Luis Benítez


Luis Benítez -Lectura de poemas en la Biblioteca Nacional (2007)



Luis Benítez

Cuatro Poemas Inéditos



1. EN EL CANTERO ARRASADO POR EL FRÍO RESISTÍA

Discutíamos tú y yo
Sobre cosas de nuestro amplio mundo,
Hecho de ventanas
Detrás de las que guardamos padecimientos y alegrías,
Como en un acuario
Que creemos aislado de lo que está
Bullendo, cuando
En todo lo que decimos su magma estalla:
El hombre y la mujer
Son dos razas que en medio de su batalla perpetua
Se intercalan.

Más allá ¿recuerdas? Estábamos en el balcón y explotó en abril
Su desusada melodía.
El grillo viejo desde un cantero lejano bramó su partitura,
En el ya frío abril
Del hemisferio sur era su estar lo desusado, lo inaudito:
Nada tenía que hacer
Su sexual sinfonía, trastorno del verano, en medio de la tarde helada
Que abandonaba en su águila
Ese niño furioso que para siempre representará el deseo.

En el cantero arrasado por el frío resistía,
Como un bulbo tozudo,
Como una semilla insistiendo en procrear,
En ser padre tardío
De diminutas larvas que inundaron el aire
Meses antes,
Cuando la escarcha no nublaba el parabrisas
Del hombre cansado
Que por la calle somnolienta conduce el autobús.
Abajo, en la calle,
Alguien grita que tiene odio, hambre y frío;
Entre los bocinazos
Otro cruza la calle frenético en su automóvil
Y un vendedor recita
Su interesada palinodia. Nosotros ante el grillo
Callamos la vergüenza
De ser casi ya viejos y de no ser padres.
No llegará hasta una hembra
Su violín desastroso: en la humedad del cantero
Le cortarán las cuerdas
Entidades más potentes que su canto ridículo:
La niebla de mayo,
El viento de la calle que sembrará otro junio,
Arrasarán el destiempo
De su amplificado rascar los costados gastados
Por un deseo incesante.
Estúpido animal que cuando un silencio momentáneo
Intercede por su apenas, mínima gracia,
Deja oír en toda la calle su humilde esplendor,
Esa insistencia
De otro tiempo simultáneo que no vemos,
Que no oímos,
A no ser por un grillo u otra cosa eterna y fuera para siempre
De este bien conocido,
calculado y cotidiano mundo que habitamos.


Ciertamente el tiempo
Es un río
Que a orillas de su canto
Se detiene.

A José Emilio Pacheco





2. NOSOTROS, ANTIGUOS PERFUMISTAS

Si alguien en un siglo anterior operaba
Sobre la combinación de esencias que apenas pesaban lo que el aire,
Y si de su apenas presentida combinación creía
Obtener una esencia tan capaz de devolver
A quien cerca pasara, por lectura o aspiración apenas
El simulacro de la belleza condensada
En unas palabras o efluvios, el vislumbre
Siquiera, pero tan poderoso, que abre para siempre
Las narices a la nueva realidad para él,
Que es la antigua y continua, para tantos y tan pocos,
Es muy cierto, apenas contenida
En la cifra de unos versos o un veneno.

Si era cierto entonces que la mayoría -exigua- apenas aspiraba,
Por casualidad o por gracia, las primeras notas,
Las que se llaman palabras, las que primero se desvanecen
Y nada dejan en la nariz que es la mente y son pronto olvidadas,
Perdido para siempre su sentido, las que luego
Vuelven sin saberlo en una frase casual,
En el espejismo de una visión que les parece propia y es ajena.

Si otros, muchos menos, alcanzan a gustar o creen ello,
El centro donde "reside" el sentido, apenas
El primero del ejército de significados
Contenido en una condenatoria bocanada de comprensión,
Y no saben que todos sus posteriores errores sobre el mundo
Engendro serán de esa lectura y asomo algo más hondo
Que para siempre los encerrará en la falsa cárcel
Donde a partir de allí se licuarán sus vidas,
No menos engañadas por la apariencia
Del perfume, del atractivo engaño segundo
Atento como una araña, seguro como un rifle.

Y más hondo, en las notas que se dice son del corazón,
Acechar la epifanía profunda, que sus redes lanza
Más allá de lo que puede capturar un perfume,
Recoger nocturnamente el sentido o las palabras.

¿Quién puede ir más allá sin volver
Con un miembro transformado, con un órgano nuevo,
Para siempre cambiado por el asomo a lo que está
Tan fuera, tan carente de olor como de palabra?
El problema luego es andar sin ser visto por el mundo
Con esa prótesis viva, esa nueva porción de uno mismo.

La poesía es un perfume donde limbo, infierno y paraíso
Se disputan, igual que todas las cosas, cada día de algo nuevo
Que la fortuna dispone sobre el mundo:

(Creer cierto lo que dicen estos tres últimos versos
Es abrir los ojos con el frasco, fatal, abierto).



3. LA TÓMBOLA DE LOS MUNDOS



Un golpe de dados No abolirá el azar.
Stéphane Mallarmé

Vivimos inmersos en el milagro.
San Pablo



Y la semilla cayó del balcón superior al mío
Y dio meses después
Estas ramas, hojas, flores rústicas que contemplo:
Ella fue la afortunada
Con la vida esquiva que se apartó de sus hermanas,
Proyectos de raíces,
Verdes estructuras que no fueron ni serán jamás
Ya nunca algo vivo
En la ciudad insomne, desatenta a los milagros del azar
Como lo estamos todos.
Así, en mayores escalas que no conocen medida ni relato,
Estallan universos
Y sobreviven otros que contienen éste, donde veo florecer
Una hierba-plaga
Como si ella y yo nada tuviésemos que ver con la metáfora.
Yo que no fui asesinado,
Que no me ahogué de niño ni de adulto, que no ingerí pesticidas,
Que no me suicidé del todo en 1975.
Ahora llega la noche nuevamente y la luna sale otra vez,
Por muchas y específicas razones,
Tan justificada como en la serie televisiva de Carl Sagan.


4. BUCÓLICAS / TEOLOGÍA

El barco que veo en el espejo
Sigue siendo poco gobernable
Aunque
Vacunamente todos entramos
En este otro corral del tiempo
A 1/2 viaje todavía
Entre la parición y el degüello
El ganado de dios va por sus varias vidas
Pastando por los sucesos y los días
Como si fueran ciertos
Y el gran cuchillo invisible
Siempre esperando
Adelante
Si salimos un momento del camino
Detrás de algo verde
Siempre sucede algo malo:
Es dios que silba

Nos hizo un solo dios
Aburrido y hambriento.