De: El rumor del patio (2003)
La mano pequeña se alza sin lápiz,
en el arroyo
nadie encuentra su huella
¡es tan pequeña!,
o acaso cruza con pasos de viento.
No sabe de la leche,
ni en el polvo de las sobras pudo soñar.
De los cinco dedos de sus pies,
ninguno nos podrá hablar de rozaduras,
¡viven cautivos!,
en el vientre del frÃo.
Aquella esquina sucia, con olor a colas
me está contando historias.
En la mesa arrugada de vacÃos
el poeta no habla,
el hambre le perdió los tonos.
Para qué se inventaron las digestiones
si no quedaban entradas en la taquilla del pan.
De: Angustia (2006)
La lapidación.
¿Qué voz
ha roto el silencio
en la plaza?
¿Qué furia
empuja la mano
que transforma la piedra
en paloma negra
con mensajes
de muerte?
¿Qué veneno
recorre los templos?
¿Qué brutalidad
pasea en las calles?
¿Qué oración de muerte
brota en los labios?
El libro
de las lapidaciones
escupe sus versos.
Los verdugos
en su fanatismo
ocultan el crimen a sus ojos,
y cierran
los últimos latidos de la vida.
en el saco de la soledad.
¡Qué oscuro
el último aliento!
De: Corre corre niño de arena (2006)
De los niños de arena
con las risas rotas,
solo quedarán
páginas en blanco en
libros sin nombre.
La rabia
de los misiles se pasea
por las plazas del raciocinio.
Por los jardines
de arena blanca
está peregrinando el grito.
En el prado de los caÃdos
las doncellas de las aritméticas
no supieron distinguir
los huesos tiernos
del hijo,
o los cansados
del padre.
Todos estaban
envueltos por la misma piel
formando extrañas pinceladas rojas
entre los verdes, azules y ocres
del horizonte.
El aire
escribe metáforas
para esconder el miedo.
Corre niño de arena
donde el invasor no te vea.
De: El grito del oasis (2007)
La plaza de las sombra frescas
reposaba su tarde de juegos.
Entre las encaladas paredes
dormitaba el hombre
con el aliento de perfume a olivo
Amaneció el dÃa vestido de acero.
No existe el olivo
la foto rota de la abuela,
guarda silencio.
Una estrella de muerte ha pasado.
La piedra desnuda se esconde.
En el rompiente
de las victorias largas
lloraran las voces de fuego.
La ventana de horizontes limpios
no conocerá el miedo.
He perdido la placenta de las palabras.
La arteria se estira
entre los contornos del holocausto.
11-12-2010
(nace un niño en una patera)
Niño patera
un grito de sal y viento
desgarra los horizontes
………..de la garganta
el cordón pulsa la vida
…………entre las olas
y la patera estrecha
sus costados de distancia
Las miradas del miedo
…………….te acunan
mientras la sangre-vida
…………te acompaña
a los espacios del frÃo
niño viento sin esquinas
niño piel de la noche
niño solo
niño desnudo de mañana
niño de los olvidos
niño sueño
niño de manos-mundo
niño acera de océanos
niño denuncia
niño de cuna ausente
niño con pañal de arena
niño lluvia
niño de las distancias
niño para el recuerdo
niño quimera
niño esperanza.
NANAS DEL HAMBRE
Nana de las sombras
recogidas del llanto
en el dolor del niño-hambre
rozadura derramada
en las mejillas escasas
de la tristeza del niño-hambre
mancha de mirada grande
perdida en el vacÃo
que acompaña al niño-hambre
retórica de las aceras
donde se olvida
la soledad del niño-hambre
arquitectura del frÃo
con horizontes de hielo
en las noches del niño-hambre
vértigo rojo envejecido
en el barro del camino
con raÃces-pies de niño-hambre
andén ausente de salidas
donde vacÃas esperan
las manos mundo del niño-hambre
espacios sin sueño
en las largas noches
de lágrimas-madre y niños-hambre.
De: Huellas (2011)
¿Arrancando el blanco
a la luna llena?
Qué atrevidas
las manos de tu sueño.
En las raÃces de tu imagen, escribo
para poder respirar.
La pena es que nunca supe leer en
tu mirada.
Fiesta de las delicias.
De olor a romero,
los cÃrculos de tu cintura.
¿Que pensará el viento
cuando sonrÃes?
Ya puedo darte un poco
de mi mirada vieja,
sentarte en mi sueño de aceras
y reÃrnos con acentos de ayer.
Te pasearé por las raÃces,
aquellas que escaparon
enamoradas de la oscuridad,
y para el almuerzo
un sabor de amarguras,
que se han tornado dulces
por añejas.
Pero mejor te propongo
mezclar los dedos y sorber
con ahÃnco
todas los deseos
en un solo encuentro.
De: El vuelo oscuro noche [inédito]
Silencio
y el surco
espera en la duda
la parada escupe
no repitas
la entrada de los sollozos
por la catedral
del grito
en la sublimación
oscuridades
la cúpula sangra.
De: Cicatrices [inédito]
Sentado en unas alas
que no aprendieron a volar,
estalló el grito
y fui citado a la calle
de los pasos ausentes.
Las orillas del tiempo
olvidaron mi nombre.
Mientras
en la trastienda del libro,
las pinceladas
son de barro ácido.
Mejor cerrar la boca
y hablar hacia dentro.
De: Contraventanas [inédito]
He soñado
que mendigaba locuras
en el lugar
donde la lágrima
complace las esperas.
Entre paredes sin encalar
estoy
encarcelando frivolidades.
¡No me esperes!
ANTONIO MARTINEZ I FERRER Nació en Alzira (Valencia) el 1 de Agosto de 1939. Durante años fue obrero de Artes Gráficas. ha ocupado la mayor parte de su vida en la lucha polÃtica y sindical contra la dictadura franquista. Perseguido y represaliado por el régimen sufrió el despido en su trabajo y estuvo como exiliado polÃtico en Francia hasta la muerte del dictador en 1975. Su poesÃa ha sido estudiada y comentada en prensa y radio y algunos de sus poemas musicados, entre otros, por Lucho Roa. Ha publicado: El rumor del patio (2003); El soroll del pati, en Valenciano, (2006); Angoixa, en Valenciano (2006); Corre corre xiquet d’arena, en Valenciano, (2006); El grito del oasis (2007); Efectos Secundarios Efeitos secundarios, bilingüe, Castellano y Portugués(Portugal: 2008); Corre, corre, niño de arena (2009); Senderos, AntologÃa poética (2010); Huellas (2011).