Isidro Velázquez:
Los Ecos del Sapucay
Consideraciones en torno
a una devoción popular*
Juan Esteban Godoy**
Universidad de Buenos Aires
"Si optáramos por descartar el mito como figura disonante del conocer,
que le pone a la práctica humana los inadecuados añadidos
de la mixtificación y la quimera, no podríamos alcanzar
el verdadero corazón de las luchas sociales de esta época
y acaso de las que vengan.
Porque las luchas son para definir
el sentido constructivo de emancipación del mito."
Horacio Gónzalez, Restos Pampeanos (1999).
"El tema de Isidro vos podés pensar qué pasó, pero no....
el tema de Isidro está, está todo el tiempo acá".
(Testimonio de poblador de Machagai).
(Testimonio de poblador de Machagai).
Isidro Velázquez vive,
donde descansan los sueños,
donde se pisa la tierra,
de aquellos montes chaqueños.
(Chamamé en homenaje a Isidro Velázquez, sin datos)
donde descansan los sueños,
donde se pisa la tierra,
de aquellos montes chaqueños.
(Chamamé en homenaje a Isidro Velázquez, sin datos)
Para comenzar realizaremos unas breves consideraciones acerca de algunos tópicos que son ineludibles al tratar el tema de Isidro Velázquez. Éstos son, a saber: primero, la cuestión de los pueblos originarios, profundamente ligada a la denominada Masacre de Napalpí, recordemos que uno de los lugares geográficos y de las comunidades que lo ayudan en su escondite es Colonia Aborigen, donde habitan (aún hoy) las comunidades Qom (tobas) y Moqoit (mocovíes), y que el 9 de julio de 1924 aconteció la brutal masacrei. En segundo lugar consideramos el desplazamiento de las poblaciones rurales por parte de los grandes terratenientes y últimamente de los pooles sojeros, que sumado al cierre del ferrocarril incrementan las migraciones del campo a la ciudad; se pueden observar "pueblos fantasma", totalmente abandonados, lo que genera un fuerte desarraigo en las personas, y deja al pueblo con rupturas particulares, lo cual hace más difícil la construcción de una identidad colectiva. Por último, tenemos al peronismo (tema en el que habría que ahondar mucho más) pues se observa que al hablar del tema de Isidro Velázquez y de otros subtemas hay una referencia constante al fenómeno del peronismo, podemos resaltar que la Provincia de Chaco entre los años ´51 y ´55 se llamó Presidente Perónii.
Isidro Velázquez fue nacido en Mburucuyá, Corrientes, pero su actividad se desarrolló en el Chaco (Colonia Elisa, Laguna Limpia, Laguna Blanca, La Verde, etc.), según testimonios de la época, y recogidos también por nosotros, para sus devotos era buen pagador de sus deudas, trabajador cumplidor, hasta que tuvo un entredicho con un policía de su pueblo y comenzaron a padecerle sin que halla cometido delito alguno. Así pasa a la clandestinidad (queda "fuera de la ley") y comienza a "delinquir", roba bancos, comercios, secuestra a estancieros adinerados, mata solamente en pelea (solo para poder huir), el monte es el lugar mítico en el cual se escondeiii. Su fama traspasaba las fronteras provinciales, su historia se comentaba en todo el norte chaqueño hasta Paraguay, Formosa y Corrientes. Con el dinero, objetos, etc. que él conseguía fruto de su actividad los repartía entre los campesinos, colonos, y demás sectores desposeídos. Éstos le daban a Isidro Velázquez protección, por ejemplo, no lo delataban (aunque a veces eran torturados por las "fuerzas del orden").
Así aproximadamente entre 1961-1967 Isidro Velázquez tuvo a maltraer a la policía del Chaco, con un intervalo entre mayo de 1963 luego de que matan a su hermano Claudio en el año 1964 (se cree que pudo estar un tiempo en Formosa o en Paraguay). Inclusive pudo sortear un gran operativo en que más de 800 policías salieron en su búsqueda, dándole nombre propio a éste, a saber, "Fracaso".
