Megafón
Pensar desde Latinoamérica*
Alicia Poderti
CONICET - Academia Nacional de la Historia
Buenos Aires
Pensar desde Latinoamérica*
Alicia Poderti
CONICET - Academia Nacional de la Historia
Buenos Aires
La revista que constituye nuestro objeto de estudio se presenta bajo el nombre de MEGAFÓN. La denominación coincide con la de la última novela de Leopoldo Marechal, escritor argentino ligado al peronismo, titulada Megafón o la guerra (1970). Megafón fue el medio de expresión del Centro de Estudios Latinoamericanos, formado a fines de 1972 y dirigido por Graciela Maturo, quien también asumió durante los años 1975 a 1989 la dirección de la Revista.1
El CELA, órgano generador de la Revista Megafón, constituyó una agrupación de intelectuales de distintas áreas disciplinarias unidos por la preocupación acerca del destino cultural de América Latina. Las conclusiones de sus estudios se materializaron en la realización de un programa de trabajo "para la indagación del ser latinoamericano", tal como expresan en el acta de fundación del Centro citada en primer número de la revista:
MEGAFÓN es el que anuncia, y al anunciar es también que nombra, el que denuncia, el que llama, el que convoca y profetiza.La imagen de la Víbora está presente en la novela Megafón o la Guerra, de Leopoldo Marechal,3 publicada en 1970. Es una metáfora de la falsa historia argentina que necesita asumir una nueva identidad -otra piel- que es el diseño de Patria ligado al frustrado proyecto peronista.
MEGAFÓN es el oscuro muchacho de barrio "que anuncia con un megáfono de insólita envergadura el peso de las boxeadores y las ocho vueltas del combate".
Es, llevado esto mismo a otro nivel, el que reconoce a los contendores de una batalla mayor y decisiva. Al configurar la imagen de Autodidacta, Marechal traza ejemplarmente la del Hombre Latinoamericano, no encasillable en moldes académicos. De él nos dice que "usaba un método bárbaro (en su formación intelectual) que consistía en buscar sólo aquellas nociones que sirviesen a su problemática interna".
(...) Porque nos inscribimos en el rumbo de su viaje, y aspiramos a ejercitar su prudencia, pedimos a MEGAFON que nos auxilie con dos preciosos instrumentos: el Compás y la Brújula. Con ellos sólo nos proponemos contribuir en alguna medida al desarrollo de la conciencia latinoamericana. "La Víbora ya construyó debajo su otra piel. De modo tal que ahora, mientras los figurones externos consuman la muerte de una dignidad y la putrefacción de un estilo, la piel interna de la Víbora quiere salir a la superficie y mostrar al sol sus escamas brillantes" (Megafón, Tomo I, Nº 1: julio de 1975).2
La contrarrevolución de 1955 tuvo su ectoplasma, y en él se materializaron por modo fantasmal hombres y cosas que habían muerto en el país: figurones de cartón o de lata, políticos ya desintegrados en sus tumbas, asaltantes ya históricos del poder y el dinero... Esos fantasmas reencarnados (...) constituyen ahora la exterioridad visible del país. Juran hoy en la Casa Rosada, luego dibujan su pirueta en el aire bajo los reflectores, caen al fin reventados como títeres en el suelo para ceder su lugar a otros fantasmas igualmente ilusorios que juegan el destino del país en un ajedrez tan espectral como ellos. (Marechal, 1970: 15).CULTURA Y POLÍTICA
Si bien Megafón no tiene el perfil de una revista política, se proyecta en sus páginas el compromiso de algunos de sus colaboradores con la causa peronista. Así lo demuestran artículos como el incluido en este segundo número (publicado un año y medio después de la muerte de Juan Domingo Perón, a cargo de la Presidencia de Argentina entre 1973-1974). El artículo "La Patria Grande y sus enemigos", firmado por Cristina Mateu y Antonio Azcuy Ameghino se inicia con cuatro epígrafes: uno de José de San Martín, el segundo de Simón Bolívar, el tercero de José Artigas y el cuarto de Juan Domingo Perón, que expresa: "Contra los que quieren unir están los que tienen intereses económicos y políticos para impedir esa unión. Los imperialismos están en contra y harán todo lo posible para que estas uniones no se realicen porque, evidentemente, son integraciones que van en contra de sus designios e intereses" (Megafón, Tomo I, Nº 2: diciembre de 1975: 185).
El contenido de estas palabras se amplian con la concepción continentalista4 de Perón que impulsa la tarea de "profundizar la lucha por la soberanía nacional, la democracia popular y el desarrollo de la economía en base, a los propios recursos y a las propias fuerzas de nuestros pueblos. Por ese camino podremos hacer realidad el proyecto de la América una y libre por el que lucharon los mejores hombres que dio esta tierra" (Megafón, Tomo I, Nº 2: diciembre de 1975: 187).
Los autores del artículo insertan este plan integrador continental dentro de la propuesta del un Tercer Mundo, en lucha por la liberación y las integraciones regionales. Obviamente, este pensamiento retoma la idea de la Tercera Vía propuesta por Perón ya en la década del '405.
Las ideas tercermundistas ligadas a la propuesta de la Tercera Posición fueron proclamadas como una "urgencia" por Graciela Maturo en múltiples entrevistas brindadas a medios nacionales e internacionales, durante sus viajes a otros países latinoamericanos como Colombia y Venezuela. Así lo consigna, por ejemplo, el diario El Nacional de Caracas (domingo 25 de agosto de 1974) en una extensa revista realizada a Maturo (Cfr. Bibliografía).
La revista tenía diferentes secciones: textos críticos, publicación de poesía y narrativa, reseñas bibliográficas, etc. y las portadas estaban realizadas a una sola tinta sobre un fondo de color, con motivos acordes a la propuesta latinoamericana y humanista. Las ilustraciones de las portadas fueron realizadas por María del Rosario Sola. Colaboraron, durante los años de vida de la revista, muchos escritores e intelectuales de Argentina y otros países latinoamericanos, de diferente filiación ideológica pero con un proyecto crítico común. Dirigidos por Graciela Maturo, los integrantes del Grupo de Estudios Latinoamericanos se anticiparon varias décadas en la investigación de una literatura de identidad latinoamericana, como así también en su filosofía. Megafón fue el primer intento argentino en la persecución de este objetivo y lo logró.
