María Rosa Lojo


Re-visión de la
identidad argentina

en los cuentos históricos
de María Rosa Lojo
*

Gloria da Cunha Giabbai
Morehouse College, Atlanta, Georgia, USA



La identidad, afirma Rubén Dri, es una preocupación humana ya que:

Los seres históricos no tienen la identidad inscrita en alguna esencia o naturaleza determinada de una vez para siempre, como las piedras. La identidad de éstas no ofrece ni plantea problemas. En los seres históricos -sean estos personas individuales, etnias, tribus, agrupaciones, pueblos o continentes- la identidad es un problema, más que un problema, una tarea histórica. Su identidad no existe, no está, es necesario encontrarla, reencontrarla, reinventarla, afirmarla y proyectarla. (51)

En la actualidad el objetivo de esta tarea es conocer las diferentes herencias raciales y culturales con el fin de reconocer identidades complejas para que coexistan armónicamente eliminando la dominación de unas por otras, como ilustra la historia de América Latina.



Considerándola plena, los españoles compararon su humanidad con la de los pobladores autóctonos, y más tarde con la de los "americanos", e invocaron la inferioridad resultante como la razón para la hegemonía colonial. Este hecho se prolonga una vez obtenida la independencia ya que los criollos fundaron las naciones imponiendo la identidad ideológica, cultural y religiosa blanca que significó la continuidad del ocultamiento, silenciamiento y marginación del gobierno y de la historia de un sector, muchas veces mayoritario, de la población descendiente de otras vertientes identitarias. En consecuencia, oficialmente fue ignorado el proceso de transculturación que paulatina e inevitablemente se daba en la región, como bien explica Fernando Ortiz.1 Este lento proceso subterráneo, no obstante, se ha visto acelerado por sismos sociales y políticos profundos. Como resultado, la imagen aparentemente cristalizada de una identidad blanca se ha hecho añicos y puesto al descubierto la heterogénea composición de la misma. Este cambio explica que en la actualidad se busca dar a todos los fragmentos humanos el merecido sitial para alcanzar el progreso integral, que significa la redefinición de la identidad e implica la refundación de la nación. En este proceso la literatura cumple una función muy valiosa ya que las obras han ido registrando, muchas veces inadvertidamente, el papel social y político que la identidad ha representado en cada momento histórico. Hoy en día esta función es un ejercicio consciente porque, como explica la escritora venezolana Ana Teresa Torres, las creaciones literarias permiten "indagar por qué somos lo que somos", para descubrir ese "qué éramos para que llegáramos a ser lo que somos".2 Un claro testimonio de este ejercicio es la obra literaria de María Rosa Lojo.

En el caso particular de Argentina de los últimos años la re-visión de la identidad se acentuó por la gravísima crisis política de la dictadura que convulsionó las fibras humanas de la sociedad, convulsión a la que se le sumó posteriormente los efectos de los distintos procesos de globalización a nivel mundial. La tarea actual tiende principalmente a lograr la inclusión histórica de las variadas identidades que conforman la nación desde sus orígenes porque toda existencia en el presente exige una historia que la refrende en el pasado. De aquí que cuando se le pregunta a Lojo cuáles son los problemas que aún subsisten en Argentina, no duda en responder: "El debate de la identidad aún sigue vigente. El imaginario argentino ha sido construido mucho más sobre la base de operaciones de exclusión que de integración. ... Ese gran cuerpo social de la clase media, que fue muy fuerte en la Argentina, no llega a aceptar nunca como elemento de base de constitución de la nacionalidad a todo lo que se asocia con el mestizo y el aborigen ("La argentinidad...2). Como otros países latinoamericanos, al pensarse como país blanco europeo, Argentina ha actuado con una identidad equivocada. Pero como el proceso de transculturación iniciado en la prehistoria nacional no se detuvo, hoy, el verdadero fruto racial y cultural argentino más que una realidad, es un conflicto que clama por la resolución. La contribuciónde Lojo se halla en revisar en sus creaciones literarias los principales momentos de la exclusión y transculturación identitarias ya que:

