SEIS POEMAS INÉDITOS
Luis Benítez*
Luis Benítez*
1. CUANDO NO SE ESPERA
Cuando no se espera el horizonte asoma
Finalmente;
Algo se vislumbra, lejos: suyo es entero el color
Y suyo el único volumen,
Y las cosas revelan la giba evidente de su espalda oculta.
Un mundo trasformado
y sin embargo entonces muestra que siempre
Estuvo allí a la mano, cerca;
Que estaba tan presente, dice, como la casa de enfrente.
La ardua pregunta surge:
¿Era precisa tanta incertidumbre ardiente,
Tanta búsqueda
Por corredores sinuosos, tanto trámite
De boca en boca,
De año en año, la lenta escalera de caracol
Recorrida a zancadas,
la premura insípida, el pataleo entre los dientes
airados del día al llegar arriba,
a la torre del instante presente, ahora, el único?
Cuando no se espera
Surge de los labios sola y sin ayuda esa antigua melodía,
La cancioncilla que quizá
cantaba alguien distraído, paseando por la calle del hospital
donde tu tiempo comenzó,
hace algún tiempo, entre las sábanas manchadas de sangre
y la rutina médica. Luego
tu primer alarido cubrió esa canción que vuelve
cuando no se espera.
2. ESTAMOS EN LA EDAD…
Estamos en la edad en que los miedos prosperan
Y estamos en la edad en que mueren los padres.
La viña vuelve en vinos distintos cada año
Y el viejo tronco que se retuerce en el fondo de la casa
Exprime de su savia sabores nuevos en cada vaso.
¿Esa es la causa apenas de cada renovada desazón?
Mejor será pensar, más cerca de lo cierto,
Que tu tiempo aprieta como en otras bocas apretó antes
El mismo poco original bocado de parecidos manjares,
Cuando esta mesa ajada nutrió los fuertes brazos que te alzaron
En vilo reconociendo que eras el hijo de estas mismas estrellas.
Una que cae rasgando la noche del infortunio no derribará el cielo,
No caerá la hora, como una semilla seca escupida por un muerto,
Cuando el siguiente mediodía disuelva su sombra entre esas plantas.
Todavía no, mi Simbad, mi Magallanes perdido en la ruta de tu propia sangre,
Todavía no promediará ese absurdo azar que anima tus huesos,
Suma de toda coincidencia, milagro inimaginable incluso para sí mismo,
Paradoja que empaña con su aliento los espejos.
Una sola hora es un paisaje, un día pesó siempre lo que una constelación,
Pero ahora lo sabes en el nervio donde bajo tu nombre firmó
Siempre esa sombra que te sigue, ese cuerpo que arrebatas.
3. LA CARTERA VACÍA
Estaba allí, era un pedazo de cuero,
Unas filigranas que alguien había pespunteado antes,
En un taller bajo un hilo de luz,
Un inmigrante de Sudamérica o Marruecos,
Bajo el mando de un patrón celoso.
Y había sido vendida
Y cuanto contuvo fue y vino
Con ese destino que sólo tienen los hombres y el dinero.
Como las monedas con un reverso de césares,
Como los billetes con un frente de presidentes,
De ella habían salido horas acumuladas,
Acopios de días que pagaron taxímetros,
O crímenes u horas amontonadas sin nada en su interior;
Una cartera vacía, temblando bajo el viento de la rambla,
Dice que está abierta al soplo del siglo,
Como todos.
Un bañista que pasó la tomó,
observando a todos lados, y la arrojó desairado,
recuperado -y no lo supo- por su único
y exclusivo, implícito destino.
4. EL HOMBRE-LOBO DE HOY SE QUEJA
Océano - Pero, ¿es que no conoces, Prometeo,
que suelen las razones ser medicina
de un alma enferma de encono?
(Prometeo encadenado, Esquilo)
Permite que tu sombra o la noche
Te humedezcan los párpados,
Así, de esa manera, no entrará en ti
El fuego ni te acariciará el porvenir.
Dale una oportunidad a la roca,
Ábrele la puerta al frío viento del oeste,
Esta gélida fantasía te dará la llave.
Nunca llorarás. Piensa en ese tesoro
Que les robarás a todos, lágrima por lágrima,
Moneda por moneda.
Nunca amaremos, de todos modos, más que sueños y palabras.
Lo sabemos: nos están negados por igual
el llanto verdadero y la genuina alegría.
¿A qué descender otra vez a esos abismos largamente visitados?
¿No hay un tedio en ese alumbrar con la linterna
Los mismos muertos, las mismas larvas,
Esos fantasmas que ya te saludarán somnolientos,
Rasgando las telarañas descuidadamente,
Solamente por espantarte de su lado?
Gracias a tu maldición tuyos serán para siempre
Una luna verde y un prado azul
Que nadie más puede ver ni importan
Más allá, donde comienza lo cierto.
