Análisis hermenéutico del poema «Mensaje a los hombres de América» de Juan Felipe Toruño por Rhina Toruño- Haensly (Universidad de Texas de Permian Basin)

Dra. Rhina Toruño Haensly ante un retrato de su padre



Juan Felipe Toruño no sólo fue poeta, sino también novelista, periodista, cuentista, ensayista, antólogo, traductor, critico e historiador literario, profesor universitario y autodidacta.1 Fue uno de los precursores en la América Hispana en divulgar la poesía negra. En su libro de Poesía Negra: ensayo y antología, publicó uno de sus poemas negristas «Chanca» (163).2

En Los Desterrados,3 que son tres tomos de crítica literaria, muestra además de ensayos y poemas la bien establecida amistad que tenía Toruño con los poetas negros del Caribe y del continente americano en general. La influencia de Rubén Darío y el Modernismo es innegable en Nicaragua, en España, en México, y en general en toda la América Latina, como señala Borges comentando que todos los poetas en América Latina, incluso él, comienzan bajo la influencia de Darío. Así Toruño «como poeta, surge modernista y luego se esfuerza por asimilar sustancias vanguardistas.» (David Escobar Galindo, Antología 306).4 Toruño después se independiza, al igual que Neruda, Borges, Octavio Paz y otros grandes poetas de su tiempo, evolucionó. Se convierte en poeta vanguardista, romántico, místico, metafísico, cósmico.

El poema «Mensaje a los hombres de América»5 escrito en 1939 presenta características vanguardistas al ser escrito en versos libres y modernistas, no sólo a nivel de la experimentación del lenguaje, sino también por las referencias a la mitología clásica, la pureza del lenguaje, la sonoridad, la sensualidad, la rima y la musicalidad en los versos. Se considera este poema cósmico porque se refiere a todo el universo, agregaría «Indigenista-cósmico» porque se refiere en gran parte nuestro mundo indigenista latinoamericano. El poema se abre al lector con alusiones a los caciques desde el Valle del Anáhuac hasta los del Cono Sur, continúa con los elementos vitales del universo: el del agua, aire, fuego, tierra, citados por primera vez por los pre-socráticos. Hay en este poema una referencia universal, la cual no es sólo a nivel geográfico, sino también a nivel cultural, espiritual, esotérico y místico, cuando dice: "A vosotros hablo constituidos en guión que se extiende entre la cultura de hoy y la cultura del mañana!" (versos 13-14).

También expresa este poema la unión conflictiva del hombre con su entorno y con su terruño cuando el yo poético pide a los hombres que miren, que piensen, que escuchen los gritos angustiosos de su madre tierra. Es importante mencionar que Toruño consideró que para los nicaragüenses siempre esta presente la tierra en su lírica o narrativa. La dedicatoria de su primer poemario Senderos espirituales (1922) dice “ A los que conmigo van a la sagrada selva”. También hay que recordar que Toruño a la edad de 14 años pernoctó en la selva nicaragüense por 6 meses y ya adulto ingresó a la francmasonería donde se disciplina el espíritu, se domina el cuerpo y se aprende a escuchar los sonidos de la madre naturaleza y a interpretar sus signos y símbolos.

A continuación inicio el análisis del poema seleccionando algunos versos dado que el poema es extenso tiene 79 versos:



!Hombres de América!: Oíd los vocablos angustiosos
que, amargos nos llegan del caos insólito.
Mirad la sangre que mana de las arterias de la tierra.

(versos 15-17)


En estos versos es evidente la existencia del eco dariano cuando Rubén Darío se refiere a la tierra como el vientre materno. El profesor argentino Francisco Propato comparó la poesía de Toruño con la de Darío:

Si Nicaragua dio al universo Americano su máxima lírica con Rubén Darío, San Salvador ostenta con legítima ufanía en su Parnaso a un poeta de fuertes características propias y cantor excelso de la Patria Grande, que es la América toda, la que va de polo a polo, sin odios raciales...
«Mensaje a los hombres de América» dirá al culto lector cual es la envergadura moral-espiritual y la capacidad intelectiva del eximio vate salvadoreño. Por ese «Mensaje...» podemos aquilatar el don extraordinario que posee Juan Felipe Toruño para interpretar, con cálido acento y armoniosos versos, el alma noble y generosa de nuestros pueblos, los que no defraudarán la esperanza que la humanidad ha depositado en ellos...6

