Lucila Nogueira



Lucila Nogueira 

Poemas Escogidos
Traducción al español y Selección
de Luis Carlos Neves 




De: Almenara (1979)


TU PRESENCIA ENORME 


Tu presencia enorme confundió los astros
enmudeció las aves, despobló la calle.
Tu presencia enorme absorbió mis pasos
entregándome a la noche, súbitamente desnuda.


Tu presencia enorme encandeció al fuego
suspendido en mi regazo, en medio de cualquier lluvia.
Tu presencia enorme rebasó el juego
aniquiló murallas, avergonzó la lucha.


Tu presencia fuerte, noventa veces fuerte
estremeció la carne, violentó el rumbo.
Mi presencia tierna, setenta veces tierna
heriste y abandonaste, distantemente rudo.


Pero hubo indefinido y poderoso viento
misterioso y claro golpeando mi rostro.
Y yo vi en tu mirada fantasmas sumergidos
extendiéndome los brazos, en el ansia de ser sueño.


Fue queja, no fue guerra tu grito profundo
atravesando la noche, desmayando al mundo
y de repente débil, y de repente desnuda
confusa como los astros, atravesé la rúa.



HASTA LA SAUDADE TE EXTRAÑA

Bajo tu cuerpo yo abrí todo mi sueño profundo.
Nave en mi llanto corrí: tú naufragaste, sin embargo
bello corsario de la tiniebla, caída trazada en el plomo.

Salteador que ya entrega el botín al primer fuego.
Mal jugador que adormece y olvida la seña del juego
amor que la ola dispersa, ave enlutada en el lodo.

Es tu propio cadáver que te arrastra por la sombra.
En la medida de tu paso se pierde lo que era comando.
Ay tumba que yo vi cráter, espejismo que yo quise gigante:

los duendes que cargo tienen más sangre que tu pulso.
Bello corsario moreno, manso guerrero nocturno
nunca más seré la presa de tu asalto convulso

Nunca más mi incendio bajo tu ansia tristona,
nunca más tu lamento mezclado a mi saña.
Vuelve a tu puerto de base: hasta la saudade te extraña.


DESPUÉS DEL AMOR, EL AMOR

A Sérgio Albuquerque

Después del amor, el amor. Y amor aún
cuando la piel se despierte sobre el hueso.
ala dorada, ápice de herida
celeste precipicio para el cuerpo.

Después del amor, el amor. Y amor aún
cuando se aleja la risa de mi rostro
carta gitana, fiera conmovida
estrella atravesada en mi cuello.

Volcán encadenado en mi pecho
Voracidad de vida ardiente y suelta
Púa traspasándome bajo el lecho
Palabra ensangrentada en mí boca:

amor. Amor, consume esta vorágine
yo, humano pabilo, me entrego a la llama.
Amor que es siempre marca de coraje
iluminando los brazos de quien ama.




De: Peito Aberto (1983)




PECHO ABIERTO 


Tal vez solamente la tecla del piano
bien lista para tintinear al menor toque
yo nervio interminable pecho abierto
extiendo mi vida hacia el norte
yo milagro de vino en el desierto
arrebatadamente carne y sueño
yo violenta yo clara yo tan liberta
obstinadamente sed y fuego
yo que no sé de naipes ni de reglas
y desenmascaro las intenciones del juego
y parto por la senda primitiva
y cada día más yo voy llegando
a la cima del origen sin el grito
vulgar que no se escucha en parte alguna
yo merecidamente franca y firme
no tengo espacio para un velo de plumas
hacia atrás viejas máscaras de vidrio
con rabia soy más fuerte y peleo desnuda
la casa en que nací tenía rosales
el bosque hoy me extiende su futuro
el mar se precipita hacia arriba
cuando recibe mi cuerpo fecundo
mas toda furia apago si domina
en mi camino un canto de ternura
no siendo la voz del amor disparo la guerra
con mis manos pequeñas y gigantes
perdonen tanta energía torrente
tanto universo transbordando los años
pertenezco a la legión que sin tener timón
aporta ubicuamente en todo instante
en la más remota lumbre en la vorágine
vertiginosamente trepidante
aléjate si en ti no es solemne
tu compromiso con el amor de los hombres
yo nervio interminable pecho abierto
tal vez solamente la tecla del piano


FUEGO DE SANTELMO


 (Tres Cantigas de Playa)

I

Suelto las amarras de todos los pájaros
alcandora a la deriva de tu nombre
perdida de sargazo y de salitre
invado la escalinata de tu sueño

hasta que te levantes del silencio
talásico y mimético gigante
atravesando la sed entre mis piernas
portal de obsesivas caravanas
nadando en mis súbitas arterias
mi infinito azul subterráneo
chispa en mi fiebre sumergida
suave y primitivo dios neptuno
y entonces yo grito fuego de santelmo
y la calma chicha baja hasta mi sangre