Finalmente lo matan exactamente el primero de diciembre en un gran operativo, el "Operativo Silencio" ¡qué nombre! Nos preguntamos ¿qué querrían silenciar?, seguramente a las masas oprimidas que primeramente se vieron identificadas con el accionar de Isidro Velázquez y luego lo convertirán en santo. Las autoridades hicieron talar y quemar el árbol que servía de señal, también pusieron vigilancia en el cementerio de Machagai para impedir que comience una devoción por éste, durante la dictadura de Onganía se prohíbe el chamamé de Oscar Valles "El Último Sapucay" que versa sobre la historia de Velázquez; sin embargo, no pudieron frenar el suceso, el pueblo ya había decidido. Al día siguiente el diario porteño La Razón titula en primera plana: "LA MUERTE DE VELÁZQUEZ PROVOCÓ EN EL CHACO UN FORMIDABLE IMPACTO EMOCIONAL"iv.
Árbol junto al que fue acribillado Isidro Velázquez por la policía
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
El asesinato a manos de la policía dará lugar a un doble proceso: primero la instauración del Día de la policía en Chaco; y, en segundo lugar, un proceso de santificación popular. En este último nos detendremos.
Altar erigido a la veneración popular de Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Bandera en agradecimiento a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Velas encendidas a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Consideramos que el tema de Isidro Velázquez nos interpela de una forma particular, forma un laberinto en el cual se entrecruzan diferentes caminos, o si se quiere, "historias mínimas" que se contornean en una historia más amplia, se cruzan y entrecruzan diferentes aspectos que parecieran muy divergentes pero que culminan en ser parte de la misma historia... la larga y dolorosa lucha por la conformación de la identidad como pueblo. Se nos presenta como un instante efímero, como un proyectil, pero avizoramos que tiene ramificaciones diversas que se pueden trazar tanto en lo anterior como en lo posterior, aparecen momentos de revelaciones inesperadas. Es una historia, que como parte de la historia Argentina, Latinoamericana (y de los pueblos oprimidos) está profundamente cargada de tragedia, tensión, lucha, nombres, de nacimiento y re-nacimiento. Por enumerar unos acontecimientos: el hermano de Velázquez muere, es asesinado como también lo será Isidro Velázquez y su lugarteniente Gauna; desaparecerán al joven sociólogo Roberto Carri (con su mujer, Ana María Caruso) quien había escrito sobre Isidro, posteriormente su hija Albertina Carri dirigirá "Los Rubios" que trata sobre la vida y desaparición de sus padres; asimismo algunas versiones señalan que Velázquez y Gauna habían entablado relación con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP); Pablo Szir quien dirigiera una película en los 70?s desaparecerá y no quedarán rastros de su película (otra copia es rota por el editor, por miedo, y algunas versiones señalan que podría haber una copia en Cuba); en la actualidad otro director está filmando una nueva película, diferentes cantantes relatarán su historia, Isidro Velázquez será santificado y todos los primero de diciembre los devotos se acercarán al santuario, que al mismo tiempo es el día de la policía del Chaco.
Así observamos una historia (quizás como muchas más) que se dibuja y desdibuja una y otra vez, se dirige al pasado, al presente, al futuro. Irrumpe el "sentimiento de que estamos en un "presente del pasado" (en que) todo se transforma en una aparición súbita"v. Es un instante, un punto remoto en el mapa pero que se proyecta mucho más allá de ello y nos atraviesa como argentinos, latinoamericanos comprometidos con la realidad nacional y continental (de los pueblos de Abya Yala).
Así observamos una historia (quizás como muchas más) que se dibuja y desdibuja una y otra vez, se dirige al pasado, al presente, al futuro. Irrumpe el "sentimiento de que estamos en un "presente del pasado" (en que) todo se transforma en una aparición súbita"v. Es un instante, un punto remoto en el mapa pero que se proyecta mucho más allá de ello y nos atraviesa como argentinos, latinoamericanos comprometidos con la realidad nacional y continental (de los pueblos de Abya Yala).
2. La identidad colectiva en los devotos. La muerte invertida en vida
La pregunta por el pasado, por la historia, surge en tiempo presente indaga el pasado, se dirige al futuro como un horizonte utópico y se plasma en un proyecto. Así sostenemos que no hay proyecto orientado a una utopía como horizonte utópico de realización posible sin memoria histórica. Afloran los mitos dadores de sentido y sin la memoria no hay identidad posible. El mantenerla es una lucha contra la desintegraciónvi.