Se puede ver que tal apreciación no provenía de un amigo o conocido de Toruño dado que le confunde la nacionalidad. Toruño amó entrañablemente a El Salvador, lo cual se demuestra en su libro de cuentos, De dos tierras: León y San Salvador, (1947)7 aunque nunca renunció a su nacionalidad nicaragüense. La estructura externa o forma del poema presenta 79 versos en estilo libre, agrupados en cinco estrofas y tres pares de versos dísticos. En cuanto a la estructura interna, significado o contenido del poema, tenemos que los primeros 29 versos describen el mundo en forma caótica, lleno de violencia, odio, muerte de
«caínes modernos.» El hablante lírico llama a esta situación desesperante de "tremendo bestial cataclismo" (verso 9). El tono es mesiánico, apocalíptico, con implícitas referencias a los cuatro caballos del Apocalipsis (Apocalipsis: Capítulo 6: 1-9), símbolos de la conquista, la guerra, el hambre y la muerte. Esto se puede apreciar en los primeros 29 versos, en los que parece ser la voz del trueno que habla, la del profeta-poeta que denuncia el desasosiego que hay entre los humanos:



¡Vivimos la hora repugnada que desoye la voz del criterio...!
La razón del sistema infernal, la lógica de la dinamita,
El argumento omnímodo de la destrucción y de la matanza,
imponen sus materiales exterminadores.

(versos 26-29)

En los anteriores versos hay una referencia directa contra los invasores de la América Hispana, sean los actuales o posibles invasores, sin duda de los Estados Unidos. Es importante recordar que Toruño luchó al lado de los liberales contra los conservadores, cuando tenía solo catorce años. Refiriéndose a esta etapa de su vida decía que era un enclenque, siendo el fusil más grande que él. Pernoctó en la selva nicaragüense por varias semanas. El Partido Conservador era apoyado por la Embajada Americana en Nicaragua. Por lo tanto Toruño, como Rubén Darío en «La Oda a Roosevelt», pide que esa amenaza de invasión norteamericana contra Centro América sea detenida. Darío lo dice con ideas muy fuertes:




Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla español.


A raíz de este poema México negó el ingreso de Darío al Distrito Federal. El resentimiento de Toruño contra la invasión de Estados Unidos en Nicaragua le impidió aprender el idioma inglés, decisión que después lamentó. El yo poético está pidiendo a todos los Hombres de América, en mayúscula y en tono imperativo pidiéndoles que escuchen, que actúen para eliminar las guerras, los odios, el hambre, la muerte entre los americanos, y construir un mundo unido de amor y de paz. Esta primera estrofa es un oxímoron dado que une dos opuestos:
«los caines modernos y los hombres con fuegos angélicos en el corazón.» En ese entonces la madre patria estaba sangrando bajo la guerra fascista, llamada «Guerra civil española» Dos años antes los poetas vanguardistas, comunistas o de tendencia izquierdista latinoamericanos habían acudido a España a protestar contra el fascismo, entre ellos estaban Pablo Neruda, Cesar Vallejo con su poema «España, aparta de mi este cáliz», Octavio Paz con su poema «No pasaran» Se estaba iniciando la segunda guerra mundial. El Salvador estaba bajo una dictadura opresora como era la del General Martínez (1931-1944). Toruño había vivido en carne propia la invasión norteamericana en su país natal y temía una nueva invasión en Centro América.

Después de estos 29 versos hay un cambio drástico a nivel del contenido y de la forma. A partir del verso 30 el pronombre personal vosotros se cambia por "nosotros." Se mantiene el mensaje dirigido a los hombres de América pero a partir de este verso, la responsabilidad es compartida: somos todos nosotros los hombres de América. Pero ¿quiénes somos los hombres de América? La respuesta se encuentra no sólo con un tono mesiánico, sino expresada en una metáfora espiritual, defiriéndose al hombre como especie, no como individuo, por lo tanto, el tiempo cronológico esta en suspenso. El verbo es usado en presente perfecto, implicando que los latinoamericanos del siglo XX hemos visto pasar ante nuestros ojos más de quinientos años de historia de guerras y odios contra nuestros antepasados. El hablante lírico se refiere a la época precolombina y al momento de la conquista de América por los españoles cuando menciona a los caciques de los diferentes pueblos americanos:



Nosotros, los hombres de América,
los que vimos pasar con su bosque de flechas a Manco Capac,
y cargando simbólico tronco de árbol a Caupolicán,
y sufrir y luchar a Lempira y a Urraca,
a Tecúm Umán, a Atlacalt y a Nicarao Cali.

