Juan José Saer

Mitología/s en Juan José Saer:
Leer En línea
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Silvia Calosso
Universidad Nacional del Litoral



Resumen1

Cualquier lector advierte desde los primeros textos, en la obra de Juan José Saer, la presencia de los mitos clásicos y la lectura y relectura fervientes de los autores griegos y latinos. El relato de la guerra de Troya, por ejemplo, aparece en reiteradas ocasiones, y el autor logra imbricaciones mutuas, idas y vueltas entre una nueva unidad narrativa, que parte del mito canónico, de sus reescrituras posteriores fatigadas por Saer, y las problemáticas propias, personales, "saerianas" típicas, como la mención de un relato que ha escrito quizás, o no, un personaje nombrado pero no presente y que es contada o comentada por otro personaje, todos los que con seguridad pertenecen a la galería creada por el autor, a la saga saeriana. Como aquellos que viajaron desde la epopeya a la tragedia helénicas, los héroes de Saer transitan desde una a otra obra, y el lector reconstruye con fragmentos diseminados en el corpus el diseño extrañamente coherente de cada uno de ellos, en el entrecruzamiento de sus historias. El presente trabajo intenta develar cómo la presencia de los mitos clásicos colabora con la poética tan particular del escritor santafesino.

Leer “En línea”2

Hace muchos años una colega rosarina a quien yo llamaría, por sus cuantiosos méritos, archi-doctora en Letras Argentinas, a la que los jóvenes casi desconocen hoy en día, nos enseñó en sus clases algo fundamental para comprender la especie o subgénero de obra literaria que denominamos “cuento”, de por sí una categoría sobre la cual se han tejido variadas especulaciones. Laura Milano, de ella se trata, nos dijo, en pleno furor de los diversos formalismos, que un cuento nunca se analiza solo, sino que siempre hay que tener presente el conjunto en el que está alojado, el lugar que ocupa en el volumen, y si mal no viene y es posible, también tener presente la fecha de aparición y el puesto en orden cronológico que ese volumen ocupa en la escritura de un autor. Porque lo que no se puede explicar, en cuanto el sentido, dentro de la unidad aislada, por más que técnicamente sea una pieza literaria perfecta, es posible que pueda aclararse observando líneas que la unen a otros textos, a otros conjuntos de los cuales forma parte. En el caso del cuento “En línea”, perteneciente al volumen Lugar, cuya primera edición es del 2000, claramente hay además de una relación interna elocuente entre todos los cuentos, un vínculo con la novela La pesquisa, del año 1994, relación de la cual voy a ocuparme aunque sea brevemente ya que anuda un tema correspondiente a las Jornadas que hoy nos convocan: el encuentro de mundos. No son estos dos textos los únicos donde aparece el tema del mito en la narrativa saeriana, por el contrario, menciones a los mitos mediterráneos, alusiones más o menos indirectas, son permanentes en el corpus completo de sus obras. Pero he seleccionado estos dos porque en ambos recurre el mismo complejo mitológico, el del sitio de Troya, a la par que están ligados por el marco narrativo en que se encuentran, o sea el hallazgo de los dactilogramas. A su vez, hay un segundo vínculo, más sutil, entre las dos obras: en ambas hay menciones significativas al mundo oriental, a un cúmulo de creencias y saberes que no son de origen indoeuropeo.

De por sí habría que ocuparse de esclarecer en profundidad si el conjunto de personajes recurrentes de este autor, los lugares donde viven, o se encuentran, las comidas que comen, el vino que beben, no constituyen desde ya aspectos de una verdadera saga3 o ciclo de carácter mitológico, un conglomerado de relatos que van constituyendo una épica personal basada en un paleo relato primordial que se va expandiendo en cada volumen en una modalidad rizomática y que la muerte del escritor ha cerrado.

Dejando este tema para otra ocasión, lo que hoy nos ocupa es observar e interpretar cómo el relato de un episodio “menor” del sitio de Troya, asediada por los ejércitos aqueos, aparece en estas dos ocasiones de manera tan particular, con diferentes formatos narrativos pero notoriamente ligados entre sí.

