Los Aspectos Amerindios en la Poesía de Ernesto Cardenal por John A. Morrow | Eastern New Mexico University




La poesía de Ernesto Cardenal consiste de tres corrientes principales: la corriente socio-política, la corriente religiosa y la corriente autóctona. Desgraciadamente, con rara excepción, los críticos literarios se han enfocado exclusivamente en las dos primeras corrientes, la socio-política y la religiosa, al desprecio de la corriente autóctona, a pesar de que dicha corriente representa uno de los elementos unificadores de su vasta obra poética. Aunque los aspectos socio-políticos y religiosos son sumamente importantes en la poesía de Cardenal, es imposible apreciar el alcance ideológico de su obra sin tomar en cuenta sus elementos autóctonos ya que el nativismo del poeta forma parte integral de su compromiso católico y comunista.
   
Los aspectos autóctonos en la poesía de Cardenal se manifiestan magistralmente en sus "Cantares mexicanos" en los cuales reproduce el estilo y la sustancia de los antiguos cantos poéticos de los aztecas, inspirándose especialmente en la obra del gran Nezahualcóyotl, el príncipe-poeta de los chichimecas y el líder de los sabios tlamatinimes, guardianes del monoteísmo y defensores de la justicia y de la paz. Oponiéndose a la explotación, a las guerras floridas imperialistas, y a los sacrificios humanos, el líder de los chichimecas proclama: "[n]o he venido a hacer guerras en la tierra / sino a cortar flores / yo soy el rey cantor buscador de flores / yo, Nezahualcóyotl" (192). Los "Cantares mexicanos" de Cardenal son excelentísimos ejemplos de su técnica de apropiación y de collage por vía de los cuales capta la esencia de la poesía náhuatl precolombina, dándola a conocer al mundo moderno. 
   
Los aspectos autóctonos en la poesía de Cardenal se encuentran también en El estrecho dudoso (1966). En esta extraordinaria obra, el poeta manifiesta su visión de la Conquista de las Américas, ofreciendo al lector una relectura del primer siglo de la historia colonial de la América Central. Basándose en obras autóctonas como el Chilam Balam, junto con las crónicas, cartas y relaciones de los conquistadores, Cardenal se establece como un gran maestro de la metalepsis un proceso por el cual el poeta da vida y voz a los personajes que participaron en la Conquista y que se opusieron a ella: Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Pedrarias Dávila, Cuauhtémoc, Lempira, Pedro de Alvarado, Tecún-Umán y Bartolomé de las Casas. De manera crítica pero controlada, Cardenal desmiente la versión romantizada de la Conquista, demostrando su motivo materialista y el sufrimiento que causó. Denuncia las atrocidades cometidas por los conquistadores españoles como Alvarado y los crímenes cometidos por Pedrarias mientras elogia la campaña energética de Las Casas en defensa de los amerindios.

   
Desde México y la América Central, Cardenal extiende su análisis antropológico y poético de las poblaciones indígenas a los amerindios de Norteamérica y a los indígenas de América del Sur. En poemas como "Kentucky" de Oración por Marilyn Monroe, Cardenal demuestra su interés socio-político por el mundo amerindio personificado por la persona de Daniel Boone. En "Kayanerenkowa," explora el mundo de los hurones, presentando a su Degandawida como el prototipo de un buen líder. El poeta explica que los amerindios nunca violaron sus tratados "aunque tratado tras tratado perdieron todas sus tierras" (128).
   
En poemas como "Marchas pawnees" el poeta condena la destrucción del medioambiente. En "Tahirasawichi en Washington" y "La danza del espíritu" Cardenal lamenta la pérdida del bisonte y describe el desarrollo del movimiento milenario de Wowonka y su danza del fantasma. A pesar de todo lo que los indígenas habían padecido, Wowonka promovió la unidad: "hermanos, todos serán hermanos / indios y blancos formando un solo pueblo" (154). Como dice Cardenal: "NO DEBÉIS LUCHAR fue la enseñanza de Wowoka" (152). A pesar de ser pacifistas, los indios lacotas fueron masacrados por el ejército norteamericano por el mero hecho de bailar y de hablar de paz. En Pine Ridge, en Dacota del Sur, cinco mil soldados atacaron a 350 autóctonos, entre los cuales se encontraban hombres, mujeres y niños, masacrando la mitad de ellos.
   
