Una mujer me tiene maniatada
mientras otra salpica su sangre en mis vasijas.
La una es una perra de hortelano,
la otra una puta de juzgados.
A ninguna la conozco frente a frente
pero han sabido exasperar a los demonios
que pululan en las sombras de la mente.
Las dos
amasijo de execrables decisiones,
estampida de satanes,
pariendo un hijo bastardo cada día.
Ambas
dos piedras en el monte oscuro,
dos flechas incrustadas en la carne,
dos brujas con grilletes
bailando en aquelarre.
La zarpa habilidosa del destino
Me llevó a un lugar extraviado en el olvido.
Jamás imaginé que esto pasara,
mas pasó,
y sé,
no hay vueltas,
mucho menos retornos prometidos.
Estuve en medio de lo que otra hora fue vorágine,
sombras, dolor y mortecino miedo,
evocación de recuerdos, y las voces
saliendo de rendijas y oquedades.
Miedo atroz y rayo estremecido.
Más todo pasa,
como pasan las corrientes
de ríos y de mares,
como siguen los años y los siglos.
Todo pasa…,
pero queda el alarido
oculto entre los pliegues de la falda
o rozando el cabello cualquier tarde.
Queda ahí
Cual monstruo que acecha entre las sombras,
cual sombra que acecha entre los monstruos.
Doce niñas jugaban a la ronda,
el sol de aquel verano
resplandecía caluroso entre la fronda.
Unas cuantas eran primas,
hermanas varias de ellas,
las demás amigas.
Unas eran morenas, rubias, pelirrojas,
delgadas, gordezuelas,
de rizado pelo
o lacia cabellera.
Todas reían y cantaban una estrofa
(con manos enlazadas
(serpenteando en vueltas)
En su canto todas eran
mariposas,
ninfas,
reinas.
Hadas,
princesas
y deidades.
Felices, daban vueltas en la ronda
sin saber que el futuro
-como en suerte de ruleta-
cambiaría advenedizo.
Para esas pequeñas
el destino les tenía deparado
sombra y tristeza,
amargo trago de desdicha,
insomnes tinieblas de tragedia.
Y el monstruo perpetuo
que es el tiempo
en voraz remolino y en furioso viento
se tragó sus historias
y sus sueños.
Ninguna de ellas jamás recordó ese canto,
ese día,
mucho menos esa hora.
Y aquella ronda
–como las simples cosas de la vida-
fue olvidada para siempre.
ELSY SANTILLAN FLOR, poeta, narradora , dramaturga y abogada nacida en Quito, Ecuador, en 1957. Es Doctora en Jurisprudencia y Abogado de los Tribunales del Ecuador. Ha escrito obras en narrativa, poesía, narrativa infantil y teatro. En 2014 fue invitada al XXVII Encuentro Iberoamericano de Poesía en Salamanca, España y en ese marco se presentó también en: Aula Magna de la Universidad de Salamanca, Palacio De los Serrano, en Ávila y Casa de América en Madrid, con recitales poéticos. Ha sido incluida en diversas antologías del país y extranjeras de cuento y poesía. Traducida parcialmente al Húngaro, Francés y Yugoslavo.
OBRA PUBLICADA
Narrativa
- De mariposas, espejos y sueños Cuentos.
- De espantos y minucias. Cuentos.
- Furtivas vibraciones olvidadas. Cuentos.
- Gotas de cera en la ceniza. Cuentos.
- Los miedos Juntos. Cuentos.
- Las ficciones de la soledad, Cuentos,
- Algaradas. Cuentos
Narrativa Infantil
- Las doce habitaciones de la magia. Narrativa infantil
- Maravilloso Agustín. Narrativa infantil.
- Tiniebla 13 Cuentos fantásticos.
Teatro
- Danza imperfecta
- Cena para estúpidos
Poesía
- En las cuevas ajenas de la noche
- Aristas en el tiempo nuevo
- Proscritas Nimiedades
En colectivo es coautora de los libros:
- Deseabuios 1. Quito, Ecuador
- Desabuios 2. Ibiza, España,
- La certeza de los presagios. Cinco narradoras ecuatorianas.
Premios
-Premio Nacional “Jorge Luis Borges”. 1995
-Premio Nacional “Pablo Palacio”. 1998
-Mención de Honor del Premio “Joaquín Gallegos Lara” a la mejor obra publicada en Teatro. Consejo Metropolitano de Quito, 2011
-Premio en colectivo de La Casa Internacional de Escritores y poetas de Bretaña, París, 2012 - 2013