Ruth Patricia Rodríguez Serrano | Poemas Éditos e Inéditos Selección Poética 1993 - 2014



© Analecta Literaria 2014





A LA IZQUIERDA DEL POEMA

Aquí, a la izquierda del poema
Comienza la noche
Apenas intuimos el sonido
Con el que nos llevará el mar




De: Lengua de Siervo (1993)



LENGUA DE SIERVO
(a la poesía)

Enrédame por los ojos
Que siempre amanecen
Nútreme de la sangre
Que anochece inquieta
Encapríchate con mi cuerpo
Y súrcalo una vez más
Con tu lengua de siervo
Danza de culebra
Amaestrada por la soledad
Y la ternura

Desátate de tu bosque
Y entra al mío
Invade el trágico destino de los pájaros
Y perennízalo en mis huesos

Vuelve a mezclar mis recuerdos
Con el bulto diario de la risa
Ante la consumación de cualquier muerte
Y hazme girar
En el aire lima que padeces
Al igual que en la libertad que conoces
Porque la tienes
Viste mi desnudez
Con la desnudez del mundo
Y si puedes
Hazme aromar a desnudo

Devuélveme la quietud del silencio
Para estar y ser
Llévame hacia mis ocultos lugares
Y con tu helechado esqueleto
Acaricia mis maldades
Y azótame niña otra vez
Hasta traspasar la culpa y sus fantasmas

Lengua lienzo
Lengua palpitación
Lengua minuto diario
Lengua dominante
Lengua de muerto azul
Lengua lenta
Lengua de roble
Y de inexistencia viva
Lengua de siervo salvaje
Que atraviesa
Los arados de mi poesía



ÓLEO EN MOVIMIENTO

Candela neón del río
Que a todas horas
Trastorna el cauce de mi cuerpo
Y se lo sueña
Caldera que no me quema
Pero de mí me distrae
Y retiene en espera
Este frío de leña
Que en la soledad
Llora su musgo
Su temblorcillo verde
Sus ganas de tostarse

Caldera infiel
Brasa prohibida
Que paseas tu baile brujo por mis ojos
Y me dejas mirada azul
De una llama que no se apaga




De: Impúdica  (2007)


LA MUJER INTERIOR

Transcurres
Crepitada de sangre
Por mis venas

Eres fácil
Pasas sin ruido
Con tu corazón virgen en la mano

Riegas mis hojas
Curas la carne viva de mis ramas tronchadas

Te olvidas de la que recuerda
Y la bañas con su espuma

Libre de mí
Cantas mi cuerpo insubsistente
Lo respiras y bogas
Con tu pájaro de agua

Me revives
Más allá de esta miserable voluntad
De estar dormida


EN EL FONDO

Dibujamos nuestra casa
Su césped y su gato
Exprimimos la lluvia de la niñez
Sobre el tejado
Nos vemos adentro
Trazando la tarde mojada
Hasta que el lápiz toca fondo
Y nos pregunta
Qué más
Entonces derribamos los ojos
Y el invento se convierte en mineral
Que roe la sangre
Y se instala en la morada de los huesos


De: El mar en mí (2012)


ESPINA MENGUANTE


Era tu voz antigua que brillaba en la callecita de piedra
Era tu amor sin rostro que se dejaba andar
Era el sol carbonizado de la soledad que queda
En la concavidad de la roca como un golpe negro
Te vi mientras mis zapatos me llevaban
Rodándote fui por tu camino
No era de noche y sin embargo la noche
Se había baldeado en ti con su lengua marina
La luna a pleno sol sobre tu pecho en roca
Era una espina menguante, un recuerdo
Del amor que se lleva sin cantarse en la garganta
Del amor enredadera de azules trompetas
Que  colgaban solas desde las barandas
De pronto un colibrí, una iglesia amarilla
Una puerta abierta hacia un patio mojado
La ropa puesta a secar, un gato en fuga
Un zapato perdido a los pies de un geranio
De pronto tú, Mar obscuro, venido a luminoso
Por los recovecos  de la dulce callejuela
Me dejas achicada, sedienta
Al saber que de ti sólo bebí un tramo