Megafón implicó un hecho fuera de lo común para la vida de las revistas: una empresa editorial prolongada que abarcó un amplio y problemático segmento de la historia política del país: desde el '75 hasta el '89 se suceden: el último tramo del tercer gobierno peronista, la dictadura militar del '76 y la vuelta a la democracia que se inicia en 1983 con el gobierno de Raúl Alfonsín.
Como recuerda Graciela Maturo (entrevista, mayo 2008) Megafón está ligada a un proyecto mayor, que fue el de los franciscanos, dirigido por Fray Alberto Cortés. Cuando Maturo inició la labor del Centro de Estudios Latinoamericanos. En la década de los '70 continúa desde la Universidad del Salvador (Buenos Aires). Posteriormente, dos años después, se incorporó como catedrática a la UBA y fue incorporando profesores de otras universidades -sobre todo del interior del país-, con la propuesta de construir una teoría y una crítica literaria humanistas.
Era el momento del auge cientificista en todas las universidades del mundo y Megafón nació como una iniciativa global, que no estaba exclusivamente abocada a las letras, sino integrada a la construcción de un programa para las ciencias humanas. Se nuclearon filósofos, psicólogos, antropólogos, en menor medida sociólogos porque en ese momento estaban muy "matrizados" por un sentido "positivista" según declara Graciela Maturo (entrevista, mayo, 2008).
En el año '74 se inicia el proceso de aparición de tres revistas importantes para la cultura argentina. La revista Mundo Nuevo (de teología), Megafón (de Letras y de Cultura), y la revista de Filosofía Latinoamericana con la dirección de Mario Casalla. La interacción entre las revistas puede comprobarse en la publicidad integrada a algunos números de Megafón. Estas líneas de pensamiento se unen al Proyecto del Padre Castañeda (editor) y los integrantes comienzan a reunirse en lugares como San Antonio de Padua, Villa Allende (Córdoba), en el Convento Benedictino de Victoria en Entre Ríos, con los Salesianos de Tandil, en Salta con algunos profesores de la Universidad Nacional de Salta, en Corrientes con Sánchez Aguilar, en Catamarca con Horacio Monaya (dramaturgo), Osvaldo Valli hizo de anfitrión activo en Santa Fe, Jorge Torres Roggero era el referente de Córdoba, en Mendoza se sumó Vicente Chiquiti. Así continuó multiplicándose la tarea del CELA en muchos lugares del país y del exterior.
Fue un grupo itinerante por toda la Argentina y después por otros países latinoamericanos. "Comenzamos por Uruguay - declara Maturo-, donde se realizó un CELA uruguayo y se prosiguió con otras reuniones en Paraguay y en Chile" (entrevista, agosto, 2008). En Perú mantenían estrecha relación con Antonio Cornejo Polar, quien se sumó a la propuesta y fundó la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. En Caracas el poeta Juan Liscano fructificó en acciones comunes para la fundación del Centro de Estudios Latinoamericanos que luego tomaría el nombre de "Rómulo Gallegos", bajo la dirección de Carlos Andrés Pérez, amigo de Liscano (este Centro hoy cuenta con un subsidio estatal muy importante). Las ideas de Maturo y Eduardo Azcuy inducían a que cada país tuviera su Centro de Estudios Latinoamericanos. En Venezuela también se fundó un Centro como prueba del estímulo de este plan macro.
En la época militar trabajaron casi clandestinamente. Se diría que el Centro estaba "descentralizado" para no quedar atado a la influencia de ningún gobierno. Esto permitió continuar las tareas de Megafón, que excedían la publicación de la revista y también incluían una serie de actividades conexas. En el primer grupo podríamos mencionar los libros de la colección que dirigía Eduardo Azcuy junto a Alberto Cortés. Se publicaron tres obras de Marechal que estaban inéditas en revistas, estos libros salieron con el sello Castañeda: El "Don Juan", "Los Poemas de la creación" (Poema de la física y Poema de Psiquis, con ordenamiento y selección de Graciela Maturo), y un texto muy valioso que no estaba inédito pero sí agotado: una revisión que el autor realiza sobre la vida de Santa Rosa de Lima.
"UN CENTRO QUE NO PUBLICA ES UN CENTRO QUE NO EXISTE"
Como puede leerse en el detalle que consta en el Nº 5 de Megafón, se editó la obra de muchos otros autores nacionales, tanto en ensayo, como en poesía y novela. La editorial de García Cambeiro se sumó a la propuesta. "Porque en realidad un centro de Estudios que no publica es un centro de estudios que no existe" (Maturo, entrevista agosto de 2008). Esas jornadas itinerantes se hacían al ritmo de dos por año con grupos reducidos de hasta 70 personas y siempre tenían resultados que se publicaban en volúmenes grupales y en la revista. Cada número Megafón incluyó reseñas bibliográficas. Existe un registro de actividades del CELA donde constan las jornadas, publicaciones de libros y folletos. También estaban las "fichas" de Megafón, que divulgaban reseñas de bibliografía, comentarios sobre temas de actualidad, traducciones, etc. Esto se distribuía a las personas por correo y también se utilizaba en las universidades como material de lectura en las cátedras.
La empresa impulsada por Ediciones Castañeda, en la primera etapa de Megafón se dividía en distintas colecciónes: 1) Colección Estudios estéticos y literarios, 2) Colección Letras del Mundo Nuevo, 3) Colección Perspectiva Nacional, 4) Colección Estudios antropológicos y religiosos, 5) Colección Estudios filosóficos, 6) Colección Vidas populares de santos. Además publicaba las otras dos revistas contemporáneas a Megafón: la Revista de Filosofía Latinoamericana, y Nuevo Mundo (Revista de Teología Latinoamericana)
Dentro de las publicaciones impulsadas por Megafón, con Castañeda, el CELA y García Cambeiro, podemos mencionar los siguientes tomos, que dan cuenta de la intensa labor editorial del programa:
FACUNDO Y FIERRO. LA PROSCRIPCIÓN DE LOS HÉROES, por Gaspar Pío del Corro, Buenos Aires: Castañeda.
