NO VIENEN AVISPAS
(Selección)
1
El verde ya no calma
inquieta más que el rojo
el rojo ya no está al alcance de la mano
el verde en todas partes
como un polen veraz
hay agujero porque crece
otro árbol
germina en grandes robles
el mundo animal
ve peligrar su programa
no vienen avispas
en el arrecife de madréporas
se cobija el pueblo del mar
neutral o embrujado
en el bosque se escruta
el desvelo de las formas solteras
2
No profanen esas tumbas
la cueva de las larvas
está en otra parte
miles son los verdes
se vuelven pinos
se cambian en palmas
aquà no hay tumbas
los muertos están exentos
de eufóricas rapiñas
sus espectros sólo balan
un frÃo desgarra
las lomas del valle
enferma y convierte
a algunos en poetas.
3
Los árboles se las arreglan
para seguir creciendo
pero la tierra está cada vez
más muda más verde
la cueva de las larvas
está en otra parte
la pisarán
cuando se disipe
el verde sombrÃo
cuando la fiebre sea azote
haya sangre en los ojos
y fuego en el corazón
en el sendero desierto
donde Dios mismo se extravió
y tuvo el valor de preguntarle
al campesino sorprendido
en qué camino estaba
un viento voluble y marino
acarició la cara del hombre
el viajero decidió entrar en un lago
posarse en sus aguas hipnotizadas
convenciéndose: no es algo grave
descender como un cofre cerrado
que nadie confundirá con un tesoro.
4
En el tronco del hechizo el pastor del lobo
en el árbol encestado
el espÃritu maligno
vas por el seto
hocico de astro y sol dorado
esa forma llamada humana
en la calma de una ola
el quisiera hacerla correr
sobre la hierba afelpada
la abeja en los tilos.
trae la miel de la infancia
es la pequeña patria de los elfos
los cristales arden
y el gato salta el ataúd sin verlo.
5
El falso muerto golpea el ataúd
el tejido humano serpentea
un sombrero de mosquetero
cae sobre las piedras
alguien aquà pasó a lágrima viva
darle la vida a alguien
prematuramente muerto
vuelve blandos a los párpados
chantaje obliga cuando el duelo
no está al alcance de la mano
con un dejo socarrón
el falso muerto golpea
tiene manos fuertes
pantorrillas de acero
quién imagina un vestido de bodas
marchado de escarlata
los escondrijos se alertan
nunca deja de golpear
carne mortificada
un cielo azul pizarra evoca
la mala estrella de la buena suerte.
6
Celeste será la sonrisa
pacificada por la muerte
tamborilean los dedos de plomo
la luz falla ante el cuerpo yerto
ella quiere que un hombre la complete
y que en esa labor el hombre desaparezca
las cejas se cortan en una sola lÃnea
sobre la inocente nariz
arriba no hay un cielo
abajo están las marcas
de huesos de pierna de cordero
con precisión militar avanza
la horda de los pardos cangrejos
se mueven tan rápido
que extravÃan el ojo humano
el falso muerto piensa
ojos para cangrejos
saliendo de negras algas marinas
como escarabajos
el falso muerto se hincha y golpea
en el reino de los paraguas blancos
un viejo se emborracha de duelo.
7
Uno de mis hijos murió
su belleza era asombrosa
renuncié a expresar mi dolor
un viento de muerte
desraizó el ciprés
no me asombraron sus pálidas hojas
sino que todavÃa
hubiera rosas en el mundo.
8
Vivo terciopelo
la infancia se refleja
en un canal transparente
de las nubes
caÃan las cigarras
en el atardecer bermejo
su exorcismo es como el aire
que ondula entre las algas
la culebra repta
arriba no hay un cielo
la turbera está inundada
un vuelo de patos
sacude la maleza
la naturaleza
ha extraviado su simplicidad
desde lo anónimo
la emprende con los débiles
la bruma desvergonzada se abre
se oye el estertor
de un animal espantado
sigue reptando la culebra
hasta que se seque
el aura ensangrentada
en la ceniza del ausente cielo
9
Los niños buscan escondites
los hombres el buen lugar
están decididos a todo
a veces al volverse
y mirar el lago
han creÃdo ser dioses
ahora son ninfas
seres totalmente feminizados
en un mundo donde se lapidan mujeres
pocos alcanzan lo impersonal
hojean las figuras graves
descoloridas del álbum familiar
a todos seduce la esperanza
de crearse a sà mismos
algunos consultan
astrólogos y parapsicólogos
cada promesa se oscurece
al querer dominar
la mente de los otros
los crustáceos perciben la luz
mejor que los blancos peces
el cálculo de las intenciones
tiene sabor a último acto
en la medianoche glacial
el desventurado susurra
a quienes cantaron la canción
de los soldados que no fueron
ahora verán volar las gaviotas
como cultivando la adulación
no saben si la mitad de la historia
ha sido hecha o dicha
imaginada en las alas
del ángel que invita al burdel.
10
En arenas incandescentes
las señas mudas
hombres duros de cerviz
la ferocidad de hablar
en nombre de Dios
o de la historia
todo se vuelve alimento
para ninfas babilónicos
el cuervo del paraÃso escruta al carcelero
la bola del billar se fuga
respiras ante el inmenso mar
y el ligero azul sofoca.
LUIS THONIS, Poeta, escritor, crÃtico y narrador. Nació en Buenos Aires en 1949. Ha escrito notas y ensayos en diversas revistas literarias. Ha publicado Siglo de Manos y la criatura (1987), Eunoe (1991), Cuerpos Inéditos (1995) y Estado y Ficción en Juan Bautista Alberdi (2001).