IMPACIENCIA

Pasa seguido que  somos lo que no queremos
Pasa que  cuando lo que deseamos no se alcanza
Sembramos en el patio árboles ajenos al alma
Para decir que los tenemos simplemente
Para decir que lo importante era sembrar

Pasa seguido  que  pintamos la casa de verde
Por no encontrar  el turquesa  en la ferretería  más cercana
Pasa que al quererlo todo tan rápido,  se pierde
Y se gana lo que  parecía  ser

Pasa  también que la suma de  silencios
Es la suma de los deseos irrealizados
Y dejamos de escribir

Fuera de los fracasos por encontrar lo buscado
Nos  abismamos  en la negación de la palabra
Nos adelantamos al tiempo de recibir
Nos convertimos en cobardes



NUESTRO OXÍMORON

Chao, me voy con el Mar
Se va conmigo todo lo que llevo dentro
Esta mentira de creer que estoy cuando me pierdo
Esta comodidad de tener el día bajo control
De escribir sin estremecimiento
De enviarte cartas falsas para que veas que te pienso

Chao, me llevo estas ganas de pensarte simplemente
Y  de escribirte cuando ya no pueda más de tanto llevarte
Me voy, en medio del desorden que quita la cadena
Al borde de la ignorancia que me libra de importarme

Puede ser que el Mar me regrese lavada por su espuma
Y me ponga a secar luego entre las rocas
Entre los acantilados que cortan mi contradicción
Quizá para entonces me ría y me entristezca
Por esa cualidad tan cambiante que me vive
Y que nos muere


AGUA Y FUEGO

Que tú siempre estuviste en soledad
Recogido en tus acuarios abisales
Y que no por eso dejaste de temblar
Al resumirte en el tejido de las algas
Hoja, filamento, membrana, célula, colonia
Planeta vino,  arena, oxígeno
Luz intrépida
Sobreviviente de la muerte y la memoria
Hablas dentro
Empujas barcas, acercas horizontes
Sostienes la botella
Embrujas su mensaje
Oyes, sepultas a los náufragos

Te endioso y sucumbo
Te llamo hasta el fin
Con mis ecos ahogados

Sé casi todo sobre ti
Y tú de mí tan poco
Porque soy fuego y también humo
Porque solo soy  a veces
Cuando me quemo en  tus entrañas
No me conoces, Mar
No me apagas
Porque contigo realizo mi utopía
Cuando te alzas y exhibes
Tus glorias o vergüenzas
No me apagas
Porque en tu espuma se enciende mi ceniza
Porque voy por el filo de tu estrella
Porque estás en mi saliva
Porque chocas minúsculo y completo
En el paladar
Y luego pasas a mi sangre


SER Y NO SER

Esto de bajar y subir las escaleras
Como si hubiésemos olvidado la llave otra vez
En el cuartito del fondo donde se va y se nostalgia
Ir por un disfraz y no escogerlo
Salir vestido de uno mismo siendo otro
Extrañados de nuestra inconstancia

Esto de querer retenerse
Y luego buscarse en la palabra ajena
Aquella que nos devuelva
El sentido de estar pertenecidos
Aunque sea a algo transitorio

Esto de saber que se está solo y desestimarlo
Y esconderlo tras el ruido de la radio
Decir sí quiero y luego no
Sufrir de amnesia por lo que se ha querido
No llorar cuando se pudo
Y hacerlo de repente sin saber por qué

Esto de declararnos cuerdos  a la entrada  del hospicio
Asir una bandera
Cantar el himno sintiendo un corazón avergonzado
Por la patria hipotecada

Esta bipolaridad de los días del siglo último
Nos tiene a todos apostando
Perdemos cuando creemos ganar
Nos acostumbramos a pensar que todo vale
Que incluso hay que matar para vivir
Pero en la noche, cuando buscamos el pijama
Oímos gritos, intuimos despojos  en el interior del closet
Y no lo abrimos por temor a que reboce y nos aplaste
Dormimos con jean


