que siguen los personajes. El autor espera hasta el final para entregarnos al ser sobrenatural que esperábamos durante toda la historia. El cuento culmina en una tragedia para los fugitivos y el zambo. Ellos pagan su irreverencia por penetrar en espacios vedados para ellos. Su desafío al dueño de la Loma Bruja culmina en la muerte de los tres hombres. "Así, Jim Branchs y All Rester, huyendo de la muerte, fuéronse a topar con ella, aunque sin sentirlo, ni saberlo, en aquel sueño de fantasía y delirio" (52). El guía también termina destruído: "Y él como Jim y All, pagaron el atrevimiento de hollar los dominios del Chupasangre" (53).
Toruño ha dejado el mayor punto clímatico para el final de la historia. La presencia del Chupasangre, es inesperada. No recibimos detalles específicos de este ser sobrenatural. Sabemos que espele sustancias narcóticas y que valiéndose de sus tentáculos realiza su operación mortal.
Era el Chupasangre denominado así por los habitantes de tal región. Era el dueño de la Loma Bruja. Era el que esparce esencias narcóticas. Por eso al subir ellos a la loma, sintieron aquel perfume y un adormecimiento. Comenzábales entonces a hacer efecto la soporífera espiración de los árboles del fatal lugar. Por eso los esqueletos de animales encontrados bajo de alguno de ellos. (52)
Como todo relato fantástico, el final del "Chupasangre" también queda ambigüo e inconcluso y tenemos que tomar una posición. El lector queda con la duda si lo que sucedió fue la realidad o los fugitivos y el zambo perecieron como resultado del miedo y el delirio. "Finalmente[en lo fantástico], es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto: deberá rechazar tanto la interpretación alegórica como la interpretación poética (Todorov 30).
Juan Felipe Toruño en su cuento el "Chupasangre" penetra al lector en un espacio donde lo sobrenatural y lo infrecuente coexisten en un espacio normal. El lector es testigo de acontecimientos extraños que producen angustia tanto en los personajes, así como en el lector. Toruño, valiéndose de su experiencia personal y de lo fantástico, hace que el lector acompañe a sus protagonistas en un viaje hacia un mundo desconocido y sorprendente. El escritor deja en claro que la selva es misteriosa, y muchas veces su enigma queda sin descifrarse. El espacio selvático virgen inspira temor y respeto puesto que no se sabe qué nueva sorpresa nos puede ofrecer. La selva controla al hombre y le infunde miedo como una entidad amenazante. No es fácil domesticar este ámbito y muchas veces los esfuerzos sobrehumanos son insuficientes. Además del suspenso que el autor mantiene a lo largo del cuento, la duda ha sido un motivo constante, no sólo para los fugitivos, sino también para el lector, que también va de asombro en asombro.
Notas
(*) El artículo "Una mirada fantástica a "Chupasangre" de Juan Felipe Toruño" es un capítulo del libro de Rhina Toruño-Haensly y Ardis L. Nelson (Editoras), Juan Felipe Toruño en dos mundos. Análisis crítico de sus obras, CBH Books (2006), 143-149. Analecta Literaria agradece a su autora y sus editoras por habernos permitido publicarlo.
1. Juan Felipe Toruño, De dos tierras: Cuento (San Salvador: Imprenta Fúnes, 1947). Citas del cuento "Chupasangre" se indicarán con el número de la página entre paréntesis.
2. Ana María Morales, "Las fronteras de lo fantástico" 2.2 (2000): 59.
3. Pampa O. Arán, El fantástico literario (Córdova, Argentina: Navaja Editor, 1999) 49.
4. Tzvetan Todorov, Introducción a la literatura fantástica (México: La Red de Jonás, Premia Editora, 1981) 74.
5. Mervin Román Capeles, El cuento fantástico en Puerto Rico y Cuba (Atlanta: Clark Atlanta University, Edition Reichenberger, Kassel, 1995) 26.
