Carlos Barbarito


Carlos Barbarito*
12 Poemas Inéditos



1. A JOSÉ LEZAMA LIMA


Un compás todavía lo salva de la ociosidad.
Una fiebre, de la indolencia.
Aún lo imanta un agua sin filtrar,
la embriaguez de los insectos
que pueblan los jardines.
Y todavía, renovación del deseo
de sucesivos hallazgos como por arte de magia:
rocío sobre la llave, azafrán,
en el aire de la vigilia un allegreto,
en el agua del sueño el reflejo de una figura,
un corno inglés, Hamlet, el derviche...


2. AHORA QUE TODO SUCEDIÓ, ¿DÓNDE..?


But what his mother was returns and cries on his breast.
Wallace Stevens, World Without Peculiarity...



Ahora que todo sucedió, ¿dónde
reencontrarla que no sea abajo y en lo oscuro?
Hablo y pregunto hacia el vasto dominio subterráneo,
responde por ella el consuelo,
que vale menos que una hoja seca, una rama seca;
¿cómo pensarla ahora, cómo asumir
esta hora que sobrevino a la hora desnuda y ciega,
cuando todavía hay quien augura resurrección
bajo bandadas que extravían su rumbo
y se precipitan? ¿Dónde
para ella el alimento prometido,
fulgente y constelado, el andar veloz,
sin tutela, hasta el mar primero,
el idioma último, su anchura, aliento y médula?
Lo sé, soy humano y todo se volvió remoto,
inhumano, por más que me prodigue
hay una flamante y desconocida especie
que, por frío y abandono, no me justifica;
¿qué acude en este momento a peinarla,
a salvarla del rocío, el hambre?
Imagino: recién llegó y tiembla,
no sabe todavía ni deletrear
eso nuevo que la acoge, pliegue
dentro de pliegue, vibración incesante que reposa;
¿qué es este abril que concluye,
que no me trae como antes oro en espejo,
breve calor que se adormece
a salvo de compás y atributo,
por qué debo ahora cargar con aceite
las lámparas para que iluminen,
respirar para no ahogarme,
girar la llave para que la puerta se abra?

Abril 27, Mayo 1, 2009


3. JAMÁS VI SU ROSTRO, PERO LO ADIVINO…


Jamás vi su rostro, pero lo adivino
mientras el agua de la mañana empapa mis ropas
y atravieso vías muertas y vacíos depósitos
hacia la casa. Por eso
que nunca vieron mis ojos humanos
y sin embargo desde siempre conozco,
encuentro firmeza en lo volátil
y alimento donde otros encuentran ayuno.
Así, de lo que va a quemarme
es todavía la víspera, de la vida,
aunque breve, aún es el apogeo;
aún respira en el útero
la que para el mundo yace lejos y perdido.
Así, instante en que de golpe escampa,
se llena de panes, frutas y pescados.
Jamás vi su rostro, pero lo adivino…


4. ADIÓS A UN SUEÑO, NO SE HACE…


Adiós a un sueño, no se hace
en la piedra el Paraíso, no hay espacio para el fruto;
quién almorzará ahora si lo que irrumpe
es la noche, manteles sólo mojados de agua.
Adiós al pan, al sabor de otra boca
en la boca propia, al deseo de cebada y centeno,
plano que se inclina para que rueden,
esposados, palabra y cosa, hacia el abismo.
En qué dialecto, por qué gracia,
a través de que mecánica:
si ahora viera tu rostro, cualquier rostro,
lo creería mancha, error de un supuesto Plan
que debiera ser blanco sobre blanco.
Hay sangre, verdín, torpeza,
crimen que no se oculta,
vulgar locura de marino ebrio,
Fuego de San Telmo visto por un instante
desde alguna dársena a la que abandonaron,
hace mucho, los pájaros. Adiós
a la topografía, al número primo,
a la balanza, a la señal en el cielo o la tierra;
ya no vendré, ni vendrás,
no lloverá ni hará buen tiempo,
todo será imposible, la voz dirá no ha lugar,
y no habrá lugar alguno.