EL ESCRITOR: MEDIO Y LENGUAJE, por José Luis Víttori, Buenos Aires: Castañeda.
EL ARTE POÉTICA DE JULIO CORTÁZAR, por László Scholz, Buenos Aires: Castañeda.
MISTERIO DE BEATA FARAGÓ, por Arturo Cerretani, Buenos Aires: Castañeda.
EL MAL DE BOTAL, por Adolfo Jasca, Buenos Aires: Castañeda.
LITERATURA Y HERMENÉUTICA, por Graciela Maturo, Buenos Aires: CELA, García Cambeiro.
GÜIRALDES Y SU TIERRA, por Luis Soler Cañas, Buenos Aires: Castañeda.
LA CRUZ EN AMÉRICA, por Adán Quiroga, Buenos Aires: Castañeda.
PAIDEIA PRECOLOMBINA, por Enrique Oltra, Buenos Aires: Castañeda.
CRISIS DE EUROPA Y RECONSTRUCCIÓN DEL HOMBRE. UN ENSAYO SOBRE MARTIN HEIDEGGER, por Mario C. Casalla, Buenos Aires: Castañeda.
SAN FRANCISCO DE ASÍS, por J. M. Colasanti, Buenos Aires: Castañeda.
FRAY MAMERTO ESQUIÜ, por Juan Alberto Cortés, Buenos Aires: Castañeda.
SANTA ROSA DE LIMA, por Leopoldo Marechal, Buenos Aires: Castañeda.
AMÉRICA LATINA: INTEGRACIÓN POR LA CULTURA, por Carlos Martínez Sarasola, Otto Morales Benítez, Graciela Maturo, Gladys C. Marín, Delia Caminotti, Gaspar Pío del Corro y Lida Aronne Amestoy. (Es de señalarse que el libro ha contado con el aporte del escritor y estudioso colombiano Morales Benítez, autor del capítulo "El mestizo y el barroco"). Compilación: Mariano Carreta, Buenos Aires: García Cambeiro.
CLAVES SIMBÓLICAS DE GARCÍA MÁRQUEZ, 2ª edición, por Graciela Maturo, Buenos Aires: García Cambeiro.
REDESCUBRIMIENTO DE LA POESÍA ARGENTINA. ALFONSO SOLA GONZÁLEZ Y LA GENERACIÓN DEL CUARENTA, por Edelweis Serra, Francisco Mían, Susana Giqueaux, Cleres Kant, Mabel Brizu.ela y Teresita Seguí, Buenos Aires, García Cambeiro.
RELIGIOSIDAD INDÍGENA AMERICANA. La investigación antropológica de José Imbelloni. Selección de textos, estudio introductorio y notas por Mariano Garreía, Buenos Aires: Castañeda.
LA CARA OCULTA DE LUGONES, por Jorge Torres Roggero, Buenos Aires, Castañeda.
HACIA UNA CRÍTICA LITERARIA LATINOAMERICANA, por Graciela Maturo, Buenos Aires: CELA, García Cambeiro.
SHANKARA Y EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO, por Daniel Álvarez Acuña. Buenos Aires: Castañeda.
EL MITO Y LA CULTURA, por Eduardo Julio Giqueaux, Buenos Aires: Castañeda.
MITOS POPULARES Y PERSONAJES LITERARIOS EN LA ARGENTINA, por Jorge Torres Roggero, Norma Pérez Martín, Marta Lena Paz, Gaspar P. del Corro, Emilse Cersósimo, Elisa Calabrese, Olga Zamboni, Miría Ferrari, Lida Aronne Amestoy, Graciela Ricci. Buenos Aires: Castañeda.
LO SOBRENATURAL EN LA LEYENDA ARGENTINA, por Ricardo Santillán y otros autores. Buenos Aires: Castañeda.
SÁBATO Y EL MISTERIO DE LOS CIEGOS, 2ª edición ampliada, por Luis Wainerman. Buenos Aires: Castañeda.
GÜIRALDES, SÁBATO Y MARECHAL: UN ITINERARIO SIMBÓLICO, por Emilse Cersósimo, Buenos Aires: Castañeda.
TEORÍA Y METODOLOGÍA LITERARIA, por Eugenio Castelli, Buenos Aires: Castañeda.
GEOCULTURA DEL HOMBRE AMERICANO, por Rodolfo Kusch, Buenos Aires: García Cambeiro.
AMÉRICA LATINA: DE LA UTOPÍA AL PARAÍSO, por Graciela Maturo, Buenos Aires: Castañeda.
LOS BULTOS, cuentos, 2da edición aumentada, por Carlos Hugo Aparicio, Buenos Aires: Castañeda.
JUAN BAUTISTA DE AMÉRICA, por Eduardo Artesano, Buenos Aires: Castañeda.
En 1989, ya hacia el final de la Era Megafón, se publica el libro de Graciela Maturo, titulado FENOMENOLOGÍA, CREACIÓN Y CRÍTICA (Buenos Aires: García Cambeiro).
EL PENSAMIENTO "SITUADO"
El humanismo estaba instalado en la ideología de la revista. Intelectuales como Jorge Torres Roggero serán los referentes indiscutidos de esta línea, que continúan desarrollando en sus trabajos actuales (en el caso de Torres Roggero debe destacarse su labor al frente de la revista Silabario, publicada desde los '90 en Córdoba).
En su artículo títulado: "Acerca de lo 'narrable' en nuestra literatura", Torres Roggero realiza en excelente recorrido por la literatura argentina rastreando "ideas-fuerza" predominantes y que constituyen la oposición insoslayable de la cultura política del país.
