Diez Poemas ARTE POÉTICA A Vicente Aleixandre La nostalgia del sol en los terrados, en el muro color paloma de cemento -sin embargo tan vÃvido- y el frÃo repentino que casi sobrecoge. La dulzura, el calor de los labios a solas en medio de la calle familiar igual que un gran salón, donde acudieran multitudes lejanas como seres queridos. Y sobre todo el vértigo del tiempo, el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma mientras arriba sobrenadan promesas que desmayan, lo mismo que si espumas. Es sin duda el momen…
Obra Poética [Selección] De: Asà se fundó Carnaby Street [1970] BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raÃdos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olo…
El Paseo Repentino (Cáceres, 1956) 1 Quizá por la extrema suavidad de sus voces, aún me impresionó más ese súbito permiso que me otorgaron mis padres. Porque desde ayer poseo un flamante permiso para salir de noche. Ha llegado bastante tarde, pero bienvenido sea. Me lo han dado no porque yo tenga una edad ya más que respetable sino porque posiblemente les angustiaba ver que no duermo nada y estudio tanto. No eligieron, de todos modos, la hora más oportuna para darme ese permiso, pues se avecinaba una tormenta que todos pres…
Laberinto [Trece textos poéticos] Valencia, 2013 Texto I Se cuenta que todos los dÃas, en el momento de disponerse a dormir, Saint- Pol Roux hacÃa colocar en la puerta de su mansión en Camaret, un cartel en el que se leÃa: EL POETA TRABAJA. Durante aquellos años, las pasiones nos llegaron con tanta intensidad y frecuencia que apenas tuvimos tiempo de organizar los sentimientos. Cuando saltaron al aire la luz y la armonÃa de las galaxias terrenales, del tiempo y de la vida de aquella ciudad que tantos delitos y am…
Estaba por fin ahÃ, como el rostro de un destino antes descifrable y ahora revelado: un hombre de piedra (el sombrero sobre los ojos, casi palpable la pesada pistola), pero atentÃsimo a las próximas señales del estrago. Ese hombre ahà significaba que todos los plazos se habÃan cumplido; que él, Manolo, pronto serÃa el cadáver de Manuel Cerdeiro, llorado por su mujer, recordado durante un tiempo por alguno de sus paisanos y por sus parroquianos sólo hasta que otro (desde luego gallego, recio, petiso, velloso y cejudo) lo sustit…
El Camino de los Viajeros [Fragmentos]* Viajábamos con voracidad, como si la tierra estuviera a punto de acabarse y hubiera que recorrerla toda, de un extremo al otro, sin darle tiempo siquiera a que continuara girando. Viajábamos sin medida, descontroladamente, para no llegar a ninguna parte, para no quedarnos ni aquà ni allá. Y eso era bueno porque viajando no habÃa ni aquà ni allá, el espacio se convertÃa en tiempo, las cosas no estaban quietas, por lo tanto no nos aburrÃan con su fijeza, además no habÃa que esperar …
Poemas Éditos e Inéditos POEMAS ÉDITOS EN EL CENTRO DEL AGUA En el centro del agua está el germen del fuego, la palabra que bebe en lo oscuro su sueño. En el vientre del mar el silencio se mueve y en su fondo va abriendo la palabra que crece. La palabra madura bajo tierra en la noche mientras su luz espera al gallo que la nombre. Ya se eleva su forma cual ciprés entre nieblas, llama al cielo esa lanza, toca un punto una estrella. Allà encuentra sentido y alguien se hace su dueño, clara y breve la viv…
PoesÃa: La Palabra y Más Allá Beatriz Villacañas Universidad Complutense de Madrid PoesÃa, la eterna rebelada Mucho se ha escrito y hablado sobre la relación entre la poesÃa y la palabra y casi con unanimidad se afirma últimamente que la poesÃa se hace con palabras, que la palabra es esencial para que la poesÃa exista y que el poeta es quien la crea a cada verso, a cada poema. Pero quedarnos en esto serÃa ver sólo una parte del asunto, porque cualquier indagación seria al respecto nos lleva, nos ha de llevar, siempre …
El Checoslovaco 1 Ella estaba cada vez más gorda, decaÃda y vieja. El, por el contrario, parecÃa con ello cobrar nuevos brÃos. PodÃa tomárselo en cualquier jornada; ésta invariablemente lo hallaba más fuerte, saludable y coloradote que la precedente. El era checoslovaco. HacÃa casi veinte años que habÃa emigrado al paÃs que lo aceptó. Trabajaba como ingeniero en una fábrica y era bastante competente. Se hizo amiguÃsimo del dueño; aprovechó esto para tratar de seducir a la hija, que no carecÃa de atractivos. Curiosamente,…
TÃo Eugenio Esa vez que Gardel vino a Rosario fuimos a verlo con mi amigo el Flaco Octavio, mamá y el tÃo Eugenio. Al tÃo hubo que insistirle bastante para convencerlo. Él decÃa que le gustaba mucho la música, pero siempre habÃa que rogarle para cualquier cosa. Era una de esas personas que se complacÃan en que le insistieran. HabÃa logrado forjarse, en la familia, una cierta fama de hombre misterioso, retraÃdo, que de tanto en tanto nos concedÃa la gracia de su presencia. VenÃa, eso sÃ, para Navidad y Año Nuevo, y, en esas ocasi…
Noveno Piso * A Pilar González 1972 UNO —Noveno piso —digo al pequeño ascensorista. Tengo la mano derecha metida en el bolsillo del saco. Con la izquierda me aliso innecesariamente la solapa. “Le apuesto que no llega”. ¿Dijo realmente: “le apuesto que no Ilega”? Lo miro a los ojos. Enarco las cejas. —Ya verá —dice, realmente, en voz alta. La sonrisa enigmática del muchacho (¿o es un enano?), me pone nervioso. El sabe algo que yo ignoro. Yo, en cambio, debo saber seguramente muchas cosas que él ignora. —Por ej…
SÃguenos en las Redes Sociales