5. AQUÍ Y SOLO, HABLANDO CON NADIE...


AH! LE POÉTE écrit pour le vide des cieux…
Pierre Jean Jouve



Aquí y solo, hablando con nadie.
Desde el follaje, el constante árbol sombrío.
El niño no se apiada y se extravía en el agua.
Se apaga, se cierra con su secreto.
Para la santidad basta con un silencio espeso.
Para matar basta con un color, ocre o bermejo.
Rodean la ciudad, la devastan e incendian.
Lo profundo se divide y la pesca no se inicia.
Recogerán pañuelos donde nada perdura.
Habrá, seguro, un ojo caído y un No entre llanto y sangre.
Un humo erróneo, sin fuego.
Un padre tallado en bronce, eterno e inmóvil.
Una cal de la China, un siglo sin tu sexo.
El arco se tensa, la flecha se parte.
Se rompe la respuesta contra el metal del eco.
El corazón es inhábil, todo pájaro naufraga.
Un vacío al que sólo acuden el tiempo y los motores.
Un lenguaje al que tal vez sólo yo conozca.
O conozcan ciertos y raros animales, los muertos.



6. QUEDA SIEMPRE UNA PORCIÓN VIRGINAL
LUEGO DE LA TORMENTA…

Queda siempre una porción virginal luego de la tormenta,
un muslo limpio y una mirada pura al cabo del fragor;
doro y esmalto el papel donde escribo esto
y lo arrojo lejos, adonde ni yo mismo pueda alcanzarlo.
En el estrépito buscaré lo puesto a salvo,
bajo tu vestido y debajo de tu frente,
¿qué no besaré y acariciaré entre luces repetidas, sucesivas?.
Entraré al amplio astillero que aguarda otro Diluvio
y clava madera contra madera con clavos de plata,
cuelga en el extremo de cada palo un remedo de bandera.
Pero estaré sucio por entero y por ello condenado.
No seré admitido a bordo.
Una víspera entre humana y angélica no me bastará,
como no me bastará pensar entonces en panes recién horneados
y peces que, luego de nadar contra la corriente, sobreviven y desovan.



7. ¿DE QUIÉN LA PULPA DE LA FRUTA...?


¿De quién la pulpa de la fruta
cuando pende sin testigos de la rama más alta?
¿De quién el día perfecto, la noche exacta,
el círculo, la piedra sin falla,
lo inexpresable, lo último y más secreto?
¿Quién es señor del agua,
patrón del fuego, capitán del aire
cuando es viento contra los árboles?
¿Y este perro que ladra a la belleza,
que muerde su espesor y su sustancia,
este hombre que siembra en el barro,
descalzo y solo bajo un sol indiferente?
¿Qué somos cuando sólo hay sal y sangre,
sombras de bromo en largo cortejo,
luces submarinas, frágil paraíso que se disipa?


8.

I

¿Qué podrá sostenerme
ahora que la vida se escurre
como agua de los fregaderos,
confusa y turbia?


II

¿Qué mundo se conforma tras la espalda
cuando la obsesión es el horizonte?
Nada hay bajo la tierra, todo está insepulto.
Las astillas emprenden el vuelo
desde la luz del relámpago hasta el trueno.
¿Qué punta perfora al viento
cuando la perfección se desnuda ante el espejo?
¿Qué comienza y qué concluye,
qué chispa engendra idioma, carne?


III

¿Es traición el aire que se deposita en la sangre?
¿Es culpa el pez envuelto en papel de diario
y el montón de hierba que el animal se lleva a la boca?
Ahora desde abajo fluye una música de ópera
que se oxida pronto en la humedad de las paredes;
ahora se enmohece un metal de deseo,
la luz pierde su ojo, el ojo su luz.
¿Quién tiene manos, muerde con sus propios dientes,
se clava astillas para despertarse,
graba el peso de su dolor en el tendón de la noche?
¿Quién entiende al número, al agua,
al resplandor entre las hojas,
al hueco que sobreviene al amor, al amor
y la carroña, a la sombra en el largo pasillo,
a cada ola que golpea, a cada soplo sobre lo inmóvil?