Aquí aparece uno de los motivos por los cuales es importante, y es más, se hace necesario el indagar en nuestro pasado, pero no como si éste fuera un "resto fósil" sino indagando en aquellas corrientes profundas de nuestro pueblo, en sus vivencias, anhelos, miedos, ilusiones, sueños, etc. Así "La memoria, tal como es vivida por el pueblo, posibilita la re-construcción del tejido social, su historia, la posibilidad de construir muchos códigos que unifiquen una comunidad y que resignifiquen el pasado y el futuro"vii, la reconstrucción de ese lazo social que en la sociedad neoliberal se halla sumamente debilitado, en la que lo colectivo se diluye en lo individual.
Aquí el sujeto es considerado como un ser esencialmente simbólico. El sujeto se proyecta en símbolos, sin hacerlo no puede ser. El sujeto se desdobla en el símbolo, se ve a él en éste, así el símbolo halla una tendencia a independizarse del sujeto y dominarlo. De esta forma el símbolo se transforma en fetiche, siempre existe el riesgo de que eso sucedaviii.
Sostenemos aquí la idea de que no sólo es posible pensar dentro del mito, sino que no hay posibilidad del desarrollo de un pensamiento crítico si éste es dejado a un lado, "es que no es posible pensar sin el mito (o sin los mitos). Es decir, un momento de recalque, de fijeza (...)".ix Además es lo que nos moviliza, lo científico por lo científico mismo no moviliza al hombre, éste se mueve en la historia, halla la posibilidad de transformar su realidad y la de los demás a través o a partir de su relación con el mito.x
En el "caso" Isidro Velázquez podemos ver cómo en el momento de su muerte comienzan a hacerle al "proto-santo" (¿o santo?) pedidos, por enfermedad, amores, ofrendas, etc. Es una forma en la cual "el ritual invierte el significado oficia de la muerte, resignifica esa muerte como vida".xi
Tenemos una santificación popular espontánea, en relación al no análisis de la conveniencia de si tal personaje nos conviene porque de hecho no hay un colectivo hasta que se santifica y se reconocen a sí mismos y a los otros como devotos. Sostenemos que esta santificación viene a legitimar la lucha, la rebelión de los sectores dominados.
La pregunta por el pasado, por la historia, surge en tiempo presente indaga el pasado, se dirige al futuro como un horizonte utópico y se plasma en un proyecto. Así sostenemos que no hay proyecto orientado a una utopía como horizonte utópico de realización posible sin memoria histórica. Afloran los mitos dadores de sentido y sin la memoria no hay identidad posible. El mantenerla es una lucha contra la desintegraciónvi.
Aquí aparece uno de los motivos por los cuales es importante, y es más, se hace necesario el indagar en nuestro pasado, pero no como si éste fuera un "resto fósil" sino indagando en aquellas corrientes profundas de nuestro pueblo, en sus vivencias, anhelos, miedos, ilusiones, sueños, etc. Así "La memoria, tal como es vivida por el pueblo, posibilita la re-construcción del tejido social, su historia, la posibilidad de construir muchos códigos que unifiquen una comunidad y que resignifiquen el pasado y el futuro"vii, la reconstrucción de ese lazo social que en la sociedad neoliberal se halla sumamente debilitado, en la que lo colectivo se diluye en lo individual.
Aquí el sujeto es considerado como un ser esencialmente simbólico. El sujeto se proyecta en símbolos, sin hacerlo no puede ser. El sujeto se desdobla en el símbolo, se ve a él en éste, así el símbolo halla una tendencia a independizarse del sujeto y dominarlo. De esta forma el símbolo se transforma en fetiche, siempre existe el riesgo de que eso sucedaviii.
