Isidro Velázquez


Isidro Velázquez:
Los Ecos del Sapucay

Consideraciones en torno 
a una devoción popular* 

Juan Esteban Godoy**
Universidad de Buenos Aires


"Si optáramos por descartar el mito como  figura disonante del conocer, 
que le pone a la práctica  humana los inadecuados añadidos 
de la mixtificación  y la quimera, no podríamos alcanzar 
el verdadero corazón de las luchas sociales de esta época 
y acaso de las que vengan. 
Porque las luchas son para definir 
el sentido constructivo de emancipación del mito." 
Horacio Gónzalez, Restos Pampeanos (1999).


"El tema de Isidro vos podés pensar  qué  pasó, pero no.... 
el tema de  Isidro está, está todo el tiempo acá".
 (Testimonio de poblador de Machagai).


 

Isidro Velázquez vive,
donde descansan los sueños,
donde se pisa la tierra,
de aquellos montes chaqueños. 
(Chamamé en homenaje a Isidro Velázquez, sin datos)



1. Un poco de historia


Para comenzar realizaremos unas breves consideraciones acerca de algunos tópicos que son ineludibles al tratar el tema de Isidro Velázquez. Éstos son,  a  saber: primero,  la  cuestión  de  los  pueblos  originarios, profundamente  ligada  a  la  denominada  Masacre  de  Napalpí,  recordemos  que  uno  de  los  lugares  geográficos  y  de  las  comunidades  que  lo  ayudan  en  su escondite  es  Colonia  Aborigen,  donde  habitan  (aún  hoy)  las  comunidades Qom  (tobas)  y Moqoit  (mocovíes),  y  que  el  9  de  julio  de  1924  aconteció la brutal  masacrei.  En segundo  lugar  consideramos  el  desplazamiento  de  las  poblaciones  rurales  por  parte  de  los grandes  terratenientes  y  últimamente  de  los  pooles  sojeros,  que  sumado  al  cierre  del ferrocarril incrementan las migraciones del campo a la ciudad; se pueden observar "pueblos fantasma",  totalmente  abandonados,  lo  que  genera  un  fuerte  desarraigo  en  las  personas, y deja  al  pueblo  con  rupturas  particulares,  lo  cual  hace más  difícil  la  construcción  de una identidad colectiva. Por último, tenemos al peronismo (tema en el que habría que ahondar mucho más) pues se observa que al hablar del tema de Isidro Velázquez y de otros subtemas hay una referencia constante al fenómeno del peronismo, podemos resaltar que la Provincia de Chaco entre los años ´51 y ´55 se llamó Presidente Perónii.

Isidro  Velázquez  fue  nacido  en  Mburucuyá,  Corrientes,  pero  su  actividad  se desarrolló  en  el  Chaco (Colonia  Elisa,  Laguna  Limpia,  Laguna  Blanca,  La Verde,  etc.), según testimonios de la época, y recogidos también por nosotros, para sus devotos era buen pagador de sus deudas,  trabajador cumplidor, hasta que  tuvo un entredicho con un policía de su pueblo y comenzaron a padecerle sin que halla cometido delito alguno. Así pasa a la clandestinidad (queda "fuera de la ley") y comienza a "delinquir", roba bancos, comercios, secuestra a estancieros adinerados, mata solamente en pelea (solo para poder huir), el monte es el  lugar mítico en el cual se escondeiii. Su  fama    traspasaba  las fronteras provinciales, su historia se comentaba en todo el norte chaqueño hasta Paraguay, Formosa y Corrientes. Con el dinero, objetos, etc. que él conseguía fruto de su actividad los repartía entre los campesinos, colonos, y demás sectores desposeídos. Éstos le daban a Isidro Velázquez protección, por ejemplo,  no lo delataban (aunque a veces eran torturados por las "fuerzas del orden").

Así aproximadamente entre 1961-1967 Isidro Velázquez tuvo a maltraer a la policía del Chaco, con un intervalo entre mayo de 1963 luego de que matan a su hermano Claudio en el año 1964  (se  cree que pudo  estar un  tiempo  en Formosa o  en Paraguay).  Inclusive  pudo sortear  un  gran  operativo  en  que más  de  800  policías  salieron  en  su  búsqueda,  dándole nombre propio a éste, a saber, "Fracaso".