II

Si grito así no pienses que reclamo
y se parte y dobla y prensa
victorioso amante
mi felino cuerpo trepidante
deja que los débiles mueran de quimera
vas renaciendo en garras incesantes
en mi piel ávida de fieras
en mis canales de fuego alucinante
y zambullendo y flotando y siempre
yendo y volviendo y luego regresando
tus pelos mi flora en un perplejo
continuo inaugurar de fuerza extraña
y el mar entero corre en nuestros gestos
por donde late el corazón humano

III

Pájaro enrollado en el silencio
en la contracción del vientre y del oceano
serenamente espera la travesía
entre los cocoteros nueve lunas blancas

espera el amor del sol y los rosales
sangre cautiva en esta casa encendida
semilla alimentada en cada rocío
saca de mí la vida sumergida
caracol planetario sensitivo
hechizado en la pasión de la arena
lluvia de madrugada sobre la selva
arrullada en la marea más verde
yo soy tu fuente y travesía
sangre cautiva en esta casa encendida.



De: Quasar (1987)


POEMA XI



Y la tierra aún estaría poblada
si los reyes fuesen niños y poetas
si la suprema inocencia desarmada
el mundo gobernase en vez de las fieras

nirvana celestial de un opio cósmico
panel calidoscópico del Edén
en la azul velocidad de un satori
en el zen interminable de las linternas

sortilegio solar, tu sueño encendido
en la esfera de lo posible para siempre
si el hombre fuese un pájaro indefenso
y el universo su nido incandescente

los místicos los locos lo perfecto
que rehusó las reglas de la violencia
si los reyes fuesen niños y poetas
habría lugar de los inocentes


De: A Dama de Alicante (1990)




LA DAMA DE ALICANTE

A Ângelo Monteiro

Sé vestirme de tonta, si es preciso
como esa antigua Dama de Alicante
aunque al fin sólo reste lo que enseño
cuna-del-gato que aprendí de niña.

Sé cubrirme de frágil, de improviso
bajo el furor de un caballero andante
y las llaves de la ciudad conduciendo
pedir que permanezca por encanto.

Filtros de amor, dulce pasión de abismo
navegan mi mirada, como esa dama
alegre que, misteriosamente
un día suicidóse en Alicante.


ACUARELA

Yo vivo por el trazo de Van Gogh
en este cuerpo tal vez de Renoir
y los sátiros persiguen en la selva
el hada bailarina de Degas.

Soy la maja desnuda en la hoguera
gitana de Franz Hals presa bajo el rayo lunar
y el rapto de Rubens me extasía
mujer oriental de Delacroix.

Alumbra y me ilumina, gracia plena
en el cenit perpetuo soñaré
jardín de encantamiento, flor de abismo
yo vivo por el trazo de Van Gogh.


A RICHARD WAGNER




I

Qué existe en ti que tanto me fascina
y atraviesa el espejismo en la neblina
(la noche me encontró embriagada
mi corazón fluctúa sobre las aguas)

Qué existe en ti que tanto me fascina
la marcha hacia el cielo definitiva
(primitiva alegría permanente
en el drama de tu ímpetu solemne)

Qué existe en ti que tanto me fascina
la grandeza de un dios apasionado
(la furia de las valquirias por el espacio
el filtro que libera los condenados)



II

Sin duda era inmenso tu hechizo
canción dilacerada por la guerra
tus dioses ya son hombres sin remedio
por la supervivencia de la materia
Acordes de tu mundo irreductible
al racional límite de los modernos
cercada de robots y maquinismos
yo lloro haber nacido en este siglo

Sin duda era inmenso tu hechizo
fuerza tan delicada de un poeta
Sin duda era inmenso tu hechizo
la música de los dioses sobre la tierra.


Y SI AÚN HUBIERE AMOR


Y si aún hubiere amor yo me presento.
Y me entrego al principio del océano.
Y si me golpea la ola, húmeda yo tiemblo
olvidada de insomnes desengaños.


Y si aún hubiere amor yo me reviento
feliz, atravesada de esperanza
e incluso lacerada aún así intento
romper con mi amor todas las lanzas.


Y si aún hubiere amor tendré aliento
para aguantar lo inútil de estos años.
Y no me mataré, soñando el tiempo
En que me ahogaré en tu encanto


Y si aún hubiere amor, ah, consiénteme
en ser pasto de tu llama, astro horrendo.
Y si aún hubiere amor, yo simplemente
borro esta herida de mi sueño.