En el primer eje de oposiciones Torres Roggero trabaja la dupla: LIBERACIÓN /DEPENDENCIA6. Del lado de la LIBERACIÓN se ubica la "cultura liberal", con sus valencias de "civilización", "Progreso", "Europa" en contra de las masas populares y nacionales. En el registro sociológico, la vertiente de la DEPENDENCIA comprende la "cultura criolla" con los signos de la condenada "barbarie", el "estancamiento", y un lugar: "América" (que incluye su identidad hispánica e indígena). A estos rasgos sociales se oponen las elites de intelectuales extranjerizados.
Este esquema permite "leer" la literatura argentina desde el siglo XIX. El estudio comparativo de la terminología que puebla los textos literarios desde esas instancias "fundacionales" hasta el presente es una marca fundamental del trabajo de Torres Roggero (en Megafón, Nº 3, julio de 1976: 73): "Así es como pasamos a ser receptores de depósitos inmóviles que se constituyen en una especie de preservadores de la civilización, de la cultura y la democracia. En cuanto a Echeverría se siente propietario de un saber, es reaccionario a pesar de sus formulaciones ideológicas (...) un siglo después El Matadero se constituye en síntesis expresiva: "aluvión zoológico".7
Si bien muchos han explorado la dicotomía "Civilización vs. Barbarie", surgida del mítico Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, el análisis de Torres Roggero excede las posibilidades de lectura que otros han intentado. No sólo ha trabajado este tema en artículos sino también en libros como La donosa barbarie (1998). Para Torres Roggero la oposición "Civilización y Barbarie", contenida en este tomo que el mismo Sarmiento reconociera como "extraño, sin pies ni cabeza" (esto porque más que una interpretación es una "novelación de la realidad, mezcla de biografía, ensayo, polémica, libelo y fantasía" es el "significado implícito de gran parte de nuestra literatura" (Megafón, Nº 3, julio de 1976: 74).
Siguiendo el derrotero marcado por los intelectuales del primer peronismo, como Ernesto Goldar, Torres Roggero amplía los alcances semánticos de la dicotomía sarmientina documentada en las obras literarias. Hay párrafos muy iluminadores en su trabajo:
Desde diversa óptica los narradores argentinos se definieron por la cultura o la revolución extranjera dominante y en contra de la cultura y la revolución nacional que surgían de los desarrollos objetivos de nuestra realidad, cuyos contenidos reales contribuyeron a amordazar. Bárbara la Argentina criolla para Lucio V. López; tarado el gringo para Cambaceres. Explícito desarrollo del Facundo, el nieto de Juan Moreira de Payró, "malo", el gaucho verdadero para Lynch; "chusma" el irigoyenista para Lugones. "Aluvión zoológico" es la "realidad" implícitamente aceptada por Beatriz Guido cuando se refiere al descamisado, y "lumpen", si el autor es David Viñas. "Y para qué definir, por fin, el vértice en que reaccionarios de izquierda y de derecha confluyen transformando en excelente la alienación: Jorge Luis Borges (Megafón, Nº 3, julio de 1976: 75).8Estas líneas de oposiciones dentro de la cultura y la política conectadas con el meollo de la identidad argentina y Latinoamericana, también es explorada por el gran pensador Rodolfo Kusch, quien participaba de las reuniones del CELA. Traía sus textos y Megafón se encargó de difundir gran parte de su obra. En uno de sus libros, Kusch identifica a la "barbarie" con el "hedor" de América:
La destrucción del rey y de las cosas de la aristocracia, puso en vigencia la revelación que habían sufrido los revolucionarios. Claro que en América ese tipo de revelación no pasó nunca a mayores, porque siempre careció posteriormente de vigencia. En todos los casos se trataba del hedor que ejercía su ofensiva contra la pulcritud y siempre desde abajo hacia arriba. Arriba estaban las pandillas de mestizos que esquilmaban a pueblos como los de Bolivia, Perú o Chile. En la Argentina eran los hijos de inmigrantes que desbocaban las aspiraciones frustradas de sus padres. Contra ellos luchaban los de abajo, siempre en esa oposición irremediable de hedientos contra pulcros, sin encontrar nunca el término medio. Así se sucedieron Túpac Amaru, Pumacahua, Rozas, Peñaloza, Perón como signos salvajes. Todos ellos fueron la destrucción y la anarquía, porque eran la revelación en su versión maldita y hedienta: eran en suma el hedor de América (Kusch, 1986:14).
Por otra parte, un análisis de la obra completa de Rodolfo Kusch nos permite detectar que para este pensador hay, en toda América, un enfrentamiento dialéctico entre el SER y el ESTAR. Por un lado se da la experiencia basada en la agresión (cuyas raíces se remontan a la polis griega) y, por la otra, la pasividad de una primitiva cultura indígena enraizada en el paisaje y en el viejo sustrato de la especie.
Una es la forma excluyente y cerrada, un mundo movido por el principio teórico de la libre competencia entre individuos, para lo cual cuenta con un mercado de mercancías. La otra es la forma abierta del indígena que mantiene su integridad vital como prolongación del ámbito en que se halla. La economía que persiste en esta estructura es la basada en la distribución de los alimentos dentro de la comunidad.
Estas dos formas se oponen como lo "individual y tenso" frente a lo "colectivo y distendido". Pero también se oponen como una estructura del "desamparo", donde cada uno queda librado a su suerte, frente a una estructura del "amparo", en la cual intercede la comunidad para salvar a sus integrantes. La primera se sostiene con la tensión de la ciudad, con la importación de modas y objetos y la imitación de las culturas tensas, mientras que la segunda mantiene el antiguo ritmo de la especie, soterrado bajo las elites andinas.
En zonas como la del Norte argentino, por debajo de la cultura dinámica, subyace el antiguo estrato comunitario y colectivista. Es un sustrato que se registra fundamentalmente en el plano folklórico o etnográfico, ofreciendo su resistencia a las formas del SER, su antagonista.