Hay un interés que se ha rescatado de golpe por lo que es realmente argentino, por la memoria y por la identidad. La identidad tiene ciertos problemas para nosotros. Somos un país de inmigrantes con una descendencia hispánica.... que ha estado siempre en conflicto con su cultura aborígen... culura negada, silenciada, desconocida y no integrada con la cultura blanca. Yo creo que todo esto toca la problematización de nuestra historia. Hace que tengamos mayor interés en investigar cosas, en saber dónde estamos parados, cómo llegamos a esto, qué es lo que nos distingue y nos singulariza frente a otros pueblos. (La novela histórica, 1)

Si bien este manifiesto compromiso de Lojo se proyecta de su obra ensayística y de ficción, la misma se hace particularmente visible en sus dos colecciones de cuentos históricos, Historias ocultas en la Recoleta (2000) y Amores insólitos de nuestra historia (2001). Este hecho se debe, en una primera instancia, a que rescata y recrea no sólo el papel de la mujer, sino de otras figuras históricas medulares que representan la diversidad o los intentos para homogeneizarla. Por otro lado, los cuentos sobresalen por la habilidosa selección, modificación y fusión de múltiples elementos y mecanismos narrativos que efectúa la autora, entre los que destacan la técnica cuentística, la elección de personajes y conflictos, el diálogo ideológico, la intertextualidad y el discurso poético. Estos ingredientes literarios se presentan arracimados entorno a un eje central: el cuento histórico. Común en el siglo XIX aunque hoy prácticamente olvidado por los mayores cultores, el cuento histórico conlleva un halo de antigüedad decimonónica esencial para la creación del ambiente de la época y apropiado para que con él renazcan también voces que se oían durante el esplendor de ambos. Los rasgos característicos de todo buen cuento que Lojo hereda de los maestros rioplatenses, brevedad, unidad y ambiente, adquieren en los suyos una renovada y ampliada dimensión al conjugarse con los de aquellos de géneros cercanos, el ensayo y la poesía, en los que la autora también descolla. Como se proyecta de estas colecciones, el primero capta, a la vez, las preocupaciones del cotidiano colectivo y las reflexiones formales sobre la identidad que se han hecho en la historia. Así se explica que los cuentos resulten amplios foros de discusión ideológica porque el uso ingenioso de la intertextualidad desentierra e incoprora a veces olvidadas ideas de pensadores que precedieron a la autora, muchas de ellas responsables de moldes identitarios que desea romper o reafirmar. Por su parte, el discurso poético despierta la emoción que favorece la identificación con los sentimientos de los personajes al recuperar giros y expresiones también marginadas de la memoria colectiva. Esta reconstrucción del pasado como forma de reconstruir el presente genera un vaiven temporal que fustiga la relación con la realidad histórica del lector, favoreciendo el re-conocimiento del ayer como paso previo para la re-visión del hoy.