De: Livro do Desencanto (1991)




POEMA XXIII


Voy más a Elis y Janis Joplin
Florbela Espanca, yo soy Virginia Woolf
amante de Essenine y Sá-Carneiro
sobre los campos de trigo de Van Gogh

Comprendo más Holderlin y Nietzsche
que la locura de Kant o de Descartes:
todo que en mí parezca comedido
no pasa de una máscara de vidrio


De: Ilaiana (1997)



POEMA XV


Mientras él me hablaba yo dormía
mientras él se dormía yo soñaba
que dormía en la Isla de IBOSIM
soñando estar en la Isla de TABARCA

mientras él luchaba yo sonreía
y el oro de conquistas derramaba
en arenas del libro del desierto
oculto bajo el mar de Santa Pola

si él era romano yo era griega
si él cartaginés yo babilónica
y si él era un asirio yo sumeria
si nada me ofreció yo le di un sueño

mientras él recordaba yo olvidaba
mas cuando él partía yo tornaba
a la calma primera de estar sola
con desespero inmóvil de saudade

-mientras él fue un rey yo fui una reina
cuando él se rindió me volví estatua.


De: Zinganares (1998)


POEMA I


Dirán mis poemas por las calles
de memoria como receta de vivir
y aquellos que se rían por la espalda
recitarán mis versos sin haberlos leído

Dirán mis poemas por las calles
de memoria como receta de vivir
dirán que fui un mar misterioso
donde quien navegó no olvidó

Dirán mis poemas por las calles
de memoria como receta de vivir
dirán que era poesía y no locura
mi manera de soñar todos ustedes

Dirán mis poemas por las calles
de memoria como receta de vivir
preguntarán por qué viví tan poco
sin darles tiempo para percibirme

-y aquellos que se rían por la espalda
recitarán mis versos de memoria


De: Amaya (2001)




MAS NO DEMORES TANTO


El cuerpo - dicen –ya no será más el mismo
en su reflejo exterior,
mas algo se diga de las cavernas fosforescentes
que navegan el hambre del demonio
en la hora de su resplandor

Mira mi cuerpo antiguo en la curva del chafariz

o al timón del navío.
Yo soy un pájaro nocturno perturbado.
Yo te ofrezco mis senos muy blancos
en una escalera secreta del mar Caspio.
Alguien habló de un modo descuidado
y las gárgolas de Nôtre Dame
contornaron los pezones
como breves y clandestinos fuegos fatuos.

El cuerpo - dicen –ya no será el mismo,
desesperadamente yo te deseo
mientras navego rocas subterráneas
a la orilla de la consciencia humana
y la raja de la atmósfera interfiere en la raya luminosa
justo en el centro de la pantalla del televisor que se rompió.
Porque en aquel tiempo
el amor era como un príncipe ebrio
y forzosamente hindú
él era como la voz ronca de Dionisio
haciendo sonar las teclas del piano austriaco
abandonado en la pasarela roja
de un carnaval de plumas en la calle de Buen Jesús.

Salí por el embarcadero embriagada
arrastrando candelabros escarlatas
en el río de letreros luminosos
mientras la lluvia golpeaba el pico duro de aquellos senos
ardiendo siempre de tanto amor.
Todos estaban demás y no lo sabían
mas cuando tú me agarraste fuerte yo me sorprendí tímida
y hasta hoy he huido entre palmeras
por las carreteras líquidas del vino y del neón.

Digo que continúa urgente la ilusión de ese momento
acometido de inenarrables confesiones.
Utopía presa en el cartílago húmedo,
cuando tu boca recubra el seno
seremos entonces las dos otras caras
de una misma única posesión
como una historia pegada en la otra
mientras se lame el lacre de la carta escrita en la infancia
que un agua súbitamente tibia casi borró.

Como decir, sin extrañarte: recúsame
que la dama desnuda al teléfono puede estar en trance
al que tanto aspiras bajo el rojo de las linternas
mientras la lluvia cubre los tejados a la orilla del mar.
Todo ahora se tornó tan urgente
que duele la espera inmemorial de las muñecas
sobre la madera oscura
inmóviles mas no inertes
aguardando su número de magia
rompiendo la banalidad de los noticiarios de la televisión.

La blusa de satén verde tiene un escote de princesa judía
asesinada desnuda en un campo de concentración.
Espléndido violinista, nos vamos enloqueciendo lentamente.
La blusa de satén verde deja entrever la parte
muerta de la carne blanca
bajo la luz del globo fosforescente
girando sobre los bailarines
mañana invisibles del bar Royal.

Cierra los ojos y piensa lo que quieres
mientras las manos y las bocas cumplen recorridos
de espejismos desérticos
mientras yo toco nuevamente
mi piano austríaco en la calzada del embarcadero
y el mar casi revienta las ventanas dalinianas del
Almacén XIV.

Porque el espíritu ha de ser siempre el mismo
yo desafío tu preferencia
y la blusa de satén verde sin mi cuerpo dentro
tiene aún un océano de lentejuelas
reflejando la vibración de la piel
que por algunos momentos la habitó.
Dragón gigante
lengua demoníaca
unión clandestina
avieso encantamiento
abismo volcánico
donde la partitura se deshizo en notas cubriendo la pauta
que guía el violoncelista al Palacio de Cristal.