Tuyo es un mundo que no conoce otras aguas,
otro fuego o aire ni otra tierra que no sean suyos.
De ella eres
lo único nacido y el único habitante.
Nuevo Asterión: lo más espantoso de ti
Es que hoy tu casa no tenga límites,
Y que nadie en los espejos se anime todavía
A ver la cabeza del perro lavándose los dientes.
5. UN MILAGRO INVERSO
Los cielos dicen la gloria de Dios,
y el cielo estrellado cuenta sus maravillas:
un día tras otro día revoca esta palabra,
y una noche tras otra nos da este aviso.
(Cantar de los Cantares, Fray Luis de León)
y el cielo estrellado cuenta sus maravillas:
un día tras otro día revoca esta palabra,
y una noche tras otra nos da este aviso.
(Cantar de los Cantares, Fray Luis de León)
Espío lo que escribe en el siglo XII
Algún benedictino o en el XXI
Su duplicado insistente:
"¿Por qué crees que no te toca lo que digo,
que hay una distancia entre lo que yo veo
y lo que miras cuando, desatento,
te sorprende lo dicho en una sola hoja
del libro abierto de la vida?
"Si este mundo se muere
Tú y yo moriremos bien juntos.
"Nos une la misma madre,
La tierra es infinita,
Y todo el tiempo caminamos
Por su cuerpo extendido:
"Si esta semilla que yo tengo en la mano
No llega a su destino de árbol,
Si este animal inocente
Que cruza el camino
Resulta asesinado,
Tú y yo nos apagamos también
En sus muertes oscuras.
"Tú y yo somos signos
De un continuo milagro
Que pasa inadvertido
Y que está en todas partes:
En tu alma que oye
Y en las cosas que digo."
(Luego viene el infinito mal
Que derrumba todas estas palabras;
Después se acerca la violación,
El odio, la furia, los soldados.
El otro lado de lo mismo
Se impone y salva al mundo
De los mansos, de todas sus buenas intenciones.)
Ah, el mal:
Lo que borda el bien
Del otro lado de la trama.
6. APÓSTOLES DE LARGAS GUERRAS
Apóstoles de largas guerras
Se repiten y sus rostros continúan
En túnicas, en corbatas luego,
Pero, ¿volverán siempre,
Una y otra vez, desde el 3.000 antes de Cristo
Al milenio que viene,
Repitiendo sus viejas oraciones malignas,
Envenenando el corazón de los imbéciles,
Siempre, siempre, encontrando pasto fresco
Para revivir al Toro Furioso
Que anida en cada tonto?
¿El largo experimento del monito que piensa
Arrojará siempre el mismo resultado?
El sedimento del mundo viene siendo desde hace varias capas
Cuerpos podridos, yelmos mezclados con ametralladoras oxidadas,
Tanques y también carros de combate tirados por caballos,
Misiles armados cuidadosamente por científicos
En laboratorios asépticos, se mezclan allá abajo
Con espadas y alabardas, con armaduras melladas
Por la frecuente estupidez. Hay muñecas
Y juegos infantiles mezclados con el detritus,
El fósil, la carroña. Hay novios barridos de un bombazo,
Hay maternidades hundidas en la noche.
Y cuanto digo es repetido y ya no causa efecto.
No es algo digno de figurar en la novedad
Esperada de un poema.
Bajo el mar hay miles de barcos hundidos a cañonazos
Que almacenan los gritos de obligados moribundos;
Hay barcazas de náufragos barridas por la metralla
Entre carcajadas y gritos de triunfo.
En cada costa donde la gente toma sol y lee el diario
Hay manchas de sangre extensa, hay hombres rematados a bayoneta
Que a su vez intentaron asesinar a los que defendían el acceso a la playa.
En el centro del club de campo donde ahora se juega al golf
Y las blancas pelotitas testimonian que la vida es bella y boba,
Había un paredón salpicado por fragmentos de cerebro.
Ya nadie parece tener la facultad de ver fantasmas.
En esta sala donde el poema es recorrido línea a línea,
Distraídamente escuchado o leído,
Pensando despectivamente que podría contener versos mejores,
Cuatro tipos bien armados se bajaron de un auto para matar a un quinto,
En el milenio anterior una mujer fue degollada junto a la chimenea,
Mucho antes un anciano fue muerto a hachazos por su hijo,
Un siglo antes un viejo ahogó a su nieta entre sus manos.
Y cuanto digo es repetido y ya no causa efecto.
No es algo digno de figurar en la novedad
Esperada de un poema.
Ya nadie parece tener la facultad de ver fantasmas.
Los datos biobibliográficos de Luis Benítez puede consultarlos el lector interesado en nuestro post del día martes 12 de agosto de 2008.