En "Ovnis de oro," Cardenal nos describe a los cunas, los indios de la Islas San Blas en Panamá, entre los cuales encontró una sociedad basada en un comunismo primitivo, donde todo bien común es compartido, donde todos son iguales, y donde todos tienen derechos y obligaciones. Como dice Cardenal, "[y]o sabía del sistema comunista / de esta desconocida nación centroamericana" (4). Sin embargo, "[m]e sentía como visitante en la URSS" (4). Según dicen los cunas: "Han sido socialistas por 2,000 años / Entre todos construyen las casas de todos / Las tierras, de toda la tribu / El venado, el pescado grande, repartido entre todos / Perfecta armonía interinsular" (12). El poeta elogia el sistema económico comunitario de los cunas, la igualdad que imponen, su tradicionalismo revolucionario y su religiosidad. El tiempo que pasó Cardenal con los cunas confirmó una vez por todo que existían sociedades socialistas perfectas y que dichos sistemas podían reproducirse. En poemas como "Nele Kantule" y "Entrevista con el cacique Yabilinguiña," Cardenal comparte con el mundo la sabiduría de dos caciques cunas.
       
En sus poemas mayas como "8 Ahau," "Katún 11 Ahau" y "Mayapán," Cardenal emplea un lenguaje alusivo, de connotaciones simbólicas, al estilo de los sacerdotes y profetas mayas. Por vía de sus voces, el poeta condena a la dictadura somocista: "Ahora nos gobiernan los coyotes / ahora los lagartos están mandando" (358). Compara el papel del poeta al rol del chilam en un verso que abunda en aliteración: "[l]os poetas, los / que protegemos al pueblo con palabras" (360). Profetiza la caída de Somoza, la condena de sus comandantes--"[v]eo ya a los generales detenidos / llevados presos" (360)--y el triunfo indetenible de la Revolución Sandinista--"[u]n Katún No-Violencia" con "[c]ielos tranquilos sobre las milpas del pueblo / ... en el tiempo de la cosecha de la miel" (360).
       
En poemas como "Ardilla de los tunes de un katún" y "Oráculos de Tikal," el poeta viene al rescate de los indios guatemaltecos, víctimas inocentes de un genocidio durante el cual perecieron más de 250,000 personas: "[j]untas Militares sobre montones de calaveras / y zopilotes comiendo ojos" (362). Condena categóricamente a criminales de guerra como Efraín Ríos Montt que arrasó más de 600 pueblos mayas en términos totalmente autóctonos: "[e]l dictador sacrificador-que-saca-corazones-humanos" (362). Cardenal clama por la reforma agraria y condena a la United Fruit Company por controlar a casi toda la tierra arable en Guatemala: "[h]an comido Quetzal" dice el poeta "lo han comido frito" (363) o como diremos nosotros: Kentucky Fried Quetzal.    
       
Además de centrarse en los aztecas, los mayas y los incas, el poeta se enfoca también en grupos autóctonos menos conocidos como los últimos restos de los yaruros de América del Sur que estaban a punto de desaparecer: "Sabían que estaban condenados a perecer...y se consolaban con el canto y la danza, el contacto con Kuma...pero ya no tenían la voluntad de vivir" (84). Los yaruros ya no temían la muerte. De hecho, "era la cosa que deseaban" (86). En "Sierra Nevada," el poeta nos habla de los indios koguis de Colombia--"¡Sierra Nevada! / Están en la Sierra Nevada. / Son monoteístas, y Dios es Mujer" (62)--comparando su modo de vida a la vida monástica: "Como los trapenses que no pueden decir mío ni tuyo / allí no dicen 'mi niño murió'--la Madre Universal / se enojaría--sino 'nuestros niños mueren' / Nunca piden yuca para uno, piden yuca para todos" (70). Cardenal se concentra también los guaraníes en su poema "La arcadia perdida." Para Cardenal, las misiones indias que establecieron los jesuitas en Paraguay encarnaban su trinidad ideológica: nativismo, catolicismo y comunismo: "democracia económica" (94); "[u]na Utopía en la selva" (98); "[e]l único estado del mundo que no tenía clases sociales" (100).
   