MARA L. GARCÍA. Escritora e investigadora universitaria estadounidense de origen peruano. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Kentucky en 1997. Profesora titular de literatura hispanoamericana en la Brigham Young University. Ha publicado artículos críticos, capítulos de libros, reseñas, entrevistas etc. sobre escritores hispanoamericanos en revistas literarias en los EEUU y en el extranjero como, por ejemplo, Elena Garro, Rosario Castellanos, Vargas Llosa, Bioy Casares y Ana María Shua. Es coeditora de los libros: Baúl de recuerdos: Homenaje a Elena Garro (1999), Todo ese fuego: Homenaje a Merlin Forster (1999). Autora de la colección de cuentos La casa de calamina (1997), Escritoras venezolanas de hoy (2005) y Elena Garro: Serie de valoración múltiple (Casa de las Américas, en prensa), Escritoras bolivianas de hoy (2008), Poeta de los andes: Homenaje a César Vallejo (2008). En 1994 obtuvo el Premio Gabriela Mistral (Sigma Delta Pi), en 1996, el segundo Premio Minaya-Alvar Fañez (Sigma Delta Pi), y el Premio Goliardos 2001 (Instituto de Cultura de la Ciudad de México). Presidente-fundadora del Instituto de Estudios Vallejianos Filial Utah-EEUU desde el 2002.
Su obra es muy prolífica y ha destacado en diferentes géneros literarios: poesía, narrativa y ensayo. Además ha escrito crónicas y estudios críticos. Entre sus libros de cuentos sobresale la colección De dos tierras (1947) a la cual pertenece su cuento "Chupasangre", que es materia de este análisis.1
En "Chupasangre" Juan Felipe Toruño presenta a los personajes: Jim Branchs y All Rester, dos fugitivos que escapan de las autoridades estadounidenses. Los prófugos son perseguidos por matar al padre del primero y tío del segundo. Ambos, ayudados por un guía zambo, se internan cada vez más en las montañas para despistar a sus perseguidores. De sorpresa en sorpresa, los perseguidos se van adentrando en un espacio donde suceden acontecimientos inexplicables para el lector y para los fugitivos. A medida que se van internando en la selva, el peligro aumenta y lo insólito llega a formar parte del viaje. Después de muchas peripecias que parecen una fusión de realidad y ficción, la Loma Bruja se transforma para los fugitivos y el zambo en el Campo Santo que chupa sus vidas. Al final, el Chupasangre con sus poderes narcóticos protege sus dominios, y ante el asombro del lector cobra nuevas vidas y se queda, amo y señor de la Loma Bruja.
En una nota al final del cuento, se menciona que Toruño permaneció en estas regiones que se recrean en el cuento. Él tuvo la oportunidad de ser testigo de algunos sucesos que se narran en la historia, en lo que atañe a la montaña segoviana y zona mosca de Nicaragua, en el litoral del Atlántico. Es frecuente escuchar entre los indios selváticos historias y sucesos increíbles y misteriosos que ocurren en la selva hispanoamericana.
Toruño toma el referente extratextual como escenario de "Chupasangre." El autor, fusiona la realidad y la ficción para entregarnos una obra llena de suspenso, donde lo inexplicable se da en un escenario real. El propósito de este trabajo es mantener el fondo realista pero, al mismo tiempo, mostrar que Toruño se vale de la imaginación y lo fantástico con la intención de invitar al lector para que entre en el mundo maravilloso y misterioso de la selva. Él expone los peligros que se encuentran en este espacio inculto e intrincado cuando el hombre no lo respeta. El autor nos presenta una selva justiciera y bravía que impone sus normas y castiga al que quebranta sus leyes.
Antes de hacer un análisis de este cuento, es importante presentar algunos estudios sobre lo fantástico, para poder entender mejor el trasfondo de "Chupasangre" y el objetivo del autor al crear esta obra. Ana María Morales en su estudio "Las fronteras de lo fantástico" anota:
La literatura fantástica debe ser más sutil que la literatura de terror, para evocar lo sobrenatural. En el momento en que se acepta como posible lo que no debería suceder ya no queda sino aceptarlo. En el relato fantástico, lo anómalo es más inquietante que lo que evidentemente sobrepasa la comprensión.2
En la literatura fantástica entramos en un espacio inquietante, puesto que ésta tiene como función causar duda ante los acontecimientos extraños que se experimentan. Según la óptica de Pampo O. Arán: ": Lo conocido y lo desconocido coexisten. En lo fantástico se borran los límites de los estados temporales del sueño y la vigilia y hasta los límites de los sujetos y objetos."3 El cuento "Chupasangre" cumple con las condiciones estipuladas por los críticos de lo fantástico. Es notorio que el texto está preñado de lo infrecuente, lo cual aumenta la incertidumbre y la vacilación del lector y de los personajes. Tzvetan Todorov en su libro La literatura fantástica escribe:
"En primer lugar, lo fantástico produce un efecto particular sobre el lector --miedo, horror o simplemente curiosidad--, que los otros géneros o formas literarias no pueden suscitar. En segundo lugar, lo fantástico sirve a la narración, mantiene el suspenso."4
Según la óptica de Todorov, lo fantástico es la duda o la vacilación que experimenta el individuo frente a los acontecimientos aparentemente sobrenaturales. En el "Chupasangre" el lector no es el único que se extraña ante los sucesos que están viviendo Jim y All. Los protagonistas también experimentan inquietud y no quieren dar credibilidad a lo que les está ocurriendo: "All y Jim no creían en brujerías; más la loma les estaba sujetando ya [. . . ] Indagaron el porqué del temor y el guía afirmó que el diablo, que allí vivía, cargaba con los que se aventuraban a ascender"(49).