No obstante, la autora no re-organiza los elementos y mecanismos narrativos del mismo modo en ambas colecciones. Este hecho, y limitándonos al tema de la identidad, le permite cumplir con su intención ya que, complementándose, de las diferencias que establece entre los libros surge el contraste entre la variedad y la unicidad del antaño decimonónico, que exigen al el lector de hoy tomar una posición. En Historias ocultas en la Recoleta, como explicáramos en otra oportunidad, el subgénero le permite a Lojo resucitar el ambiente romántico del XIX caracterizado por fuertes y contrastantes emociones, odio, amor, dolor, envidia, venganza, injusticia o fracasos y en el que la pesadumbre de una existencia incierta culminaba demasiado a menudo en muertes trágicas.3 Unida a la brevedad propia, la atmósfera, espesada en los cuentos de esta colección por las expresiones empleadas, subraya la deformación de la pasión en fanatismo, la rectitud en intolerancia, la rivalidad en rechazo ciego o el progreso en retroceso, recrudeciéndose así la intensa polarización de la sociedad entre americanos, españoles y habitantes de la campaña.4 El contexto de los relatos es primariamente urbano por ser la ciudad el bastión de la identidad blanca, cuyo violento ejercicio político e ideológico para imponerse excluyendo a las demás se transparenta en las anécdotas. En cierto sentido, tal vez el cementerio de la Recoleta puede representar la lápida oficial que selló la tumba de la heterogeneidad identitaria de la Argentina decimonona, sepultando en el intento y mutilada, la humanidad propia.5 Entre los conflictos de estos fantasmas que deambulan por el imaginario colectivo que se recrea cabe destacar el de del proceso oficial para injertar en la nación argentina una visión europea impura, los de la gestación y afianzamiento de poderes económicos, los que testimonian la rivalidad entre nacientes partidos políticos y la lucha para sobrevivir en esa incipiente jungla urbana, la pugna feroz de presidencias y dictaduras, conspiraciones de diverso origen, secuestros de seres, ideas, sentimientos, derechos, muertes reales y culturales, exilios interiores, políticos, religiosos y raciales, así como la aniquilación en el foro público de vidas privadas de personajes históricos famosos en el fango de la intolerancia y el fanatismo, mientras en otros relatos exploraciones científicas buscan en la lejanía tranquila de montañas y campos la novedad que, paradójicamente, se hallaba en la mutilación de la humanidad ciudadana.6 Como estas contiendas publicas se reiteran en las libradas en la vida oculta de los personajes históricos, los relatos toman la forma de viajes interiores, como nuevas modalidades de formas lojianas características.7 Este profanar de zozobras humanas, sociales y políticas que Lojo efectúa destaca el papel de la Recoleta como símbolo que refrenda un pasado escondido que hay que revisar porque encierra testimonios valiosos para la tranquilidad del presente. La oscilación del mundo exterior al interior, de la historia colectiva a la personal, del pasado al presente, de la vida a la muerte, de la pluralidad identitaria a la dominación de la blanca, de cuentos breves abiertos a una historia amplia, de una visión limitada a ampliaciones intertextuales, son sólo ejemplos de todo el vaiven contrastante que caracteriza el cuentario Historia ocultas en la Recoleta. De este libro emana la idea de que la identidad única causa la inestabilidad del cimiento de la nación, la oscilación histórica a la que se ha pretendido artificiosamente imponerle un halo de estabilidad.

En Amores insólitos de nuestra historia Lojo modifica la disposición de los recursos narrativos al re-construir el cuento histórico con un andamiaje diferente para adecuarlo a la re-visión de la identidad. La oscilanción y el antagonismo desaparecen en este nuevo cuentario porque Lojo, como indica en la Introducción, retrocede a una época caracterizada por "mezclas y alianzas de las culturas y las etnias". Así se explica que nos desplacemos a un ayer controlado por emociones primitivas o auténticas, que favorecían el aprendizaje y el mestizaje racial o cultural, donde los seres se ajustaban a los otros para sobrevivir imitando a la naturaleza ya que los escenarios que predominan son los rurales o al menos alejados de esa urbe porteña que amputaba la humanidad. Es la "otra" Argentina, la transculturada, la que borra las fronteras entre civilización y barbarie y entre imaginación y realidad, salpicada de recuerdos. El tradicional carácter trágico del decimonono romántico desaparece y los cuentos asumen el resplandor inmenso de la naturaleza, de salones tranquilos, de ambientes de leyendas, al vaciarse del patetismo histórico enmarcado por la presencia lúgubre de la Recoleta. Alejados de este recinto que contenía interioridades conflictivas, el gran personaje de todos los relatos de este cuentario es el amor, "insólito" como lo define la autora, tal vez porque no se amordaza sino que se expresa, como lo hace la naturaleza, esculpiendo en los rostros de personajes, históricos o ficticios, facetas olvidadas por la plenitud que otorgan a la humanidad de los seres.8

