AL GARETE
Insomnio
es que le dicen a eso
de pensarse en la hondura del Cosmos
mirando a un techo oscuro
cuando dormir a todos los descansa.
Pensarse polvo del infinito
sin arribar a dónde.
Incalculable de cielo arriba,
abajo, todo.
Y estarse así
acostado inmerso en el misterio
en tan pequeña cama de lo vivo, solo,
enredado a las sábanas del nunca
acabar con esta cosa
de flotar perdido.
Y siempre
la esperanza de llegar a un cuándo
bajo la almohada
del soñar despierto.
IMPOSIBLE
Decido y trepo
para caer del otro lado de este.
Muro que me separa
de las primaverales mocedades.
Andar por la foresta colorida de esos años
esquivando promesas en flor,
sueños de juventud, reminiscencias
que inundan mi distraído corazón
y dan sabor y tacto de reales.
Y ahí es cuando vienen a mí
también palabras de pensarlo
para decir aquello
con claridad de vivo.
Pero imposible. Nunca.
La escritura
jamás, jamás, jamás
coincide con la sangre.
Para mí
que en algún lugar estoy ausente.
Debiera de volver a donde nunca he ido.
¿ Pero hacia dónde el rumbo,
el sentido, la dirección precisa ?
La cuestión
es que nadie me puede responder
tales obligaciones misteriosas de regreso
cuando me extraño así
en el acá de siempre.
Y es incómodo
estar fuera de sitio
aunque todo me indica
que en la quietud aún
me acerco
poco a poco.
Y peor todavía es presentir
el temor paradojal ,cada momento.
Ese,
el de encontrar así
aquel lugar definitivo.
TROPIEZO
Me desconoce la que amé alguna vez
en su pasar de amnesia.
Pareciera que va hacia otro planeta en este.
La sonámbula feliz por la vereda,
lleva como una lejanía sin destino ,
tras sus ojos vacíos.
Suelta de mi atención o mi congoja
se apura y pasa como si nada fue.
No debí reconocerla - me reprocho.
Además por mirarla tropecé
con un escombro peligroso
que habrá caído
sin querer
desde las ruinas del presente.
LO QUE SE CALLA EL VIEJO
Habla la juventud sin ton ni son,
les sobra música de errores.
Total ! vuelven a abrir la boca
y cambian para mejor
o empeoran.
Ruido les sobra,
ganas, futuros a enmendar
con la alegría del olvido
todo curan.
Ya habrá tiempo
después.
Que se equivoquen a destajo ahora,
que desperdicien cascabeles y tambores.
Aún les falta un rato
para entregarse a la cautela de lo añejo.
Después
ya no habrá yerro ni equívoco imprudente,
se entra con precisión al hueso del sonido
sin poder dar con la palabra nunca
y es donde estas a un paso
de la común mudez,
misterio sin lugar,
todo silencio.
TESTIGO
De manera fortuita en aquella esquina
la coalición de dos autos
envueltos en el furor
de la inútil frenada
me sorprendió en la vereda.
Al unísono
el estallido de los vidrios
y el grito de la mujer sentada
en el centro de su pesadilla
manifestaron la dislocada realidad.
Algo parecía haber roto y retorcido
el orden de las apariencias:
la irresponsable papilla
del material mecánico disperso
como escenografía sobre el pavimento
y los dos hombres nerviosos e ilesos
buscando luego intercambiar
papeles personales como insultos.
En el vulgar diseño de un día
vislumbre un punto
sorpresivamente mortal
para que el sinsentido urbano
fecunde un degradado milagro.
RÉQUIEM MECÁNICO
He asistido sin querer al despiece
de un vencido motor de auto
en un oscuro taller.
Los hombres excitados y ansiosos
identificaban con aplicación y esmero
las partes como joyas sucesivas.
En aquellas ásperas manos
parecían desmembrarse poco a poco
duros ejemplos de una ciega y pura voluntad.
Así fui observando extrañado
como alguna vez la metafísica de la velocidad
en las tripas de su secreto,
había pulido infructuosamente
sobre la retórica de la materia
el inamovible deseo de llegar a todas partes.
EN LA AUTOPISTA
El perro destrozado
sobre el brillo de la autopista
no parece alarmar a ninguno
de los condenados por la velocidad
que nunca dejan de pasar.
Apenas un detalle en disolución
que queda atrás en la corriente,
una malformación
en la precipitada perspectiva del asfalto.
La realidad no puede así conspirar
con desprolijidades naturales como estas.