La solidez de esa cultura, su cohesión y persistencia, estriba en lo que llamamos el ESTAR, que carece de referencia trascendente a un mundo de esencias y que se da en ese plano del mero darse en el terreno de la especie, que vive su gran historia firmemente comprometida con su "aquí y ahora".
Los que defienden la pulcritud se hallan al exclusivo amparo de la ciudad y conjuran, mediante leyes constitucionales o proscripciones, ese "hedor de América", que viene de los suburbios, del campo o de la montaña. El mundo limpio de la sociedad y la nación está continuamente asediado por el mero ESTAR como forma de vida. Es el hecho elemental de que en una fábrica trabaja el patrón pero los obreros trabajan lo mejor posible. En todo interviene la sospecha sobre la debilidad de la estructura a que recurrimos y que responde a una especie de crisis de la entelequia de nuestra cultura.
Pero esa oposición entre SER y ESTAR se da en el plano de la vida y también de la historia, y plantea el problema de una dialéctica, porque esto es lo que sugiere siempre la oposición de dos realidades. Una hará de tesis y la otra de antítesis, de tal modo que, la resultante síntesis surgirá de una incorporación de la antítesis de tal modo que se produzca una superación dentro del proceso general.
Pero una interpretación dialéctica no se podrá pensar a la manera de cómo lo hizo Hegel, porque éste ponía al final de su filosofía conceptos que no serán los que se jugarán en América. Un punto de vista americano sólo puede suponer una evolución desde el ángulo del mero ESTAR, o sea de lo indígena. Y esto lo advertimos en todos los órdenes, porque el mero ESTAR tiene una mayor consistencia vital que el SER en América.
Las ideas fundamentales de Kusch han impactado en el mundo pues a él se le atribuye el rol de "intérprete" de la cultura Latinoamérica, de la América Profunda y del pensamiento situado en un "aquí". En el plano estricto de la cultura, y no de la "civilización", para Kusch sólo cabe hablar en América de un probable predominio del ESTAR sobre el SER, porque el ESTAR, como visión del mundo, se da también en la misma Europa. Se trata de un planteo nuevo para el occidental, de una fagocitación del SER por el ESTAR, ante todo como un SER alguien, fagocitado por un ESTAR aquí.
La ratificación del programa Megafón
En el número 9-10 de diciembre de 1979, Megafón publica un verdadero manifiesto que es una ratificación de sus principios y, a la vez, en tiempos de la dictadura implicaba un gran desafío al poder:
EL CENTRO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS RATIFICA SUS FUNDAMENTOS Y PROPUESTAS INICIALES
1. Asumir el quehacer intelectual dentro del compromiso que hoy la historia impone a los hombres de América Latina: la defensa de nuestro patrimonio cultural, la progresiva unidad de las naciones y la aspiración a una comunidad de hombres libres, ajena a cualquier clase de totalitarismo y respetuosa de los derechos del hombre, dentro de una superación del individualismo egoísta y estéril.
2. Adherir a un proyecto argentino, democrático, pluralista y social, fundamentalmente elegido y pensado para el hombre, que lo libere de frustraciones y lo preserve de la alienación.
3. Desarrollar un pensamiento filosófico que sea capaz de superar las antinomias ciencia-mito, razón-fe, características de la modernidad europea, volviendo a fundar la tarea intelectual en un logos espiritual que le devuelva su verdadero sentido humano y trascendente.
4. Develar el ser latinoamericano en su pluralidad histórico-cul-tural y reflexiva, atendiendo a todas las raíces que lo conforman y a los aportes que permanentemente recibe.
5. Revalorar el saber mítico-religioso que es patrimonio del pueblo no-ilustrado, intentando superar el alejamiento típico de los intelectuales con respecto a éste.
6. Desplegar una apertura de sentido ecuménico, sin sectarismos de ninguna especie, tendiente a la recuperación moral e integral de nuestros pueblos.
7. Favorecer el diálogo interdisciplinario en el campo de las humanidades.
8. Practicar una permanente revisión del instrumental científico y crítico elaborado por diversos autores, en la intención de reenmarcar sus aportaciones dentro de una postura filosófica espiritualista.
9. Favorecer el contacto entre el campo de la crítica y el campo de la creación, a menudo considerado en forma "objetal" por los trabajos cientificistas.
10. Desarrollar una crítica hermenéutica del texto literario, relacionando a través del símbolo el texto y el contexto, y devolviendo a la palabra poética su significación total.9
Megafón no contaba con subsidios, por eso la tarea fue titánica y asombrosa mirada en retrospectiva. Mucho trabajo se realizaba desde una fotocopiadora. La Dirección se ocupaba de otras tareas de distribución por correo acompañada por un equipo básico. En las provincias se alentaron los valores locales. "No era la idea llevar la voz de Buenos Aires al interior. Como si en las provincias no hubiera "cultura" (Maturo, entrevista, agosto, 2003).
La revista fue el órgano del CELA y el foco de donde partía un haz de actividades. Era un espacio abierto donde no sólo publicaban los integrantes sino también otros intelectuales que quisieran alcanzar sus propuestas. Debe destacarse, durante todos los años de vida de la revista, la publicación de autores que aún ocupan un importante espacio en el campo intelectual de este naciente siglo XXI, como Ernesto Sábato, Fermín Chávez, Rodolfo Kusch, Norma Pérez Martín, Gaspar Pío del Corro, Ricardo Martín-Crosa, Alfonso Sola González, José Luis Víttori, Roberto Juárroz, Mario Casalla, Florencio Escardó, Efraín Bischoff, Elizabet L. de Kusch, Ana Serrano Redonet, Osvaldo Valli, Lida Arone Armestoy, Liliana Befumo Boschi, Juan Liscano, Graciela N. Ricci, Nélida Salvador, Zulma Palermo, Eduardo A. Azcuy, Luis Soler Cañas, Eugenio Castelli, Abraham Haber y Jorge Torres Roggero, entre otros.
