Héctor Rincón González

Héctor Rincón González

Cinco Poemas



1. DES(ORGANIZACIÓN)

Soy la constelación más invisible entre el este y el oeste.
El reloj que se diluye entre mis dedos
desgranando lentamente la espiga de trigo;
semillas doradas que huyen raptando una virgen blanca.
Me revuelco en la tierra donde se fermentan frutos amargos:
dolor, tristeza, alegría, soledad, obsesión, incomprensión y pasión.
La inutilidad vence el pragmatismo sin consecuencias
la melancolía obsesiva se ahoga en desiertos donde
las palabras letales se destrozan en la imperfección.
La infección de tus palabras son el eco de las mías donde
locura y lucidez copulan debutando en un voyeurismo irreverente.
Somos el grito callado del abandono, del minuto, del segundo
que muere tras el tiempo, la distancia y la impotencia.




2. VIOLA(CIÓN)

Habitan en mi locura
despiertan de un letargo
de esferas que revientan
una y otra vez escupiendo
la misma maldita escena.
Husmean bajo mi espalda
justo debajo de mi vientre.
Eyacular precoz que ríe
urdiendo un ultraje liberator.
Me invaden…
rasgan…
destrozan…
someten…
Dolor que yace empalado en el placer.
Hojas metálicas que leen nuevas noches.
Una luna vomita sangre
en un vientre que envejece
yaciendo bajo un Te Quiero…
prostituido en la esquina de un Te Amo.


3. NOCHE


Atardecer de calles taciturnas.
Refugio custodiado por pajes anaranjados.
Noche de insondable silencio.

Ropón tejido de estrellas,
que protege almas callejeras.
Aves que dormitan en ramas lejanas.

Mariposa noctámbula de turbado aleteo.
Estela confidente de una fuga.
Voces mordaces silenciadas por la noche.

Guarida cundida de espíritus.
Conversaciones entre la locura y la lucidez.
Sombras inquietas que se debaten en duelo.

Mar de confusiones.
Olas que arriban a mares oscuros.
Viejas victorias, derrotas que regresan.

Ilusión errada.
Plegaria para suspender el tiempo.
Grata huida del mundo de los hombres.

Grito callado que esgrime espada.
Estallido en mil pedazos que apresan la luz.
Sol pagano que calcina y desnuda las intimidades.

4. POESÍA SILENTE


En una sala muy grande
pende una pintura de la pared
enmarcada en un poema.

Frente a ella,
un niño renace en otros cuerpos,
como un bastidor virgen
que comienza a desflorar.

Sin advertir,
cada pétalo vuela en el vacío
acariciando una figura.
Cada figura,
duerme en sueños ajenos
mientras las quimeras
navegan…y navegan.

El horizonte
dibuja un barco de papel
en cuya proa,
el niño malabar se troza
sobre las orillas viscosas
del filo de la noche.

El ekphrasi
trabaja en los muelles de la nave;
como un mercader
de manos sin palabras
en un contrabando de símbolos.

¡Protejan la nave hombres lánguidos!
¡Qué no muera la ilusión
para que el ayer no mate su fortuna!

5. SOL (EDADES)

Espejismos…
Solo el recuerdo y un nosotros.
Amor fraguado que yace entre las arrugas de un papel.
Amamantado por el seno de los dedos.
Amordazado por el silencio de la cruz.
Intruso que mancilla la razón.
Poseer sin cuerpos, besar sin boca.
Humedad reseca que curte mis manos.
Palabras heridas por el filo del invierno.
Voces expiando, hojas crujiendo.
Pasos que huyen al abismo insondable de tu ausencia.








HÉCTOR RINCÓN GONZÁLEZ. Escritor, poeta y ensayista colombiano residente en Puerto Rico. Autor de diversos artículos para el Instituto de Cultura Puertorriqueña (http://www.icp.gobierno.pr/aap/PDF/boletin21.pdf), revistas en el campo de la bibliotecología y arte (revista Artes & Art Updated). Autor de reseñas literarias y prólogos. Ex miembro del comité de mercadeo e investigación de la División de Artes Populares del Instituto de Cultura Puertorriqueña y ex coordinador de la oficina de Asuntos Culturales de la Biblioteca Carnegie. Escritor invitado para el segundo Congreso Educativo "Empoderando Nuestra Comunidad LGBTT: Mejorando Tu Calidad de Vida" del panel: Literatura Queer: su aportación a la Lucha. Ganador en 1985 del certamen de cuento de la Universidad Interamericana de Puerto Rico premiado por el reconocido dramaturgo puertorriqueño: Francisco Arriví.