ALQUIMIA

Una flor, pero no una flor cualquiera
Sino aquella de ecos encerrados bajo su cristal
Yo la tuve flotándome en la mano y vi a mis muertos
Como si fuera ayer,  paseaban por los callejones
Llevaban luces encendidas hacia el fondo
Se perdían, se enterraban en la arena

Una flor, que parecía estar a punto de quebrarse
Una amenaza del sueño que a sí mismo se presagia
Yo la tuve inundándome la palma y me vi
Temerosa de perder a mis vivos
Como si alguna vez hubieran estado
Como si hubieran sido míos
O me hubieran soñado solo para ellos

Una flor de mar
Cuarzo y  granizo de un cielo invertido
Yo la llevé lejos por toda una noche
Hacia el naufragio de mi séptima estrella
Allí nos vaciamos, nos supimos inasibles
Sin dolor ni pertenencias
Fuimos Otra


EL MAR EN MÍ

El mar me esculpe con su ola negra
En el filo de su hoja
La noche multiplica su mágica borrasca
Y estalla bajo mis párpados cerrados

Luminosas filas de arenques fosforecen
En el lecho en que me abismo
Será que quieren olvidar en mí
Su soledad acorazada
Será que me dejan su estela como guía
Y se pierden lejos de mi hemisferio izquierdo

Penetro en mi vastedad, el mar es tibio y quieto
De tiniebla perturbada sólo por relámpagos
De peces transparentes

Así debía ser tu muerte apresada en la marea
Devuelta de olvidos, perfumada de sal
Yo debía así sentirte en tu silencio
Y debía recordar que vendrías
Trocando tu fantasma oceánico en azufre encendido
Ahora que estás ya para siempre
No temo despertar en tu negrura:
Infinita galaxia de mi cuerpo sin sombra



EN CUERPO Y ALMA

En la mano temblorosa
La pluma pelea por ajustarse a una sílaba puntual
Los pies pegados al mundo
Son cristales que podrían romperse al despegar
Los dientes son pocos para una fotografía
La opacidad de la mirada
Se queja de que el espejo esté empañado
Para ocultar que es ella la que no puede más
El cuerpo mira de soslayo
Y se pregunta por qué me preguntas a mí
Mientras el alma canturrea bajito:
“échame a mí la culpa de lo que pasa
Cúbrete tú la espalda con mi dolor”
Y la risa, siempre joven la risa
Apunta con el índice la nariz fugaz
De un rostro fugaz
Sabe que no se puede querer en cuerpo y alma
La perfecta alegría
De sus senos


MERIENDA DE POBRE


Te guardé una piedrita del río
Una mirada larga al campo de girasoles
La voz alta que en medio de la desdicha de no tener
Dice que está llena de vacíos de ti
Yo albergaba la esperanza
De ponerlas en tu mano temblorosa
De que el alma del colibrí se dejara ver
Cuando ellas murieran hacia el fondo de tus ojos

Tienes razón al decir que podemos llevarnos a casa
Algo para dar aunque no tengamos nada
Después de una dura jornada se aprende a descansar
A llegar más pertenecidos con lo simplemente mirado
A buscar en  los bolsillos la piedrita
A recordar el mirasol
A escribirte estas palabras


HILO Y URDIMBRE

De mi parte,  los silencios  de la palabra
Serán todo menos distancia
Siempre serán algo menos olvido
Serán la presencia  recorrida
Entre mi casa y la tienda  de hilos

Cuando más,  será que me he quedado embelesada
Dudando en elegir el color que más me vaya
Con el estado de ánimo siempre cambiante
O con aquel  tono que más me hable de tu vida
De lo que hay más allá de tu vida
De tu trama y mi revés

Con frecuencia será que estoy ensartando el hilo en la aguja
Y  será la eterna duda de si el zurcido va bien o podría estar mejor
Y al pensar que bien podría estar mejor, será que empiezo a destejer
A atrasarme en la respuesta de un sí
Que lance la red por fin tejida  y  recoja las frases hilvanadas
Con todos los sentidos que ha tocado deshacer
Para lograr ese peso en la palabra
Que te toque


¿QUIÉN CANTA DENTRO?