Pensamos que el miedo del guía es el producto de sus supersticiones y que sus comentarios son el resultado de ello. Por otro lado, nos llama la atención las reacciones del guía quien empezó a temblar y a delirar. El zambo se resite a continuar el viaje, pero es obligado a seguir a pesar de la resistencia que puso. Los fugitivos y el lector se sorprenden ante lo desconocido y el suspenso se mantiene hasta la culminación del relato. Toruño recrea el paisaje y la naturaleza animal y vegetal como portadores de una fuerza arrolladora, quedando el ser humano insignificante ante este poder.
El ambiente selvático juega un papel importante en "Chupasangre" La naturaleza se proyecta caótica y los árboles se muestran amenazantes. El autor describe el espacio intrincado de la selva y lo transforma en un lugar donde se suscitan acontecimientos increíbles para All, Jim y el lector. El único que parece percibir y esperar los peligros es el guía. El zambo advierte que en la Loma Bruja habita el demonio y vaticina que los que se atreven a subir no bajan. Los fugitivos no le hacen caso y el lector lo toma por supersticioso y alude sus reacciones extrañas a las alucinaciones. "Al amanecer la fiebre había cedido en el zambo, pero no podía levantarse[. . . ] Señalaba visiones que veía sólo él y con terror en el semblante y en los ojos deseaba alejarse de ahí, aunque lo mataran" (50).
En este ámbito están sucediendo eventos insólitos que torturan a los personajes. El territorio se transforma en un lugar de suplicio para los fugitivos y éste los ataca contantemente: "Ese zancudo, de largas patas, overo, culo amarillo y con aguijón que traspasa una frazada, es uno de los tesoros de la selva que hiere, envenena, enloquece y mata a quiénes se atreven a hurgarle sus bolsillos" (43). Cada nuevo encuentro con los animales o las plantas es una nueva aventura y, a medida que se van adentrando más, el peligro aumenta y la tierra se vuelve más inhóspita: "Un chirrido seco les anunció la presencia de una clase de monos tecolotes, no agresivos. Al caminar por aquel nuevo aspecto de la jungla, las zarzas, como lenguas del demonio, parecían alargarse para martirizarlos" (45). Los comentarios del narrador corroboran los peligros que tienen que enfrentar los protagonistas: "La vida para ellos era un montón verde y malhechor con una maleza fatal" (45). La descripción de la maleza ayuda para entender el destino aciago de los protagonistas. El lector advierte que algo malo va a ocurrir ya que la suerte de los personajes está fijado por un destino funesto. En el cuento el autor muestra los peligros de la selva y la venganza de los que la usurpan. El lector, además de ser testigo de los acontecimientos increíbles que tienen que enfrentar los fugitivos, también experimenta el horror ante cada suceso extraño. Mervin Roman Capeles agrega que un texto se clasifica como fantástico:
Si se causa ambivalencia y duda en el lector, si lo insólito irrumpe en un mundo real y conocido [. . . ] si el lector queda trastornado o con sorpresa porque la explicación del acto insólito se debate entre una explicación normal y otra sobrenatural, si la ambigüedad perdura durante y/o después de la lectura del texto, y si los personajes y/o el lector del texto reaccionan de forma asombrada ante lo insólito planteado.5
El peligro es constante y llega a formar parte del trayecto que siguen los personajes. El autor espera hasta el final para entregarnos al ser sobrenatural que esperábamos durante toda la historia. El cuento culmina en una tragedia para los fugitivos y el zambo. Ellos pagan su irreverencia por penetrar en espacios vedados para ellos. Su desafío al dueño de la Loma Bruja culmina en la muerte de los tres hombres. "Así, Jim Branchs y All Rester, huyendo de la muerte, fuéronse a topar con ella, aunque sin sentirlo, ni saberlo, en aquel sueño de fantasía y delirio" (52). El guía también termina destruído: "Y él como Jim y All, pagaron el atrevimiento de hollar los dominios del Chupasangre" (53).