(versos 29-33)



los que somos hermanos por carne y espíritu
los que tenemos visión de lo que es y será nuestra América
responsabilicémonos.
Aportemos la idea y el alma y la lealtad en la tarea magna:

(versos 35-42)


El llamado a los hombres de América no es para todos los americanos desde Alaska hasta el Cabo de Hornos, sino para los que llenan los requisitos de ser "hermanos de carne y de espíritu" o sea los amerindios: mestizos, indios, latinoamericanos. Para los otros los requisitos son los de tener la visión, el ansia, el coraje de querer convertir la América India en la América líder, la que posee valores éticos y culturales que orgullosamente vienen desde sus antepasados luchadores y gloriosos. Este poema es también un canto de alabanza a las grandezas de la América India y una invitación al compromiso, dado que en ese entonces como dije antes había guerra en Europa, primero estalló en 1936 la Guerra Civil Española y después se extendió por toda Europa:



COMPRENDAMOS

La América habrá de fijar su cultura perfecta,
imprescindible, universal.
La América nueva que viene creciendo en los siglos!

(versos 43-46)


El hablante lírico se refiere a una América que sigue creciendo desde hace 25 siglos. Es irónico el término, “nueva” porque en los versos comenta «habló con el fuego, el agua y el viento» (versos 51-53). Esto es una referencia a los elementos vitales discutidos por los presocráticos de la Escuela Jónica en el siglo V antes de Jesucristo, cuando se preguntaban de dónde viene la vida? Tales de Mileto respondía que viene del agua, dado que él vivía en la Isla de Mileto, rodeado de agua; además reflexionaba que el animal y el hombre se gestan por medio del semen, el cual es líquido, lo mismo pasa al triturar una hoja y nos queda húmeda la mano. Anaxímenes, también de Mileto, respondía que el origen de todo estaba en el aire. Esto, modificado, fue apropiado por las religiones cristianas al explicar que Dios engendró la vida en el hombre a través del soplo divino, que en resumidas cuentas es aire.

Entonces Toruño, poseedor de las culturas clásicas, orientales y esotéricas, compara el origen de la América India con aquellos tiempos inmemoriales en los cuales los pensadores de las Escuelas Jónicas buscaban el origen de la vida y de las cosas, o sea que la América India existe desde antes que existiese el Cristo histórico. La América hispana tiene una cultura viva y se mantiene en la búsqueda incesante de la verdad; la América india es filósofa; es luchadora, es maestra que enseña y enseñará a las nuevas generaciones los valores universales. De acuerdo al poema «Mensaje a hombres de América» ahora es el turno de la América Latina de convertirse en líder en el contexto de todas las naciones del mundo y lo será por practicar los valores eternos cristianos o los de la mayoría de las religiones y sociedades filantrópicas que son capaces de inculcar la unidad entre todos a través del amor y la paz y agregaría en esta época de globalización envés de enviar un virus por la red que se envíe un mensaje de unidad, de amor y paz.

El poema se aproxima al final con la alusión directa al Cristo, posiblemente a la estatua «El Corcovado» que se encuentra en Río de Janeiro, como también a un Cristo vivo, lo cual es connotado por el uso del participio presente que funciona como adjetivo: «Y el Cristo indicando las rutas desde las expectantes cumbres de los Andes.» (versos 73-74) El Cristo de los cristianos también es respetado y considerado un profeta dentro de la francmasonería. La estrofa final es un himno de amor, de alegría, de paz, de resurrección cristiana o ética masónica; es una nueva oda de la alegría o de la amistad de Beethoven expresada en versos y con el referente externo americano:



Y la humanidad que quepa en América,
pueblo de pueblos luchadores, trabajadores, soñadores
Y la paz tenga asilo en el alma del pueblo titánico,
y fije en los siglos esa alma sagrada...
-!Así sea!


El uso continuo de vocales fuertes y de las consonantes "r" y "s” dan un ritmo marcial, pletórico de vida, energía, alegría. Y la expresión final del poema alude al final de una plegaria: «-!Así sea!» El poeta, dice Mario Vargas Llosa, se convierte en un deicida, aunque en este caso el yo poético reconoce la supremacía de Cristo y le deja que El indique a la América joven el camino a seguir. Al cerrar el poema con el «ASÍ SEA» el yo poético invita al lector a ser cómplice con él, a que se responsabilice (véase verso 41: responsabilicémonos) en la tarea inminente de llevar a la práctica la Unión Panamericana. Es importante recordar que este poema se escribió en 1939; aún cuando ya estaba fundada La Unión Panamericana se discutía mucho en los periódicos y revistas sobre cómo darle vitalidad a esa "Unión." Si el poema se lee como testimonio de un teósofo o como un manifiesto de los unionistas panamericanos, el deseo o propósito que posiblemente inspirara al cómplice lector era llevar a la práctica lo que había leído.

