Hugo Toscadaray


Poemas Éditos e Inéditos




POEMAS ÉDITOS 


SOBRE LOS OBJETOS HALLADOS EN LA COSTA

de la percha del confín del mundo colgaba su ojo
su ojo desmoronaba
su ojo provocaba la catástrofe del sueño de arena.

el inmóvil ojo de ginebra
el ojo ancho y bello como un mural de Orozco
(no el ojo usina)
(no el ojo atalaya)

el ojo de persianas de agua
el ojo transparente como el grito de un ahogado
el ojo dibujado con bestias de Altamira
el ojo con pupila de océano lunar.

el ojo fijo de líquido violento
en ojo fijo de líquido endurecido.

su feroz ojo de vidrio
ahora sobre la playa
pesado y detenido
como el huevo de un albatros de amatista.

De: La isla de la sirena de las escamas de fuego (1995)


ESCRITO SOBRE UN ATLAS

es éste un inmenso munderío escribí
en la parte más celeste de tus pechos
cuando tu lengua daba indicios de victoria
en la estación del fuego
mientras morían ángeles calientes
sobre nosotros que viajábamos.
viajábamos por un oceanar interminable
decidiendo jubilosas travesías
en la confianza empapada de los cuerpos. después/
después temblamos entre latidos de alcohol
entre naufragios y regresos y partidas y
hablamos al final de tantas cosas.
hasta del ojo de dios enceguecido
del gran ojo hablamos que todo lo veía
que no ve nada ya ni el todo que dicen que inventó
ni la chispa siquiera ni el cordel
del que cuelga este planeta donde estamos
frente al ancho negrotal del universo.
ni el verso que escribo ve
ni la parte más celeste de tus pechos ya
no ve nada ya pobre / pobre dios
dios.


De: Naufragario  (1997)


MARCO POLO PENSATIVO EN EL PUERTO DE VENECIA

Huan Li, recogía doraduras de la tierra
en cestas de fragantes juncos,
mientras su padre me enseñaba secretos del oriente.
Huan Li, era bella como una pagoda de alabastro
y el delicado rostro parecía un limonero incandescente.

Por su padre conocí el poder de la pólvora
especias y comidas, piedras fabulosas
y una forma de observar distinta, al cielo.

Por Huan Li, en cambio, desentrañé la cifra del amor.

De todos los tesoros traídos a occidente,
para mí he guardado en secreto sólo uno.

El recuerdo del vestido de Huan Li,
desmoronándose en mi cuarto
como un satélite de oro.


De: Amantes Zodiacales – Mención de Honor La Nación (1998)


CANTO PRIMERO

Durante la estación de los pájaros que estallan cuando la creciente sacuda la paz del río y el cielo todo brame como un animal herido o madera del monte astillada por el peso del viento que allí se detiene un breve instante. Cuando las flores silvestres y las plantas del trópico entrelazadas rocen a los colibríes machos y a las ranas bombinas de vientre de fuego. Digo, cuando todo esto ocurra allí me veréis desnudo e intacto como un cazador olímpico.

De: Los pasajeros de Renca (2005)


LOS DÍAS MUERTOS

Escribo que te amo mientras bebo el secreto licor del desvarío.
Escribo bajo el peso suspendido de tu ausencia
-escorpión alado y mudo-

Escribo que te amo en la noche anegada y afirmo:
tengo corazón que tiembla y suda
como un caballo rojo.

¡Oh corazón mío!
¡Caballo palpitante y mojado!
¡Matungo de nubada enrojecida!

Le haré una pampa con éste tu silencio

escribiendo que te amo
inclinado y solo
semejante a un puño hundido en la noche anegada.

De: La balada del pájaro tinto (2006)


POEMAS INÉDITOS


LA LLUVIA Y LOS MILAGROS

En su infinidad cae la lluvia.
En espléndida metralla.
En insectos de plata que saltan del panal roto del aire.

Cae la lluvia sobre el sueño de los lagartos.
Sobre el maderamen de los puertos abandonados.
Sobre las mariposas ciegas del crepúsculo.
Sobre el pan de las guitarras.

Fumamos y fumamos aún bajo el diluvio
y el guerrero que sopla en los pulmones
se nos apaga lentamente.

No obstante, avanzamos.

Dentro,
todos llevamos una selva.

La lluvia la ilumina.


BITÁCORA


Soy quien queda.
El escorbuto aniquiló a la tripulación.
Hoy abril termina.
Mañana será lluvia.

El miedo ahora es de un sabor muy antiguo.
En el océano se abren otros cielos, otras sombras.

Me siento enfermo. Es preciso huir.
Late el silencio de mis compañeros. Y es preciso huir.

Desde la popa, absorto como un pájaro posado en una viga,
entraré en la noche con el grito descalzo.

Ni a mi nombre ni a mi casa los recuerdo.
Pero lo sé, nadie me espera.

¡Oh, la fiebre y sus tentáculos de lava!

El sueño me rodea.

Dormiré cuando mi resplandor acabe.

Soy quien queda.

Mañana será lluvia.


DUCHA CARTAGINESA

a Mora y Valentino Ortiz

Primero lavé mi cuerpo
con el chasquido de unos grillos extraviados en la noche fulgurante.
Luego lavé mi cuerpo con el secreto de algunos árboles.
Y lo lavé con la cadencia de una mañana que creía olvidada.

Lavé mi cuerpo con las audacias de un relámpago atronador.

Con un ladrillo lo lavé.
Con una canción oxidada.

Lavé mi cuerpo con una mujer arrasadora.
Y por más que lavé y lavé mi cuerpo
el trompo negro del corazón de mi tristeza
no se ha disipado.

Él brilla entre las uvas del sol.


EL MUERTO

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
podrán revisar las rutas del vino
las huellas del tabaco
los tatuajes del orgasmo
los tótems gigantescos de cada derrota.

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
habrán de hallar un sendero de pequeños guijarros
o migas de pan o trazos de orina
que conducen a esa ninguna parte de la desolación
que habité a los gritos.

Cuando caiga,
decididamente cuando caiga
observando con paciencia comprenderán, quizá,
los malos humores (de los que no conozco arrepentimiento)
las largas ausencias, los excesos, la fragilidad encubierta
y aquella rutina que consumaba la tristeza
para hundirme los hombros.

Sin embargo, si quieren conocer en verdad mi corazón
tendrán que mirar a través del agujero en mi frente
porque allí detrás, en el hueco abierto de la nuca
encontrarán un océano de islas y duraznos
y verán aquello que quise ser pero que, decididamente,
se tragaron las lluvias y los días.


INCITACIÓN A LA TORMENTA

El poeta en vacaciones elige al sol.
Quemarse sabiendo que se quema.
Polizón empapado en alcohol.
Bonzo en traje de baño.

En verdad el poeta no se toma vacaciones.
En su propio cuarto estalla
sin calendario ni guía ni tour

estalla el poeta

turista solar.

Todos los poemas pertenecen al libro inédito El Whisky Desnudo



HUGO TOSCADARAY, Poeta nacido en la ciudad de Buenos Aires en 1957. Libros publicados: Tangopoemas (1989); La isla de la sirena de las escamas de fuego (1995); Naufragario (1997); Amantes zodiacales (1998); El nadador unánime (2004); Los pasajeros de Renca (2005); La balada del pájaro tinto (2006); Fuego Negro (2011).