EL PUENTE Bastó una palabra y toda la luz de tu paisaje se encendió dentro de mi sueño. Vi tus cerros de verdor incomparable trepando la amplitud del cielo, vi tus rÃos de aguas transparentes y musicales invadiendo las piedras de la memoria, vi los rostros y las manos infantiles que dibujaban un adiós en el patio de la vida, vi los abismos del vértigo en los bordes del camino por donde iba nuestra felicidad sonriendo entre los dos. Todo eso vi en un tiempo que luego fue un instante, y un olvido. Ahora no basta tu silencio para romper…
a Osvaldo Soriano Era muy gordo: debÃa pesar cerca de doscientos kilos. Después de tanto tiempo al Sol y al viento la piel se le habÃa puesto como cuero, casi como coraza, y era difÃcil imaginar que abajo hubiera carne, órganos digestivos. HacÃa tanto que estaba junto al mar, sentado, que pocos recordaban la primera vez que lo habÃan visto a las afueras del balneario, donde terminaba la playa y comenzaban las rocas. Nunca se movÃa: cuando llovÃa bajaba un poco la cabeza y las cejas espesas desviaban el agua y la hacÃan caer en un fi…
A mi amigo J . Ramón Balmaceda. Marcelo tiene una finca a orillas de uno de los grandes canales del Diamante. — Hombre — decÃame, — estoy dispuesto a sembrar zapallos, porotos, maÃz y trigo; mucho trigo! SÃ, la viña no da más que disgustos. Para hacer vino, de sobra tenemos agua!... El centenar de hectáreas que constituye la finca de Marcelo, ha sido totalmente invadido por la chilca de follaje untuoso, por la plomiza zampa y por la amarga pichana. Marcelo ha llevado peones de confianza y ha dividido el trabajo en tareas…
Si oyera que alguien preguntara por el hombre más cabal y de razón de que tuviera noticia yo responderÃa: -Se llama Juan Huakinchay. -¿Juan Huakinchay? -Ésta es su historia. Nació a la sombra del Padre Ande, en las Lagunas de Huanacache, las hoyadas que atesoraban las aguas cerreras y la pasión de Cuyo. Su padre murió en edad temprana, en la travesÃa a San Luis y dejó sola en el terrible mundo a una joven viuda con dos tiernos hijitos. A padecer incontables pobrezas quedaron la madre y los dos frutos de su vientre; asÃ, en diario lucha…
Especial para Analecta Literaria Un escandaloso golpe de luz, fue el inicio del dÃa. Para Prudencio, la jornada habÃa comenzado dos horas antes. Ahora iba pisando el paisaje, rumbo al surco, su destino diario de trabajo. El verde profundo de los árboles, el alegre trinar de los pájaros, el murmullo infinito de los arroyos, le otorgan una paz silenciosa y plena. Era como un reloj que caminaba, inventándose el tiempo de la siembra. Prudencio asumÃa de este modo todos los dÃas frente a la vida. Resulta que un sobrino poderoso, dueño de…
"Un instante después, Mike sintió la mirada, clavada en su propia nuca. Giró súbitamente y, al encontrar los ojos de ella, más azules que nunca, encendidos como los potentes reflectores de un Lincoln ocho cilindros en medio de una tormenta, esbozó su más irresistible sonrisa. Sheilah se puso de pie, sin dejar de mirarlo, y con ambas manos se alisó el vestido, que crujió como una papa frita en el momento de ser masticadas lo que hizo resaltar sus perfectos senos túrgidos y las lÃneas que delimitaban su excelente figura, de cadera…
«Señalar a Eduardo Ladislao Holmberg como a una de las personalidades más extraordinariamente curiosas y versátiles de la historia literaria argentina, luego del señero estudio que hiciera Antonio Pagés Larraya a la edición crÃtica donde se recopilan sus cuentos fantásticos dispersos en diarios y revistas, no es ningún gran descubrimiento. Apenas la comprobación de tener que vérnosla con la obra de un escritor tan extraño como difÃcil de encasillar. ¿Bajo qué conveniente rótulo o cómoda etiqueta se puede clasificar a este notable escr…
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