Zulma Zubillaga | Res Extensa (Fragmentos)




1

por qué de vos en vos este jumento
carga la palabra se despeña en cuerpo
contra sombra y frágil
o temida yo hube de servir el hambre
en caldos tristes   composturas suaves
del morir: te nombro


2
  
  ahora  bebo la penumbra
  subo del tendón al cielo
  cimitarra en vos por el aciago linde
  - por los cuerpos -
  duele tu mitad febril la permanencia
  suave de tus manos   subo  

3


es de noche salgo de pujar vacío
- pequeña conmoción de lana en el
cobijo - un caldo de negrura abarca
este silencio  caigo en el amén
ahora voy al centro de tus ojos: callo

4


o qué de triste en vos  cansado  de buscar
mi cuerpo     yo diseco el hueso
de la luz su cobertura parda   la llanura
extensa de tus manos:  ese
roce del silencio en yemas     en miradas

5

     
de tanto preservar la piel
la calandria seca de la voz
yo hube de guardar  el vientre   
en quemas de lo tibio 
- hubiera retemplado el címbalo
el perplejo   en cubos de la luz
temblando -


6


ubique su temblor un poco   calle
y no caía el sol apenas empinaba el
alba    su negrura   en fin   en esta
dimensión de cárdena o palabra
 yo supe que volvías     yo lo dije 

7


 aquel rincón de cármenes azules
 o la palabra echada en el rocío:
 había  pena entonces
 un derredor de vos en mí  como
 callando nombres
 siendo

 8


qué delata el rastro del dolor ahora
quema de tus ojos alguna sombra
gris   como empinada   abarca 
toca la hermosura

9


y habida cierta compasión o pena
aquella piel ardía en punición
de zarza      de consuelo


10
      
             
yo dije que al morir sería salva  en forma
de atributo  con dolor   o carne   o parca
sí de tu silencio  - ahora suelo repetir
el rito    de rozar     rozar tus ojos    de beberlos -

 

11


no de olvido en vos    como posesa
o presa de subir al tiempo
atada (atada) al canto quedo amaneciendo
-antaño había flores  calles
emboscadas   rastros de la fuga    aquella voz
cercana   fija-   ahora toco el rastro
de la pena   busco
                 

12


entonces    la primera sumisión   el gozo de caer
al tiempo: sola   contristada  erguía los prudentes
tallos     encima de la voz había
cosas   cunas    lavatorios  ciertas conversiones
unos chirlos de maíz    y tu palabra
siempre ardía en copas frías   en tridentes

13


 y yo no supe desligar el habla     de lo triste   entonces
 sí callaba esto   aquello  y tu mirada  lejos
 (parca) se empinaba al gozo      ardía  

14



yo veía ese furor de labios    de privanza
o  iba de la muerte al hubo de saberte
en gracia   en responso     y la palabra
fresca en su materia urdía su misión
de rito  se inmolaba
                       
 15


 y ahora que despido larvas    ciertas larvas frías
 en el cuerpo suelo prescindir del sueño   el gozo
 el pan   la urdimbre clara de tus manos  


16

                     
                        
cómo ser en calma  
entonces revolvía el tiempo las palabras
y un viento arisco
el caldo de la pampa entre los cuerpos
iba dislocando huesos   labios
glebas de la luz      (ardía)

17

                        
                         
ahora de lo poco saco una criatura
un dedo dislocado  un hambre triste
así despido niños en el cuerpo
alguna llama seca   algún hervor de
tiempo en tiempo -yo buscaba el eco
silenciado     el rastro seco
de tus manos   siempre  -


18      
                           

caja de lo grave    ahora suena
la chatarra triste   el consistorio grave
de exiliarme:    cuerpo mío     tala de raíces
hondas     blancas



19



no de vos en mí como diciendo
acá desnudo el pan
mojado en tiempo
voy a la impostura

20

                                  
algunas cartas secas  
queman
la memoria                 
algún convite un golpe de mirada
acerca plenitud de muero
un dejo de seguir
amando

        
21


yo temía ser absuelta
de lo limpio o  venía a celebrar
pronombres   dichas  arrancadas
a la muerte   - no te nombro -
así debiste huir entonces    alma
en tiempo    en cosas
del cobijo santo    (del cobijo)
                                          
22
                                 

y qué esta hartura grave
de lo suave
haciendo de los ojos
una llama opaca
fija

 23
                                   
 no de noches mansas digo
 sino el tiempo detenido
 entre las manos
 clavado en un tapón de saña
 de prodigio invicto
 de prudencia
 así de mí con vos
 soplando abismos
 algún reborde en sal
 buscando


 24                                 

y qué esta hartura grave
de lo suave
haciendo de los ojos
una llama opaca
fija


                                                  
                                   






ZULMA ZUBILLAGA nace en 1959 en Coronel Mom, provincia de Buenos Aires, República Argentina.  Actualmente reside en la ciudad de Chivilcoy. Es profesora en Lengua, Literatura y Latín. Por su labor poética obtuvo el 1° premio en el Concurso de Cuento y Poesía Juan Isidro Quesada (1994); 1° premio en el Concurso Nacional de Cuento y Poesía 2001 organizado por la Fundación Litterae; 2° premio en el III Certamen Internacional José Martí organizado por la editorial C.I.E.N. en el año 2002; 2° premio en el Concurso Nacional de Cuento y Poesía JunínPaís2003; 3° premio en el Concurso Nacional de Cuento y Poesía (2004) organizado por la Sociedad Argentina de Escritores y la Municipalidad de Tres de Febrero y 1° premio en el Concurso Nacional de Cuento y Poesía JunínPaís2004, reconocimiento que le permite concretar la publicación del poemario El tiempo que deslumbra (2005). Cuenta con dos libros de poemas inéditos Viento de la pena y Res extensa. Ha coordinado talleres literarios y de lectura y se ha desempeñado como jurado en concursos literarios nacionales, provinciales e internacionales en la República Argentina. También ha trabajado como docente en Escuelas de Enseñanza Media de la ciudad de Chivilcoy. Co-dirige e integra  el staff  de la revista literaria "Fledermaus".