Gualeguay No estuve jamás en Gualeguay. Ello me permite acceder a algo que seguramente estará vedado para siempre a sus habitantes: el mito de Gualeguay. Así como los hombres de Polinesia están privados de entender todo lo que evoca la palabra Polinesia para los occidentales, aquí no importa el valor de la evocación, si el menosprecio por lo no comprendido o el asombro pueril o una supuesta magia de palmeras y hombres cobrizos vagamente caníbales. Los de Gualeguay jamás sabrán el milagro donde viven, una porción del milagro que es la …
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