Graciela Perosio

Graciela Perosio
Ocho Poemas


De Brechas del Muro, (1986)


1. INVITACION

Si no me acompañan cuando yo me suelto vendrá el barrilete y un poco de viento, subiré empinada a jugar el vuelo sin hamaca corta, sin avión al cielo, juntando a sorbitos el jugo pomelo y el calor de tarde en lata refresco porque voy muy lejos de lo que yo debo a jugar de nuevo la soga que gira y venzo los records. La mancha me toca y al moño lo pierdo cuando la escondida, temblor y deseo, estalla en la siesta de los grandes retos. Cuando los muñecos pidieron ser míos y en su rebeldía decidí quererlos y cruzar las plazas vedadas al puedo del capricho acorde al rezongo abuelo. Cuando a la hermosura la repaso en tablas del 2 hasta el 9 dividir no quiero porque es toda una aunque para todos y la señorita que no y a la fila que no se pregunta el color de un pero, que calle la ronda de la regla agujero que arrima campanas de tañir colegio.

Si no me acompañan cuando yo me suelto quién sabrá la risa más allá del lápiz, quién sabrá la goma donde yo me encuentro cuando en los papeles blancos del cuaderno de una vez descubran que me volví cero.




2. PAREDÓN CON TINTA


patié ilusiones veredeando calles los amigos paredón
una amarga esperanza tardeaba en los encuentros
las mateadas los libros tinta roja en el gris del ayer
la TI99 juega con mis hijos pisa pisuela y la palabra
                                                    patria
se ha enfermado de solemnidad paqueta
quién robó mi niñez en qué rincón luna mía volcás
una amarga esperanza entre los libros los amigos paredón
vía vía o este pie volcás como entonces color de ciruela
                                                   tu clara alegría


De La varita del Mago, (1990)

3.
  
esperarte es un niño bajo la lluvia*
inmóvil en la esperanza de tu mano
lloviéndome el pelo de la infancia
entre los ricitos mojados tu dulzura
terrón de azúcar que sacaba el frío
indefenso estruja nubes con los ojos
desmoronando silencios en la angustia
bajo la lluvia espesa un niño se sostiene
acorazado en la costumbre de esperar.    


* verso de Juan Gelman
4.


cielo casa en la luz tu música no dicha
horneros amarillos con nidos como fuegos

¿sabías mozart que existen también desiertos húmedos?
que cascos corcoveantes marcan compases de la pampa
que hoy hubo una mirada con flecos como poncho
y aún me abriga en mi alero de pamperos deshecho
cielo amparo intemperie sostenida por mozart
flotando como un rayo no te lleves
el último brasero que me queda
no dejes de mirarme                    
y tejerme con lanas de colores y crines
la bandera envolvente contra la soledad entera
contra toda muerte no dejes de tocar.
                                                                      
De La Entrada Secreta, (1999)


5. LA CANCION DE MORGANA


La belleza me estalla y no lo puedo decir.
Días hay así  como el pulso de la vida.
Cómo decir, cómo contar
este temblor,
este desasosiego de hermosura
y a quién le importa.
¿Quién comprendería que lloro de belleza?
Este crujir de la luz desde la entraña.
Desde el centro del mundo
Un universo duda de sí,
De su capacidad para nombrar el sueño.
Lo perfecto como sospecha
y yo lo estoy oyendo
y se me abre la mano de sollozos
como diamante que quebrase la siesta.
Y quién acude
a escuchar
aquí, a mi lado,
cuando el secreto zumba
en los poros del basalto
y me hundo en el misterio
primordial
y busco
como buzo en abismo,
hipocampo encendido
-último sobreviviente-
que perdió la certeza.
que soltó la amarra.
Sumergida.
Sumergida en la fría corriente
hacia un color palabra.
Un color que no existe

De Regreso a la fuente, (2005)


6.

Caudaloso río iluminado por enervante sol del desierto se revuelca y me revuelca de olas de juncos de algas arco iris de barro y remolino burbujas caracoles movimiento la forma de las formas se perfila crece crecen plateados peces traslúcidos almibarados crustáceos del inicio quelonios pétreos escondidos vamos hacia la orilla desbordada vamos venimos nos golpeamos recalamos y nuevamente una potencia nos arranca nos lleva nos deshace nos hace nos renueva nos forma y nos deforma vamos a un tobogán túnel de limo subimos rodamos más allá no se detiene marcha al galope el río desbocado marcha en torrentes corre y se abre se abre y abraza al mar al mar al que se vierte hacia él nos vence nos envía burbujas remolinos olas que se van aquietando se deslizan por la arena de plata de diamante de bronce de corales madreperla infinita la playa disemina y en ella la silueta apenas pura luz que descarta con suaves movimientos de medusa con espasmódicos ritmos de de delfines la bella hija de Urano la Dorada está naciendo ved del proceloso océano el espejismo de horizonte invulnerable y trae el regalo el don que ha de otorgarnos el erótico sexo que define al ser que llegará y habrá de amarla
                                      victoriosa por siempre la divina Afrodita.
                                                                              
De Sin andarivel, (2009)
                                                                                 

7.

a fines de agosto el parque ensaya
para la pascua florida con ritmos del sur.
los sauces intensifican su verde,
el ceibo ennegrece reconcentrándose para el salto,
los suchanes y los ginkos estallan
en yemas verdes, encendidas y tiernas.
pero el álamo permanece
con su presencia traslúcida de fantasma.
el álamo austero, a fines de agosto,
me recuerda que siempre
hay un hueso
duro de roer.


8.


no es que se pueda cruzar
el río por cualquier parte,
todo lo contrario,
cada cual buscará por dónde
le corresponde
y solo es una forma
para cada uno.
no hay puente, ni guía ni instrucción,
únicamente por la propia
cuenta y riesgo
y te va la vida
en el cruce.
por supuesto, ni se te ocurra
quedarte simplemente en la orilla
contemplando.

es preciso partir
así el goce de la corriente:
sin andarivel.



GRACIELA PEROSIO, poeta y escritora argentina, nacida en Buenos Aires en 1950. Egresó de la Facultad de Historia y letras del a Universidad del Salvador en 1972. Dirigió el Departamento de Extensión Cultural del Instituto de Cultura Religiosa Superior. Recibió la Beca de Investigación del Fondo Nacional de las Artes para estudiar la obra del poeta argentino Carlos Latorre. Tiene publicado siete libros de poesía: Del luminoso error, Brechas del Muro, La varita del mago, La vida espera, La entrada secreta, Regreso a la fuente y Sin andarivel. Desde 1968 coordina el taller Las voces,  dedicado al estudio y fomento de la creatividad aplicada a la escritura. Su obra ha servido de inspiración a otros artistas destacándose la muestra escultórica sobre La vida espera que Aroldo Lewy hiciera en el Museo Luis Perlotti. Un grupo de jóvenes que investiga las posibilidades de las perfomances multimediáticas, bajo la dirección de Elizabeth Dib, ha montado dos  de ellas como comentario a Regreso a la Fuente (Centro Cultural de la Cooperación y Casa de la Lectura, respectivamente) Su obra está siendo traducida al portugués y al italiano, habiéndose difundido a través de diferentes publicaciones gráficas y sitios de la red.