Por qué vine a despertar  en medio del libreto
De este final de noche con la copa quebrada.
Regado está el mar tinto sobre la palabra
Y es rondador el muro que cuida hacia adentro
Los astros menores que rigen mis reflujos
Canto y  canta la tuberculosa sirena

Había previsto quedarme dormida
Más allá de las tres campanadas de la torre
Lejos de este yo que tanto me empalaga
Pero desperté rendida de nuevo ante mi cuerpo
Que aprisiona niños, gaviotas, marineros
Y quise abrir el pecho, torcer una baranda
Escribiendo un poema que me diera al traste
Pero la poesía no es servil, apenas habla si la fuerzo
Y aquí está con sus ojeras de insomnio
Mordiéndome la uñas, susurrando alevosa frases inconexas
Sin decirme quién soy


RESACA

Quería morderte, fruta azul
Quería habitarte, pueblo fantasma
Quería escucharte, ronco torbellino
Quería hundirme, abismo
Para hacerlo me senté en tus orillas
Te miró el único ojo de la frente
Y me apareé diluida y absoluta
Disfruté de tu fiesta pagana
Imploré tu misma suerte
Me arrepentí ante ti de mis delitos
Ahora que he probado a lo que sabes
Que he sido huésped de tu profunda torre
Sin que haya podido nombrarte una palabra
Un cataclismo me expulsa de tu centro
Un sabor a petróleo y pesticida me quema las papilas
Una visión de muerte me horroriza
Ya no eres memoria de la luna
Tu superficie es mortaja de peces y moluscos
Tu bramido es eco, un golpear de tarros de basura
Y aunque en el fondo te habites, afuera no reflejas
Ya no eres el sueño diluido
Hace tiempo que dejaste de ser mar


De: Poesía evidente (libro inédito)



METAMORFOSIS

Si de repente se cortaran todos los lazos
Y me viera desprovista del  camino
En mitad de la noche repleta de lluvia
Sanada de llagas
Parida quién sabe por qué otra madre
Abandonada a mi suerte
Con el frío amistándose de a poco
Mientras vago por calles nuevas
Bajo el rojo de dos lunas
Yo, recién nacida para hacer lo que quiera
Para llamarme como siempre quise
Y entregarme a seres inocentes
Con quien aullar y remontarme en leguas
Yo, bello animal al fin
Abierta panza arriba sobre el mundo
Oliendo los sobacos del cielo
Floreciendo por los lacrimales
Ebria de libertad y de violetas
Sin edad y sin memoria


CRONÓMETRO

Nunca el tiempo fue suficiente para ser
Porque el tiempo siempre fue idea
Y ritmo y acorde y pretexto
Fue entonces, fue ojalá
Principio y fin

Cuando ves tu reloj y me dices
Tenemos quince minutos para sernos
El amor se chorrea por los engranajes
Se quema en su aceite
Y apenas advertimos que está
Permitiéndose contar

Cuando hemos terminado de llegar sin ser
Yo me pregunto en qué parte de este cuarto de hora estuviste
Que no nos encontramos
Porque si bien recuerdo yo busqué tus ojos
Y en ellos estaba la distancia
Vestida  de dulcísima melancolía
Pero, ¿en qué punto de ese abismo estuvimos  juntos?
No lo sabes
Yo, tampoco
Solo que algo me dice que caí contigo
Hacia el fondo


NADA PASA

Después de subrayar este momento
Habrá siempre la posibilidad de quien recuerde
Sea yo o mis tantas
Las que me digan que estamos
Ubicadas, sentidas, reconocidas
Después de dejar este poema
La verdad se habrá escapado para burlarnos
Se habrá envenenado de bosque
Y andará perdida
Después de que nada haya pasado en realidad
Existirá la palabra vertida en la garganta
Para ser otra y nueva
O no ser
Como nos pasa a todos


CABALLITO TROTADOR

Un alambre, un mullo, un pedazo de tela
Pasan por las puntas de tus dedos rugosos
Creas la magia de un muñeco que salta los tiempos
Tú misma te saltas tan velozmente
Que para mí es imposible detenerte
Mientras tú brincas a caballo los linderos de violetas
Tus manos cosen la infancia que se queda
Prendida a la almohada, volando bajito
Soñando un poco la hija que no está