Cabe aclarar que, como lo hemos hecho en otro trabajo con Rafael Arce4, la presencia de los mitos en la narrativa saeriana siempre es la de los mitos mediterráneos, de origen helénico pero emparentados con otros corpus mitológicos de procedencia oriental, por ejemplo los minoicos, o minorasiáticos, o egipcios, adoptados por el sistema de creencias grecolatinas y difundidos por las sucesivas colonizaciones de este doble origen. Esos son los mitos “Occidentales” tradicionales presentes en la obra de Saer. No se percibe en su obra, aunque se describan el paisaje isleño, las moradas tipicas de sus habitantes, los nombres de los pescados que comen, etc., ningún tono localista o regionalista, no hay ningún relato ocasional que refiera a mitos o creencias aborígenes americanas, ni siquiera “El entenado”5, que pueda intensificar o subrayar el sentido del relato. Al contrario, este efecto sí lo consigue el registro o la referencia a los mitos de raigambre mediterránea, como el del caso que nos ocupa.

Lugar es un volumen vertebrado en una idea central y formidable: cada cuento trata siempre sobre dos lugares, por lo menos dos, que a veces sufren expansiones, otras duplicaciones, en fin…Lugar es en realidad una pregunta por el lugar o los lugares. El cuento ”En línea” nos pone desde las primeras palabras en dos espacios: una ciudad europea, a las tres de la tarde de un domingo de noviembre, sumida en el otoño húmedo y helado, unida por el hilo telefónico a la ciudad latinoamericana, tibia bajo el sol primaveral, cielo azul y aire todavía fresco a las once de la mañana. Los amigos Pichón y Tomatis, uno en cada ciudad, dialogan a la distancia, pero el que está “cerca” es Pichón, y el que está “lejos” es Tomatis. El narrador se preocupa por esto: la ciudad europea es el aquí, la americana el allá. Y en ese allá es donde ha lugar la inclusión de la narración de estirpe mitológica que va a ocuparnos, a nosotros lectores y a los personajes que conversan por teléfono. Tomatis cuenta a su amigo que ha aparecido un nuevo dactilograma anónimo, oculto entre las páginas de un libro, en la biblioteca del finado amigo Jorge Washington Noriega. Este tema del hallazgo de un dactilograma ya está en la novela del ´94, pero no es el mismo documento que menciona aquí Tomatis, aunque su contenido sí es de carácter aledaño. Ambos documentos mecanografiados, uno más largo llamado “En las tiendas griegas” (el de la novela La pesquisa), el otro más breve, aludido en el cuento “En línea”, cuentan un episodio del sitio de Troya, episodio que, como el del cuento “Semejante a la noche” de Alejo Carpentier, es absolutamente un producto de la invención del escritor santafesino. Troya y su sitio son el illo tempore, el illlo loco en los que se plantea una problemática que va mucho más allá del resultado de una guerra, o el de una pesquisa acerca de un criminal serial, o el misterio de un anónimo manuscrito, o “dactilograma”, como lo llama Saer, o la oscura desaparición de un militante y su mujer durante la sórdida dictadura militar. Pues mientras La pesquisa propone, a través de la inserción no sólo del texto hallado en lo de Noriega, sino de otros relatos mitológicos, revisar la legitimidad del dominio indoeuropeo sobre el resto de la comunidades de la cuenca mediterránea, y la legitimidad de cualquier forma de violencia, “En línea” muestra con el relato enmarcado, el de los soldados aqueos, la precariedad absoluta de la existencia humana, la vaguedad del conocimiento, la incapacidad de cualquier certeza acerca de lo que se ve, se oye, sobre lo que discurre día a día en el entorno y en el interior de cada uno, sobre la realidad, la eventualidad y la virtualidad.