Toruño publicó otro poema parecido al anterior «Llamado con voz de América» (Raíz y sombra del futuro,1944). En este libro sobre Toruño. Al reflexionar sobre este poema considero que Juan Felipe Toruño no dejó nunca de luchar contra las dictaduras, aun residiendo en el extranjero, El Salvador, donde vivió las dos terceras partes de su vida desde 1923 hasta que murió en 1980, consideró que su forma de lucha contra la injusticia social que sufría su país adoptivo fue la de promover un pensamiento critico, hacer reflexionar a los jóvenes poetas sobre las causas que generan la opresión de los pueblos Manlio Argueta en su articulo “Juan Felipe Toruño: un ave en la tempestad”8 (273 ) se refiere al rol de Toruño como promotor de los jóvenes, agrupados en varias generaciones que el les ofrecía la oportunidad de publicar en el suplemento literario semanal que el fundo en 1932 siendo editor del Diario Latino. Este suplemento, comenta Argueta, según el propio Juan Felipe Toruño, se comenzó a publicar en 1932, año que se conoce como el de la matanza o de la insurrección “comunista”. Pero que es sobre todo el inicio de un ciclo histórico y que no acabó de cerrarse sino hasta después de una guerra civil de casi 20 años, con el Acuerdo de Paz firmado en enero de 1992.

Continua Manlio diciendo que hay cierto simbolismo entre el año de fundación del suplemento y el inicio de la marginalización de las expresiones jóvenes salvadoreñas a las que se les condenó por su posición de izquierda, lo cual originaba intolerancia hacia su obra, propio del período absolutista que duró 60 años en El Salvador. Manlio consideró a Toruño:

Retador de su tiempo, J. F. Toruño le dio a la palabra la facilidad de ejercer su libertad, es decir, le otorgó lo que tiene en común con las aves: dejarlas libres, propiciar la expresión de sus ideas a los grupos literarios jóvenes que tendrían un espacio para la práctica de una estética que quería ser vital ante el dramatismo de la realidad, para convertirse en representativos de un arte del optimismo. El veterano periodista y escritor Toruño pudo detectar ese optimismo con una visión similar a la de los jóvenes como lo demuestra su persistencia al apoyo a varias generaciones que hicieron el planteamiento estético hacia una nueva Nación con valores diferentes. ( Ib.274-75)

Para concluir sobre el
«Análisis hermenéutico del poema "Mensaje a los hombres de América"» donde se encuentra además de la estética, la ética, el llamado a trabajar duro y pensar independientemente para convertirnos los latinoamericanos en lideres de nosotros mismos y de la humanidad entera. Es bueno recordar que Toruño se inició en su tierna edad de adolescente tanto en la poesía como en la política al enrolarse en el ejercito liberal y combatir la intervención americana en su suelo patrio, a la edad de 14 años, después a los 21 años escribe un soneto muy fuerte «Las XI de la mañana»9 (Senderos espirituales, 28) contra la presencia de los solados americanos que habían invadido su tierra. Ya tres años antes había fundado la Revista Darío que brindaba la oportunidad a jóvenes y no jóvenes de expresar sus ideas. Después deja Nicaragua y se instala en El Salvador. Es allí donde a través de la sección cultural «Sábados de Diario Latino» que él fundó en 1932 en Diario Latino. Las paginas de esta sección se las ofreció a los jóvenes poetas para que expresaran su lucha contra el absolutismo imperante en El Salvador. Toruño aun en contra de los propietarios de de Diario Latino pues en esos momentos existían gobiernos militares que mantenían un férreo control, les concedió a los jóvenes escritores una plataforma para la expresión literaria, independientemente de su ideología: así se promovió a Roque Dalton García, Manlio Argueta, José Roberto Cea, Tirso Canales, Abel Salazar Rodezno y a muchos mas. La única aristocracia que Toruño respetó y admiró fue la del talento y el trabajo arduo, duro y honesto y esa es al herencia espiritual, cultural que hemos recibido sus hijos e hijas y el pueblo salvadoreño al que amó mucho, le dedicó además muchos poemas, ensayos y libros como Desarrollo literario de El Salvador, que compartió «El primer premio Republica de El Salvador» en el Certamen Nacional de Cultura de 1957, con Salvador Wegiz, autor de Masferrer, un ala contra el destino.