Cierra los ojos y bésame de modo frágil
porque todo se volvió más urgente
desde el Museo Serralves y los dibujos rosa del mármol
revelan caminos recifenses de la piel emparedada
soñando el éxtasis de la resurrección.

Tu mirada tiene el mismo brillo de un lanzador de cuchillos
mientras giro en la rueda sobre mí misma
dramáticamente presa en las cuerdas
bajo el sonido de Tchaikovski en la Obertura 1812.

Tu mirada es como una campana milenariamente gigante
rondando las terrazas de la Regua hasta las aceras de Copacabana
tu mirada es como un barco vikingo pidiendo ensenada
desde los cocoteros de Recife hasta los verdes pinos gallegos
que dieron sombra al romance de mis bisabuelos.

Sé que has de venir bajo la nieve enlunada
conduciendo linterna en el pescuezo del caballo blanco
y me tomarás al galope en tu capa de terciopelo oscuro
mientras en el circo abandonado la trapecista
continuará durmiendo
completamente desnuda

 en la jaula de los leones.

Sé que has de venir ferozmente hechizado
en ese rapto anunciado para cruzar las aguas desde el

 Capibaribe al Duero
y bailaremos bajo la luz de un candelabro de siete brazos
hasta que el sol seque las siete faldas
quitadas bajo el sonido de siete violines
durante las siete noches de encantamiento.

Mas no demores tanto.
Que amar es el arte
de hacerse presente
y todo aquello que necesitamos
es de poesía
locura y énfasis
en el acto heroico de reabrir las puertas
e la carne mansa que se equivocó.

Que el cuerpo - dicen –ya no será el mismo
y lo que era asedio puede robustecerse en la fuga
y hasta nosotros – dicen – no seremos los mismos
en el extraño instante de rayo láser
en que llega sin aviso
el placer de la mañana.


De: A quarta forma do delírio (2002)




ESPEJO VENECIANO


Hallé que estaban muertos los poemas
y abrí los libros sin fascinación
vidrio escarlata en la armadura ceniza
ramo de rosas sobre caracoles.

lo que hice de mí

escarcha en el estuario
lo que hice de mí

la nieve en la cubierta

tabla partida al medio
loor a la oscuridad

(La lámpara interrumpe la llama azul y blanca de la
porcelana y su reflejo en el contorno de las estalactitas en
la gruta submarina nos carga sin resistencia hacia un atajo
lunar donde el musgo fosforescente en el tronco de los
árboles toca la piel como terciopelo en el concierto de
oboe desde altitudes glaciares. Destino de breve
anotación en los márgenes de un diario que nadie leyó,
bermejo vagabundo en mármol carrara. Un acróbata
duerme sobre un dromedario y un piano de ébano
escribe sin interrupción nuestros nombres en el mar.)

Entre el silencio y el trauma

de quien quería todo

ya no se espera nada

dejarse conducir

dejarse naufragar
y no pedir más nada
al sueño alucinado
que tanto hizo volar

cercada de unicornios me siento a la orilla del agua
con la lentitud exasperante de los días feriados
y la sombra de la desmemoria en el caballo blanco
es la transparencia de autómatas en noche de
máscaras

abalorios coloridos en el dedal de plata
espejo veneciano sobre la almohada árabe
espejo veneciano con cristal de Murano
habrá victoria si cruzara el agua.

Volver a verte
Porque todo ahora parece demasiado tarde
volver a verte
y borrar del laberinto la furia del minotauro
volver a verte
cara aún intangible en la blancura del lenguaje

lo que hice de mí
escarcha no estuario
lo que hice de mí
la nieve en la cubierta

lo que hice de mí
espejo veneciano
lo que hice de mí
moldura de Murano

bermejo vagabundo en mármol de carrara

breve anotación en los márgenes de un diario
que nadie leyó

y pensé que estaban muertos los poemas
porque de verdad nunca somos nada
los cabellos mojados, no aguantamos más.


De: Reflectores (2002)




POEMA I

A Schneider Carpeggiani

Quiero ir al restaurante de ventanas

 rotas y telarañas
con mis túnicas paquistaníes de pecheras espejadas
mis pies descalzos sobre tu corazón expuesto en

 los escalones

quiero bailar como antes bajo la luz estroboscópica
quiero grabar un CD de ejercicios espirituales

si alguien prefiere ver mis senos a leer mis libros
mejor jugar con pasión las piedras de mi dominó

deja que yo ponga azúcar en tu té de canela
el mal que ya me hicieron no se podrá borrar

quién va a pagar la mitad de ese prejuicio
quién va a saber la mitad de este precipicio

paso a comprender tus juegos de subterfugio
mas prefiero la sinceridad de los rostros de los

 hospitales públicos

hice un cambio radical en mi agenda telefónica
y ahora sólo me interesa lo que sea esencial


