De: Naufragios [1984] LA NIÑA DE LOS MANGOS a Osvaldo González Real Hoy las hojas no son sino la imagen, perdón, sonora de la siesta y de un cántaro a orillas de una sombra. Caen, caen los mangos y se acerca una niña cuyo nombre ya no ignora el ángel de su andar. Mira. Ve los mangos. Desnuda, con sueño, confusa y aturdida va por ellos. Gira. Gira y en sí misma se demora si, cayendo, entre frutas y a la siesta se abandona. Lo sé. ¿Lo sabía? Lo recuerdo a orillas de una sombra y en la siesta de los man…
Síguenos en las Redes Sociales