El Camino de los Viajeros [Fragmentos]* Viajábamos con voracidad, como si la tierra estuviera a punto de acabarse y hubiera que recorrerla toda, de un extremo al otro, sin darle tiempo siquiera a que continuara girando. Viajábamos sin medida, descontroladamente, para no llegar a ninguna parte, para no quedarnos ni aquí ni allá. Y eso era bueno porque viajando no había ni aquí ni allá, el espacio se convertía en tiempo, las cosas no estaban quietas, por lo tanto no nos aburrían con su fijeza, además no había que esperar …
Poemas Éditos e Inéditos POEMAS ÉDITOS EN EL CENTRO DEL AGUA En el centro del agua está el germen del fuego, la palabra que bebe en lo oscuro su sueño. En el vientre del mar el silencio se mueve y en su fondo va abriendo la palabra que crece. La palabra madura bajo tierra en la noche mientras su luz espera al gallo que la nombre. Ya se eleva su forma cual ciprés entre nieblas, llama al cielo esa lanza, toca un punto una estrella. Allí encuentra sentido y alguien se hace su dueño, clara y breve la viv…
Poesía: La Palabra y Más Allá Beatriz Villacañas Universidad Complutense de Madrid Poesía, la eterna rebelada Mucho se ha escrito y hablado sobre la relación entre la poesía y la palabra y casi con unanimidad se afirma últimamente que la poesía se hace con palabras, que la palabra es esencial para que la poesía exista y que el poeta es quien la crea a cada verso, a cada poema. Pero quedarnos en esto sería ver sólo una parte del asunto, porque cualquier indagación seria al respecto nos lleva, nos ha de llevar, siempre …
El Checoslovaco 1 Ella estaba cada vez más gorda, decaída y vieja. El, por el contrario, parecía con ello cobrar nuevos bríos. Podía tomárselo en cualquier jornada; ésta invariablemente lo hallaba más fuerte, saludable y coloradote que la precedente. El era checoslovaco. Hacía casi veinte años que había emigrado al país que lo aceptó. Trabajaba como ingeniero en una fábrica y era bastante competente. Se hizo amiguísimo del dueño; aprovechó esto para tratar de seducir a la hija, que no carecía de atractivos. Curiosamente,…
Tío Eugenio Esa vez que Gardel vino a Rosario fuimos a verlo con mi amigo el Flaco Octavio, mamá y el tío Eugenio. Al tío hubo que insistirle bastante para convencerlo. Él decía que le gustaba mucho la música, pero siempre había que rogarle para cualquier cosa. Era una de esas personas que se complacían en que le insistieran. Había logrado forjarse, en la familia, una cierta fama de hombre misterioso, retraído, que de tanto en tanto nos concedía la gracia de su presencia. Venía, eso sí, para Navidad y Año Nuevo, y, en esas ocasi…
Noveno Piso * A Pilar González 1972 UNO —Noveno piso —digo al pequeño ascensorista. Tengo la mano derecha metida en el bolsillo del saco. Con la izquierda me aliso innecesariamente la solapa. “Le apuesto que no llega”. ¿Dijo realmente: “le apuesto que no Ilega”? Lo miro a los ojos. Enarco las cejas. —Ya verá —dice, realmente, en voz alta. La sonrisa enigmática del muchacho (¿o es un enano?), me pone nervioso. El sabe algo que yo ignoro. Yo, en cambio, debo saber seguramente muchas cosas que él ignora. —Por ej…
El Hombre y Su Sueño * En algún punto de la ciudad, de esta ciudad demasiado grande para que dos seres que se amen se encuentren si se han perdido de vista alguna vez, un hombre de mi edad vela, mientras todos duermen. Su vigilia no tiene nada de común con la vigilia a la que nos condena la súbita desaparición de nuestra amada, la angustia que precede a un día de decisiones irrevocables o la persistencia de un pensamiento que se resiste a tomar forma. No es tampoco el efecto de una digestión trabajosa, ni del desorde…
Las mujeres deseadas y los ideales, ay, se alcanzan. Adolfo Bioy Casares Gané. Gané la totalidad del pozo en el repechaje final. Todos los jueves, durante un año, había venido respondiendo sobre Vida y obra de James Joyce. Gané y cumplí mi sueño dorado. Mi sueño dorado consistía en abandonar a mi familia, escaparme a Irlanda, comprarme un castillo, leer el Ulises sentado junto al fuego, tener dos perros irlandeses para que me lamiesen las botas mientras leía, emborracharme una vez por mes en la taberna, agarrarme a trompada…
16 Poemas De enriKetta luissi B I S E L A mis dos amantes balbuceo al oído surquen la mar de mercurio sicoterapeutas con ojos tequileros y manuales mágicos aguardan para curarlas del amor que me profesan. Transformo sus circuitos neuronales por estraza. Extraigo de sus pleuras mis fibras exquisitas. Refiero estrías y caligrafía muerta en mi deteriorado Amazonas. Las conmino a hacerse de un camello o un vibrador como mascota y recalco la importancia de ropa térmica bajo las pijamas en las noches de frío. …
Cuando el capitán Ireneo Morris y el doctor Carlos Alberto Servian, médico homeópata, desaparecieron, un 20 de diciembre, de Buenos Aires, los diarios apenas comentaron el hecho. Se dijo que había gente engañada, gente complicada y que una comisión estaba investigando; se dijo también que el escaso radio de acción del aeroplano utilizado por los fugitivos permitía afirmar que éstos no habían ido muy lejos. Yo recibí en esos días una encomienda; contenía: tres volúmenes in quarto (las obras completas del comunista Luis Augusto Bla…
UN NIÑO ESPÍA A EMILY DICKINSON EN SU JARDÍN Que la mirara un pájaro —hostilmente, por supuesto, ¿qué hacía allí, la intrusa?—, no era extraño, de modo que su frente apenas se alteró, e indiferente siguió sus ademanes de reclusa. Ni un pájaro, ni un hombre (ella, en ese caso, lo sabría) la están espiando. Un niño es quién la espía Un niño —la inocencia—, ése es su nombre. Estaba en su jardín, arrodillada sobre una capa roja. La mirada curiosa la seguía entre las flores. ¿Por qué el niño guardó, de los…
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