POEMA IX


Dale Beethoven
ahora la quinta y la sexta sinfonía
la coral de la novena y la sonata del claro de luna

dale Beethoven
pocos entienden nuestro lenguaje
mas habremos de al puerto llegar

dale Beethoven
nosotros somos el rayo de la tempestad
nosotros somos ascesis, somos naufragio

dale Beethoven
semicorcheas en un mundo mezquino
pocos perciben nuestra poesía

dale Beethoven
te amo así en la boca del teclado
subiendo por la cola del piano azul


INFANCIA


A Antonio Carlos Secchin


I

Dibujé constelaciones en el patio de la calle de Lima
con el musgo de las matas de mango en mis dedos de satén

las tablas del sótano rechinaban bajo los pasos de la niña
enrollada en una sábana como las diosas pre-cristianas

un día robé de los caldeos las tablas de astronomía
y los mapas que centellaban junto a las estrellas de mar

y lloré porque no estaba en la nave que había ido a la luna
y anunció al mundo que nuestra tierra era azul


II

Yo sólo tenía cinco años
el agua subía coloreada
se encendía y se apagaba en el parque Trece de Mayo
yo seguía agarrada a la mano de mi madre
maestra de gimnasia en el Instituto de Educación
las alumnas hacían rueda para que yo leyera en voz alta
errores no cometía
y aún nada sabía de Platón

yo sólo tenía cinco años
agarraba la caja de zapatos y hacía un corte en la base
por donde iba pasando una cinta de figuritas
recortadas de un cuaderno que el agua coloreaba
yo inventaba diálogos y rodaba la cinta
los niños se juntaban para ver el cinemita
y yo quería ser directora de cine en Holywood

aprender es recordar
el dibujo de la figura continúa
cuando la materia desaparece

en la hora del placer detona en mi mente
un film siempre nuevo de imágenes virtuales
escenarios sucesivos sin cualquier conexión

yo sólo tenía cinco años
no sabía que existían hipnotismo y telepatía
así bajo su efecto no puedo dar declaraciones


III

Mi almohada de niña era de plumas de ganso
y fue mi compañera hasta los treinta y pocos años
una sirvienta la descosió escondida
y retiró sus plumas dejándola casi vacía

mis lágrimas y sueños ella recibía
mis versos sufridos
aún en la placenta de las imágenes
antes del tejido de las palabras

yo sobrevolaba el arcoiris de cristal de la licorera
en las tardes de domingo asoleado en Santo Amaro
donde conducía la regadera roja al jardín
sobre los helechos las begonias y la aspereza de los alfileres

mi almohada de niña era de plumas de ganso
tal vez sea por eso que las arrugas están demorando



IV

El papel arrugado de plata que recubría el chocolate
Me daba también anillos pulseras y coronas de juguete

y la palangana de hojalata con agua era una moldura redonda
que amparaba en la caída las mariposas en tarde de lluvia

hoy llamarían instalación a ese espectáculo
de la atracción inconsciente de las almas hacia la luz


V

A cualquier hora veo que se aproxima
el coro de los barqueros del pozo del mar

yo pido que mis partes se reúnan
a la niña que cualquiera engaña y la vieja chamán

era yo misma mirándome del otro lado
yo del lado de acá desmayándome

una parte de mí fue empujada
hacia el lado de allá

una parte de mí fue hacia lo alto del cuarto
la otra quedó sin poder moverse

llaman desdoblamiento a ese estado
a esta duplicidad de visión
yo pido que mis partes se reúnan
a la niña que cualquiera engaña y la vieja chamán


VI

En aquel tiempo yo tocaba una campana en lo alto de la montaña
y en los corredores secretos las canciones eran en latín

bajaba siempre los ojos en la consagración de la misa
y rezaba cada noche un rosario antes de dormir

fui educada para ser santa como la patrona del colegio
y a cada corona de espinas dar la otra mejilla al agresor

cuando me enamoré no miraba el rostro de otro hombre
y al sexo yo resistí virgen hasta los veintiséis

en aquel tiempo yo tocaba una campana en lo alto de la montaña
mas ahora prefiero decir mis versos en portugués


VII

Yo tenía once años e iba sola al colegio
a pie de la calle de Lima hasta la del Conde de Boa Vista
yo coleccionaba las cuentas bermejas ojo de paloma
en las aceras de la calle del Sossego y de Gervásio Pires
juntaba pilas de tapas de botella de la fábrica Cliper
sola yo iba a la misa de la Iglesia de la Piedad
y me sentaba en la silla de estera en la acera al final de la tarde
yo podía ir sola de noche a los programas de auditorio

 del Canal 2
por la mañana al ir al colegio veía que la casa durmió

 con la puerta abierta
nada me ocurría
en el Recife de los años cincuenta
ciudad sin violencia

yo caminaba completamente aérea por la calle
Voluntarios de la Patria
yo me olvidaba de entrar al cine mirando las
uvas caramelizadas

y el movimiento circular del azúcar formando
algodón en los carritos
me perdía de mi madre en la feria mirando el
rojo de las patillas

me perdía de mi padre en el abasto mientras él
escogía el garbanzo

nada me ocurría
en el Río de Janeiro de los años cincuenta
ciudad sin violencia

a los doce años fui a morar en Olinda
yo iba en bicicleta hasta la playa de Río Doce
me adentraba solitaria en los cultivos de merey de