Finalmente  lo matan exactamente el primero de diciembre en un gran operativo, el "Operativo Silencio" ¡qué nombre! Nos preguntamos ¿qué querrían silenciar?, seguramente a  las masas oprimidas que primeramente  se vieron  identificadas con el accionar de  Isidro Velázquez  y  luego  lo  convertirán  en  santo.  Las  autoridades  hicieron  talar  y  quemar  el árbol que servía de señal,  también pusieron vigilancia en el cementerio de Machagai para impedir que comience una devoción por éste, durante la dictadura de Onganía se prohíbe el chamamé de Oscar Valles "El Último Sapucay" que versa sobre la historia de Velázquez; sin embargo, no pudieron frenar el suceso, el pueblo ya había decidido. Al día siguiente el diario  porteño  La  Razón  titula  en  primera  plana:  "LA  MUERTE  DE  VELÁZQUEZ PROVOCÓ EN EL CHACO UN FORMIDABLE IMPACTO EMOCIONAL"iv.
Árbol junto al que fue acribillado Isidro Velázquez por la policía
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
El  asesinato  a  manos  de  la  policía  dará  lugar  a  un  doble  proceso:  primero  la instauración del Día de la policía en Chaco; y, en segundo lugar, un proceso de santificación popular. En este último nos detendremos. 
Altar erigido a la veneración popular de Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
 Bandera en agradecimiento a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria


 Velas encendidas a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria

Consideramos que  el  tema  de  Isidro  Velázquez  nos  interpela  de  una  forma particular,  forma un  laberinto en el cual se entrecruzan diferentes caminos, o  si  se quiere,  "historias mínimas" que se contornean en una historia más amplia, se cruzan y entrecruzan diferentes  aspectos que  parecieran muy divergentes pero que  culminan  en  ser parte de  la misma  historia...  la  larga  y  dolorosa  lucha  por  la  conformación  de  la  identidad  como pueblo. Se nos presenta como un instante efímero, como un proyectil, pero avizoramos que tiene ramificaciones diversas que se pueden trazar tanto en lo anterior como en lo posterior, aparecen momentos  de  revelaciones  inesperadas.  Es  una  historia,  que  como  parte  de  la historia  Argentina,  Latinoamericana  (y  de  los  pueblos  oprimidos)  está  profundamente cargada de tragedia, tensión, lucha, nombres, de nacimiento y re-nacimiento. Por  enumerar  unos  acontecimientos: el  hermano  de  Velázquez  muere,  es  asesinado  como  también  lo  será  Isidro Velázquez y su lugarteniente Gauna; desaparecerán al  joven sociólogo Roberto Carri (con su  mujer,  Ana  María  Caruso)  quien  había  escrito  sobre  Isidro,  posteriormente  su  hija Albertina Carri dirigirá "Los Rubios" que trata sobre la vida y desaparición de sus padres; asimismo algunas versiones señalan que Velázquez y Gauna habían entablado relación con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP); Pablo Szir quien dirigiera una película en los 70?s desaparecerá  y  no  quedarán  rastros  de  su  película  (otra  copia  es  rota  por  el  editor,  por miedo, y algunas versiones señalan que podría haber una copia en Cuba); en  la actualidad otro  director  está  filmando  una  nueva  película,  diferentes  cantantes  relatarán  su  historia, Isidro  Velázquez  será  santificado    y  todos  los  primero  de  diciembre  los  devotos  se acercarán al santuario, que al mismo tiempo es el día de la policía del Chaco.

Así observamos una historia  (quizás como muchas más) que se dibuja y desdibuja una y otra vez,  se dirige al pasado, al presente, al  futuro.  Irrumpe el "sentimiento de que estamos  en  un  "presente  del  pasado"  (en  que)  todo  se  transforma  en  una  aparición súbita"v. Es un instante, un punto remoto en el mapa pero que se proyecta mucho más allá de  ello  y  nos  atraviesa  como  argentinos, latinoamericanos  comprometidos  con  la  realidad  nacional y continental (de los pueblos de Abya Yala).

2. La identidad colectiva en los devotos. La muerte invertida en vida

La  pregunta  por  el  pasado,  por  la  historia,  surge  en  tiempo  presente  indaga  el pasado,  se  dirige  al  futuro  como  un  horizonte  utópico  y  se  plasma  en  un  proyecto. Así sostenemos  que  no  hay  proyecto  orientado  a  una  utopía  como  horizonte  utópico  de realización posible sin memoria histórica. Afloran los mitos dadores de sentido y sin la memoria no hay identidad posible. El mantenerla es una lucha contra la desintegraciónvi.