Las anécdotas de Amores insólitos, por su parte, intentan cambiar incrustadas opiniones y re-identificar a los seres del hoy con aquellos del otro pasado argentino para observar la similaridad. La cercanía se debe al efecto del amor. La Argentina profunda que se recrea no sólo se refiere al tiempo, sino a la humanidad que se lleva dentro, viva en la memoria colectiva y en espera de que se hile su trayectoria histórica. Amores insólitos realiza una radiografía pero no política, sino humana, hacia las raíces del ser argentino, al posible encuentro de aborígenes, cautivas, extranjeros, caudillos locales, soldados, maestros, héroes y villanos, populares y anónimos, personalidades históricas ahora desnudas sentimentalmente, todos envueltos en la adaptación por amor, seres, voces, religiones, culturas, fecundando la identidad argentina. Las emociones que prevalecen son las positivas, las que nacen del amor, comprensión, tolerancia, diálogos en diversos idiomas, primando el deseo de conocer y de aceptar, de querer lo diferente, borrándose así las fronteras sexuales, étnicas y culturales. Esta re-formación literaria de la identidad se observa también en la re-aparición de personajes del primer cuentarios en diversos relatos como si se fuera extendiendo, mezclando y uniendo fibras humanas de un paño compacto y resistente para aguantar las inclemencias de la historia. Este re-tejer la nación sugiere que es posible una Argentina sin confines ni linajes, donde el futuro se mezcla con el pasado, donde el extranjero se hace criollo por amor a la gente y a la naturaleza mediante el idioma común de la comprensión y la aceptación del otro.

Indudablemente, estos nuevos viajes re-crean nuevas formas de ver el pasado para tensar un hilo desde ellas y re-escribir la historia, como Lojo ilustra mediante la de de una figura clave del imaginario colectivo argentino, Facundo Quiroga. "Ojos de caballo zarco" enfrenta a un Quiroga cariñoso marido en apacible vida hogareña con un extranjero que había logrado vencer el rechazo y conquistar el aprecio de los lugareños. Este encuentro con la imagen amistosa de quien se pensaba enemigo, sorprende a ambos y el choque brutal que se anticipaba se disuelve. Este cambio de actitud, enseña Lojo, fue posible mediante el conocimiento directo, la apreciación y respeto mutuo. Por su parte, "Facundo y el Moro" rememora brevemente la historia personal de Quiroga pero no como la la figura terrible que cabalga, como su doble, la historia argentina, sino también desde una nueva perspectiva. El estrecho contacto con el caballo, ejemplo de los rasgos primigenios de la humanidad, representa tal vez los que el personaje tenía consigo mismo. Al perder el caballo, se fue deshumanizando y envejeciendo al absorber formas y metas ajenas que lo transforman en un ser ciudadano forastero de sí mismo, cuidándose de sombras y traiciones que lo acechan hasta la muerte triste, solitaria y trágica. El Quiroga lojiano es un personje que despierta compasión en el lector y, sin duda, altera la visión cristalizada que de él se tenía, hecho que sugiere que lo mismo puede ocurrir con otras mitificaciones. Esta des-construcción y re-construcción de Quiroga sirve para mostrar la posibiliad de unión de la variedad humana que conforma la estirpe argentina que propone el cuento "Las familias del camino". En armonía con la naturaleza, poéticamente pintada y personaje como los mismos personajes, se insinúa que "todo lo diverso convive y se entrelaza con raros contrapuntos en esa llanura que sólo quienes no la conocen encuentran monótona", como la diversidad de identidades, donde "las jornadas pasan sin otras novedades que la rareza y la multipicidad de los seres vivientes, y aun de los que ya se han muerto muchos siglos atrás" (251).