La conversación telefónica entre dos continentes situados en dos hemisferios distintos es el marco del relato troyano que va a sobrevenir. Pichón y Tomatis están “en línea”, conversando en un domingo de noviembre. Al “alinearse”, Pichón, el de “acá” del cuento, parece experimentar de modo especial la cercanía de su amigo, el sol del hemisferio sur, su transpiración, la frescura del agua que el otro bebe Y así surge el tema del dactilograma, que viene precisamente a reforzar esta línea virtual que los une. Otros dos hombres dialogan en el relato enmarcado del que Tomatis da cuenta a su amigo: el soldado joven y el soldado viejo en el sitio de Troya. El segundo está desde el comienzo de la guerra guardando la tienda de Agamenón: vigila, come, descansa, no tiene ninguna duda sobre lo que discurre a su alrededor: el campamento aqueo, la guerra que se ha entablado para rescatar a la esposa de su señor, que está cautiva en Troya. El soldado joven, en cambio, recién llega al teatro de la guerra y trae novedades externas sobre la reina espartana retenida entre los muros de la rica ciudad minorasiática. Y en este momento es donde se anudan nuevos lazos entre La pesquisa y En línea. Irrumpe en el mundo racional y práctico del soldado viejo un saber que no proviene de su mundo aqueo, de la fuerza de la evidencia que perciben los sentidos6. Noticias del ámbito oriental, de Egipto, de la magia que esos pueblos practican, hacen correr la especie siguiente, gracias a la diligencia de un comerciante de Tiro7: Helena de Troya no es ella en persona, sino un simulacro, un fantasma ¿creado para engañar a los aqueos desde el sitio o para engañar a los propios sitiados?, porque durante su estadía en Egipto un sabio mago indignado disimuló de ese modo la situación de la reina.

La invención saeriana irrumpe con fuerza en esta parte del relato, pero él hace esperar al lector con una estrategia que se puede describir como genial. La conversación telefónica termina, el presente se cancela, y repentinamente, el tiempo del relato da un salto al futuro: Nos enteramos que Soldi, el otro amigo, hará llegar a Pichón el texto mencionado por Tomatis y éste lo leerá en su casa europea, y nosotros lo leeremos con él. En cursiva, y ocupando el final de En línea, se incluye la culminación “textual”8 del episodio troyano de los dos soldados. En el aquí de Pichón en su ciudad europea, pero más adelante, un tiempo después, tiempo en el que vuelven para Pichón la voz y la imagen de Tomatis en aquel día de noviembre, tendrá lugar esta lectura donde se revela una increíble verdad acerca de la guerra de Troya que nos cuentan los mitos.

(Pichón)... no puede dejar de oír esa voz doble9 cuando, un par de meses más tarde, en plena noche y en pleno invierno, lee los últimos párrafos del texto que el correo le ha traído esa mañana (pág. 39)

La sabiduría oriental, esa “otra” sabiduría que los helenos no conocen bien pero ponen en duda con escepticismo, somete a prueba la racionalidad helénica: no sólo Helena resulta ser un simulacro, sino que la ciudad misma, el campo de batalla, los dos soldados, son un simulacro, son parte de un sueño en el que no se sabe, ni nunca se sabrá, quién es el soñador, o hasta dónde llegan lo real, o lo soñado o lo fantasmal. En el introito del volumen Lugar (“La conferencia”) ya queda planteado: si el conferencista soñó, durante la siesta previa a la exposición, con unos rinocerontes que se bañaban, ¿cómo es que presenta a su auditorio una fotografía húmeda que representa a ese animal? ¿Ardides verbales o actorales de un rhétor? No sé, por eso dije antes que este volumen de cuentos trata sobre la pregunta por el lugar, que nunca se responde con certeza, que muestra al escritor en su duda existencial, pero también en su indubitable talento.


Notas
* El presente trabajo es una comunicación publicada en las actas del III Congreso Internacional Encuentro de Mundos. Pasajes Interculturales organizado por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario los días 27,28 y 29 de mayo de 2009. Reproducido con la autorización de la editora Sonia M. Yebara a quien Analecta Literaria agradece muy especialmente su gentileza.  