9. DE LA VIDA SE SALE HERIDO...


De la vida se sale herido,
ningún mar sabe de este andar
bajo remotas esferas
después del desamor y el silencio.
Sólo es verdadera la lastimadura,
el día entra de espaldas a la noche
y la noche es una boca
desde la que toda palabra se envilece y se pudre.
En insomnio, reflejo de último y extranjero.
¿Dónde se guarda el secreto? ¿Cuándo
se tensará la cuerda en el aire quieto?
Cada casa reserva escasez y desidia,
espejo y muerte, número sin trama.
¿Dónde se guardan la moneda,
el ala, el signo del arrebato,
la voz y la brasa, el filo, la piedad, el musgo?
De la vida se sale herido,
ningún mar sabe de la presa entre redes,
de la rama que arde sola, lejos.


10. ¿Y POR QUÉ LA OLA SE OBSTINA EN ALCANZAR LA PLAYA?


¿Y por qué la ola se obstina en alcanzar la playa?
¿Qué es esta agua donde una vez
sumergí mis pies mientras se preparaba la tormenta?
¿Me consolará en plena noche,
en pleno día, en medio del sismo
que desgarra el suelo, frente al viento
que derriba las puertas? Entonces
-lo recuerdo- supe que todo se decolora,
se pudre, se seca, se oxida;
supe, finalmente, del fuego
que devasta el boscaje, del animal
que huye dando gritos.
¿Y este dios que no construye caminos,
este demonio que se pasea, abúlico,
entre cuerpos que se buscan?
¿A qué se asemeja el sueño
sobre sueño de la primera a la última noche?
¿A qué pliegue en un fresco antiguo,
a qué oscura madre, a qué real o mítico muslo?



11. A LILIANA GOLUBINKSY


El Gran Nudo se desata. El hilo
se extiende hacia una espuma anterior a toda espuma,
hacia lo labrado por ningún labrador
en una jornada anterior a años y horas.
Metal que ya no cincela, ningún ala
para la espalda inmóvil, desconsuelo del aire
y del agua, del aire que no conduce el sonido,
del agua que no traga ahogados
ni atrae a los sedientos. ¿Qué éramos entonces,
en esa música enmudecida
sino delgadas sombras sin soplo en las narices,
cuerpos vacíos de anhelo, desmayos de llaves
frente a puertas carentes de bisagras y cerraduras?
Apenas un viento que soplaba sobre la superficie,
de lado a lado, sin testigos.

Puerto de Santos, enero 13, 2009


12. NO EXISTE LO IMPOSIBLE -DICE-, EXISTE LO IMPROBABLE...


No existe lo imposible -dice-, existe lo improbable:
el grito de la planta al ser arrancada,
la conversación con el delfín que al avanzar
corta las aguas, el regreso de lo perdido
- el polvo de famosos e ignotos simbolistas,
las cenizas de los fuegos que quemaron
a santos y homicidas, la entraña
del primer animal puro ofrecido
para frenar el temblor del suelo, la tormenta-.
¿Y la piedad del musgo desde la piedra,
el obstinado vuelo del ave tras de su presa,
la inutilidad del verbo ante el relámpago,
la veloz y furtiva caricia de los amantes perseguidos?
¿Qué consuelo trae la noticia,
qué acerca al objeto a su sombra,
a la voz a su eco, si el hilo al tensarse
igual se corta, la piedra no se rompe
y de la rotura no emerge flor, deleite, perfume?




* Los datos biobibliográficos de Carlos Barbarito puede el lector interesado consultarlos en nuestro post del día miércoles 17 de septiembre de 2008.