 Casa Caiada
era tan solitaria yendo al Barrio Novo en casa de mi tío
mi casa no tenía vecinos
pero era más segura que los edificios de hoy con garita
yo me despertaba en medio de la noche para llevar
por la calle desierta y oscura
mi madre a los hospitales

nada me ocurría
en la Olinda de los años sesenta
ciudad sin violencia

cuando vine a vivir en Boa Viagem
estar en la playa era como estar en casa
yo noviaba sin miedo en lo alto del puesto 4
tomaba agua de coco de madrugada de regreso del carnaval
en el desfile en coches, el carro era abierto y todos jugaban

 sin miedo
y en los domingos había la pequeña feria hippie en el terminal

pero entonces en 1973 fui asaltada por un carro de la policía
recuerdo la luz roja girando en el techo de la patrulla
Baqar hacía la curva en la Iglesia de la Piedad
pienso que ellos nos perseguían desde la puerta del teatro
uno de ellos me reconoció de la Facultad
tanta gente pasando pero nadie ayudaba
mucha sangre en mi nuca en el hospital de la Aeronáutica
no sé de donde saqué fuerzas para erguir el moro en los brazos
no conseguí desmayarme con la fuerza del culatazo

la locura estaba suelta y jugaba todos los dados
fue entonces que yo decidí estar siempre arriba de los
que dispararon
sin que yo les hubiese hecho nada

Pasaron años
ciudades brasileras con niños de la calle
mendigos y asaltantes

ahora en Recife
como en Río

o en Olinda
todo es siempre una historia de violencia
las personas tienen miedo de salir a la calle
todos están sentados en la sala muriéndose de miedo
y la única cosa que saben es mirar televisión

un adolescente ha muerto en el ómnibus de Olinda
por un celular
con revólveres toman celulares en las arenas de la
playa de Boa Viagem

¿quién va a responder por tanta violencia?
¿Quién va?


De: Bastidores (2002)




VELO DE LUCIÉRNAGA


Y el vanidoso fabricante de versos
preguntó, con tono superior:
-¿Y esos lentes oscuros de noche, para
qué son?
Y yo le contesté en silencio:
-Porque su maldad es eterna. Y
porque los poetas ven mejor en la
oscuridad.


Y yo me coloqué mis lentes oscuros
contra la mediocridad de los neones
contra la agresión de las almas monstruosas
y la crueldad oculta de las mañanas

-en la penumbra amnésica resguardo
el cotidiano fuego de los dragones.
Y yo ajusté mis anteojos oscuros
pero vi gente comiendo carne humana
niños asaltando a mano armada
oliendo pega o siendo trucidados
mientras los vanidosos declamaban
su dolor tan diccionarizado.

Y yo salgo a la calle con anteojos oscuros
porque me ciega la escena de la injusticia
porque la ley sólo legitima la fuerza
descubrió la platea el fondo falso
del palco donde se concluyó el último acto
y se olvidaron de cerrar el telón.

Y yo uso siempre los anteojos oscuros
porque el mundo es un cuchillo en las pupilas
trapecio entero de alambre de púas
sobre la red de arena movediza
la piel triturada y sin aplausos
prosigo encantadora de serpientes

Y yo salgo a la noche con anteojos oscuros
porque mi cuerpo se enciende a esa hora
mis anteojos son velo de luciérnaga
me resguardan desde dentro hacia fuera
esconden mi sol subcutáneo
-son la nave en que llego hasta los hombres.


De: Desespero Blue (2003)




SENTIMIENTO SÚBITO

 A Cícero Belmar
Marina Nogueira
y Eduardo Diógenes

Porque tú nada sabes del insomnio
no vengas así despreocupado con ese universo de
 frases protocolares
y toda una higiene pasteurizada de ternura
cuidado no te aproximes demasiado
existe una parte de mí donde nadie llegó aún
y el desespero siempre hace que la gente precise creer
en todo. Voy quedando cada vez
más con miedo de ese sentimiento súbito

el agua que lavó las letras de la biblioteca
es señal de que el amor y la palabra exigen renovación
que tanto estudio no resuelve el desamparo
y que continúa deshabitada la casa que soy

fínjome autobiográfica y renazco como personaje
espasmo de electroshock yo sirvo a mi señor
ducha de electricidad yo sirvo a mi señor
y basta que su tono de voz sea un poco menos tierno
que yo ya siento dolor
como quien escoge una ensalada de rúcula
en un menú de terciopelo oscuro
tú estás sentado en una poltrona de acero
que ya comienza a ser engullida
por el mar volcánico de mi locura