Historias ocultas en la Recoleta y Amores insólitos de nuestra historia son claras muestras del interés de María Rosa Lojo por cumplir la tarea histórica de re-visar la identidad de Argentina para "encontrarla, reencontrarla, reinventarla, afirmarla y proyectarla". De aquí que ella re-invente la formación de la aunténtica identidad por medio de "alianzas y mezclas" de figuras reales y ficticias, para contraponerla a la acción de una sola y dominante. Por lo tanto, los cuentarios lojianos representan el logro existoso de la autora y el de la eficacia de la literatura como vehículo para realizarlo. También confirman que la reflexión sobre la identidad no es más coto vedado de los hombres y que la búsqueda de la mujer del lugar que merece en la sociedad trae aparejada la de todos los seres históricamente marginados. Al lector, por su parte, le correspondería el acto de afirmar y proyectar la identidad argentina resultante de la unión armónica de todos los miembros de la nación a través del tiempo, como sugiere Lojo mediante la actitud del personaje del cuento "Las familias del camino":

Cierra la Biblia y pide la bendición para los solitarios y desheredados de la tierra. Para que todos tengan un lugar propio sobre el mundo ajeno. Para que nadie sea excluido de la casa y de la mesa, y especialmente, del amor del Padre. Para que llueva y salga el sol sobre justos y pecadores, y que se multipliquen los panes y los peces. (263)




Notas

*. Trabajo originalmente publicado en el XXIV Simposio Internacional de Literatura, Instituto Literario y Cultural Hispánico, California, Buenos Aires 9 al 14 de agosto de 2004.


1. Se debe recordar que al analizar la formación de la cubanidad, Ortiz afirma que "el vocable transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a la otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una distinta cultura, ...., sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cutlura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse de neoculturación "(78). Ver: "El fenómeno social de la transculturación ysu importancia en Cuba". (Revista Bimestre Cubana 46.2 (1940): 273-278.

2. Ver "Amar el relato" (24) y "Conferencia" (5).

3. Por un examen detenido, consultar "María Rosa Lojo y el renacimiento del cuento histórico".

4. Algunos ejemplos de los que crean una atmósfera de misterio son: "Yo fui la última en ver a Catalina Benevídez antes de que la enterraran" (33), "Yo soy la última" (73) o "Con un sentimiento fácil de comprender, pero sin dolor alguno, tenemos que anunciar a nuestros lectores nuestra propia muerte, e invitarlos a nuestros funerales.." (141). Los inicios que vaticinan odios, venganzas y culpalbilidad, se abren con frases como "Cuando la mano de Francisco Alvarez apareció por fin en el agua del pozo, bajo la noria, supimos que esa mano muerta nos estaba firmando también nuestra condena" (53), "El primer terrón blando, humedecido por la lluvia apenas perceptible, cae sobre el ataúd que acaba de descender" (87), "Un lamento áspero, prolongado. rechinante, entra por un oído del guardián, golpea el tambor del tímpano, subleva el martillo, machaca en el yunque, espolea el estribo, se expande en el vestíbulo, sube las escalerilas de caracol y resuena por fin en la bóveda profunda", "La cabeza de Ramón Lisa golpea contra las raíces del árbol" (201) o "Los golpes agreden la pared que separa de los cambios del mundo la caja sellada" (287).

5. "Esta oposicion se reafirma con la que se establece entre la Argentina bajo la dictadura de Rosas, fondo histórico que marca la pauta desde el primer relato, con la Argentina del último de ellos, la que recibe los restos del temido y odiado tirano un siglo después. Si inicialmente la sangrienta época dictatorial se refleja en el sufrimiento de los personajes narrado en la anécdota, la fatuosa acogida del cadáver de Rosas sugiere que el pasaje del tiempo invierte las opiniones de la sociedad ante un hecho histórico. En este caso, el villano se convierte en héroe" (María Rosa Lojo y el renacimiento del cuento histórico").