Sostenemos aquí la idea de que no sólo es posible pensar dentro del mito, sino que no hay posibilidad del desarrollo de un pensamiento crítico si éste es dejado a un lado, "es que no es posible pensar sin el mito (o sin los mitos). Es decir, un momento de recalque, de fijeza (...)".ix Además es lo que nos moviliza, lo científico por lo científico mismo no moviliza al hombre, éste se mueve en la historia, halla la posibilidad de transformar su realidad y la de los demás a través o a partir de su relación con el mito.x
En el "caso" Isidro Velázquez podemos ver cómo en el momento de su muerte comienzan a hacerle al "proto-santo" (¿o santo?) pedidos, por enfermedad, amores, ofrendas, etc. Es una forma en la cual "el ritual invierte el significado oficia de la muerte, resignifica esa muerte como vida".xi
Tenemos una santificación popular espontánea, en relación al no análisis de la conveniencia de si tal personaje nos conviene porque de hecho no hay un colectivo hasta que se santifica y se reconocen a sí mismos y a los otros como devotos. Sostenemos que esta santificación viene a legitimar la lucha, la rebelión de los sectores dominados.
Ermita Santuario dedicada a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
Tumba de Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
En un comienzo el santuario de Isidro en Pampa Bandera, como ya sabemos, era tan solo una cruz. Luego se convirtió en una ermita con una tacuara con banderas rojas. En la actualidad ya se ha levantado una construcción de mampostería, revoques con una imagen de la virgen de Itatí dentro. A un costado tenemos una "casita" pequeña de colores verde y rojo, donde se prenden las velas al santo, siempre hay muchas velas derretidas y algunas encendidas (la "casita" al costado de la ermita fue construida para que se prendan las velas allí y no directamente en la ermita pues una vez se pendió "todo fuego"). Sobre la ermita pueden observarse banderas rojas colocadas en tacuaras, flores rojas. En el interior del santuario tenemos muchas banderas rojas (casi en su totalidad) con agradecimientos, otras con la fecha de nacimiento y la muerte, flores naturales y artificiales, placas de metal con agradecimientos por favores concedidos., fotos de Isidro Velázquez, de Claudio Velázquez, y de Vicente Gauna, por todos lados estampillas, almanaques del "Gauchito Gil", cartas, billetes de lotería, botellas de vino, alcohol, paquetes de cigarrillos (algunos cigarrillos son encendidos para que se consuman o para que se los fume el alma del difunto). En Pampa Bandera claramente predomina el color rojo.
3. El símbolo Isidro Velázquez como problema, el opio y la alienación como obstáculo
Pero se nos podría preguntar: ¿por qué hoy; ya entrado el siglo XXI, en pleno proceso globalizador, neoliberal; llamar a escena a un fenómeno que pareciera tan lejano, arcaico? Y además indagar en la devoción; concebida a partir del desarrollo de la ilustración, de la racionalidad instrumental como irracional, oscurantista, opio e ¡incluso alienante!; por un símbolo religioso, más específicamente un "Jinete Rebelde" Isidro Velázquez.
La respuesta a este interrogante, sin intentar agotarlas, sostenemos que la encontramos: en primer lugar, paradójicamente en la pregunta misma, dado que es en este contexto, en el cual la identidad se halla debilitada, el sujeto se halla perdido, ha perdido el centro, ya no encuentra sentido a su vida, en resumen un contexto en el cual "la desestructuración social (...) ha devenido en pérdida de identidad"xii, consideramos que resulta relevante indagar acerca de un fenómeno que genera identidad tanto individual como colectiva. En segundo lugar, la respuesta la hallamos en que concebimos, basándonos en algunas consideraciones de Horacio González, que en la obra de Marx si bien en algunos escritos se encuentra la idea de que la nación aparece como la "vencedora" de las formas culturales arcaicas (éstas aparecen como la caricatura, lo malo); en otros se considera a lo arcaico, tradicional como lo que se resiste a disolverse en el ritmo de la modernidad y nos da una "oportunidad de pensar otro punto de partida para el "rumor de cencerro" de la revolución".xiii
4. Apuntes finales
Damos cuenta de un crecimiento del fenómeno a partir del primero de diciembre de 1967, a pesar de la sistemática preocupación de las autoridades, de los sectores dominantes para borrar las huellas de Isidro Velázquez. Además los identificados con el símbolo religioso son sobre todo los sectores golpeados de la sociedad por el voraz neoliberalismo implantado en el país que no solo apunta a una destrucción económica y política sino también social, cultural y específicamente apunta a quebrar las identidades colectivas a partir de las cuales se pueden construir proyectos conjuntos. De esta forma fenómenos como Isidro Velázquez se revelan constructores de la identidad colectiva de los sectores pobres, marginados, oprimidos.