Aquí aparece uno de los motivos por los cuales es importante, y es más, se hace necesario el indagar en nuestro pasado, pero no como si éste fuera un "resto fósil" sino indagando en aquellas corrientes  profundas de  nuestro  pueblo,  en  sus  vivencias,  anhelos,  miedos, ilusiones, sueños, etc. Así "La memoria, tal como es vivida por el pueblo, posibilita la re-construcción del tejido social, su historia, la posibilidad de construir muchos códigos que unifiquen una comunidad y que resignifiquen el pasado y el futuro"vii, la reconstrucción de ese  lazo  social que  en  la  sociedad neoliberal  se halla  sumamente debilitado, en  la que  lo colectivo se diluye en lo individual.

Aquí  el  sujeto  es  considerado  como  un  ser  esencialmente  simbólico. El  sujeto  se proyecta en símbolos, sin hacerlo no puede ser. El sujeto se desdobla en el símbolo, se ve a él en éste, así el símbolo halla una  tendencia a  independizarse del sujeto y dominarlo. De esta forma el símbolo se transforma en fetiche, siempre existe el riesgo de que eso sucedaviii.

Sostenemos aquí la idea de que no sólo es posible pensar dentro del mito, sino que no hay posibilidad del desarrollo de un pensamiento crítico si éste es dejado a un lado, "es que no es posible pensar sin el mito (o sin los mitos). Es decir, un momento de recalque, de fijeza  (...)".ix Además  es  lo  que  nos moviliza,  lo  científico  por  lo  científico mismo  no moviliza  al  hombre,  éste  se mueve  en  la  historia,  halla  la  posibilidad  de  transformar  su realidad y la de los demás a través o a partir de su relación con el mito.x

En  el  "caso"  Isidro  Velázquez  podemos  ver  cómo  en  el momento  de  su muerte comienzan  a  hacerle  al  "proto-santo"  (¿o  santo?)  pedidos,  por  enfermedad,  amores, ofrendas, etc. Es una forma en la cual "el ritual invierte el significado oficia de la muerte, resignifica esa muerte como vida".xi

Tenemos  una  santificación  popular  espontánea,  en  relación  al  no  análisis  de  la conveniencia de  si  tal personaje nos conviene porque de hecho no hay un colectivo hasta que se santifica y  se  reconocen a  sí mismos y a  los otros como devotos. Sostenemos que esta santificación viene a legitimar la lucha, la rebelión de los sectores dominados.

 Ermita Santuario dedicada a Isidro Velázquez
Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria


Tumba de Isidro Velázquez
 Foto de Juan Esteban Godoy Copyright © 2010 Analecta Literaria
En un comienzo el santuario de Isidro en Pampa Bandera, como ya sabemos, era tan solo una cruz. Luego se convirtió en una ermita con una tacuara con banderas rojas. En la actualidad ya se ha levantado una construcción de mampostería, revoques con una imagen de la virgen de Itatí dentro. A un costado tenemos una "casita" pequeña de colores verde y rojo, donde  se prenden  las velas al  santo,  siempre hay muchas velas derretidas y algunas encendidas (la "casita" al costado de la ermita fue construida para que se prendan las velas allí y no directamente en  la ermita pues una vez se pendió "todo  fuego"). Sobre  la ermita pueden  observarse  banderas  rojas  colocadas  en  tacuaras,  flores  rojas.  En  el  interior  del santuario  tenemos muchas banderas rojas (casi en su  totalidad) con agradecimientos, otras con  la fecha de nacimiento y  la muerte, flores naturales y artificiales, placas de metal con agradecimientos por favores concedidos., fotos de Isidro Velázquez, de Claudio Velázquez, y  de Vicente Gauna,  por  todos  lados  estampillas,  almanaques  del  "Gauchito Gil", cartas, billetes de lotería, botellas de vino, alcohol, paquetes de cigarrillos (algunos cigarrillos son encendidos para que se consuman o para que se  los  fume el alma del difunto). En Pampa Bandera claramente predomina el color rojo.

3. El símbolo Isidro Velázquez como problema, el opio y la alienación como obstáculo
Pero se  nos  podría  preguntar:  ¿por  qué  hoy;  ya  entrado  el  siglo  XXI,  en  pleno proceso globalizador, neoliberal;  llamar a escena a un  fenómeno que pareciera  tan  lejano, arcaico? Y  además  indagar en la devoción; concebida a partir del desarrollo de la ilustración, de la racionalidad instrumental como  irracional, oscurantista, opio e ¡incluso alienante!; por un símbolo religioso, más  específicamente un "Jinete  Rebelde"  Isidro Velázquez. 