Toruño ha dejado el mayor punto clímatico para el final de la historia. La presencia del Chupasangre, es inesperada. No recibimos detalles específicos de este ser sobrenatural. Sabemos que espele sustancias narcóticas y que valiéndose de sus tentáculos realiza su operación mortal.
Era el Chupasangre denominado así por los habitantes de tal región. Era el dueño de la Loma Bruja. Era el que esparce esencias narcóticas. Por eso al subir ellos a la loma, sintieron aquel perfume y un adormecimiento. Comenzábales entonces a hacer efecto la soporífera espiración de los árboles del fatal lugar. Por eso los esqueletos de animales encontrados bajo de alguno de ellos. (52)
Como todo relato fantástico, el final del "Chupasangre" también queda ambigüo e inconcluso y tenemos que tomar una posición. El lector queda con la duda si lo que sucedió fue la realidad o los fugitivos y el zambo perecieron como resultado del miedo y el delirio. "Finalmente[en lo fantástico], es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto: deberá rechazar tanto la interpretación alegórica como la interpretación poética (Todorov 30).
Juan Felipe Toruño en su cuento el "Chupasangre" penetra al lector en un espacio donde lo sobrenatural y lo infrecuente coexisten en un espacio normal. El lector es testigo de acontecimientos extraños que producen angustia tanto en los personajes, así como en el lector. Toruño, valiéndose de su experiencia personal y de lo fantástico, hace que el lector acompañe a sus protagonistas en un viaje hacia un mundo desconocido y sorprendente. El escritor deja en claro que la selva es misteriosa, y muchas veces su enigma queda sin descifrarse. El espacio selvático virgen inspira temor y respeto puesto que no se sabe qué nueva sorpresa nos puede ofrecer. La selva controla al hombre y le infunde miedo como una entidad amenazante. No es fácil domesticar este ámbito y muchas veces los esfuerzos sobrehumanos son insuficientes. Además del suspenso que el autor mantiene a lo largo del cuento, la duda ha sido un motivo constante, no sólo para los fugitivos, sino también para el lector, que también va de asombro en asombro.
Notas
(*) El artículo "Una mirada fantástica a "Chupasangre" de Juan Felipe Toruño" es un capítulo del libro de Rhina Toruño-Haensly y Ardis L. Nelson (Editoras), Juan Felipe Toruño en dos mundos. Análisis crítico de sus obras, CBH Books (2006), 143-149. Analecta Literaria agradece a su autora y sus editoras por habernos permitido publicarlo.
1. Juan Felipe Toruño, De dos tierras: Cuento (San Salvador: Imprenta Fúnes, 1947). Citas del cuento "Chupasangre" se indicarán con el número de la página entre paréntesis.
2. Ana María Morales, "Las fronteras de lo fantástico" 2.2 (2000): 59.
3. Pampa O. Arán, El fantástico literario (Córdova, Argentina: Navaja Editor, 1999) 49.
4. Tzvetan Todorov, Introducción a la literatura fantástica (México: La Red de Jonás, Premia Editora, 1981) 74.
5. Mervin Román Capeles, El cuento fantástico en Puerto Rico y Cuba (Atlanta: Clark Atlanta University, Edition Reichenberger, Kassel, 1995) 26.
MARA L. GARCÍA. Escritora e investigadora universitaria estadounidense de origen peruano. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Kentucky en 1997. Profesora titular de literatura hispanoamericana en la Brigham Young University. Ha publicado artículos críticos, capítulos de libros, reseñas, entrevistas etc. sobre escritores hispanoamericanos en revistas literarias en los EEUU y en el extranjero como, por ejemplo, Elena Garro, Rosario Castellanos, Vargas Llosa, Bioy Casares y Ana María Shua. Es coeditora de los libros: Baúl de recuerdos: Homenaje a Elena Garro (1999), Todo ese fuego: Homenaje a Merlin Forster (1999). Autora de la colección de cuentos La casa de calamina (1997), Escritoras venezolanas de hoy (2005) y Elena Garro: Serie de valoración múltiple (Casa de las Américas, en prensa), Escritoras bolivianas de hoy (2008), Poeta de los andes: Homenaje a César Vallejo (2008). En 1994 obtuvo el Premio Gabriela Mistral (Sigma Delta Pi), en 1996, el segundo Premio Minaya-Alvar Fañez (Sigma Delta Pi), y el Premio Goliardos 2001 (Instituto de Cultura de la Ciudad de México). Presidente-fundadora del Instituto de Estudios Vallejianos Filial Utah-EEUU desde el 2002.