Paso por el mismo corredor
Varias veces miro hacia la izquierda
Una cama azul
Una ventana demasiado abierta
Un piso limpio sin papeles ni calcetines ni intentos
De ser otra cosa más que soledad
Ahora
Cuando vienes de repente
Y traes tu risa
Qué tanto olor a ti y música de ti tiene esta casa
Porque hasta parece que despierta
Y vive, y se encuentra como yo


DESAYUNO

La mañana viene abierta
en la mitad de una naranja
jugo de mar, zumo del sol
alegría de poder probarte con los ojos
de saber que estás aquí
en el pan con mermelada
y apretarte con mi lengua
y asirte al paladar

Hay una pequeña fiesta sobre el mantel
donde mis manos vuelan
en busca del azúcar de tu risa

En esta sinfonía de cucharas y platillos
escapo con el humo del café
bailo contigo en la curva del cometa
que roza mi oído y me estremece

El cielo más allá de la ventana
me recuerda que estás lejos
pero, no sé, algo me dice que es mentira
deben ser estas manos mías que te toman
y que juegan a estar contigo
en cada mordisco que llevan a la boca


DESCUBRIMIENTO

Me enseñaste a reír de todo
Solo que fui mala alumna
Y no supe qué hacer frente al temor
Que tenía la costumbre de espesarse
De ser lento al pasar

Cuando apenas yo esbozaba una sonrisa
Él ya la veía venir y me lidiaba desde lejos
Entonces recordaba lo que me habías dicho:
Que me atreva a ser irracional
Que lo vea venir y me destape
Eso fue lo que hice
Pero es que al cubrirme a carcajadas
El temor me quitó las ropas
Se rio de mi cuerpo tembloroso
Me escupió la noche en el pezón

Nunca hasta entonces
Había sentido esa parte erógena de mi cuerpo


MORDAZA

Al final llego a quedarme
Solo y conmigo
Porque no hay mejor estrategia  que saltar hacia adentro
Si llueve demasiado o el sol revienta el pavimento da igual
Los límites llegan a juntarse en las orillas
Mi cuerpo está rodando en el termómetro
Se quema y hiela por tocar la vida
Él muere, vive, fuera de mí, no lo sabe
No hay nadie más en el desierto
Golpeo el cristal de la ventana
Mi cuerpo me mira y sigue trabajando
Golpeo la puerta
Él la abre y vuelve a trabajar
Golpeo su corazón
Él se enfada y pide silencio
Golpeo el silencio
Y me encuentro
Simplemente conmigo
La casa es demasiado grande
Para entender que no se llena con muebles
Ni con perros ni con cinco flores de plástico en el jarrón
La casa no es casa si no se habita
La casa no es casa si el piso se desmorona en el abrazo
¿Qué entender  si no hay voces ni ecos?
Solo rutinas vacías, robóticas.


FALSAS COORDENADAS

Observo  que soy yo
Me abismo
La tarde dentro de mí es verde botella
Adentro está muerto el pez con quien jugaba
Vago en el desierto de agua de mi vientre
Te espero
Tardas
Quizá hayas llegado
Pero ya no espero
No, no es cierto, quiero regresar
¿Estás?
Quizá yo haya regresado
Y tú no esperas
No esperas


LUNA DE ALAMBRES

Cuando quiero y luego me arrepiento
cuando voy por un cigarro
y solo tomo el aire
cuando me enveneno de negativas
y el deseo se empecina
cuando en lugar de las teclas del teléfono
quisiera tocar el timbre de tu puerta
cuando todos los tiempos me empujan al ahora
diciembre apunta a ser un solitario
a salpicar su alegría tras el cristal de tus cartas
a avivar sus luces en tu estela perdida

¿Ves esa luna nómada?
Está en mi patio alambrado
Está en el tuyo sin barreras
Es ella la que me habla
Y me silencia
La que  me alumbra
Y me esconde
La que acaricia
y comparte esta insípida
felicidad de casi ser