La  respuesta  a  este  interrogante,  sin  intentar  agotarlas, sostenemos que la encontramos: en  primer  lugar, paradójicamente en la pregunta misma, dado que es en este contexto, en el cual la identidad se halla debilitada, el sujeto se halla perdido, ha perdido el centro, ya no encuentra sentido a su vida, en resumen un contexto en el cual "la desestructuración social (...) ha devenido en pérdida de identidad"xii, consideramos que resulta relevante indagar acerca de un fenómeno que  genera  identidad  tanto  individual  como  colectiva.  En  segundo  lugar,  la  respuesta  la hallamos en que concebimos, basándonos en algunas consideraciones de Horacio González, que en  la obra de Marx  si bien en algunos escritos  se encuentra  la  idea de que  la  nación aparece  como  la  "vencedora"  de  las  formas  culturales  arcaicas  (éstas  aparecen  como  la caricatura, lo malo); en otros se considera a lo arcaico, tradicional como lo que se resiste a disolverse en el ritmo de la modernidad y nos da una "oportunidad de pensar otro punto de partida para el "rumor de cencerro" de la revolución".xiii

4. Apuntes finales

Damos cuenta de un crecimiento del fenómeno a partir del primero de diciembre de 1967, a pesar de la sistemática preocupación de las autoridades, de los sectores dominantes para  borrar  las  huellas  de  Isidro  Velázquez.  Además  los  identificados  con  el  símbolo religioso son sobre  todo  los sectores golpeados de  la sociedad por el voraz neoliberalismo implantado  en  el  país  que  no  solo  apunta  a  una  destrucción  económica  y  política  sino también  social,  cultural  y  específicamente  apunta  a  quebrar  las  identidades    colectivas  a partir  de  las  cuales  se  pueden  construir  proyectos  conjuntos.  De  esta  forma  fenómenos como  Isidro Velázquez  se  revelan  constructores  de  la  identidad  colectiva  de  los  sectores pobres, marginados, oprimidos.

Esa devoción que comenzó inmediatamente luego del asesinato de Isidro Velázquez ha  sido  objeto  de  una  gran  opresión,  hostigamiento  por  los  sectores  dominantes  que  han querido por diferentes métodos (en general sin escatimar en violencia) acallar las voces de esos  otros  que  han  sido  silenciados  muchas  veces,  esos  rostros  que  han  querido  ser ocultados. Los sectores dominantes son conscientes que quebrando la identidad tanto individual como colectiva no hay posibilidad del desarrollo de un proyecto. Esos sectores desarrollan otro conocimiento disonante del dominante, otra historia  (en contraposición  a  la "oficial" que los niega) que atraviesa los cuerpos, que es emocional, que no posee grandes medios de difusión pero es parte de un "subsuelo" que quiere rebelarse una y otra vez ante la opresión. Hay una idea de que ellos deben "cuidar", "proteger", "custodiar" la historia.

Tomamos a Isidro Velázquez pero no como "caso" en sí mismo, sino inserto en las múltiples luchas por la conformación de un "colectivo pueblo" que pueda desenvolver-se en un proyecto  común. Adquiere  relevancia  con  respecto  a  esto mismo  el  tomar  justamente  un símbolo religioso pues,  lo religioso, el mito, como  la utopía que ha sido vilipendiada no solo por  los sectores dominantes que han querido acallar cualquier  tipo de manifestación popular, sino también  por  sectores  que  podríamos  considerar  inmersos  en  un  proyecto  de  liberación.
Hemos  escuchado  numerosos  testimonios  que  pretenden  construir  pensamiento crítico exorcizando al mito, a  lo religioso, aquí sostenemos  la imposibilidad de encarar un proyecto de liberación para los pueblos marginando estos elementos.

Se  nos  podría  decir  que  tal  vez  no  sean  hoy  bandoleros  solitarios  los  que  luchan contra  la  opresión  pero  sí  organizaciones  sociales;  de  todas  formas  sí  resulta  relevante indagar en  la devoción por estos de parte de  los sectores populares, dado que ésta es una práctica  vital  que  realizan  éstos  y  si  no  se  indaga  acerca  de  su  significado  estaríamos dejando de lado un aspecto importante de la vida social, de las vivencias y creencias de los sectores populares.