no sé por que todo venía tan vagarosamente de modo calmo
y de repente fue aquel estallido aquel sobresalto
y tú no entendiste en los intervalos del lenguaje
mi manera por el reverso de cantar un blue

tú no entendiste nada
tú no percibiste que soy un fósforo apagado
olvidado en el hollín con memoria del pasado
que la vida cae pesadamente en mi cabello
azulado y para que la pantalla pierda el color
basta una pila gastarse

por eso yo me acerco a ti en una pompa de jabón gigante
soplada en canuto de lechozo del huerto de la infancia
cuando aprendí la noche el sol los
cristales coloreados y las músicas gitanas
de ahí que basta que me toques y yo retorno a la vida
se quiebra el encanto y el hechizo
y salgo hacia la realidad carne que se desprende de las
escribo sobre la vida como un exorcismo
no tengo remordimiento del que vivo
mi poema es el sinónimo de mi piel expuesta
en la implosión del muro de Berlín de los

 sentimientos físicos
semáforo rojo
rostros vacíos
caminé cubierta de sargazo por la avenida
como un insignificante alfiler atraído por un imán
y perdí el sueño deambulando en los tejados
en busca de las palabras más precisas
cuando finalmente descubrí que lo que importa en verdad
siempre está implícito

y ahora
yo sólo quiero que tú oigas mi voz subterránea
retumbando más allá de toda superficie
aunque en mí nada esté a salvo
quiero que observes con perplejidad como yo tengo estilo
y la melancolía de mis ojos claros
atraviesa nerviosamente el cosmos como un neutrino
arcilla submarina de temblores sísmicos
en la mañana de una calle vacía de domingo

hoy me falta compañía para salir y beber un vino
nada acontece y yo no sé cómo haga para mantenerme viva
nada acontece y yo quedo inerte sin regreso ni partida
debo mudar una vida que ya no me sirve
pero ando muy cansada de ser siempre yo en tomar

 todas las iniciativas
tú no entendiste nada
y yo estaba diciendo apenas de verdad
que súbitamente yo me fui quedando perturbada
tú me lees solamente para encontrar tus palabras
mas yo vengo de una raza de saltimbanquis y acróbatas
y brillan relámpagos de las tempestades
en mis gestos delicados

mi cuerpo fluctúa como sílabas de imágenes congeladas
y en esa opresión desarticulada
decido desesperadamente quedar callada
pero no olvido el convite a ver las estrellas en un
desierto de Marruecos
ni mi extraña fuga automática
de aquel mundo rosa entre peñascos
para volver aquí y quedar siempre a la espera del destino
y del acaso centinela de la nada

y la vida pasa como las nubes en la ventana
la próxima vez yo voy a tener más cuidado
porque las otras sé que estragué todo
sólo por tener miedo de encarar la realidad

yo voy a telefonear
después hablamos
ahora no puedo despertar
entiende que yo cargo la saudade de las aves migratorias
que sobrevuelan a los alpinistas del círculo polar
porque tú nada sabes del insomnio
y existe una parte de mí donde nadie llegó aún

y la desesperación siempre hace que la gente
precise creer en todo
voy quedando cada vez más con miedo de ese
sentimiento súbito.


De: Estocolmo (2004)


LUCIDOR


I

Viene de las aguas un barco
bajo la luna
y de él sale un hombre
muy antiguo


viene delante mí
y en su rostro
yo veo los ojos
que me hipnotizan


sin palabras me entrega
un pergamino
escrito con una tinta
ya invisible


un poema en sueco
va surgiendo
“Lucidor”
veo al fin del manuscrito.


II

El tomó mi mano y me dijo en lengua rara:

desde el siglo XVIII yo te esperaba
de pie en el castillo de popa del navío
en medio del sol y de la lluvia de la muerte y de la vida
bajo el discurso jadeante del océano
yo te esperaba
en los cuartos de los hoteles en las estaciones de tren
sin más nada querer del mundo
yo te esperaba
ojos vueltos cenicientos de tantas lágrimas
pensando que hace mucho fuimos abandonados
y ninguna fuerza ya nos podría reunir

yo sabía ser la vida hojas de un libro cerrado
donde se apagan y encienden letras todas en código
y que los pinos que parecen muertos renacen lustrosos
porque aquel que va a morir siempre protege
aquel que resiste y va a sobrevivir

aunque todo lo que sea extraño me parezca también familiar
porque traemos el presente y el pasado enteros dentro de nosotros
como la ostra carga la perla secretamente en el fondo del mar