En sus poemas incas como "El secreto de Machu-Picchu," Cardenal demuestra su conocimiento de la situación difícil de los indios del Perú, explorando el mesianismo andino y el apocalipsis que esperan los Quechua-Aymará después del cual el mundo se invertirá y "los indios harán trabajar a los blancos" (398). En "Economía en Tahuantinsuyo," el poeta evoca la visión socialista de la sociedad incaica: "no tuvieron dinero," repite el estribillo del poema, "[n]unca se vendió ningún indio / Y hubo chicha para todos" (376); "[u]n sistema económico sin MONEDA / la sociedad sin dinero que soñamos" (378); [l]a tierra del que la trabajaba / y no del latifundista" (380); "no hubo monopolio de guano" (380).
   
Aunque el aspecto autóctono se manifiesta en muchos de los poemarios de Cardenal, llega a su apogeo en el Cántico cósmico, la obra más ambiciosa y más lograda del distinguido poeta nicaragüense. Aunque la epopeya de Cardenal trata de la evolución del universo desde una perspectiva científica, explora igualmente una multitud de asuntos socio-políticos y filosóficos que siguen interesándole al poeta. Como es de esperar, el mundo indígena representa un papel protagónico, aunque segundario, en el Cántico cósmico, apareciendo en síntesis con los elementos científicos, socio-políticos y religiosos. El aspecto autóctono no se limita a las Américas: se ha extendido a todas las culturas indígenas del mundo y a todos los continentes. En lugar de aparecer en la superficie, la presencia indígena ha sido integrada en su trasfondo. En lugar de ser combativo, el aspecto autóctono ha sido sutilmente sintetizado en el verso del poeta. De manera magistral, Ernesto Cardenal ha logrado integrar la voz del indio dentro del coro de voces hispanoamericanas y las voces de la toda la humanidad.
   
Como se puede constatar, los aspectos autóctonos forman una parte integral de la poesía de Cardenal y son manifestaciones del compromiso socio-político y religioso del poeta. En pos de un sistema social justo, Cardenal se inspira de las enseñanzas de Nezahualcóyotl, de la cultura Cuna de Panamá, y de los indios de la Sierra Nevada. Presente en su producción poética desde su inicio, el mundo amerindio que nos presenta Cardenal está nutrido tanto de sus investigaciones antropológicas como de su trabajo en el campo. Como hemos visto, la influencia indígena en Cardenal no es solamente temática, es estilista también. El poeta hace un esfuerzo deliberado y consciente para imitar o mejor dicho, apropiar, estilos literarios amerindios. Por consiguiente, no cabe duda que Cardenal ha sido influenciado profundamente por el mundo amerindio, inspirándose socio-política, religiosa y estéticamente en las culturas indígenas de las Américas.


Nota:

1. Discurso inaugural del Dr. John A. Morrow  leído en la presencia de Ernesto Cardenal durante el Second Annual Chicago Poetry Festival celebrado en Abril de 2009 en la DePaul University.


Bibliografía

Cardenal, Ernesto. Oración por Marilyn Monroe y otros poemas. Lima: Instituto Nacional de     Cultura, 1972.
---. Cántico cósmico. Managua: Nueva Nicaragua, 1989.
---. Los ovnis de oro: poemas indios/ Golden UFOs: The Indian Poems. Trans.  Carlos     and Monique Altschul. Ed. Russell O. Salmon. Bloomington: Indiana UP, 1992.
---. The Doubtful Strait / El estrecho dudoso. Ed. Tamara Williams. Trans. John Lyons. Bloomington: Indiana UP, 1995.