Por eso el sol
desde su más ígnea verdad
irá secando la carroña
para pulirle al esquemático futuro
esas accidentales aristas que entorpecen
el ilimitado desarrollo del vacío.
HIPÓTESIS SONORA
En el atardecer
escuchando a Bach:
la maraña transparente
de una de sus fugas
imponiéndome un cielo
en donde hay Dios
y es absolutamente cierto
un orden universal
como andamiaje de esta vida.
Hasta que concluye la música
y quedo nuevamente solo
con la tragedia privada de un silencio irreal
y son visibles todas las especulaciones
del pensamiento contemporáneo
posible manicomio de seres racionales.
ORO NO
«nomen est omen»
(proverbio latino)
…ni plata
ni posible esperanza
de mejoría o cambio
por azar macerado
en un punto de suerte.
Yo que soy mi fortuna
y vengo desahuciado desde el vamos
al final de apellido. Apenas
la miserable osadía de andar
con los bolsillos rotos
poniéndole palabras.
Y esa tendencia estoica
de aceptar los designios
del castellano al uso
o la pura desgracia
de mi escala social
y el porvenir ahí,
siempre al final
de todos los mandatos:
con duro y anónimo cincel
bordándome una lápida a futuro
para usura del tiempo
donde las nombradías
ya ni cuentan.
AVISO DE RETORNO
A orillas del Lago Lacar
El viento hostil de las ocho
Empuja a la pequeña familia
a ir juntando las cosas del atardecer.
Mientras él limpia el mate
Y va plegando sillas
Ella se abriga y llama
A los niños que traen felices
Algún insecto muerto.
El murmullo del bosque
se precipita sobre ellos, se enrarece
Y un oleaje de espuma ostenta indiferencia.
Se repite la monótona ley
De una naturaleza fría.
Porque en la agreste soledad que asedia
Todo evidencia el claro
Dictamen de las piedras:
Absurdo es persistir
Donde nada los necesita.
GOLPEAN
Alguien golpea la puerta
al final del pasillo
del PH en que vivo.
¿Un vendedor de escobas y plumeros ?
¿la limosna cotidiana
que crispa la conciencia ?
¿O la palabra de Dios a domicilio?
A intervalos persiste
y no claudica.
Al íntimo sosiego
pareciera advertirle
del clamor desolado
de un mundo que hay afuera.
Un exhausto residuo
de todos contra todos
pretendiendo explicarse
sin remedio,
en el reverso oscuro
de una puerta.
DANIEL GONZÁLEZ ORONÓ, Escritor, poeta, pintor, músico, letrista, compositor y actor argentino nacido en Dolores, provincia de Buenos Aires, en 1962. Vive en Quilmes. Es docente de literatura en establecimientos públicos y privados y coordinador de Talleres Literarios. Ha sido seleccionado en diversos anuarios y antologías poéticas bonaerenses. Letrista de canciones folclóricas ha ganado el Premio Cosquín 1985 en el rubro tema inédito y obtuvo la mención especial en el Primer Premio Astor Piazzolla Mar del Plata 1994. Su obra «La inundada» cantata sureña Dolores 1995, fue declarada de interés cultural y obtuvo una mención especial «Compromiso Histórico» en los Torneos Provinciales Bonaerenses. Como músico, compuso más de 70 canciones con cuentos y poemas de E. Bornemann 1990-1994. Compuso la música del CD «Palabracadabra» con textos de E. Bornemann – 1996. Compuso la letra y música del CD de «La Magia de Amapola & Mascaró», 1998 (Varieté infantil mágico ecológico) – declarado de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados en 1999, y de Interés Ecológico por la Fundación Vida Silvestre – Argentina. Compuso la letra y música del CD: «Los clásicos en desconcierto para chicos bien despiertos», 1999. Como pintor ha realizado diversas exposiciones y obtenido varias recompensas. Como actor ha participado en las siguientes puestas: Romeo y Julieta (1983); Así es la vida (1984); Chumbale (1987); El Principito —realiza la adaptación para muñecos y teatro negro– (1986); Palabracadabra (Teatro Infantil) (1996); La Magia de Amapola y Mascaró (Varieté Infantil Mágico- Ecológico) (1998-2000) y Shows De Magia Infantil como El Mago Mascaró (1990-2000). En poesìa ha publicado Pingo Tecleteo (1987) y Retórica Incierta (2008). La mayor parte de su producción literaria permanece inédita.