Los homenajes a H. A Murena y otros, los estudios de las culturas mexicanas y la visión Nahuatl, trabajos sobre petroglifos del noroeste argentino; análisis sobre música típica del litoral (como el chamamé) o la música primitiva de América; la publicación posmortem de textos como "Athanor. Sainete Alquímico" de Leopoldo Marechal; la difusión de poemas de autores del interior del país, como Juan Oscar Ponferrada (Catamarca) y Néstor Groppa (Jujuy), y la impresionante cantidad de libros que son reseñados por diferentes autores, son mostrativos de que Megafón no trabajó encapsulada en la metrópoli. Con el enorme impulso de su directora, diseminó la cultura en todas sus manifestaciones a partir de este proyecto multifacético.
LA AMÉRICA PROFUNDA
En la etapa de la transición a la democracia, la revista comienza a editarse con menor frecuencia, si bien las actividades del CELA continúan regularmente. Megafón se mueve en un profuso mercado de revistas culturales con diferentes tendencias y que se posicionan en lugares hegemónicos. Son revistas como Punto de vista, que explora el campo teórico con perspectivas que vienen de Europa. El auge de los estudios semióticos y su entrada a las universidades entra en colisión con la mirada hermenéutica y fenomenológica que plantea Megafón. Muchos intelectuales que escribieron en la revista habían desaparecido, como es el caso de Rodolfo Kusch. Con respecto a este pensador recordemos que en 1976 realizaba sus actividades en la Universidad Nacional de Salta, al norte de Argentina. El gobierno militar le quitó sus cargos en ese año. Kusch se refugió con su familia en la Quebrada de Humahuaca (hoy declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO). Estaba enfermo y no pudo realizar un tratamiento adecuado. Falleció en Buenos Aires el 30 de setiembre de 1979, pero sus restos fueron trasladados al cementerio de Maimara (en la misma Quebrada de Humahuaca) donde Kusch exploró los secretos de la América Profunda que se plasmaron en sus artículos publicados en Megafón y en su voluminosa producción en libro.
La adhesión manifiesta a un cristianismo católico (tal como lo hiciera Marechal en su momento) y la militancia peronista de Maturo eran condiciones objetables por quienes producían desde "la otra vereda" intelectual. Sin embargo, estas características no logran empalidecer la figura de la directora de Megafón, quien continúa sus fervientes giras por el interior del país, a la vez que investiga en el CONICET y ejerce la docencia universitaria.
La tarea central del programa Megafón se materializa, en la década de los '80, en la producción de fichas de lectura para las cátedras universitarias, las que también circularon fuera del ámbito académico. Eran fichas de la cátedra Teoría y Análisis Literario y material autorizado en 1986 para uso de los alumnos de la materia a cargo de Graciela Maturo. Entre ellas podemos mencionar la titulada: "Sentido y estructura" de Gerard Genette (trad. De Alfredo Paiva). También circuló la ficha "Derrida y Saussure frente al signo" de Emilio Bejel (Dispositio, Vol II, Nº1). Las Editoriales de la Revista-Libro Megafón, publicadas entre 1975 y 1979 fueron compiladas en una ficha titulada "Cultura nacional e integración latinamericana", bajo el sello editorial del CELA (Cfr. Bibliografía).
La enfermedad y la muerte de Eduardo Azcuy es la señal decisiva que pone fin a la revista. La directora sentía, según manifiesta en las entrevistas, que él era un gran factor aglutinante del grupo y que ésta era una tarea colectiva. Si bien Graciela Maturo era un motor fundamental, Megafón y el proyecto macro no logran reponerse de la pérdida de este colaborador incansable y deciden suspender la publicación, aún cuando continúan las tareas del CELA. Según declara Maturo: "el contenido lo decidíamos siempre con él y hasta la corrección de pruebas de galera pasaba por sus manos durante 15 años. Luego hubo otras propuestas para continuar, pero después de la partida de Azcuy se había diluido el sentido primero y los colaboradores que se ofrecían quizás no comulgaban totalmente con la idea del humanismo ligado a la cultura popular. El "pensamiento situado" era pensar desde América, sin desdeñar los aportes europeos de Bordieu, Lacan, a quienes hemos llegado incluso a criticar porque no constituían una base crítica creada y pensada desde nuestro ámbito" (entrevista, mayo de 2008).
El nombre de la revista está registrado y actualmente existe un litigio porque otra revista usufructúa el nombre ligado al prestigio de la gran labor que se realizó en forma colectiva desde 1975. Además, esta revista digital no se conecta en absoluto con las ideas primigenias que planteó la revista dirigida por Graciela Maturo.
La repercusión de Megafón trascendió las fronteras de Argentina y logró dispersar sus ideas en las provincias más alejadas del país interior. Y es que develar los secretos de la América profunda era la prioridad para los integrantes del CELA, descartando la "prédica" desde el centro hacia la periferia.
Los periódicos de Buenos Aires y Latinoamérica dieron cuenta del fenómeno Megafón, como La Opinión, La Razón, La Nación, Clarín y la Revista Nudos (Buenos Aires), el diario Los Andes de Mendoza, El Norte (de San Nicolás) y El Nacional de Caracas, entre otros (Cfr. Bibliografía).
La propuesta crítica de Megafón impacta en la cultura de democracia naciente con valencias muy diferentes a las que sostenían las otras revistas culturales. Se producen verdaderas batallas léxicas con las otras corrientes imperantes. Maturo defendía el postulado de que la teoría literaria debía surgir del concepto de "lo humano", el que supone también un concepto de "la palabra". No hablaba de "lengua", sino de "palabra". Tampoco adhería a la denominación de "texto" y prefiere conservar la de "obra", reivindicando la figura del autor, que es negada por otras corrientes. Así Maturo sublima la visión analítica de una fenomenología de la obra literaria (en Poderti, 2000).
Esa "fenomenología" da valor a la imagen y a lo simbólico. La simbolización es una instancia fenomenológica que otorga sentido a la imagen. Y la "hermenéutica", como una fase ulterior a la fenomenología, completa las significaciones al reintegrarlas al seno de la cultura.
