Carlos Barbarito

Fotografía de Karina Barg


Carlos Barbarito*

4 Poemas Inéditos





1. ÉSTE, EL LUGAR DE LAS APARICIONES: FUGACES...

(A Luis Alberto Vittor)


Éste, el lugar de las apariciones: fugaces
reflejos en el barniz y la laca,
la porcelana; aquí, por un instante,
lo que fuera carne y sangre,
al alcanzar el presente,
pierde materia, consistencia
y se vuelve incorpóreo, efímero.
¿Qué se refleja? En el barniz,
rostros: vistos o imaginados,
en la penumbra, iluminados
por una lámpara, amados
y odiados, aborrecidos y deseados;
en la laca, cuerpos: desnudos
y vestidos, quietos y en movimiento,
de pie, tendidos entre ramas,
hojas muertas, sobre la playa,
bajo la lluvia; en la porcelana,
ojos: los que miraron crecer el mar,
el ascenso de la luna,
la gota de sangre en el pañuelo,
el camino de polvo
hacia ventanas pupúreas o árboles derribados,
catedrales vacías o inundadas
de leche y miel bebidos
por animales y niños sedientos.
Aquí, yo, mi costado derecho,
el yeso que en mi mano
se deshace, los residuos
que flotan en el aire,
mi mano que pierde imperio y llave.



2. NADIE VENDRÁ A VESTIRLAS. PERO TODAVÍA…



Nadie vendrá a vestirlas. Pero todavía
ayunan en lugar de llevarse ceniza a la boca,
meten la cabeza bajo el agua
y besan el lomo de un libro sumergido;
hay –quedan, no obstante- un árbol, un repique,
una grava que se prodiga a la pata del caballo,
una nota en la maleza, un silencio
que se estira hacia el diapasón.
Así y todo, ¿qué marco, labrado, conserva en sal,
tatuaje y talón, beso de novio
y novia en la flama? Desnudas: nadie vendrá,
ni por lástima, ni curiosidad, ni aburrimiento.


3. COPULARÁN, UNA Y OTRA VEZ...


Copularán, una y otra vez,
como si siempre faltase algo,
o sobrase algo, o hubiese
falla en la trama, o todo
fuera perfecto y cada abrazo
aportara necesario error, desvío.


4. HAY UNA BOTELLA ROTA...


Hay una botella rota
entre otras muchas botellas rotas,
rotas maderas, alas rotas
de pájaros rotos, un cartel
casi hundido en el fango.
Pero duerme, no despierta.
Se derrama la tinta,
ensucia el papel, la mesa, el suelo,
vuelan fragmentos de mundos,
islas en llamas, mares en llamas,
y, en medio del caos,
una forma tropieza con su sustancia
y no la reconoce,
no reconoce el barco a su timón, a su amarra,
la máscara al rostro que oculta.
Pero duerme, no despierta.
Arañas, rocío, caracol, mercurio,
cópulas, proverbios, aerolitos,
mueble que rechina, esmalte
sobre esmalte, metamorfosis
desde el barro hacia las alas.
Pero duerme, no despierta.
¿Qué clavó con clavo perfecto
su sueño, lo fijó
en un muro blanco, uniforme,
contra el que chocan, sin destino,
las mareas, las luces, las manos?





* Para los datos biobibliográficos de Carlos Barbarito puede el lector interesado consultarlos en nuestro post del día miércoles 17 de septiembre de 2008.