Algunas cuestiones que dan  cuenta  de esto último que sostenemos  son  que  los sectores  populares  se  hallan  íntimamente  ligados  a  estas  prácticas,  y  si  pretendemos construir conjuntamente con ellos no podemos hacer a un  lado estas consideraciones, y ¡menos considerarlos alienados, atrasados! Otra es que el ser humano como ser social es simbólico, se  proyecta  en  estos. Aquí  entramos  en  el  riesgo de  la  tendencia  a  la  independencia  del símbolo  y  de  la  inversión  de  la  relación  entre  éste y el  ser  humano,  transformándose en fetiche que lo pasa a dominar, aparecería así el creador como el creado y viceversa, es decir el sujeto se transforma en objeto y el objeto que lo pasa a dominar en sujeto.

Es  Isidro hoy  que  resuena  en  esas voces que  le  van  a pedir  ya  sea por  salud, por trabajo, etc., son los movimientos sociales mismos que resuenan no sólo en Argentina, sino también en Latinoamérica, son los Ecos del Sapucay como grito de guerra, alegría, muerte, tristeza, desesperación, dramatismo, tragedia, liberación, etc. que ya se han lanzado al aire y no habrá qué  ni quien los pueda detener.



Notas


* El presente trabajo es un extracto de "Los Ecos del Sapucay. La Construcción de Identidad Popular en torno a Isidro Velázquez", de Juan Esteban Godoy. Publicado originalmente en Revista Movimiento, libertad de ideas.- Pensamiento Social en Latinoamérica; Octubre de 2009, Nº 5, Bogotá, Colombia; Páginas 25 a 31.

** Juan Esteban Godoy, nació en Puerto Madryn, provincia de Chubut el 5 de enero de 1986. Sociólogo, Universidad de Buenos Aires (UBA)
 


i Información  recolectada  de  http://www.elortiba.org/napalpi.html  en  donde  hay  varios  artículos  muy buenos sobre el tema. También se puede consultar el reciente libro del periodista y escritor chaqueño Pedro Solans  "Crímenes de Sangre" de  la editorial  Librería de  la Paz, y el  libro de Mercedes  Silva  "Memorias de Chaco"
ii Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955) - Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.
iii Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). "Isidro Velázquez." en Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen, 53-57.
iv Citado en Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez - Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar
v González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, 156.
vi Dri,  Rubén,  "Identidad, Memoria  y Utopía.  Estado,  Legitimación  y  Sentido",  publicado  por  la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.
vii Bergallo,  Graciela  Elizabeth  (2005).  "Legalidades,  Sacralidades  y  Significados  de  la Muerte."; en  Amarilla Roxana,  op. cit.,  Ibidem, 11-19.
viii Dri,  Rubén.  (2005).  "Símbolos  de  identificación  popular."; en  Amarilla  Roxana, op. cit.,  Ibidem, 31-45.
ix González, Horacio, op. cit.,  Ibidem,156.
x Mariátegui, José Carlos. El Hombre y el Mito, en http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/podra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html
xi Bergallo, Graciela  Elizabeth.  (2005).  "Legalidades,  Sacralidades  y  Significados  de  la Muerte."; en  Amarilla Roxana,  op. cit.,  Ibidem, 11-19.
xii Dri, Rubén (coordinador) (2003). Símbolos y Fetiches Religiosos en  la construcción de  la  identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos, página 9.
xiii González, Horacio, op. cit.,  Ibidem,  262.



Bibiografía
Bergallo,  Graciela  Elizabeth  (2005).  Legalidades,  Sacralidades  y  Significados  de  la Muerte.  En  Amarilla Roxana  (Compiladora),  Bandoleros  Rurales  Correntinos,  La  Plata-Buenos  Aires:  Ediciones  Al Margen.
Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez - Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar

Dri,  Rubén,  "Identidad, Memoria  y Utopía.  Estado,  Legitimación  y  Sentido",  publicado  por  la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.

Dri,  Rubén.  (2005).  Símbolos  de  identificación  popular.  En  Amarilla  Roxana  (Compiladora),  Bandoleros Rurales Correntinos.

Dri, Rubén (coordinador) (2003). Símbolos y Fetiches Religiosos en  la construcción de  la  identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos

Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955) - Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.

Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). Isidro Velázquez. En Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos, La Plata-Buenos Aires: Ediciones Al Margen.
González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue

Mariátegui, José Carlos. El Hombre y el Mito. en  http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/podra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html