NOTAS
* en Revistas Culturales Latinoamericanas (1960-2000), México: Conaculta, Universidad Iberoamericana y UAEM-Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Tomo II, en prensa.
1 Graciela Maturo es poeta, ensayista y actualmente reside en Buenos Aires. Profesora universitaria, se desempeñó como Investigadora Principal del CONICET, fundadora de centros y grupos de investigación, asesora de editoriales, etc. Dirigió las revistas de poesía Azor (Mendoza, 1960-1965) y Megafón, (1975-1989) órgano del Centro de Estudios Latinoamericanos que fundó en 1970. Su obra édita ha merecido numerosas distinciones. Algunos de sus libros de ensayo e investigación: Proyección del Surrealismo en la literatura argentina, Ediciones Culturales Argentinas, 1967, en prensa, Argonauta (versión ampliada); Julio Cortázar y el Hombre Nuevo, 1ª.ed. Sudamericana, 1968, 2ª ed. ampliada, Fundación Internacional Argentina, 2004; Claves Simbólicas de García Márquez, 2º edición ampliada 1977; La mirada del poeta, Bs. As, 1996, 2ª. edición ampliada, Madrid, Amargord, 2008; La identidad hispanoamericana. Problemas y destino de una comunidad, Tekné, Buenos Aires, 1997; Marechal: el camino de la belleza, Buenos Aires, 1999; La razón ardiente. Aportes para una teoría literaria latinoamericana, Biblos, Bs As., Relectura de las crónicas coloniales del Cono Sur (directora), USAL, Buenos Aires, 2004; El humanismo indiano, (editora) Buenos Aires, 2005. Literatura y Filosofía desde América Latina, Universidad de Caldas, Manizales, Colombia, 2007., Los trabajos de Orfeo, EDIUNC, Mendoza, 2008.
Su actividad poética se inicia en 1958 con la publicación de Un viento hecho de pájaros, Córdoba, edición Laurel; y continúa con El Rostro, Montevideo, 1961, obra reeditada por Ciudad Gótica, 2007; El mar que en mí resuena, Buenos Aires, Ismael Colombo, 1965; Habita entre nosotros, Mendoza, Azor, 1968; Canto de Eurídice, Buenos Aires, Último Reino, 1982; El mar se llama ahora con tu nombre, Buenos Aires, Último Reino, 1993; Memoria del Trasmundo, Último Reino, 1995, reedición 1999; Cantos de Orfeo y Eurídice, Córdoba, Ed. El Copista, 1997; Nacer en la Palabra, Mendoza, Ediciones Culturales de Mendoza, 1997; Cantata del agua (plaqueta), 1998; Dibujos en un jardín de arena (plaqueta), 1999; Antología Poética, Bs-As. Fondo Nacional de las Artes, 2008; Bosque de Alondras. Obra poética 1958-2008, en preparación por la Universidad "Cecilio Acosta", Maracaibo.
2 La negrita y diferencias tipográficas pertenecen al texto original.
3 Leopoldo Marechal tendría a su cargo, junto a otros intelectuales, la misión de llevar "la voz" del peronismo. Pero entre 1948 y 1955, su filiación peronista impactó sobre su producción literaria. Esto se tradujo en un injusto silencio ante la publicación de Adán Buenosayres, exceptuadas las críticas editadas en aquel momento por Julio Cortázar y H. A. Murena. La producción completa de Marechal ha sido cuidadosamente estudiada por Graciela Maturo (1999). Para Maturo, sus tres novelas, Adán Buenosayres (1948); El banquete de Severo Arcángelo (1965); Megafón o la guerra (1970), son obras "doctrinarias" ligadas al peronismo histórico (las dos últimas con acento político más marcado). También en su drama Don Juan, la figura de Perón es aludida de diversos modos.
4 El 25 de abril de 1945 Perón pronunciaba estas palabras claves en su ideario: "Norte, centro y sur del continente americano, vertebrados por la gigantesca mole andina, con la varia expresión de sus diversos pueblos, con la fuerza ancestral de sus profundas raíces autóctonas, templadas por el fuego civilizador de españoles, portugueses y anglosajones, bruñidas por las gestas emancipadoras de Washington, Bolívar y San Martín, y afirmadas por su rotunda voluntad soberana de naciones libres, pueden proclamar hoy en todas direcciones, porque ha florecido su rosa de los vientos, que, restablecida la paz, encontrarán, para defenderla, un baluarte en cada corazón americano" (Perón, 1997: 512).
5 Una de las formulaciones terceristas explícitas fue la "tercera posición" justicialista planteada en 1946 por el gobierno argentino de Juan Perón. Fueron también precursores en esa actitud el mariscal Tito, al romper con la URSS y definir el socialismo autogestionario yugoslavo, y el primer ministro J. Nehru en la India, que sostenía un programa nacionalista y socialista (Di Tella, et. al. 2001: 691).
El 5 de octubre de 1948 Perón definía así la Tercera Posición: "El imperialismo ruso defiende el comunismo, vale decir, la explotación del hombre por el Estado. El otro grupo defiende el capitalismo, vale decir, la explotación del hombre por otro hombre, no creo que para la humanidad ninguno de los dos sistemas pueda subsistir en el porvenir. Es necesario ir a otro sistema, donde no exista la explotación del hombre, donde seamos los colaboradores de una obra común para la felicidad común, vale decir, la doctrina esencialmente cristiana, sin la cual el mundo no encontró solución ni la encontrará tampoco en el futuro, porque no creo que para solucionar la miseria el mejor medio sea la guerra, que produce una miseria mayor. No creo tampoco que para solucionar los problemas que el mundo tiene haya que aferrarse a soluciones que han fracasado en los hechos, porque el capitalismo ha fracasado y el comunismo también. Son sistemas sobrepasados por los hechos. Están luchando por una cosa que el mundo en el futuro no podrá adoptar. A esta posición es a la que se ha llamado en este país la 'Tercera Posición' o sea el Justicialismo" (Perón, 1997: 120).