VÖLVA


I

Quiero los estantes vacíos de la dictadura de los libros
yo estrofa desterrada en un diccionario Vikingo
yo teatro solitario de metáfora en ruina
yo un ángel clandestino padre de Cristo y Juan Bautista

yo sé dislocar materia con energía psíquica
yo locura en forma fija en botella de vino tinto
vida real ese acaso puesto ante el destino
estar vivo es rendirse al oficio de adivino

nuestra diva está durmiendo con saudades de Bolivia
su gusto a anís/ canela y clavo/ azúcar / jengibre

yo ave de la madrugada volando sobre el patíbulo
yo una völva sagrada estremeciendo los caminos
yo estatua tutelar de dioses desconocidos
yo diva que adormeció a la espera en vano de los vampiros

cubierta por una sábana de seda y algodón egipcio
majestad de un trapecio abandonado en el circo
yo dolor de la reina Urraca traicionada hasta por su hijo
anónima como las mujeres de los viejos cantares de amigo



II

Yo un ángel clandestino padre de Cristo y Juan Bautista
yo teatro solitario de metáfora en ruina
yo estrofa desterrada en un diccionario vikingo
quiero los estantes vacíos de la dictadura de los libros

cubierta por una sábana de seda y algodón egipcio
nuestra diva está durmiendo con saudades de Bolivia
su gusto a anís/ canela y clavo/ azúcar / jengibre
congénita embriaguez de otros mundos en las pupilas

la lengua hecha de fuego con su método divino
provocando besos íntimos en su cuerpo envejecido
vida real ese acaso puesto ante el destino
letras giran en los binoculares del olvidado videoclip

bajo el candelabro de Indonesia durmiendo viaja la diva
toda la vida la engañaron toda la vida le mintieron
majestad de un trapecio abandonado en el circo

yo una völva sagrada estremeciendo los caminos
yo la casa abandonada de los milagros femeninos
yo ave de la madrugada revoloteando el patíbulo

yo dolor de la reina Urraca traicionada hasta por su hijo
anónima como las mujeres de los viejos cantares de amigo








LUCILA NOGUEIRA es poeta, ensayista, cuentista, crítica y traductora brasileña. Ha publicado 18 libros de poesía, a saber: Almenara (1979), Pecho abierto (1983), Quasar (1987), La dama de Alicante (1990), Libro del desencanto (1991), Ainadamar (1996), Ilaiana (1997-2000 2ª ed.), Zinganares (1998-Lisboa), Imilce (1999-2000, 1ª y 2ª ed.), Amaya (2001), La cuarta forma del delirio (2002-1ª y 2ª ed.), Reflectores (2002), Bastidores (2002), Desespero blue (2003), y Estocolmo (2004-2005 2ª ed.), Mar Camoniano (2005), Saudade de Inês de Castro (2005). Poesia en Medellin (2006). Su primer libro, Almenara, obtuvo el premio de poesía Manuel Bandeira, del Gobierno del Estado de Pernambuco,  en 1978. Dicho premio le fue nuevamente concedido por Quasar, en 1986, año del centenario de Bandeira. Ilaiana fue lanzado en el Centro de Estudios Brasileros de Barcelona, en 1998. Zinganares, —marzo de ese mismo año—, en la  Embajada de Brasil en Lisboa.  Sobre éste último versó la disertación “La moderna  lírica mitológica de Lucila Nogueira”, Escrita por Adriane Ester Hoffmann, de la PUC de Rio Grande do  Sul, bajo la orientación de la profesora Lígia Militz. Imilce  fue traducido al francés por Claire Benedetti (traductora de Florbela Espanca, Teixeira de Pascoaes y Antero de Quental), traducción que aún no ha sido publicada. Lucila Nogueira fue escritora residente en la Casa del Escritor Extanjero de Saint-Nazaire en diciembre de 1999 el libro que concluyó durante esa estancia, La cuarta forma del delirio, estaba siendo traducido por Claire Cayron–traductora de Miguel Torga, Sophia de Melo Breyner, Harry Laus y Caio Fernando Abreu–, pero la súbita muerte de Claire Cayron impidió la culminación del trabajo). De su obra poética se han ocupado numerosos críticos, ensayistas y profesores del Brasil y de Portugal. Como ensayista publicó Ideología y forma literaria en Carlos Drummond de Andrade (3ª edición en el 2002), La leyenda de Fernando Pessoa (2003), y está en prensa El cordón encarnado, su tesis de doctorado sobre los libros El perro sin plumas y Muerte y vida Severina, de João Cabral de Melo Neto. Es profesora de posgrado en Letras y Lingüística de la Universidad Federal de Pernambuco, donde enseña Literatura Portuguesa, Literatura Brasilera, Teoría de la Literatura y Lengua Portuguesa (Portugués Instrumental). Fue Jefa del Departamento de Letras de 1998 a 1999. Es miembro de la Academia Pernambucana de Letras desde 1992, y socia correspondiente de la Academia Brasilera de Filología, con sede en Rio de Janeiro. Es también miembro del Comité Editorial Internacional de Analecta Literaria en su calidad de Asesora Académica.