1.- Se incluye el resumen a manera de Introducción.
2.- “En línea” es el 4º relato, además de un introito en cursiva titulado “La conferencia”, del volumen “Lugar” de Juan José Saer, publicado por Planeta/Seix Barral en el año 2000.
3.- En el mismo cuento que nos ocupa, Saer define en un momento a través del hilo del pensamiento  de Tomatis, la diferencia entre saga y ciclo, mientras habla sobre el texto encontrado en casa de su amigo común muerto: formarían (ese y otros textos) no una saga, para lo cual es necesario que entre los diferentes textos haya una relación cronológica, sino más bien un ciclo. (2000:32)
4.-  Me refiero a “Mitologías en Juan José Saer” (2009)
5.- Porque la fiesta extrema que atestigua el jovencito entenado no refiere a un ritual particularmente americano, sino más bien a un esquema universal, o quizás más especialmente mediterráneo (bacanales, rituales órficos, hasta la hybris de los héroes homéricos. etc.) en los que el exceso absoluto precede a una prolongada conducta austera y mesurada, que ordena la comunidad después de las conductas desaforadas pero permitidas en esos marcos.
6.- Saer sabe perfectamente la importancia que los helenos daban en especial al sentido de la vista, ver es saber, por eso su personaje del soldado viejo es descripto con tales rasgos.
7.- La ciudad fenicia, los mitos que de esa región provienen, también son incorporados en el contexto de “La pesquisa”.
8.- Saer finge, como Borges a su manera, que incluye un texto previo en el texto presente, aunque la escritura tiene los mismos rasgos que el segmento anterior de ese relato, el cual ha sido contado por Tomatis en la conversación telefónica de noviembre.
9.- La del narrador anónimo del dactilograma y la de Tomatis contando en voz alta.


Referencias

Arce, Rafael, “Bestiario, bovarismo, perversión y parodia en La pesquisa de Saer”, en Crolla, A. y Vallejos, O. (comp.) Paradigmas literarios: articulando escrituras y lecturas, Ediciones UNL, Santa Fe (prevista para diciembre de 2008).
Arce, Rafael y Calosso, Silvia (2008): “Mitología/s en Juan José Saer” articulo en Paola Mildonian y Biagio D’Angelo (2009) Comparaciones en vertical, Universidad Ca’Garzoni de Venecia, Italia.
Fabry, Geneviève, “Entre plétora y ausencia: mito y violencia en La pesquisa de Juan José Saer”, en (1996) Actes du Colloque “L’un et/ou l’autre”, Université de Cán, mai 1994.
Goldberg, Florinda F.:, “La pesquisa de Juan José Saer: alambradas de la ficción”, revista Hispamérica nº 76-77, 1997.
Graves Robert (1967) Los mitos griegos. Tomo I. Losada, Buenos Aires. Traducción de Luis Echávarri. Primera Edición en inglés: Greek Myths, 1958.
Howatson M.C (1991): Diccionario de la Literatura Clásica . Alianza Editorial, Madrid. Traducción de Félix Piñero, Primera Edición en inglés: Oxford Companion to Classical Literature, Second. Edition. Oxford University Press, 1989.
Mayer, Marcos: “El policial según Saer”, Primer plano, Nº 8, 13/11/94.
Premat, Julio (2002): La dicha de Saturno. Escritura y melancolía en la obra de Juan José Saer, Beatriz Viterbo Editora, Rosario.
Saer, Juan José (1994), La pesquisa, Seix Barral, Bs. As.
— —  (1997) Capítulos:“Una literatura sin atributos”, “La selva espesa de lo real”, Exilio y literatura”, “Borges novelista”, en El concepto de ficción, Seix Barral.
— — (1999) Capítulo “La narración objeto”, en La narración-objeto, Seix Barral, Bs. As.