Esa devoción que comenzó inmediatamente luego del asesinato de Isidro Velázquez ha sido objeto de una gran opresión, hostigamiento por los sectores dominantes que han querido por diferentes métodos (en general sin escatimar en violencia) acallar las voces de esos otros que han sido silenciados muchas veces, esos rostros que han querido ser ocultados. Los sectores dominantes son conscientes que quebrando la identidad tanto individual como colectiva no hay posibilidad del desarrollo de un proyecto. Esos sectores desarrollan otro conocimiento disonante del dominante, otra historia (en contraposición a la "oficial" que los niega) que atraviesa los cuerpos, que es emocional, que no posee grandes medios de difusión pero es parte de un "subsuelo" que quiere rebelarse una y otra vez ante la opresión. Hay una idea de que ellos deben "cuidar", "proteger", "custodiar" la historia.
Tomamos a Isidro Velázquez pero no como "caso" en sí mismo, sino inserto en las múltiples luchas por la conformación de un "colectivo pueblo" que pueda desenvolver-se en un proyecto común. Adquiere relevancia con respecto a esto mismo el tomar justamente un símbolo religioso pues, lo religioso, el mito, como la utopía que ha sido vilipendiada no solo por los sectores dominantes que han querido acallar cualquier tipo de manifestación popular, sino también por sectores que podríamos considerar inmersos en un proyecto de liberación.
Pero se nos podría preguntar: ¿por qué hoy; ya entrado el siglo XXI, en pleno proceso globalizador, neoliberal; llamar a escena a un fenómeno que pareciera tan lejano, arcaico? Y además indagar en la devoción; concebida a partir del desarrollo de la ilustración, de la racionalidad instrumental como irracional, oscurantista, opio e ¡incluso alienante!; por un símbolo religioso, más específicamente un "Jinete Rebelde" Isidro Velázquez.
La respuesta a este interrogante, sin intentar agotarlas, sostenemos que la encontramos: en primer lugar, paradójicamente en la pregunta misma, dado que es en este contexto, en el cual la identidad se halla debilitada, el sujeto se halla perdido, ha perdido el centro, ya no encuentra sentido a su vida, en resumen un contexto en el cual "la desestructuración social (...) ha devenido en pérdida de identidad"xii, consideramos que resulta relevante indagar acerca de un fenómeno que genera identidad tanto individual como colectiva. En segundo lugar, la respuesta la hallamos en que concebimos, basándonos en algunas consideraciones de Horacio González, que en la obra de Marx si bien en algunos escritos se encuentra la idea de que la nación aparece como la "vencedora" de las formas culturales arcaicas (éstas aparecen como la caricatura, lo malo); en otros se considera a lo arcaico, tradicional como lo que se resiste a disolverse en el ritmo de la modernidad y nos da una "oportunidad de pensar otro punto de partida para el "rumor de cencerro" de la revolución".xiii
4. Apuntes finales
Damos cuenta de un crecimiento del fenómeno a partir del primero de diciembre de 1967, a pesar de la sistemática preocupación de las autoridades, de los sectores dominantes para borrar las huellas de Isidro Velázquez. Además los identificados con el símbolo religioso son sobre todo los sectores golpeados de la sociedad por el voraz neoliberalismo implantado en el país que no solo apunta a una destrucción económica y política sino también social, cultural y específicamente apunta a quebrar las identidades colectivas a partir de las cuales se pueden construir proyectos conjuntos. De esta forma fenómenos como Isidro Velázquez se revelan constructores de la identidad colectiva de los sectores pobres, marginados, oprimidos.
Esa devoción que comenzó inmediatamente luego del asesinato de Isidro Velázquez ha sido objeto de una gran opresión, hostigamiento por los sectores dominantes que han querido por diferentes métodos (en general sin escatimar en violencia) acallar las voces de esos otros que han sido silenciados muchas veces, esos rostros que han querido ser ocultados. Los sectores dominantes son conscientes que quebrando la identidad tanto individual como colectiva no hay posibilidad del desarrollo de un proyecto. Esos sectores desarrollan otro conocimiento disonante del dominante, otra historia (en contraposición a la "oficial" que los niega) que atraviesa los cuerpos, que es emocional, que no posee grandes medios de difusión pero es parte de un "subsuelo" que quiere rebelarse una y otra vez ante la opresión. Hay una idea de que ellos deben "cuidar", "proteger", "custodiar" la historia.
