Rolando Revagliatti | Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo * [Poemas Escogidos]






Suerte de principiante
me alcé con el pozo

Pozo al que caí
no como un
principiante.







Para la foto
mi embarazo
no es histérico.







Una exorbitancia:
la monogamia.






Mi desprecio por vos
siendo profundo
ni siquiera es

infinito.







El camino más corto
es el trillado por mis enemigos.







Hijo de la humillación
¿en qué te me has
reproducido?







Fumo
notas musicales

y toso
fragmentariamente
los últimos hits.






Mis iniciativas
¿te ofenden?

¿Qué toman de las tuyas?

Pero, sobre todo
¿qué desechan?







¿A qué edad comenzará a resultar indecoroso
-cuando no patético-
no ser todavía huérfano?








Se nota demasiado
que soy
             con opio
un pan de Dios.








Yo lo tenía todo:
deudas, extrema soledad, odios

Fugitivo, rodeado de vagos
la vida me sonríe.







Algo en mí
                     incauta
esa aduana:

mi cólera.






Yo venía no existiendo hasta que vos
impusiste lo contrario

Jamás
          cesaré
                     de reprochártelo.







Aspectos hay en los cuales
la vida me sonríe

(aunque carece
de dentadura la sonrisa).







No me salgo todavía de mi adolescencia
discúlpenme:

es que ella
no me echa.







Mofeme de mí
después de hablar conmigo
seriamente.







Yo trabajé de niño en brazos
Mi primer empleo

Full time.







Dicho sea
en criollo-psicoanalítico

la pulsión me ceba
al alba
demasiados mates.







La pezuña de la ignorancia
dio conmigo en tierra

¡Yo sabía...!







Desnudo
me entreví
siguiéndome
la pista

disfrazado.








Cuando huyendo
me salvo

conmigo
me reúno.







Todos
los que soy
disentimos.







Donde pensaba suicidarme
me encontré muerto.







Creo
         este ridículo
y lo llamo

vocinglería.







Lo juro por los rayos de mi bicicleta
que la omnipotencia de los enclenques
es la mía.







A este Revagliatti se le ha retirado la be larga

y desde entonces

                              no alcanza.







Soy, mis amigos, el producto
de mi bruto interno

Esto
elucido.






Mi vida onírica
deja qué desear

Y me lo deja a mí.







Amedrentan
tus colmillos

(lo cual
me inspira).







Con mi madre
todo anda como mi madre.




a Pedro Almodóvar







En cada cual se articula improvisándose
la eficacia de un
desesperado.




a Tennessee Williams






No crean que duerme ella, pobrecita:
está muerta.








La montaña me conmueve

El océano
                 apenas
                              me conmociona.








Este local celestial
permanecerá cerrado
durante todo el infierno.”







Estoy pagando con poligamia
mi inermidad

Y así sería con monogamia:

todo precio
es altísimo.








Me retiré a tiempo:
en el pináculo de mi anonimato
renuncié para siempre
a la notoriedad.








Tu influencia en mí
me es odiosa
Moriría
si te odiara lo bastante.








Los elogios me empequeñecen

Sin elogios soy de mi tamaño:
pequeño.








Es triste:

alguno de los dos
debió haber avanzado
sobre el otro.








Lo miro correr
a mi cuerpo

Sólo así
participo.








Moriría, amor mío
antes de lastimarte

O
   aún mejor:

moriría después.








A las mujeres que murieron por mí
sumé las mujeres matadas por mí
y obtuve
                una cifra
                                deseada.








¿Qué de mí
se solaza
en el amante
de mi esposa?








En el Desierto de la Madre Mía
juguemos a las damas con las rameras
(con las golfas
con las busconas)
mientras las damas no están.








Lo tuyo conmigo, Herminia
desde nuestra boda
(aquella primavera del ’86):

sordidoméstico.







Te la saco mi mano

Y es donde te saco mi mano
que a mí se me hace
que a vos se te hace

que se queda mi mano.