6. Este se refiere al sentido por una esposa ante el fracaso económico y amoroso de su matrimonio ("Vidas paralelas"), de una amistad traicionada ("El que lo había entregado"), el de jóvenes a raíz de la muerte del padre ("La casa del luto"), del amor sentido por un blanco por una esclava negra ("La esclava y el niño"), el dolor de una esposa ante la injusta muerte de su esposo ("La cabeza"), el dolor del pueblo ante el asesinato de uno de sus líderes ("Las muertes de Florencio Varela"), el dolor del padre ante el suicidio del hijo ("El padre, el hijo"), el dolor de ser enterrado vivo ("La hora del secreto"), el dolor de la madre ante el sufrimiento y suicidio de su hija ("El canto del silencio") y el dolor del esposo que la traicionó ("Cuando el corazón está dormido") o dolor del pueblo ante el asesinato injustificado de un joven ("Memoria de una fiesta inconclusa").

7. Según ha indicado Diana Salem a propósito de La pasión de los nómades (411). Este recurso del viaje se reitera en ambos libros ya que la autora baja diacrónica y sincrónicamente por la historia para detenerse, explorar y recrear episodios posibles de la misma.

8. Este amor, efectivamente, suaviza los rostros "más fieros" al decir de Vallejo, muestra la vulnerabilidad de los fuertes, como, por ejemplo, se patentiza en Ruy Díaz de Guzmán, el alemán Karl von Phoner, Lord Howden, Sarmiento y Quiroga.



BIBLIOGRAFÍA CITADA


Dri, Ruben. "América Latina: identidad, memoria histórica y utopía". En: Varios: Nuestra América frente al V Centenario. México: Joaquín Mortiz-Planeta, 1989. 51-59

Lojo, María Rosa. Amores insólitos de nuestra historia. Buenos Aires: Alfaguara, 2001

-----. Historias ocultas en la Recoleta. Buenos Aires: Extra-Alfaguara, 2000.

-----. "La argentinidad sigue siendo algo en construcción". Entrevista con Silvina Friera. Página 12 (14 abril 2004): Cultura

-----. "La novela histórica: una entrevista a María Rosa Lojo". Hólmfriour Garoarsdóttir. En: www.mariarosalojo.com.ar/entrevistas

Ortiz, Fernando. "El fenómeno de la transculturación y su importancia en Cuba". Revista Bimestre Cubana 46.2 (1940): 273-278.

Torres, Ana Teresa. "Amar el relato". Imagen 100 (1992): 86.
-----. "Conferencia". 74º Congreso Anual de la Asociación de Profesores de Español y Portugués. Cancún, 1992.



GLORIA DA CUNHA GIABBAI, escritora e investigadora universitaria uruguaya. Es Profesora Asociada de español en el Modern Foreign Languages Department del Morehouse College, Atlanta, Georgia. Ha publicado los siguientes libros: Humanidad: la utopía del hispanoamericano, Editorial Arca, Montevideo, 1991; El Exilio: realidad y ficción, Editorial Arca, Montevideo, 1992; Mujer e historia: la narrativa de Ana Teresa Torres. El Tigre, Venezuela. Centro de Actividades Literarias de El Tigre, 1994. La cuentística de Reneé Ferrer, Editorial Arandura 1997; Marietta: el pensamiento de Marietta de Veintemilla, Banco Central Del Ecuador, 1998 Quito; Mario Benedetti y la Nación posible, Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti, Universidad de Alicante, Alicante, España, 2001; Narrativa historica de escritoras latinoamericana, Editorial Corregidor, Buenos Aires 2004; Pensadoras de la Nacion, Editorial Iberoamericana, Buenos Aires 2006. En coautoría publicó con Anabella Acevedo, Cuentistas hispanoamericanas: antología, Washington; Literal Books, 1996, y con Adelaida López de Martínez, Narradoras ecuatorianas de hoy: una antología crítica, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, San Juan de Puerto Rico 2000.