La concepción de "Tercera Vía" fue extraída de la encíclica de Pío XI, Quadragesimo Anno, de 1931. En los '70 esta idea se asociará al concepto de Tercer Mundo, pero no con valencias negativas, sino como sistema alternativo y con vistas al futuro. Hacia 1938 el mundo era testigo del enfrentamiento enconado del capitalismo con el comunismo, la derecha y la izquierda. En ese contexto la tercera posición ideológica era ocupada por el fascismo y el nacionalsocialismo. Según Di Tella, el término "Tercerismo", asociado directamente con esta concepción se ha utilizado para definir una posición política alternativa o tercera vía frente a los modelos capitalista y comunista, y/o respecto de la polarización de bloques internacionales hegemonizados por los EE.UU. y la URSS. La Tercera Posición se relaciona con los conceptos de Tercer Mundo y no alineación, pero no se confunde con ellos puesto que implica una definición ideológica. Tercer Mundo es la caracterización de un conjunto de países, por sobre su ubicación política, y la no alineación se define más por el rechazo de los hegemonismos que por la acción de una doctrina alternativa (Di Tella, et. al. 2001: 691).
6 Esta antinomia también está presente en la campaña propagandística de las elecciones 1946. Estas definirían el triunfo de la fórmula Juan Domingo Perón y J. Hortensio Quijano frente al binomio integrado por José Tamborín y Enrique Mosca. Los partidos Socialista, Demócrata, Progresista y Comunista unieron sus fuerzas en la Unión Democrática, que contaba con el auspicio del ex embajador norteamericano Spruille Braden. Ese apoyo proporcionaría a Perón un argumento decisivo y un slogan clave para su éxito: "Braden o Perón: dependencia o liberación" (Poderti, 2005).
7 Los detractores del peronismo comienzan a designar con la denominación de "aluvión zoológico" a los nuevos actores del cambio social. Así, obreros, cabecitas negras y descamisados, tanto como la chusma, la masa e incluso a los estudiantes universitarios que adhirieron al movimiento llevaron sobre sí ese mote. Ese "pueblo", que desde el punto de vista político es el "electorado" o los "votantes", se identificará, dentro del imaginario peronista/antiperonista, con los trabajadores, obreros, cabecitas negras, descamisados, chusma, masa, aluvión zoológico, alpargata, etc. (Poderti, 2005).
8 La negrita en este párrafo es nuestra.
9 Megafón, Nº 9-10, diciembre de 1979.
BIBLIOGRAFÍA 1) Fuentes primarias:
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(Parte de la Colección de la revista Megafón fue consultada en Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Repùblica Argentina).
- Entrevistas realizadas por A. Poderti a Graciela Maturo, Buenos Aires, mayo y agosto de 2008.
- Selección de Fichas y material anexo provisto por la directora de la revista;
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Cátedra B "Teoría y Análisis Literario", Ficha: "Derrida y Saussure frente al signo" de Emilio Bejel (Dispositio, Vol II, Nº1) 1977: 80-86, Universidad Católica de Buenos Aires, Buenos Aires: Tekné.
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FICHA EDITORIAL:
Nombre de la Revista: Megafón
Editor: Centro de Estudios Latinoamericanos, Castañeda, García Cambeiro.
Directora: Graciela Maturo.
Fecha de publicación: julio de 1975 a diciembre de 1989.
Interiores: Papel de 80 gramos a una sola tinta.
Portada: a dos tintas
Lugar de edición: Buenos Aires
Tirada inicial: 3000 ejemplares.
Páginas: 200 páginas
Característica: Revista libro (18 números)
Periodicidad: semestral. Con interrupciones en la frecuencia a partir de diciembre
de 1979 (desde Nº 9-10).
Alcance: ventas en librerías de todo y el país y América Latina. Suscripciones.
Dimensiones: 16 cm X 25 cm
Localización: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Colección Privada de García Cambeiro, Buenos Aires, Argentina.
ALICIA ESTELA PODERTI, poeta, escritora e investigadora universitaria. Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde reside actualmente. Es especialista en temas transdisciplinarios, doctorada en Letras por la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina) y con posgrados en Historia Iberoamericana (España) y en Historia argentina en la Universidad de La Plata. Actualmente es Investigadora de carrera del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Ministerio de Ciencia Y Tecnología, Presidencia de la Nación, Argentina). Es Profesora de Posgrado en universidades argentinas y extranjeras. Trabaja en la Academia Nacional de la Historia, en diferentes proyectos grupales e individuales. Obtuvo importantes premios nacionales e internacionales a su labor académica, como el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes (Ensayo) y el Premio de la Academia Argentina de Letras, entre otros. Es Académica del Museo Belgraniano de Buenos Aires. Es Miembro el Comité Editorial de la Revista INTI, Rhode Island: Department of Modern Languages, Providence Estados Unidos. Se desempeña como Miembro del Proyecto del BID: Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo. Ha dictado numerosos Seminarios y conferencias en distintos lugares del mundo. Publicó más de doscientos artículos de divulgación científica en periódicos argentinos y extranjeros. Sus estudios especializados han sido editados en Argentina, Francia, Australia, España, Suecia, Estados Unidos, Cuba, Perú, Colombia y México. Es autora de libros y numerosos estudios publicados en el país y en el exterior como Palabra e Historia en los Andes (Buenos Aires: Corregidor, 1997. Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes), El rostro legendario de la historia (México: Universidad de Puebla), Historias de Caudillos argentinos (Buenos Aires: Alfaguara-Taurus-Aguilar), La Cultura del Noroeste (Buenos Aires, Plus Ultra), Antología de "Tarja" (Buenos Aires, Secretaría de Cultura de la Nación, 2002), Brujas andinas, Australia, Cervantes Publishing, 2005, De Güemes a Perón. Revistas culturales y periodismo en Argentina, Buenos Aires: Editorial Nueva Generación, 2005, 63 preguntas sobre el siglo XXI, La Plata, Buenos Aires: Ediciones Al Margen, 2007, entre otros títulos.