Mientras no te enteres
de cuánto me admiras
no cesarás de combatirme
ignorándome.








He quedado reducido a esto

A quedar

Reducido

A esto.







Nuestros cuerpos
nos luchan.







De mí se han dicho muchas cosas

Todas ciertas.








Así es como lo prefiero yo
Que no es como vos lo preferís
No hay paisaje detrás de la ventana
Que no es que no haya ventana.








Cuando mi esposa
huyó con el Diablo
supe que un Dios
existía.








¿Cómo se abren los hombres?:

con dificultad.







¿Cómo hacer para que yo te guste de nuevo?

Pero, sobre todo:
¿cómo hacer para que yo te guste de viejo?








ROLANDO REVAGLIATTI, nació en 1945 en Buenos Aires (la Argentina), ciudad en la que reside. Su quehacer en narrativa y en poesía ha sido traducido y difundido a los idiomas francés, vascuence, neerlandés, ruso, italiano, asturiano, alemán, albanés, catalán, inglés, esperanto, portugués, maltés, rumano y búlgaro. Uno de sus poemarios, “Ardua”, ha sido editado bilingüe castellano-neerlandés, en quinta edición y con traducción del poeta belga Fa Claes, en Apeldoorn, Holanda, 2006, a través del sello Stanza. Ha sido incluido en más de setenta antologías y libros colectivos, la mayoría de ellos de poesía, en la Argentina, Brasil, México, Chile, Panamá, Estados Unidos de América, Venezuela, España, Alemania-Perú, Austria, Italia y la India. Obtuvo premios y menciones en certámenes de poesía de su país y del extranjero. Fue el editor de las colecciones “Olivari”, “Musas de Olivari” y “Huasi”. Coordinó varios Ciclos de Poesía, así como la Revista Oral de Literatura “Recitador Argentino” y diversos eventos públicos, solo o con otros escritores. Coordina talleres de escritura. Ha sido colaborador en más de seiscientos cincuenta periódicos, revistas y colecciones de plaquetas, cuadernos, murales, etc., de la mayoría de los países de América y Europa, así como ha dado recitales en innumerables propuestas públicas. Su narrativa, piezas teatrales y poesía se socializa en revistas y boletines electrónicos, bibliotecas virtuales, Sitios, blogs, etc. Desde hace casi dos años realiza entrevistas a poetas argentinos a través del correo electrónico. En soporte papel publicó desde 1988 dos volúmenes con cuentos y relatos: “Historietas del amor”, “Muestra en prosa”; uno con su dramaturgia: “Las piezas de un teatro”; quince poemarios: “Obras completas en verso hasta acá” (tres ediciones), “De mi mayor estigma (si mal no me equivoco):” (dos ediciones), “Trompifai”, “Fundido encadenado” (tres ediciones), “Tomavistas” (cinco ediciones), “Picado contrapicado” (dos ediciones), “Leo y escribo” (cuatro ediciones), “Ripio” (tres ediciones), “Desecho e izquierdo”, “Propaga”, “Ardua” (cinco ediciones), “Pictórica” (cuatro ediciones), “Sopita” (seis ediciones), “Corona de calor”, “Del franelero popular” (dos ediciones), además de “El Revagliastés”, antología poética personal y “Revagliatti – Antología Poética”, con selección y prólogo de Eduardo Dalter.  Sus libros han sido editados electrónicamente y se hallan disponibles, por ejemplo, en http://www.revagliatti.com.ar. Cuatro poemarios suyos, inéditos en soporte papel, “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, “Infamélica”,  “Viene junto con” y “Habría de abrir”, cuentan con dos ediciones-e de cada uno: en PDF y en Versión FLIP (Libro Flash). Es posible acceder a “Picado contrapicado” en html en http://rolandorevagliatti.blogspot.com, integrando la colección de Editorial Alebrijes. Sus 185 producciones propias en video, todas ellas debidamente diseñadas y editadas, se encuentran en http://www.youtube.com/rolandorevagliatti.