Rodolfo J. Walsh en Prensa Latina El viaje circular Debo la idea central de este cuento al ingeniero Emilio Mallol, fallecido en Buenos Aires, en marzo de 1950, a cuya memoria lo dedico. R. J. W. En diciembre de 1926 egresé del Politécnico de Mecánica de Hamburgo y cuatro meses más tarde entré como asistente del ingeniero jefe en las grandes usinas que proveen de energÃa eléctrica a la ciudad de Bremen. Recuerdo haber comprobado con asombro que mis estudios en la materia no me habÃan preparado para la visión …
MaÃz para las palomas Debo haber tenido siete años cuando me mandaron a la escuela PirulÃ. Este nombre le venÃa por los chupetines que vendÃan en la caramelerÃa vecina. También le llamaban escuela Pirulà porque todos éramos pequeños. En ese establecimiento solamente se cursaba hasta el segundo año y concurrÃamos alumnos de ambos sexos. Pero niños y niñas ya nos mirábamos con recÃproca desconfianza y desdén. Formábamos dos grupos en la clase y en el recreo. Justamente ese año las maestras tuvieron la ocurrencia de sentarnos juntos…
Doblaje En aquella época vivÃa en un pequeño hotel cerca de Charing Cross y pasaba los dÃas pintando y leyendo libros de ocultismo. En realidad, siempre he sido aficionado a las ciencias ocultas, quizás porque mi padre estuvo muchos años en la India y trajo de las orillas del Ganges, aparte de un paludismo feroz, una colección completa de tratados de esoterismo. En uno de estos libros leà una vez una frase que despertó mi curiosidad. No sé si serÃa un proverbio o un aforismo, pero de todos modos era una fórmula cerrada que no …
El inventario -Esta mesa es Chippendale. -¡A ver, muchachos, al camión! Vocea: "¡Una mesa con las patas flojas, una!". -Un cuadro de la escuela de Greuze. -¡Una tela grande rayada, una! -Una consola Louis Philippe. -Oiga, yo creo que estos muebles son del tiempo de don Porfirio, porque mire nomás el polillero. -Dos vitrinas de Wedgewood. -¿Cómo dice usted? -Wedgewood. Voy a deletreárselo. -¡Salen dos vitrinas! ¡Mira ésta no cierra.! ¡Dos sillones con la tapicerÃa percudida, dos…
La puerta par El doctor Edmundo Molina se presentó con nombre y apellido desde la puerta entreabierta de la subcomandancia, pero tuvo que agregar que era el médico a quien quisieron asesinar hacÃa unas horas en el Hotel Anteus para que el comisario levante la vista y se le quede viendo con ese aire de todopoderosidad que adopta la gente uniformada. Le preguntó si venÃa por su declaración. «No», le dijo, lo que querÃa era hablar con el hombre a quien arrestaron frente a su puerta -habitación 36, segundo piso- empuñando un…
Dos Cuentos Breves LA ESPERA Como todos los domingos, mi padre me dijo que irÃa a pescar y regresarÃa al atardecer y yo le creÃ; mi madre me dijo que irÃa a visitar a mi abuela y yo le creÃ; mi hermana habló de una excursión al Tunari con su novio y tampoco dudé. Han pasado cuatro años y empiezo a sospechar que no volverán. Me he quedado sin teléfono y sin electricidad, imagino que por falta de pago, y no me gusta leer. Mis provisiones se han agotado y cada vez me es más difÃcil encontrar ratones o gusanos. Y tampoco p…
El Padre [Selección] poema del génesis no escrito que recita el padre en un tiempo sin espacio ni ilusión reconstruÃmos un momento donde se entrecruzan muchos momentos y el árbol imaginado no es más el árbol tal vez mármol piedra y en la piedra se empieza a ver otra cosa una cara el revés del todo registro de cielo entrevisto en ejercicios finos trabajos de arqueologÃa desenterrando el tiempo nebuloso que despierta y vuelve a nacer como una escritura que no sabe lo que esta haciendo con la fascinación y el…
Habitación, la brisa [Inédito] Especial para Analecta Literaria © 2014 Carlos Bernatek - Analecta Literaria a J. R. Ahora que ha llegado el silencio a este cuarto de hotel, apenas comienzo a recordar cómo he venido. Es esta ciudad que te abruma, te marea con su siseo perpetuo, el tránsito de gente insomne. Aquà hasta el silencio hace ruido. Pero en un instante milagroso, las cosas parecen al menos quietas, detenidas, como murmurando un impulso para que todo se reinicie ¿A qué he venido? Ya va siendo hora de que empiecen a ol…
Foto: Cecilia Barbarito Cuatro poemas [Inéditos] Especial para Analecta Literaria © 2014 Carlos Barbarito - Analecta Literaria A donde va a consistir el invierno… A donde va a consistir el invierno: caridad que no salva ni a una flor y la hora que no señala el mediodÃa. Se dice ave como se dice adverbio , con la misma, unánime laxitud; en los vidrios, el propio reflejo que la mente supone ajeno. Desde alguna parte, una voz, sin oyentes a la vista: a recoger lo que quedó del mÃstico desposorio, del antiguo y perdido …
El Metal del Ombligo y Otros Poemas EL METAL DEL OMBLIGO Se escucha el percutir de máquinas saliendo por esos ojos de obsidiana encendida como el llanto de madera triste como voces de pieles maduras entregadas al fruto del viento. Y abrazo el dedo Ãndice que he mordido para verte dentro de ese espejo lleno, oscuro y silente, como masa grávida que sostiene los huesos poliándricos de tu boca de mimbre rojo. Con el sonido industrial en el ombligo levantas la velocidad dinámica de tus labios ech…
Diez Poemas ARTE POÉTICA A Vicente Aleixandre La nostalgia del sol en los terrados, en el muro color paloma de cemento -sin embargo tan vÃvido- y el frÃo repentino que casi sobrecoge. La dulzura, el calor de los labios a solas en medio de la calle familiar igual que un gran salón, donde acudieran multitudes lejanas como seres queridos. Y sobre todo el vértigo del tiempo, el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma mientras arriba sobrenadan promesas que desmayan, lo mismo que si espumas. Es sin duda el momen…
Obra Poética [Selección] De: Asà se fundó Carnaby Street [1970] BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raÃdos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olo…
SÃguenos en las Redes Sociales