Tomamos a Isidro Velázquez pero no como "caso" en sí mismo, sino inserto en las múltiples luchas por la conformación de un "colectivo pueblo" que pueda desenvolver-se en un proyecto común. Adquiere relevancia con respecto a esto mismo el tomar justamente un símbolo religioso pues, lo religioso, el mito, como la utopía que ha sido vilipendiada no solo por los sectores dominantes que han querido acallar cualquier tipo de manifestación popular, sino también por sectores que podríamos considerar inmersos en un proyecto de liberación.
Hemos escuchado numerosos testimonios que pretenden construir pensamiento crítico exorcizando al mito, a lo religioso, aquí sostenemos la imposibilidad de encarar un proyecto de liberación para los pueblos marginando estos elementos.
Se nos podría decir que tal vez no sean hoy bandoleros solitarios los que luchan contra la opresión pero sí organizaciones sociales; de todas formas sí resulta relevante indagar en la devoción por estos de parte de los sectores populares, dado que ésta es una práctica vital que realizan éstos y si no se indaga acerca de su significado estaríamos dejando de lado un aspecto importante de la vida social, de las vivencias y creencias de los sectores populares.
Algunas cuestiones que dan cuenta de esto último que sostenemos son que los sectores populares se hallan íntimamente ligados a estas prácticas, y si pretendemos construir conjuntamente con ellos no podemos hacer a un lado estas consideraciones, y ¡menos considerarlos alienados, atrasados! Otra es que el ser humano como ser social es simbólico, se proyecta en estos. Aquí entramos en el riesgo de la tendencia a la independencia del símbolo y de la inversión de la relación entre éste y el ser humano, transformándose en fetiche que lo pasa a dominar, aparecería así el creador como el creado y viceversa, es decir el sujeto se transforma en objeto y el objeto que lo pasa a dominar en sujeto.
Es Isidro hoy que resuena en esas voces que le van a pedir ya sea por salud, por trabajo, etc., son los movimientos sociales mismos que resuenan no sólo en Argentina, sino también en Latinoamérica, son los Ecos del Sapucay como grito de guerra, alegría, muerte, tristeza, desesperación, dramatismo, tragedia, liberación, etc. que ya se han lanzado al aire y no habrá qué ni quien los pueda detener.
Notas
* El presente trabajo es un extracto de "Los Ecos del Sapucay. La Construcción de Identidad Popular en torno a Isidro Velázquez", de Juan Esteban Godoy. Publicado originalmente en Revista Movimiento, libertad de ideas.- Pensamiento Social en Latinoamérica; Octubre de 2009, Nº 5, Bogotá, Colombia; Páginas 25 a 31.
Se nos podría decir que tal vez no sean hoy bandoleros solitarios los que luchan contra la opresión pero sí organizaciones sociales; de todas formas sí resulta relevante indagar en la devoción por estos de parte de los sectores populares, dado que ésta es una práctica vital que realizan éstos y si no se indaga acerca de su significado estaríamos dejando de lado un aspecto importante de la vida social, de las vivencias y creencias de los sectores populares.
Algunas cuestiones que dan cuenta de esto último que sostenemos son que los sectores populares se hallan íntimamente ligados a estas prácticas, y si pretendemos construir conjuntamente con ellos no podemos hacer a un lado estas consideraciones, y ¡menos considerarlos alienados, atrasados! Otra es que el ser humano como ser social es simbólico, se proyecta en estos. Aquí entramos en el riesgo de la tendencia a la independencia del símbolo y de la inversión de la relación entre éste y el ser humano, transformándose en fetiche que lo pasa a dominar, aparecería así el creador como el creado y viceversa, es decir el sujeto se transforma en objeto y el objeto que lo pasa a dominar en sujeto.