NOTAS



1 Toruño publicó en total 26 libros entre poemarios, novelas, libros de cuentos y de ensayos.

2 Juan Felipe Toruño. Poesía Negra (Con antología). (México, D. F.: Editorial Toledo, 1953).

3 Juan Felipe Toruño. Los Desterrados. Tomo I (San Salvador: Diario Latino, 1938). Los Desterrados. Tomo II (San Salvador: Funes, 1942). Los Desterrados. Tomo II (San Salvador: Funes, 1942). Los Desterrados. Tomo III (San Salvador: Funes 1952).

4 David Escobar Galindo. Índice antológico de la poesía salvadoreña. 2ª ed. (San Salvador: UCA [Universidad Centro Americana] Editores, 1987) 306-7.

5 «Mensaje a los hombres de América». Hacia el Sol. (San Salvador: Funes, 1940) 43-46. También se reproduce en Raíz y sombra del futuro. (San Salvador: Funes, 1944) y originalmente en 1939 fue publicado en los Sábados de Diario Latino.

6 Doctor Francisco Propato, Revista Ática, (Buenos Aires noviembre de 1943). Reproducido por José Jirón Terán, «Juan Felipe Toruño en sus cincuenta años de periodismo y de actividades literarias 1918-1968» (León, Nicaragua: Biblioteca José Jirón Terán) 50-51.

7 De dos tierras. ( San Salvador: Funes, 1948).

8 Manlio Argueta, «Juan Felipe Toruño, historia literaria y “Sábados de Diario Latino”. Un ave en la tempestad» en Juan Felipe Toruño en dos mundos: Análisis crítico de Sus obras. Ed. Rhina Toruño-Haensly y Ardis L. Nelson. (Boston, MA: CBH Books, Cambridge Brickhouse, 2006) 273-82.

9 Senderos espirituales, (León, Nicaragua: La Prensa, 1922) 28.




RHINA TORUÑO-HAENSLY, escritora, editora, profesora e investigadora universitaria. Nació en San Salvador, El Salvador, pero nacionalizada norteamericana. Notable hispanoamericanista, sensitiva e inteligente mujer que se ha convertido en una de las más activas difusoras de las letras centroamericanas a través de sus cursos académicos, conferencias, artículos, jornadas y congresos. Es una gran especialista en la obra de Elena Garro, Juan Felipe Toruño, Alejo Carpentier, Rubén Darío, Joao de Cruz e Souza, Carlos Fuentes, Mario Bencastro y Ernesto Cardenal. Catedrática de Literatura Latinoamericana y coordinadora del Departamento de Letras de la Universidad de Texas del Permian Basin. Tiene dos doctorados: uno en Literatura de la Universidad de Indiana y otro en Filosofía contemporánea de la Universidad de Lovaina, Bélgica. Una maestría de L'universite Paris-Sorbonne. Maestría de la Universidad de Lovaina, Bélgica. Licenciatura en Filosofía de la Universidad Nacional de El Salvador Ingresó al país como investigadora visitante de la Universidad de Stanford, EEUU (1981-82) con una beca de la Federación Internacional de Mujeres Universitarias, de Suiza. Ha publicado más de cincuenta artículos en francés, ingles y español sobre temas filosóficos y literarios. Ha sido la primer mujer electa Miembro Académica Correspondiente de la Academia Salvadoreña de La Lengua Correspondiente de la Real Academia Española, el 18 de julio de 1995, la misma fecha fue nominada miembro Correspondiente del Ateneo de El Salvador. Ha dado conferencias en Argentina, Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Japón, México, Nicaragua, Perú. Ha publicado las siguientes obras: Time, Destiny and Oppression in the Work of Elena Garro, Edwin Mellen University Press, (New York: 1996); Tiempo, destino y opresión en la obra de Elena Garro, Edición en español; Universidad Tecnológica de El Salvador, (San Salvador: 1998); Cita con la memoria. Elena Garro cuenta su vida a Rhina Toruño, Ediciones Prueba de Galera, (Buenos Aires, Argentina, 2004); En co-edición con Ardis L. Nelson, Juan Felipe Toruño en dos mundos. Análisis crítico de sus obras, CBH Books, (Boston, Massachussets 2006). En estos momentos se encuentra escribiendo un libro sobre las escritoras chicanas y latinoamericanas, ya tiene contrato de publicación con la editorial Linus de New York.