MIRIAM

Ella tomó en sus manos negras
El vuelo detenido de un gorrión
Dijo: lo llevaré al jardín para que esté a salvo
Ella siempre salva el tiempo de las criaturas indefensas
La veo cocinar, lavar,  planchar, sonreírme, salvarme
Se queda mirándome con todo el cuerpo
Me adivina
Estira su brazo enredadera de moras
Aunque sabe que me hieren las espinas
En la punta de las hojas se suspende
La conciencia agridulce
Estamos hechas de lo mismo me dice riéndose
Y yo pregunto de qué
Será de cenizas húmedas
De voces que se fueron
De ganas de barrer
Del silencio que está para escucharnos
Pero póngase bonita, salga a la calle,
Que la quiero ver alegre, me provoca
Y el pájaro del jardín
Comienza  inmediatamente a cantar


AVE TURCA

Rápido
Esdrújulo
El halcón de fuego
Derrama su lluvia en mis oídos
Arrasa mi pasado
Y lo vierte en su pluma de color
Soporta el peso de mis leguas
Me viaja hasta el principio
Voy tan lenta en su día fugaz
Sintiendo los pasos
Hacia el fondo de sus ojos
Quemándome
Haciéndome suya


VOZ DE MENDIGO

La voz brotó difícil del acantilado
Como si desde el fondo la retuvieran
Manos y brazos sin cuerpo
Como si por escaparse
Sus ángeles cercenados
Fueran a quedarse sin aliento
O  incluso a estar más solos

Yo la escuché abrirse paso en la faringe
Pedirme dinero para calmar el hambre
La escuché mientras ardía en su fiebre de papel
En la mitad del atrio vacío

¿Será que pude observar la voz
Verla consumirse en sus pupilas
Verla regresar al origen de todos los sonidos
Mientras caía mi moneda al final del tarro?


NOCHE HABITADA

Por la inocencia de tocarnos
sin defensas
y dejar que mi yo más cercano
se sienta descubierto
en mitad de la escritura

Por el juego de simplemente ser
lo que ha despertado
casi sin darse cuenta que ha venido
desde tan lejos
soñándose
creo que puedo abandonarme
y ser forma que se lee

Por esta libertad
Que es aceptarnos
Que es seguir nuestro curso
Sin curso en la eternidad de los ojos
Sé que hay un lugar para habitarnos:
Es el punto nocturno
De este telón de vidrio
En que nos confiamos
En la sed taquigrafiada
Que tienen las palabras




RUTH PATRICIA RODRÍGUEZ SERRANO, Poeta, escritora, docente e investigadora universitaria ecuatoriana, nacida en 1966.  Su obra ha sido  valorada en los estudios de Miguel Donoso Pareja, Antología de narradoras ecuatorianas (Quito, 1997), y de Raúl Pérez Torres, Índice de la narrativa ecuatoriana (Quito, Editora Nacional). Ganadora de concursos nacionales de cuento infantil (Círculo de Lectores) y de cuento juvenil (Pablo Palacio). Representante del Ecuador ante la Asamblea Mundial de Artistas por la Paz, en la República de Bulgaria. En 2005 obtuvo la Condecoración Pablo Palacio al Mérito Literario, otorgada por el Consejo Provincial de Loja. Galardonada como Embajadora Cultural en el Encuentro Internacional de Mujeres Escritoras, Poetas y Narradoras en Neuquén, Argentina (2012).  Entre sus obras se cuentan: Algo más que un sueño (1978, cuento), Desde el barro azul (1988, prosa poética y cuento). El balcón de los colores (1990, cuento), Lengua de siervo (1993, poesía). Al filo de Clepsidra (1995, novela).  Deseábulos (1998, libro colectivo de la Red Cultural Imaginar). Impúdica (2007, poesía). Escribir es Formidable (2008, texto de estudio). Putas de Cristal (2010, novela). La Certeza de los presagios; cinco narradoras ecuatorianas (2011, libro colectivo de cuentos).  Actualmente trabaja como docente en el área de composición escrita y en la materia socrática de Autoconocimiento en la Universidad San Francisco de Quito