Dos Cuentos Breves LA ESPERA Como todos los domingos, mi padre me dijo que irÃa a pescar y regresarÃa al atardecer y yo le creÃ; mi madre me dijo que irÃa a visitar a mi abuela y yo le creÃ; mi hermana habló de una excursión al Tunari con su novio y tampoco dudé. Han pasado cuatro años y empiezo a sospechar que no volverán. Me he quedado sin teléfono y sin electricidad, imagino que por falta de pago, y no me gusta leer. Mis provisiones se han agotado y cada vez me es más difÃcil encontrar ratones o gusanos. Y tampoco p…
El Padre [Selección] poema del génesis no escrito que recita el padre en un tiempo sin espacio ni ilusión reconstruÃmos un momento donde se entrecruzan muchos momentos y el árbol imaginado no es más el árbol tal vez mármol piedra y en la piedra se empieza a ver otra cosa una cara el revés del todo registro de cielo entrevisto en ejercicios finos trabajos de arqueologÃa desenterrando el tiempo nebuloso que despierta y vuelve a nacer como una escritura que no sabe lo que esta haciendo con la fascinación y el…
Habitación, la brisa [Inédito] Especial para Analecta Literaria © 2014 Carlos Bernatek - Analecta Literaria a J. R. Ahora que ha llegado el silencio a este cuarto de hotel, apenas comienzo a recordar cómo he venido. Es esta ciudad que te abruma, te marea con su siseo perpetuo, el tránsito de gente insomne. Aquà hasta el silencio hace ruido. Pero en un instante milagroso, las cosas parecen al menos quietas, detenidas, como murmurando un impulso para que todo se reinicie ¿A qué he venido? Ya va siendo hora de que empiecen a ol…
Foto: Cecilia Barbarito Cuatro poemas [Inéditos] Especial para Analecta Literaria © 2014 Carlos Barbarito - Analecta Literaria A donde va a consistir el invierno… A donde va a consistir el invierno: caridad que no salva ni a una flor y la hora que no señala el mediodÃa. Se dice ave como se dice adverbio , con la misma, unánime laxitud; en los vidrios, el propio reflejo que la mente supone ajeno. Desde alguna parte, una voz, sin oyentes a la vista: a recoger lo que quedó del mÃstico desposorio, del antiguo y perdido …
El Metal del Ombligo y Otros Poemas EL METAL DEL OMBLIGO Se escucha el percutir de máquinas saliendo por esos ojos de obsidiana encendida como el llanto de madera triste como voces de pieles maduras entregadas al fruto del viento. Y abrazo el dedo Ãndice que he mordido para verte dentro de ese espejo lleno, oscuro y silente, como masa grávida que sostiene los huesos poliándricos de tu boca de mimbre rojo. Con el sonido industrial en el ombligo levantas la velocidad dinámica de tus labios ech…
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