Es Isidro hoy que resuena en esas voces que le van a pedir ya sea por salud, por trabajo, etc., son los movimientos sociales mismos que resuenan no sólo en Argentina, sino también en Latinoamérica, son los Ecos del Sapucay como grito de guerra, alegría, muerte, tristeza, desesperación, dramatismo, tragedia, liberación, etc. que ya se han lanzado al aire y no habrá qué ni quien los pueda detener.
Notas
* El presente trabajo es un extracto de "Los Ecos del Sapucay. La Construcción de Identidad Popular en torno a Isidro Velázquez", de Juan Esteban Godoy. Publicado originalmente en Revista Movimiento, libertad de ideas.- Pensamiento Social en Latinoamérica; Octubre de 2009, Nº 5, Bogotá, Colombia; Páginas 25 a 31.
** Juan Esteban Godoy, nació en Puerto Madryn, provincia de Chubut el 5 de enero de 1986. Sociólogo, Universidad de Buenos Aires (UBA)
i Información recolectada de http://www.elortiba.org/napalpi.html en donde hay varios artículos muy buenos sobre el tema. También se puede consultar el reciente libro del periodista y escritor chaqueño Pedro Solans "Crímenes de Sangre" de la editorial Librería de la Paz, y el libro de Mercedes Silva "Memorias de Chaco"
ii Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955) - Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.
iii Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). "Isidro Velázquez." en Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen, 53-57.
iv Citado en Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez - Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar
v González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, 156.
vi Dri, Rubén, "Identidad, Memoria y Utopía. Estado, Legitimación y Sentido", publicado por la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.
vii Bergallo, Graciela Elizabeth (2005). "Legalidades, Sacralidades y Significados de la Muerte."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 11-19.
viii Dri, Rubén. (2005). "Símbolos de identificación popular."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 31-45.
ix González, Horacio, op. cit., Ibidem,156.
x Mariátegui, José Carlos. El Hombre y el Mito, en http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/podra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html
xi Bergallo, Graciela Elizabeth. (2005). "Legalidades, Sacralidades y Significados de la Muerte."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 11-19.
xii Dri, Rubén (coordinador) (2003). Símbolos y Fetiches Religiosos en la construcción de la identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos, página 9.
xiii González, Horacio, op. cit., Ibidem, 262.
Bibiografía
i Información recolectada de http://www.elortiba.org/napalpi.html en donde hay varios artículos muy buenos sobre el tema. También se puede consultar el reciente libro del periodista y escritor chaqueño Pedro Solans "Crímenes de Sangre" de la editorial Librería de la Paz, y el libro de Mercedes Silva "Memorias de Chaco"
ii Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955) - Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.
iii Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). "Isidro Velázquez." en Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen, 53-57.
iv Citado en Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez - Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar
v González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, 156.
vi Dri, Rubén, "Identidad, Memoria y Utopía. Estado, Legitimación y Sentido", publicado por la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.
vii Bergallo, Graciela Elizabeth (2005). "Legalidades, Sacralidades y Significados de la Muerte."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 11-19.
viii Dri, Rubén. (2005). "Símbolos de identificación popular."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 31-45.
ix González, Horacio, op. cit., Ibidem,156.
x Mariátegui, José Carlos. El Hombre y el Mito, en http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/podra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html
xi Bergallo, Graciela Elizabeth. (2005). "Legalidades, Sacralidades y Significados de la Muerte."; en Amarilla Roxana, op. cit., Ibidem, 11-19.
xii Dri, Rubén (coordinador) (2003). Símbolos y Fetiches Religiosos en la construcción de la identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos, página 9.
xiii González, Horacio, op. cit., Ibidem, 262.
Bibiografía
Bergallo, Graciela Elizabeth (2005). Legalidades, Sacralidades y Significados de la Muerte. En Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen.
Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez - Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar
Dri, Rubén, "Identidad, Memoria y Utopía. Estado, Legitimación y Sentido", publicado por la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.
Dri, Rubén. (2005). Símbolos de identificación popular. En Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos.
Dri, Rubén (coordinador) (2003). Símbolos y Fetiches Religiosos en la construcción de la identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos
Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955) - Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.
Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). Isidro Velázquez. En Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen.
González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue
Mariátegui, José Carlos. El Hombre y el Mito. en http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/podra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html